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Capitulo 31

(N/A: Ya estamos en los últimos capitulos, por cierto, les cuento que quise hacerme una cuenta de tiktok para hacer edits de mis novelas pero la verdad soy super mensa para ellos, así que si alguien hace alguno, me dice para que me etiquete xD )

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El funeral de Lucius fue silencioso y peligroso en partes iguales, pues fue enterrado en el cementerio de la familia Malfoy, por lo que se requirio de todo el apoyo de la orden del fénix para poder llevar a cabo la ceremonia.

En cuanto a Barty...no había quedado nada de su cuerpo para poder darle una sepultura digna. 

Cinco meses habían pasado desde entonces.

—Ven aquí, pequeño Dragón.—dijo Iolanthe cargando a su bebé.

Draco ya tenía casi seis meses de edad y cada vez se parecía más a su padre. Iolanthe lo cargó y llevo hasta la sala donde Pandora reía viendo a su hijo, el pequeño bebé Harry de cuatro meses, jugando en la alfombra con un peluche en forma de snitch. Iolanthe dejó a Draco, que abrazaba su peluche de Dragón esmeralda regalo de su padre, junto a Harry.

Ambos niños se sonrieron y comenzarón a jugar entre si, siendo observados por sus madres, quienes sonreían ante las tiernas escenas que los niños realizaban.

—Hola, amor.—saludó Sirius besandola en cuanto entro a la sala.—¿Cómo estas, cachorro?—pregunto besando a Draco.—¿Y tu, mini cornamenta?—pregunto besando esta vez a Harry.

—Hola, huroncito.—dijo James besando a Draco.—hola, bambi.—besó a Harry.—Y hola, mi vida.—besó a Pandora.

—¿Cómo les fue?—pregunto Pandora.

—Muy bien, capturamos a otra docena de mortífagos gracias a la información que consiguio Lanthy la vez pasada.—respondió James.

—¿Encontraron a Bellatrix?—cuestionó Iolanthe.

—No, pero si que asesinamos a Rabastan.—dijo Sirius.

Pandora continuo conversando con ambos chicos mientras que Iolanthe bebía de su taza de té. Se había mudado a Grimmauld Place con los merodeadores, Pandora y Narcisa, mientras que Severus, Lily, Regulus y Alessia se escondían en una cabaña perteneciente a Alessia. 

En cuanto Iolanthe había estado completamente recuperada, se unió a la orden del fénix y comenzó a realizar misiones para atrapar a la mayor cantidad de mortífagos posibles y de paso seguirle la huella a Lord Voldemort.

Gracias a los esfuerzos de Iolanthe, la comunidad magica gozaba de al menos un poco más de seguridad y tranquilidad que antes. La joven Potter se había encargado personalmente de joder los planes de Voldemort.

Le estaba dando a la comunidad mágica lo que deseaba: una heroe.

Y a Voldemort lo que creyó que era: su enemiga principal.

—¿Si, cariño?—pregunto Sirius.

—¿Perdón?—Iolanthe salió de sus pensamientos y lo miro confundida.

—Dije que si querías cenar pizza.—dijo Sirius besandola.

—Oh, cielo. Coman ustedes, yo no puedo, no estare esta noche aquí.—Iolanthe sonrió apenada.

—¿Por qué? ¿A donde vas?—pregunto Sirius con el ceño fruncido.

—Hoy es noche de Slytherin.—dijo Narcisa descendiendo por las escaleras con Remus detrás de ella.

En ese preciso instante aparecio Severus con Lily, quien llevaba una mochila con sus cosas y sonreía emocionada. Ambos saludaron a todos.

—No sabía que tendrían noche de Slytherin.—dijo Sirius con un puchero.

—Pues ya ves.—lo besó con una sonrisa divertida.— Sev nos llevara, no debes preocuparte.

—De acuerdo.—aceptó Sirius.—¿Te llevaras a nuestro cachorro?—pregunto señalando a Draco, quien reía junto a Harry.

—En realidad, pensaba que podrías quedarte con el hoy. Sería tu primera vez solo con el, pero si no te sientes seguro...

—¡Si me siento seguro! ¡Si me siento seguro!—exclamo Sirius con una enorme sonrisa y cargo a Draco.— Tu, Harry, Cornamenta y yo haremos de esta noche, la mas divertida de todas.—afirmó viendo a Draco, quien rió sin saber realmente de que hablaba.

Iolanthe se acercó a Sirius y Draco, sonriendole a su hijo, quien la miro feliz al reconocerla.

—Te amo, Draco.—dijo Iolanthe, besando su mejilla.

—¿Listas?—pregunto Severus.

—Tengan cuidado.—dijo James besando la frente de Iolanthe.

—Adiós, Cissy. Cuidense.—dijo Remus besando su mejilla.

