Taehyung estaba de pie con la mirada perdida en el montículo de tierra cargado de flores junto al que Jimin permanecía de rodillas despidiendo a su amada, perdido en sus pensamientos.

─ Es hora de irnos, amigo... ─ expresó sin mucho ánimo colocando la mano sobre el hombro de su amigo.

─ No quiero dejarla, no sé cómo serán las cosas ahora que ella no esté... ─ respondió Jimin aún más desanimado que su amigo, se sentía cansado tanto emocional como físicamente pues hacía dos noches que no había dormido.

─ Ella ahora está en tu corazón, te dijo que se iba feliz por haber pasado sus últimos días junto a ti, eso dice mucho de lo que ahora quiere para ti, seguramente te estaba regañando por estar dejándote vencer por la pena ─ insistió Taehyung que ahora se agachó para quedar al nivel que su amigo.

Jimin lo escuchó y comprendió que Taehyung tenía razón, ella lo estaría regañando si lo viera en aquellas condiciones, nunca le gustó que la gente fuera débil, más por emociones a pesar de amarlo desmedidamente.

Todos volvieron a sus vidas diarias, pero el salón de los chicos tuvieron tres días de duelo para asimilar la pérdida, sabían que no iba a ser fácil y más si los chicos de otros grados siempre estaban preguntando qué había pasado con la joven y muchas otras cosas más, pero Jimin siempre encontró el apoyo que necesitaba en los chicos, ellos le ayudaron a levantar poco a poco su ánimo aunque el recuerdo de Ailin siempre está presente en su corazón, trató de ocuparse en muchas cosas que mantuviera su mente ocupada para no caer en depresión y pudiera acostumbrarse a su ausencia.

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DOS AÑOS DESPUÉS

Los días de estudio pasaron en un abrir y cerrar de ojos, luego de la muerte de Ailin, los jóvenes dejaron de lado las bromas pesadas y aquella rivalidad entre chicas y chicos, tomaron más en serio las clases y se dedicaron a actividades que los motivaban a mejorar día con día, pero finalmente el día de la graduación había llegado, con ella los cambios entre empezar sus vidas de adultos y la universidad, los padres estaban todos acomodados en el auditorio esperando a su hijo que se preparaban para salir con sus uniformes dispuestos para dicho evento, en el centro del escenario había una foto grande de Ailin para rendirle honor.

Las sillas donde los graduados debían estar se ubicaban al frente y uno a uno fueron pasando para tomar asiento, posteriormente se sentarían con sus padres para celebrar con ellos, en cuestión de minutos la ceremonia dio inicio y uno a uno pasaron por orden alfabético, el primero era Ivanov Tristan, el joven extranjero que se unió a su familia para abrazarlos y estos le dijeron que tan orgullosos estaban de él, luego seguía el joven Jeon Jungkook, cuyos padres siempre habían amado y seo habían demostrado cuando habían podido, lo amaban y nadie podía discutir aquella realidad.

Después Taehyung, este sonrió a su tío y fue con sus padres quienes lo recibieron con un abrazo, ellos que el un fin de semana sorprendieron a Taehyung diciéndole que ya no iban a divorciar, los mismos que juntos lo abrazaban con fuerza, Taehyung tenía a su familia reunida y junta y estaba feliz, finalmente fue Jimin, mismo que ahora se encontraba junto a sus progenitores, el sueño del joven de tener la atención de ellos se había vuelto una realidad que lo llenaba de felicidad en lo más profundo de su ser, su sonrisa lo delataba porque era algo que no podía controlar.

Namjoon se sentía particularmente orgulloso de aquel grupo que tantas emociones le había hecho sentir, su sobrino y compañía eran de los más representativos puesto que había y marcado un antes y un después, nadie iba olvidar esa promoción escolar porque habían dejado un legado para las generaciones futuras, los veía disfrutar desde su lugar junto a sus amigos maestros, amaba ser el director y poder ver aquella generación llegar a su primer escaño en la vida adulta, seguían sus carreras en la universidad y sabía que lo iban a lograr para ser un profesional de interés.

Los jóvenes nunca dieron ejemplares pero si valientes, tuvieron a una reina que luchó contra un tumor canceroso, que la venció pero que sirvió para dejar huella y una marca, su familia tomó a bien pagar una beca completa en el colegio en honor a su hija fallecida, de ese modo todos marcaban su paso por el colegio, por hacer un trabajo excepcional, los demás los veían como modelos a seguir, pero habían aprendido que la vida era una bendición, que no se podían rendir y no lo harían, aprendieron a amar y a respetar la juventud porque luego se termina y te vas sin dejar una misión cumplida.

Aquellos muchachos crecieron y se volvieron adultos, se casaron y tuvieron hijos a los que educaron y que ahora también trabajaban para que fueran niños de bien, porque así es como la vida debe llevarse con calma y escuchando a los adultos.

Fin.