La mansión Black se mostraba majestuosa y tetricamente ante los cinco Slytherin. Tomados de la mano, los cinco caminaron con la cabeza en alto rumbo a la entrada. Alessia sacó una mano de gloria de su bolso (el cual poseía un hechizo de expansión) y gracias a esta, lograron ingresar a la Mansión.

Ahí es donde todo comenzó.

—¡Intrusos!—grito uno de los mortífagos.

—¡Ahora!—ordenó Severus.

Regulus y Severus lanzaron dos bombas fetidas y cuatro de humo en toda la sala, haciendo que fuera imposible el ver algo. Iolanthe sacó la capa de invisibilidad, herencia familiar, que le había robado a James de su cuarto y se la puso encima junto a Narcisa.

Los hechizos y maldiciones volaban por todo el primer piso y pronto los mortífagos de los demás pisos bajaron rapidamente para combatir junto a sus compañeros. 

—¿Hacia donde, Cissy?—pregunto Iolanthe mientras se movian pegadas a la pared para que la capa de invisibilidad no se les cayera y el plan fracasara.

—Hay que subir las escaleras, si la información que tenemos es cierta, Voldemort esta en el ultimo piso.—respondió Narcisa.

Anduvieron tan rapido como se podía en aquella situación, pero al mismo tiempo con mucho sigilo. Consiguieron llegar hasta el cuarto y último piso, llegado a ese punto, todos los mortífagos se encontraban luchando en la planta baja contra Regulus, Severus y Alessia.

Sonaba practicamente imposible, pero esos tres Slytherin se estaban enfrentando a una horda de mortífagos de mayor edad y con más experiencia que ellos...

Y aún así les estaban ganando.

—Por acá, Lanthy.—susurró Narcisa doblando en una esquina.

De pronto, Iolanthe tomó a Narcisa del brazo y le hizo una seña con la cabeza. Narcisa giró el rostro en la misma dirección en que la joven Potter veía y, como si estuviera siendo iluminada por la luz de la luna, acostada sobre un cojín de seda en uno de los ventanales, estaba Nagini.

La enorme y asesina serpiente maledictus de Voldemort, Nagini. 

Y también su primer y unico horrocrux.

Según la información que habían logrado recabar, la serpiente enfermó gravemente desde aquella vez en la batalla de Hogwarts donde Iolanthe se enfrentó a Voldemort. Presumiblemente algun o algunos hechizos rebotaron en ella, causando que entrará en esa etapa de debilidad, la cual tenía muy preocupado a Voldemort.

Narcisa y Iolanthe compartieron una mirada y mientras que Narcisa se cercioraba de que nadie se acercará, Iolanthe lanzó un petrificus totalus sobre la serpiente, salió de la capa de invisibilidad y de su bolsa (que también poseía un hechizo de expansión indetectable) sacó la espada de Gryffindor en todo su esplendor.

—Nada personal, serpiente, pero así es la vida.—musitó Iolanthe con frialdad.

Dicho esas palabras, la mano de Iolanthe no dudo ni un segundo en blandir la espada y cortar por la mitad a la serpiente, la cual, inmediatamente se deshizo en miles de particulas.

—¿Funciono?—pregunto Narcisa en cuanto Iolanthe volvió a la capa y guardaba la espada.

Un fuerte grito de furia y dolor resonó en toda la Mansión.

—Yo digo que si.—respondió Iolanthe con una sonrisa de lado y continuaron caminando.

Llegaron hasta una enorme entrada de doble puerta color negra. Un estruendo resonó en la planta baja y el corazón de ambas chicas se paralizo al escuchar el grito desesperado de Regulus:

—¡ALESSIA! ¡ALESSIA!

Iolanthe retuvo a Narcisa, quien había tenido la intención de correr de vuelta con sus amigos para ayudarlos. Ambas se miraron y Iolanthe negó con la cabeza.

—Si cometemos un solo error a partir de ahora, o si dejamos escapar la oportunidad...es probable que nunca más volvamos a poder conseguirlo.—espeto Iolanthe.—confía en nuestros amigos...ellos pueden lograrlo.

—¿Y si...y si no...?—musito Narcisa con el corazón latiendole desbocado. 