Narcisa y Remus llevaban las cosas despacio, llevaban oficialmente dos meses de relación, 

Narcisa y Iolanthe se agarraron del brazo de Severus y desaparecieron de Grimmauld Place, aparenciendose en la cabaña de la familia Zabini, quedando frente a Regulus y Alessia.

—Bienvenidas, chicas.—saludó Alessia con una sonrisa.

—Hola, amor.—saludó Regulus a Iolanthe, besando su mejilla.—Hola, Cissy.

—Hey, amor.—saludó Iolanthe.

—Hola, Reggie.—saludó Cissy.

—Basta de charlas, tenemos cosas que hacer.—dijo Severus con seriedad y todos asintieron de acuerdo.

Había una cualidad de los Slytherin que casi nadie reconocía más que ellos mismo, y esa era la cualidad de poseer también las caracteristicas de todas las demás casas.

Eran fieles como los Hufflepuff.

Pero no debías traicionarlos.

Te darían los mejores y más inteligentes consejos como un Ravenclaw.

Pero no debías contradecirlos.

Te defenderían valientemente como un Gryffindor.

Pero nunca debías engañarlos.

Sin embargo, la mayor cualidad de los Slytherin no era ninguna de ellas, nisiquiera la caracteristica de ser ambiciosos, no. Su mayor caracteristica es que eran vengativos.

Lord Voldemort les había arrebatado todo lo que más amaban a cada uno de ellos. A Iolanthe le quito sus padres y el padre de su hijo; a Narcisa su fuerza y dignididad; a Regulus su alma gemela; a Alessia sus padres; y a Severus simplemente había lastimado a su familia por elección: sus amigos.

Y eso merecía venganza.

—¿Tienes las pociones listas?—pregunto Narcisa revisando su bolso.

—Listo.—dijo Severus.—¿Llevan las bombas fétidas?

—Ya las llevo.—dijo Regulus revisando las cosas.—¿Llevan díctamo y bezoars?

—Aquí.—dijo Alessia.—¿La espada de Gryffindor que robamos del despacho de Dumbledore?

—Yo la tengo.—dijo Narcisa.— ¿Lista, Iolanthe?

—Lista.—dijo Iolanthe limpiando su varita.— Voy a matar a ese hijo de perra.

Su plan era sencillo y suicida a la vez, en realidad, era el plan más Gryffindoresco que habían creado jamas: se aparecerían frente a la Mansión Black (la que perteneció a Druella y Cygnus, padres de Narcisa, Andromeda y Bellatrix), Regulus, Severus y Alessia se encargarían de los mortífagos de la primera planta y los atraerían a todos los demas. Lanzarian bombas fetidas para despistar y Iolanthe junto a Narcisa, escondidas debajo de la capa de invisibilidad, llegarían hasta el despacho del difunto padre de Narcisa, donde según la información recabada, era donde Voldemort recidía junto a su mascota Nagini.

Narcisa tenía trabajo doble, estaba a cargo de la espada de Gryffindor y debía matar a la serpiente, pues según la carta que Dumbledore les había dejado, Nagini era el único horrocrux de Lord Voldemort, por lo que si la eliminaban, solo quedaba matar al loco mestizo.

Mientras tanto, Iolanthe estaba encargada de esa parte: eliminar para siempre a Voldemort. 

No fue una decisión facil, realmente Iolanthe había pensado mucho en ello antes de tomar la decisión de crear ese plan junto a sus amigos, puesto que no quería dejar a Draco sin madre, pero también era una realidad que si no acaban con Voldemort pronto, quizá ni Draco ni Harry podrían vivir tranquilamente en el futuro.

—¿Le dijeron a sus parejas?—pregunto Alessia mirando a Narcisa y Iolanthe.

—No.—respondieron ambas.

—Yo le deje una carta escondida en mi buro.—dijo Narcisa.—por si nuestro plan suicida si termina en suicidio.

—Yo no.—dijo Iolanthe y la miraron confundidos.— Dejar una carta o algo de despedida es como aceptar que morire esta noche y no es así.—levanto la barbilla.— No morire esta noche. Tengo un hijo, una pareja, una familia, a ustedes. 

Dio un paso al frente y todos se tomaron de las manos, formando un circulo.

—No moriremos, esta noche seremos los vencedores y nos regocijaremos en la sangre de este imbécil.—dijo Iolanthe mirandolos con firmeza.— Vengaremos a los caidos, a los Zabini, a Theo, a mis padres, a Barty, a Lucius. También a los que hirieron, a Cissy, a Alessia. 

Todos tomaron una daga y hicieron una cortada a lo largo de la palma de su mano, derramando la sangre, mezclando la de todos en un cuenco de plata. Una promesa de sangre.

—Hoy termina el reinado de Tom Ryddle.—afirmó Iolanthe.


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