Capítulo 2
Larissa caminaba tranquilamente hacia su casillero siendo observaba por el resto de estudiantes que no podían evitar poner sus miradas ante la presencia de la Denali. Los chicos sobre todo eran los que más observaban a Larissa, todos ellos observaban de lejos la belleza incomparable de la vampira mientras deseaban tener una oportunidad con ella.
La mayoría de las chicas miraban con envidia a la rubia, quien no le estaba tomando importancia a los murmullos envidiosos de las demás estudiantes manteniendo una sonrisa llena de amabilidad y cortesía ante todos.
Los chicos siempre dejaban de verla cada vez que Edward llegaba a ella para irse a sus clases juntos, Edward ya tenía la costumbre de rodear con su brazo los hombros de Larissa u ofrecerle su brazo a su prima como el buen caballero de época que era.
- Son tan hormonales - Negó con diversión
- Y cero discretos - Agrego Edward con diversión
Ambos se rieron entre dientes ante las miradas desilusionadas de los chicos cuando suponían que Edward y ella eran pareja, perdiendo todo rastro de posibilidades para salir con ella, al igual que los chicos, las chicas se desilusionaban ante como Edward centraba toda su atención solo a su familia y Larissa.
- Es asqueroso - Masculló Edward, con desagrado
- ¿Ahora que piensan los niños? - Lo miro de reojo
- Todos creen que somos pareja.
- ¿Me estás negando? - Puso su mano en el pecho dramatizando aquello
Edward se rio entre dientes discretamente ante toda la clase, sacudió la cabeza con diversión prefiriendo prestarle atención a la clase que a los pensamientos extraños y repulsivos de los demás humanos.
Se había enfocado en dos mentes, los profesores y su prima. El primero para estar en sincronía con la clase y lo segundo, sabiendo que la mente de su prima era su lugar seguro y harmonioso psicológico, donde podía estar horas y horas respondiendo las preguntas existenciales que podrían acongojar a su prima.
- ¿En serio? Es obvio que ganaría Batman - Resopló casi ofendido ante la pregunta mental de su prima
- Pues cada quien - Chasqueo la lengua indignada
Los dos se rieron llamando la atención de los adolescentes que pasaban a su lado por el pasillo de la preparatoria de aquel pequeño pueblito desolado. Angela escucho la suave y melodiosa risa de Larissa así que no dudo en llevar su atención de su libreta hasta donde provenía aquel hermoso sonido.
Una rara sensación en su estómago y pecho empezó a burbujear con rapidez ante la escena enfrente de ella, Larissa estaba recostada sobre su casillero mientras jugaba con la correa de su mochila con Edward enfrente de ella apoyando su mano en los casillos con una sonrisa galante y perfecta.
Ambos se serían abiertamente de lo que fuera que Edward o Larissa le contaba al otro, estaban tan relajado y cercanos que esa rara sensación en ella se duplicaba con rapidez. Ver la sonrisa tan natural y llena de diversión de Larissa siendo causada por Edward, no le estaba agradando ni una sola pizca y aquello le estaba extrañando.
Ella y Larissa eran simplemente amigas, tenían solo una clase juntas y era la optativa, cruzaban palabras con gran fluidez durante las horas de clase y a veces en los pasillos, no encontraba una sola razón para que sintiera aquel malestar burbujear dentro de ella.
- Estás celosa - La voz chillonamente burlona de su mejor amiga hizo que reaccionara y la mirara
- ¿C-celosa? ¿Yo? - Balbuceó un poco con incredulidad y timidez
- Tienes la mirada de satán cada vez que sientes celos. En la secundaria estaban celosa de que Justin prefiriera jugar con Millie porque le gustaba. ¿Cuál de los te gusta? ¿Edward o Larissa? Edward es muy guapo y Larissa no se queda atrás, te juro que soy heterosexual, pero desde que llego Larissa estoy dudando.
La mirada intensa y molesta de Angela paro en los ojos azules, como dos zafiros, de su amiga con la sensación burbujeando hasta explotar dejando expandirse por todo su cuerpo. Escuchar a su mejor amiga, Jessica Stanley, como Larissa hacía que dudara por sus gustos le había molestado más que alguien tocara su precioso diario escolar.
- ¡Oh, mírate! ¡Tan celosa! - Se burló Jessica- Vamos, Angie. Dímelo todo ¿Edward o Larissa?
- No estoy celosa de nadie - Contesto más cortantemente de lo que quería decirlo
Jessica la miro con incredulidad haciendo que resople molesta, cerro su casillero con algo más de fuerza de lo acostumbrado para irse a su clase de periodismo con gran rapidez.