—Entonces...—Iolanthe suspiro pesadamente y asintió.—ve con ellos, Cissy. 

—Lanthy...

—Ve, tienes razón.—afirmó Iolanthe.—ayudales y sobrevivan. Yo iré tras Voldemort.

—Cuidate, Lanthy.—murmuró Narcisa y salió de la capa de invisibilidad, corriendo rumbo a la planta baja para ayudar a sus amigos.

Con la varita en alto, Iolanthe recito un hechizo que hizo abrir las puertas del despacho. Ante ella se mostraron a Bellatrix Lestrange y Tom Ryddle, ambos apuntando a la entrada.

—¿Qué mierda? ¿Porqué no hay nadie?—susurró Bellatrix confundida.

—¡Bombarda!—lanzó Vodlemort.

—¡Protego! ¡Flipendo!—lanzó Iolanthe.

—¡Avad...!—las palabras de Bellatrix no consiguieron salir del todo de sus labios en cuanto Iolanthe se le adelanto:

—¡Avada Kedavra!

El cuerpo de Bellatrix Lestrange cayó al suelo, muerta. 

Tom Ryddle, alías Lord Voldemort y Iolanthe Potter, alías La esperanza del Mundo Magico, quedaron cara a cara con las varitas apuntandose.

El rostro del mayor asesino del mundo magico estaba palido, sudando frio y aunque se estaba esforzando, ella pudo notar que en realidad estaba nervioso y muy tenso por la situación actual.

—¿Qué ocurre, señor Ryddle?—dijo Iolanthe con sorna.— ¿Ya no te parezcó una preciosura?—pregunto con una sonrisa arrogante, recordandole aquel alago que le dió cuando se enfrentaron en Hogwarts, antes de que el notara que ella podía vencerlo.

—No tienes que llegar a esto, pequeña Potter.—dijo Voldemort utilizando el tonó más sedoso de su voz.—A mi lado podrías tenerlo todo.

—Yo lo tuve todo, más de una vez y tu me lo arrebataste.—dijo Iolanthe con irá.—Me quitaste a mis padres, a Lucius, a Barty...No te lo pienso perdonar, Ryddle.

—Lucius te traiciono primero.—replicó Voldemort.— El te mintió, no te dijo que se había unido a mi, aún sabiendo que tu estabas en contra de esos ideales.

—Lucius...era un purista de sangre. Un arrogante purista de sangre.—admitió Iolanthe sin verguenza.— pero, al menos el era un sangre pura con muchos miles de millones de galones. No que tu...—lo miro con desprecio.— No eres más que un maldito mestizo abandonado con ansías de poder. Un maldito mestizo que creo una doctrina sobre la pureza de la sangre pero es igual de impuro que los que odia!

—¡AVADA KEDAVRA!

—¡Expelliarmus!

Un segundo.

Dos segundos.

Tres segundos.

Iolanthe soltó la risa más histerica y aliviada que jamás había liberado. Lagrimas descendieron de su rostro al tiempo en que hacía levitar el cuerpo asesinado de Tom Ryddle. 

Salió del despacho principal de la familia Black y en completa calma descendió por los pasillos hasta llegar a la planta baja, donde sus cuatro amigos la esperaban. Todos lastimados y sucius, llenos de sangre. Rodeados de los cuerpos de muchos mortífagos muertos y otros tanto amarrados.

Alessia, quien estaba en brazos de Regulus con el hombro sangrando, fue la primera en verla descender por los escalones con el cuerpo de Voldemort flotando detrás de ella.

—¡Lo hiciste, Lanthy!—exclamo Alessia— ¡Lo conseguiste!

Sus demás amigos se giraron a verla. Hubo unos segundos de shock, donde los mortífagos sobrevivientes contemplaban aterrorizados el cuerpo asesinado de su lider, y donde los cuatro Slytherin sonreían emocionados.

—¡GANAMOS!—gritaron todos, corriendo a abrazar a Iolanthe.

Habían vencido.

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Les comento que solo quedan dos capitulos más: el siguiente y el epilogo. Para que preparen los pañuelos porque si esta sentimental el epilogo.

Los amo!