- ¡Vamos Rosalie! ¡No me vuelvo más humana aquí! - La apresuro Larissa estando recostada sobre uno de los grandes pinos- Si, sé que no te agrada la idea de Bella en el partido, pero mínimo apúrate por mí, tiene como un siglo que no juego beisbol.

- Ya voy, no tienes que apresurarme o querer chantajearme emocionalmente - Rodo los ojos apareciendo enfrente de la mayor- Tú y Edward me deberán una muy grande por esto.

- Yo igual te quiero, mamá Rose.

Larissa sonrió ampliamente para sostener la mano de Rosalie y empezar a guiarla hasta el enorme campo que usaban para jugar. Pese a que Rosalie sabía el camino, Larissa sostenía su mano emocionada casi arrastrándola a la zona.

- ¿Por qué no dejaste que Angela se nos uniera? Sería más soportable la presencia de la humana con ella ahí.

- Tengo un presentimiento sobre este partido que preferí dejar a Angela en casa, hace unos minutos me confirmo que saldría con los chicos así que dejo que viva su vida tranquilamente alejada de esto. Sobre todo, tú debes entenderme.

Rosalie la miro de reojo unos segundos observando el rostro ansioso de Larissa mientras corrían a gran velocidad, simplemente sacudió la cabeza confirmando las palabras de su pequeña Larissa.

No necesitaban más que el silencio cómodo y seguro entre ambas.

Ahora solo quedaban diez metros antes de pasar por el borde del bosque y entrar en el enorme campo abierto que la familia Cullen simplemente llamaba claro. Los árboles habían sido raspados por un glaciar hace mucho tiempo y ahora solo una fina capa de tierra cubría el lecho de roca debajo.

La hierba salvaje y los helechos eran las únicas cosas que florecían ahí ahora. Era un lugar de juego conveniente para todos ellos. Carlisle estaba ubicando el diamante mientras Alice y Jasper practicaban algunos trucos nuevos que Alice quería perfeccionar: si Jasper decidía de antemano correr en cierta dirección, Alice podría ver esta decisión y lanzarse a su nueva posición antes de que él telegrafiara el movimiento.

No les daba mucha ventaja, pero por muy parecidos que fueran todos, cualquier cosa tenía el potencial de hacerlos más competitivos. Esme estaba esperando a Bella y a Edward, con Emmett sentado cerca de ella sabiendo que Rosalie estaba tardando casi a propósito y no querer estar cerca de Bella. 

Apenas llegaron hasta Esme, Rosalie se sentó a lado de Emmett siendo abrazada por el azabache al instante mientras que Larissa tomaba la mano de Esme con una gran sonrisa emocionada.

- Sigo pensando que era mejor idea que Angela estuviera aquí con nosotros conviviendo, hija.

- Lo sé, pero ella tiene ahora planes con el resto de humanos.

Esme negó con la cabeza con diversión ante la mirada divertida de Emmett, el azabache no había desperdiciado cada oportunidad que tenía para molestar a Larissa con Angela y viceversa, más sabiendo que causaría las reacciones tan humanas de Angela en ella.

- Se acercan - Anuncio Larissa mirando hacia donde se acercaban Edward y Bella

Rosalie se levantó de su lugar para darles la espalda a los recién llegados e irse lo más alejado posible de la pareja.

- ¿Es a ti a quién hemos oído, Edward? - Preguntó Esme siendo seguida de Larissa al estar unidas de la mano

Alzó su voz más fuerte de lo necesario para que Bella no se quedara fuera de ambas.

- Sonaba como un oso ahogándose - Agregó Emmett

Bella sonrió tímidamente mientras que Larissa se empezaba a carcajear.

- Ese era él.

Emmett le sonrió, complacido con su habilidad para seguirle el juego, Larissa le guiño el ojo a Bella igual de complacida.

- Sin querer, Bella resultaba muy cómica en hace un momento - Explico Edward

Alice se disparó hacia los cinco. Saltó hasta detenerse a solo un brazo de distancia.

- Es hora - Entonó Alice solemnemente

El trueno rompió la quietud en el momento justo, Edward negó con la cabeza mientras Larissa se reía ante la emoción de Alice, le había sido imposible no contagiarse de las grandes vibras alegres de la pequeña monstruito.

- Raro ¿a que sí? - Emmett le murmuró a Bella, guiñando un ojo cuando ella pareció sorprendida de que se dirigiera a ella

Le sonrió, sólo un poco vacilante. Emmett miro a Edward y pensó en alto para él un «Ella me gusta».

