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Capitulo 27

Remus se sirvió otra copa de whiskey y se sentó en el marco de la ventana viendo a Narcisa dormir. El sol alumbraba la habitación, anunciando la llegada de un nuevo día, y aunque no era muy sano que estuviera bebiendo tan temprano, Remus considero que lo necesitaba. Al menos solo por hoy.

Narcisa dormitaba tranquilamente enrollada en las sabanas de la cama. Se le había tenido que suministrar muchas pociones, entre ellas una para que pudiera dormir tranquila. Se acercó despacio y acaricio delicadamente su mejilla, a lo quella abrio los ojos espantada, soltando un jadeo.

—Ey, tranquila...—susurró Remus recibiendola entre sus brazos.—Todo esta bien, solo soy yo, ¿de acuerdo?—besó su frente y Narcisa intento controlar su respiración. 

—Lo siento...—susurró Narcisa apretandose más contra el.

—Esta bien, linda.—volvió a besar su frente.— todo a tu ritmo, ¿de acuerdo?, sin prisas.

(...)

Regulus abrió lentamente sus ojos topandose con un cuello de piel blanca. Sintió caricias en sus rizados cabellos negros y soltó un suspiro, abrazando más a la persona junto a el. Iolanthe dejó un beso en la frente de Regulus mientras continuaba dandole mimos.

Despues de haber curado a Narcisa anoche y de dejarla al cuidado de Remus, Iolanthe paso la noche con Regulus, quien nuevamente lloro por la perdida de su alma gemela. 

Lucius les había informado de la muerte de Theodore en cuanto lo supo, que fue casi una semana despues de la captura de Narcisa y Theodore. La noticia impacto demasiado a Regulus, pasando por una etapa de depresión muy grande, de la cual no hubiera salido sino fuera por Iolanthe. 

—Buenos días, amor.—susurró Regulus.

—Buenos días, cariño.—dijo Iolanthe besando su cabeza.—Vamos a desayunar, no has comido nada desde ayer.

—No quiero comer.—replico abrazandose más a ella.

—No era pregunta.—se burló.—Y no me apretes tan fuerte o me sacaras al niño.

Regulus soltó una pequeña sonrisa y se levanto de la cama, ayudando a Iolanthe a levantarse. Iolanthe ya tenía casi los cinco meses de embarazo y su linda barriga era un recordatorio constante de ello, aunque no estaba sola en el tema, pues al parecer Pandora había tenido un desliz con James y por ello ahora tenía tres meses de embarazo. 

Bajaron las escaleras con delicadeza para no despertar a nadie y entraron a la cocina encontrandose con Sirius vistiendo un mandil y sirviendo la comida.

—Buenos días, amores mios.—saludó con una gran sonrisa y abrazo a su hermano.—¿Cómo estas, Reg?—pregunto con más seriedad.

—Estoy bien, hermano.—respondió Regulus palmeando su hombro con cariño. Sirius asintió y miró a Iolanthe.

—¿Y cómo esta la mujer de mi vida y mi hermoso cachorro?—pregunto agachandose para dejar un beso en el estomago de Iolanthe. —¿Quién es el cachorrito de papá? ¡Tu eres el cachorrito de papá!

—Esto apesta.—dijo Iolanthe con una mueca de asco al oler la comida e ignorando la tierna escena que su novio hacía. 

—¡Disculpame!—Sirius la miro ofendido y la apunto con un cucharon.— Pero mi comida es deliciosa y todos la aman. 

Pero su argumento se fue por el desague en cuanto Iolanthe no se pudo aguantar y vomito en el suelo. Era por causa de su embarazo que casi todo le desagradaba, ya estaban acostumbrados.

—Tranquila, fresita. Sientate, yo lo limpio.—dijo Sirius ayudando a Iolanthe a sentarse.— En cuanto acabe te preparare lo que tu quieras, ¿si?.—besó su frente.

—Ire a ver como esta Alessia.—dijo Regulus y ellos asintieron.

