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Capítulo 13


Larissa no se había movido de su lugar, solo podía recriminarse una y otra vez la forma tan tosca de decir las cosas a su compañera que ahora le tenía miedo, se estaba odiando cada segundo que pasaba.

Los Cullen no había movido a Larissa de su lugar dándole su espacio, sabían que había sido un gran golpe tanto para Angela como para Larissa. Jasper y Edward sobre todo estaban entendiéndola al tener sus dones sintiendo y escuchando su dolor.

Jasper era el que más entendía aquel dolor y odio propio que estaba sintiendo su prima, él lo sintió tantas décadas sin su Alice a lado. Edward entendía solo el odio propio por su naturaleza y forma de vivir actual, él se seguía odiando por ello y ahora con Bella causándole conflictos todo se intensificaba.

A los dos días, Rosalie llego gritando con toda su cólera a Edward por exponerse ante Bella salvándole la vida de ser aplastada por la camioneta de Tyler Crowley, Esme reprendió a ambos por estar gritando y molestando el silencio tortuoso de Larissa.

- No nos está escuchando - Le dijo Edward mirando hacia su prima- Está aleja a todo a su alrededor.

- Necesitamos llamar a sus hermanas – Les dijo Esme- No puedo dejarla así, necesita apoyo y nada mejor que ellas.

- Yo las llamaré - Rosalie tomo la palabra mucho más tranquila- Yo les prometí cuidarla, así que yo lo haré.

Rosalie no dejo tiempo de replicar a Edward al tener el celular a la mano segundos después para alejarse con la llamada iniciada. Apenas le explico todo a Tanya, Irina le arrebato el celular a su hermana mayor y empezar a reprender a Rosalie.

- ¿Cómo pudieron dejarla sola en eso? ¡Una persona con dos dedos en la frente sabe que no debieron dejarla sola!

- Irina, tranquila, por favor - Le pidió Carmen- Pásame a Rosalie.

- Lo siento tanto Carmen, pero era inevitable. Larissa ya sentía la presión de decirle, estaba estresada por nuestra situación con la humana de Edward y bueno, paso lo que tenía que pasar.

- No te preocupes, cariño. ¿Cómo está mi niña?

- Abatida. Necesitará el apoyo de todos ustedes.

- Estaremos ahí dentro de unos días.

- Ella no se mueve de su lugar así que lo más seguro que la encuentren en una de las salas.

- Espero hayas disfrutado tu vida Rosalie Hale, porque yo misma te mato llegando - Kate la amenazo desde alguna parte del lugar

- No le hagas caso, sabes lo sobreprotectoras que son con mi niña. Nos vemos allá, querida.

Rosalie no había podido contestarle cuando los gritos de Irina y Kate ocuparon por completo la atención de Carmen que colgó al instante que empezaron los insultos hacia Rosalie. La Hale solo suspiro profundamente sabiendo que dentro de poco Kate la electrocutaría apenas pudiera.

- ¿Dónde quieres que Kate te de toque? - Le pregunto Jasper desde la puerta de la habitación

- Primero tenemos que pensar en cómo explicarle todo a ellas, después veremos cómo evitar que no le den toques con la sádica de Kate - Contesto Alice desde su habitación- Todo es confuso, excepto las ganas de Kate queriendo electrocutarla.

- Lo siento, hermosa. Pero creo que en esta ni yo podré ayudarte - Se disculpo Emmett

- No te disculpes, lo acepto. Dejamos sola a Larissa con todo esto, debimos estar en el bosque con ella o hacerla cambiar de opinión de que se lo confesara aquí.









No sabía que hacer, que sentir o cómo actuar, solo sabía que estar en forma fetal en su cama estaba siendo su única respuesta ante todo lo ocurrido. Pero ahora estaba entendiendo varias cosas con Larissa, como sus manos siempre resguardadas en unos guantes fríos, su piel tan pálida como la cal, su jerga tan formal y de época, sus excusas cada que la invita a la Push o su excusa de las comidas durante el descanso.

- Vamos a la Push, veremos ballenas - Le suplico haciendo un puchero

- No puedo, cariño. Ya había quedado con mi tía Esme en ayudarle con la remodelación - Se excuso abrazándola con su cintura- Prometo recompensártelo con una cita nueva, a donde quieras...

- ¿Por qué no comerás? - Miraba como enfrente de su chica no había bandeja

- Tengo una dieta estricta, cariño. Y lo que hay en esta cafetería la comida parece radiactivo - Bromeo un poco...

- ¿Por qué no vendrás? Será un día con hermoso sol, así podrás tener mejor color.

- ¿Me estás diciendo demacrada, de forma indirecta? - Bromeo haciendo que Angela entrar en pánico...

Había sido tan ciega, ciega de amor por su chica. Sentía el miedo recorrerla, Larissa y los Cullen junto a su familia en Alaska eran vampiros.

¿Ella la amaba realmente o solo quería su sangre? ¿Le haría daño a ella o a su familia? ¡La había invitado a su casa! ¡Sus hermanitos estuvieron a solas con ella! ¡¡Estuvo besándose con una vampira!! ¡¡Estuvo a solas tantas veces con ella!!

Estaba entrando en pánico, pero había algo en sus ojos dorados tan irreales que negaban todo lo horrible que se estaba creando en su mente nublada. La forma tan gentil y amorosa de ser con ella, ser tan encantadora con su familia y mejores amigos, ser tan caballerosa y respetuosa con ella o cualquier persona.

Era perfecta, pero ¿Era perfecta por sus años de practica para fingir o en realmente era ella?

Tenía tantas preguntas y pocas respuestas, tenía miedo, pero no era el pánico verdadero recorriéndola ante cualquier cosa que la aterrara. Recordó las palabras de Rosalie " Las puertas de nuestra casa están siempre abiertas para ti, Angela"... ¿Tendría que ir y buscar las respuestas que tanto necesita? No, aun no, tenía que asimilar las cosas aún más.

Recordó el rostro tan abatido de su novia, como su corazón se había estrujado al verla así y tener esa intensa necesidad de abrazarla mientras le decía que la amaba y que todo sabría bien. Pero tenía que pensar primero en ella, luego en cómo se acercaría a su chica y su familia.

- No ha venido tu novia, cariño. ¿Se enfermó? - Le pregunto su padre con preocupación

- Sí, tiene gripe muy severa y la señora Cullen no la deja salir por nada del mundo - Mintió a como pudo

- Oh, pobre criatura - Lamento su madre- Debe sentirse horrible. Debes llevarle un poco de mi estofado, le ayudará bastante la comida casera.

- Cariño, recuerda que su tío es doctor Cullen - Le recordó el pastor con cierta diversión- Es mejores manos medicas no puede estar, aparte la señora Cullen es demasiado hogareña como tú, no dudo que Larissa este cansada de comer estofado.

Isaac y Josué se rieron ante las pequeñas burlas de su padre, la señora Weber suspiro dándole la razón a su esposo. Angela podía ver el verdadero interés de sus padres ante la salud de Larissa, sus hermanos no habían dicho nada, pero sus pequeños ojitos se notaban preocupados.

No sabía que hacer, así que opto por quedarse callada durante el resto de la cena, tenía mucho que pensar y no quería molestar a sus padres por algo tan extraño que estaba siendo toda esa semana sin verla.


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