- ¡Angela! - La suave voz de Larissa hizo que se detuviera- Hola ¿Sucedió algo? Te vi irte molesta ¿Qué te ha molestado?
- No es nada - Negó nerviosa ante la presencia de la rubia- Solo que no tendremos una nueva primera plana.
- Hablando de eso... - Larissa jugaba con sus dedos con timidez- Edward accedió a ser nuestra primera plana solo si no preguntamos ciertas cosas que son algo sensibles para él.
- Edward - Repitió el nombre del cobrizo con cierta molesta, y Larissa se había dado cuenta de aquello divirtiéndola
- Sí, Edward - Asintió- El cobrizo de uno ochenta, el más pequeño de los Cullen, mi primo, el que vive en la misma casa que yo, el que me trae y lleva a la casa, el que...
- Entendí. Ese Edward - Angela la corto sintiendo sus celos fluir- Podríamos entrevistarlo durante la hora de descanso.
- No te veo muy feliz - Detallo el rostro serio de Angela, aguantando sus ganas de reír- ¿Algo le está molestando, señorita Weber?
- ¿Señorita Weber? - Repitió Angela, confundida, olvidando los celos
Larissa abrió y cerro la boca ante su error, le había salido tan natural su educación antigua, ella estaba chapada a la antigua y eso nadie se lo podía quitar, mucho menos cuando estaba preocupada por su pequeña compañera.
- Pido me disculpe, así me han educado - Se disculpo nerviosa
- Es muy...
- Anticuado, tonto, lo sé.
- No - Negó con diversión- Es muy lindo, realmente.
Larissa sonrió tontamente ante la aceptación de Angela y sus hábitos antiguos, al notar como aquella hermosa sonrisa afable se dibujaba en su compañera sonrió aún más.
- Entonces... ¿Me permite escoltarla hasta nuestra siguiente clase, señorita Weber? - Ofreció su brazo como Edward o alguno de sus primos lo hacían con ella
- Será un placer, señorita Denali - Sonrió ampliamente aceptando el brazo de la rubia
El cuerpo de Larissa se estremeció ante lo bien que se escuchaba su apellido salir de los labios carnosos de Angela, el toque cálido y suave de la mano de Angela sobre su brazo había despertado nuevamente su corazón muerto.
En un silencio cómodo ambas se dirigieron hacia el aula de periodismo al mismo tiempo que disfrutaban sus cercanías. Unos pocos metros más atrás, estaba Edward y Alice viendo todo con grandes sonrisas satisfechas por su trabajo, los dos cómplices no dudaron en chocar los cinco al ver que el plan había salido tan y como Alice lo había previsto.
- Después de usted, señorita Weber - Ofreció la primera entrada a Angela
- Muchas gracias, señorita Denali.
Las mejillas rosadas de Angela le estaban empezando a doler de tanto sonreír, pero no podía evitarlo cada vez que estaba a lado de Larissa y su radiante presencia.
- Hola, chicas - Las saludo Eric
- Hola - Le saludo amablemente- La siguiente primera plana estará Edward, logre que nos conceda una pequeña entrevista.
- Oh, gracias al señor - Eric suspiro relajado- Me había proyectado escribiendo nuevamente sobre los anabólicos y las sustancias ilícitas.
- He salvado el día - Bromeo haciendo reír a Eric- Formulare las preguntas y ustedes lo entrevistan y fotografían.
Los tres se pusieron a trabajar rápidamente para poder avanzar todo lo posible, aunque Larissa podía notar lo poco que Angela le agradaba la idea de que Edward fuera el siguiente encabezado.
- ¿Le sucede algo, señorita? - Le pregunto en un murmullo a Angela, teniendo que acercarse mucho más a su espacio personal
- N-nada - Respondió nerviosa
- No me mienta, puedo ver como algo la está atosigando. Dígame y le prometo que haré lo posible para ayudarle.
Angela giro su rostro quedando a unos centímetros de distancia de la nariz de Larissa, suspiro nerviosa ante la cercanía, el aroma abrumadoramente exquisita de mora y frambuesas golpeo su nariz, el perfume de Larissa era glorioso.
- No creo que pueda ayudarme - Masculló perdida en aquellos dos faroles dorados
- Podría hacer el intento - Prometió perdiéndose en esos dos lagos marrones claros
Eric al notar la tensión entre ambas y su cercanía, se alejó con gran sigilo de ahí sabiendo que estaba estorbando. El asiático había notado una vibra entre ambas desde el primer día de clase así que no dudo en compincharse con Jessica para acercar más a ambas de lo que sea que fluyera entre ellas.
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