Regulus salió de la cocina, emprendiendo camino a su habitación, pues es ahí donde Alessia se había quedado, mientras que el dormía en el de Theodore. 

Alessia y Regulus habían sido novios hace algún tiempo, en realidad, se amaron con mucho fervor pero cuando Regulus decidió que huiría con sus tres mejores amigos, supo que no podía pedirle lo mismo a Alessia, quien pretendía volver a Italia con su familia para alejarse de la guerra, por esa razón terminaron y luego...luego llego Theodore.

Toco dos veces la puerta y ante la falta de respuesta decidio entrar, encontrandose con que la bella Italiana ya estaba despierta, pero tenía la vista perdida en la imagen tras la ventana. Regulus cerró la habitación y camino hasta sentarse a su lado.

—Buen día, Ale.—dijo Regulus con voz suave.—¿puedo hacer algo por ti?

Alessia no respondió, pero se giro para mirarlo con una sonrisa triste y abrio su mano derecha, de la cual saco un varonil anillo de oro blanco, completamente liso. Se lo extendió a Regulus y este lo tomó confundido.

—¿Qué es esto? Si es un regalo porque te rescatamos...no debes hacerlo, y en todo caso sería a Severus.—dijo Regulus.

—Es de Theo.—respondió Alessia y el la miro asombrado.—cuando capturaron a Narcisa y Theo, yo ya llevaba una semana atrapada. Dejaron a Narcisa en la celda del fondo, pero yo estaba casi al inicio y decidieron dejar a Theo conmigo en lo que decidían que hacer. 

»Theo sabía que lo iban a matar...era obvio, despues de todo, era un mortífago que decidió huir de su señor. Su traición iba a ser pagada con la muerte. —tragó hondo.— entonces, cuando supo que era yo la que estaba con el en aquella celda, me dio este anillo y me hizo prometer que si algún día lograba salir de ahí con vida y te encontraba a ti, Regulus, que te dijera que el te amo con todo su corazón...y que ya sabía que ese sería su destino tarde o temprano. —lo miro con tristeza.— este anillo era un regalo que tenía para ti. Para que lo recordará siempre.

Alessia recibió a Regulus entre sus brazos, escuchandolo llorar sobre su hombro mientras ella acariciaba su espalda con cariño. Alessia se sintió en paz, feliz y melancolica de haber cumplido la última voluntad de Theodore.

(...)

—¿Si es niña podemos llamarla Siri?—pregunto James. 

—Me da miedo el amor que tienes por Sirius.—dijo Pandora con una mueca mientras buscaba que ponerse.

—¿Entonces sí?

—No.

—Fea.—se quejó James cruzandose de brazos y recibió un almohadazo de parte de Pandora.—¡Preciosa! ¡Preciosa!—se corrigio rapidamente.

—Ya vamos a desayunar.—dijo Pandora saliendo de la habitación.

James y Pandora nisiquiera podían afirmar cuando inicio su relación, porque en cuanto se enteraron que ella estaba embarazada, James había proclamado que la boda sería en cuanto el niño o niña naciera. Sirius y Iolanthe serían los padrinos tanto de boda como del bebé y todos usarían pijamas de colores.

Pandora aún intentaba cambiar lo último.

(...)

—Sev...¿estas bien?—pregunto Lily al ver a su pareja con la mirada perdida en el techo.

—Si, Lily. Solo...Cissy me preocupa.—respondió soltando un pesado suspiro.—eso es todo. 

—Quedate junto a ellos, Sev.—dijo abrazandolo.— a veces...lo unico que uno necesita es que alguien este ahí.—aseguró dandole un casto beso.

Aquella mañana fue la más alegre que habían tenido en tres meses. Regulus había vengado a Theodore y Narcisa ya estaba con ellos. Pero al mismo tiempo fue la más preocupante, pues Dumbledore había muerto y a la comunidad magica solo le quedaba una esperanza, la cual fue manifestada en la portada del periodico El Profeta aquella mañana:

"Dumbledore muere y deja como unica salvación a Iolanthe Potter"

Esto apenas estaba comenzando.






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