21
Las despedidas en aquella mañana llegaron a su fin y todos partieron rumbo a sus hogares con sus familias, los señores Jeon se encargaron de llevar a los chicos con ellos, incluido Tristan, para ellos era algo fuera de lo normal porque rara vez hacían aquello, los padres de JK tenían un hermoso rancho en las afueras de la ciudad y ahora querían que su hijos y sus amigos olvidaran los días difíciles que habían tenido luego de todos los incidentes y escándalos.
Mientras iban, las risas de los jóvenes se podían escuchar en aquella camioneta que marcaba la diferencia entre los demás coches que pasaban a su lado, los señores Jeon ahora solos disfrutaban de las locuras que aquellos muchachos decían, algunas veces era porque Taehyung recibía un mensaje de Xiaoxi y otras porque Ailin se comunicaba con Jimin, todo era alegría y disfrute mientras viajaban, como todo padre, ver a sus hijos felices era lo que más aman, ese era el caso de los señores que ahora llevaban a su hijo menor con ellos, luego de ver casarse a los mayores.
─ Creo que no pensé que mis padres me dejaran venir, han estado muy estresados estos días con todo lo que pasó, pobres, no me gustaría matarlos de un susto... ─ meditó Taehyung en un momento en que todos se calmaron.
─ El accidente que sufriste fue bastante grave, realmente y por lo que Kook nos estuvo contando, nos preocupamos mucho, tuviste suerte de sobrevivir ─ intervino el señor Jeon viendo al joven que ahora solo parecía tener molestias leves.
─ Me siento muy agradecido por todas las personas que como ustedes se preocuparon por mí en aquella situación, la verdad es que fue una pena y me sentí muy avergonzado al saber que por un error mío casi perdemos hasta nuestros director ─ respondió Taehyung bajando el rostro.
Así siguió aquella conversación hasta llegar a su destino, hasta que el coche llegó hasta un portón blanco que se abrió de modo automático cuando el señor Jeon tocó el sensor para que este se abriera y dejara ver una edificación muy agradable, paredes blancas y arena rodeando el frente de esta, estaba diseñada en forma de búngalos pero era una sola casa, a cada costado se podían ver una hermosa cocina, al otro lado una sala privada para estar en el interior y poder disfrutar del panorama, pero en el centro estaba una sala grande y un comedor todo frente a una piscina larga que dejaba ver su agua en azul cristalino, por la parte de atrás el mar hacía un fondo inolvidable que los jóvenes a excepción de JK pudieron admirar y contemplar por un momento anonadados, aunque los padres de Jimin también tenían una propiedad en la costa, no la habían visitado desde que él tenía 8 años, ya casi no la recordaba pero esto ahora era hermoso.
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Mientras tanto en Seúl, la señorita Ho Ailin, se encontraba en la sala de espera del centro médico donde la habían llevado unas semanas antes por sentirse mal, estaba viendo su teléfono celular entre sus dos padres que siempre la habían tratado con cariño y atención, veía con una sonrisa en el rostro las fotos que Jimin le enviaba, lo veía tan hermoso que no podía evitar que aquella expresión suya fuera tan evidente para su padre, quién no quiso decir nada más que solo escucharla y observar, ellos estaban más preocupados por la salud de la joven que por otra cosa.
─ Señores Ho, pueden pasar... ─ dijo una de las asistentes que ahí se encontraban.
Los tres se pusieron en pie para entrar, aquel blanco lugar tenía un aroma a café con canela que a la nariz de Ailin se le hacía muy agradable, los tres tomaron asiento y vieron al hombre frente a ellos, quién parecía amable, ellos siempre habían recurrido a él para atender sus males y esta no había sido la excepción, pero luego de un rato y al parecer de pensarlo tanto aquella expresión cambio a una de preocupación, Ailin lo notó bien y ahí fue cuando cayó en cuenta.
─ Señores, creo que ahora nos hemos encontrado ante un grave problema ─ sacó los resultados de los análisis y los colocó sobre la mesa ─ al principio pensé que se trataba de una simple anemia pero al revisar sus exámenes de sangre me di cuenta que todo estaba bien con sus sangre, pero cuando la comparé con las pruebas anteriores por revisión general, con la tomografía que hicimos... creo que tendré que remitir con neurólogo después de hoy puesto que encontramos una extraña mancha, al preguntar con mis colegas me han dicho que se trata de un posible glioma difuso de línea media... tumor altamente mortal ─ finalizó el galeno, dejando en silencio y atónitos a los tres miembros de la misma familia que estaban frente a él.
El médico salió y dejó solos a los Ho, necesitaban digerir lo que habían escuchado, Ailin, parecía que no reaccionaba, aquellas palabras resonaban en su cabeza una y otra vez, como un eco que le decía que todos sus sueños no se volverían realidad porque su vida no iba ser larga, sin que ella se diera cuenta e ignorando las palabras y el llanto de su madre, un mensaje cayó en el celular que aún sostenían bajo aquel trance.
Era un "te amo" de Jimin, una frase que la hizo reaccionar físicamente, pues sus lágrimas comenzaron a fluir, su pecho dolía, la noche anterior solo pensaba en terminar su carrera y hacer una vida junto a ese chico que la hacía tan feliz y ahora le decían que había posibilidades que no tuviera un futuro, pero ahí estaba la palabra clave, "posibilidades".
─ Mamá, papá, llévame con un neurólogo de inmediato, tenemos que salir de esta duda... ─ habló con convicción haciendo que los señores también se dieran cuenta que antes de asumir lo peor tenía que comprobarlo. Así las cosas se ponían un poco difíciles para la bella Ailin sin que Jimin supiera lo que pasaba.
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