- ¡Vámonos! - Instó Alice, tomando la mano de Emmett

Sabía exactamente cuánto tiempo podría salirse con la suyas jugando sin restricciones y no quería perder el tiempo. Emmett no estaba menos ansioso por empezar. Juntos, corrieron hacia Carlisle.

- ¿Puedo tener un momento con ella? Me gustaría que se sintiera cómoda conmigo- Le suplicó Esme pensando en alto

Edward acepto sin problemas mientras Larissa hablaba con Bella sin problema alguno.

- ¿Estás lista para unas bolas? - Sonrió juguetonamente- Con suerte, podremos mantenerte entretenida, aunque no lo dudo sabiendo lo competitivos que pueden ser mis primos.

- ¿Vamos equipo? - Larissa se carcajeo de su entusiasmo fingido

Edward le dio a Esme su ansiado espacio, corriendo detrás de Emmett y Alice al igual que Larissa, quien corío hacia Rosalie.

- Edward y yo ya escogimos los equipos - Dijo Rosalie- Jasper y Emmett juegan conmigo.

Alice no estaba sorprendida, debido a que ella simplemente sería el pitcher para dejar que Larissa jugara. A Emmett le gustaron las posibilidades, Jasper estaba entusiasta, Carlisle estaba, al igual que Edward, contento con que Rosalie se hubiese unido al juego. Esme se quejaba de la pobre falta de deportividad, obviamente preparando a Bella para lo peor. Carlisle sacó una moneda. 

- ¿Eliges, Rose? 

- Ella escogió los equipos - Objeto Larissa

Carlisle miró a Edward y luego apunto hacia Alice, que ya había visto que la moneda caería mostrando la cara.

- Rose - Dijo él de nuevo y giró la moneda en el aire

- Cara.

Edward suspiro y Rosalie sonrió. Carlisle atrapó la moneda limpiamente y la giró hacia la parte posterior de su mano.

- Cara - Confirmó

- Bateamos primero - Dijo Rosalie llevándose con ella a Larissa

Carlisle asintió y él, Alice y Edward se movieron para tomar sus posiciones en el campo. Alice esperó hasta que Esme se colocara en la posición de árbitro, Bella a su lado, antes de que Emmett pisara el montículo.

- De acuerdo, al bate - Llamó Esme

Alice hizo el primer lanzamiento. Emmett, demasiado ansioso, dio un giro tan masivo a su bate, que pasó tan cerca de la bola que la presión del aire alteró la línea recta del lanzamiento. Jasper atrapó la bola en el aire y luego la lanzó de nuevo hacia Alice.

- ¿Eso fue un strike? - Bella le susurro a Esme

- Si no la golpean, es un strike - Respondió Esme

Alice disparó otro lanzamiento a través del plato, Emmett había recalibrado, ya estaba corriendo antes de oír la detonación cuando el bate y la bola colisionaron.

Alice ya había visto dónde caería la bola y que sería lo suficientemente rápido. Le quitó un poco de emoción al juego, honestamente, Rosalie debía saber que se equivocaba al dejar a Alice y a Edward jugar casi en el mismo equipo, pero pretendía ganar esta noche con Larissa con ella. Edward corrió de vuelta con la pelota, escuchando a Esme cantarle un Out a Emmett justo cuando aparecí al borde del claro.

- Emmett será el que batea más fuerte, pero Edward corre igual de rápido - Le explicó Esme a Bella

Emmett tomó el lugar de Jasper, detrás del home, mientras Jasper tomaba el bate, ahora era el turno de Rosalie de atrapar. Jasper no estaba planeado ver cuán rápido podía correr; ya sabía que no podía batearla tan lejos como Emmett. En vez de eso, bateó el lanzamiento de Alice con el final del bate, conduciendo la bola tan cerca de Carlisle que era obvio que él tendría que perseguirla. Carlisle corrió enseguida para atraparla y luego corrió hacia la primera base. Estuvo muy cerca, pero el pie izquierdo de Jasper tocó el base justo antes de que tocara el de Carlisle.

- ¡Safe! - Declaró Esme

Bella se inclinaba parada en la punta de sus pies, sus manos cubrían sus oídos con la visible v entre sus cejas, pero se relajó tan pronto Carlisle y Jasper estuvieron de pie de nuevo. Larissa podía sentir la tensión palpable mientras Rosalie tomaba su turno al bate. Aunque Bella estaba fuera de su línea de visión cuando encaró a Alice en el montículo, los hombros de Rosalie parecían curvarse hacia adentro, lejos de Bella. Su postura era recta y su expresión rígida con disgusto...