Eran las doce del mediodía cuando Jimin despertó, hacía mucho que no dormía de esa manera, se sentía en familia, tomó el celular al pensar en Ailin, pero notó que ellas no había respondido a ninguno de sus mensajes a pesar de haberlos visto, eso era algo que nunca había pasado antes pero quizá no era para alarmarse porque la última vez que habían hablado todo estaba muy bien con ellos, además no había hecho nada malo para que ella estuviera enojada.

─ ¿Estás bien? ─ preguntó Taehyung quién permanecía de pie frente a la ventana mientras tomaba una bebida fría.

─ ¿Mm? ─ giró la cabeza en dirección a dónde Taehyung se encontraba ─ ¿Desde qué hora estas despierto? ─ preguntó Jimin mientras se acomodaba en la cama para hablar bien con su amigo.

─ Hace casi una hora, tenía hambre y creo que descanse muy bien después de la lunada, pero insisto, ¿estás bien? ─ respondió Kim que veía algo inquieto a su mejor amigo mientras veía el celular, sospechaba que era algo Ailin pero tampoco quería presionar para que hablara.

─ No lo sé, estos días atrás Ailin ha estado muy bien conmigo pero ahora no me ha respondido desde ayer, asumí que era porque había visitado a su abuela pero hasta hoy solo ha leído lo que le he escrito, quizá ha tenido problemas con sus padres o no sé... ─ habló Jimin con algo de desánimo bajando la mirada.

─ Mañana hablaras con ella, por ahora te aconsejo que le des su espacio y que la dejes resolver sus cosas, si ella te necesita te lo dirá en su momento ─ agregó el joven Kim viendo a su amigo decaído.

Los jóvenes hablaron durante un rato hasta que les avisaron que la comida ya estaba lista y que ya todos estaban despiertos para alimentarse, aunque el último en despertar siempre era Jimin por eso no les sorprendía en absoluto que aquel chico llegará a mediodía durmiendo, salieron de la habitación luego de haber hablado un rato, estaban en el comedor que tenía una vista espectacular al mar y al otro lado a la piscina, había varios alimentos sobre la mesa que gustaban mucho a los jóvenes, lo sabían porque Jungkook les hablaba mucho de ellos, eran buenos padres verdaderamente.

Todo aquello le hacía sentir a Jimin que estaba en la familia equivocada porque no podía ser que todos tuvieran la atención de sus padres menos él, a Taehyung su madre siempre le dejaban un mensaje antes de irse a dormir, su padre siempre estaba pendiente de su hijo, Tristan solía ir a su país cada vez que la reunión de familia llegaba u otras veces sus padres llegaban a la ciudad para pasar el fin de semana con él, jamás se sentía solo o desatendido por su familia aunque estuvieran en el extranjero porque le demostraban cuánto lo amaban.

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La mañana del lunes llegó, tenían que salir de madrugada para llegar al colegio a tiempo a pesar del tráfico, pero todos estaban ya muy descansados, Taehyung deseando que su médico fisiatra le diera el alta para dejar la silla porque ya no la sentía que la necesitara y solo le estresaba andar con esa cosa estorbosa, extrañaba estar libremente con Xiaoxi que ahora solo se limitaba a empujar aquella cosa horrorosa, eso pensaba él mientras JK y Tristan iban haciendo algo de escándalo dentro del coche con sus risas y algarabía que siempre tenían cuando estaban juntos y felices.

Jimin por su parte estaba perdido en sus pensamientos después de haber pasado tanto tiempo ausente de noticias de Ailin por lo mismo se sentía ansioso por verla, hablarle y preguntarle tantas cosas que ahora necesitaba saber, porque incluso pensaba en su salud porque en los últimos días tampoco se había sentido bien y todo aquello creaba en el corazón de Jimin que se sentía como un remolino, pero la emoción que más le afectaba era o resaltaba era el miedo, no quería perderla o que sufriera pero ella tenía un estilo vida muy sano que no podría estar enferma.

De ese modo llegaron al colegio, donde desde una distancia lejana se escuchaban ya las voces de los jóvenes que estaban siendo llevados por sus padres para no verlos en algún tiempo más, para algunas madres era inevitable llorar dejando a los niños ahí, desde los mayores hasta los menores pero la mayoría estaba ya tan acostumbrados a estar en aquel lugar que lo disfrutaban tanto que al ver a sus amigos corrían abrazarse y hacerse bromas, eso era algo que Nam podía ver desde los ventanales de su oficina con satisfacción de saber que estaba haciendo un buen trabajo.

Pero su sonrisa se amplió más cuando vio como la camioneta de los Jeon llegaba con su sobrino al que vio bajar en aquella silla, tenía la esperanza de que lo dieran de alta en esa semana para verlo caminar con aquella elegancia característica suya heredada por su padre, aunque no quiso bajar para saludar porque quería que se instalarán tranquilos, n toque en la puerta lo hizo voltear pues aún no era hora de empezar las labores y seguramente su asistente no había llegado, era lo más seguro así que se limitó a responder con su voz ronca un simple ─ pase ─

La sorpresa del director Kim fue que los padres de Ailin estaban ahora frente a él, no tenían una buena expresión y esto preocupó al director ─ ¿En qué puedo ayudarles señores Ho? ─ dijo invitándoles a sentarse.

La pareja de esposos pasaron y tomaron asiento, esperaron a que Nam también se sentara pero al parecer no había una manera de decirlo que ahora sabían, pero el director Kim no era tonto y sabía que algo malo pasaba, aquel silencio era algo que se estaba volviendo insoportable pero por más malo que fuera debían hablar y más ahora.