—Esta es una mala, muy mala idea.—expreso Narcisa en voz baja.

—Concuerdo totalmente.—dijo Pandora.—demos media vuelta y huyamos antes de que nos capturen.

—No nos haran nada.—dijo Iolanthe.— y si algo sucede...yo puedo con ellos.

—Estas embarazada.—riño Narcisa.

—Me puse un hechizo protector en el vientre.—replicó Iolanthe.

Las tres chicas caminaban por las vacías y tenebrosas calles de un pueblo muggle atacado hace pocas semanas. Llegaron hasta una iglesia muggle, donde entraron con lentitud y avanzaron hasta estar detrás de la mesa principal.

—Lanthy...—llamó Lucius.

Las tres voltearon con la varita en alto, encontrándose cara a cara con Lucius Malfoy y Barty Crouch Jr, ambos vestidos con túnicas largas negras y con una máscara plateada en las manos.

Ambos chicos miraron con tristeza a Iolanthe, quien los miró de la misma forma, a diferencia de Narcisa y Pandora, quienes no bajaban sus varitas.

—He venido tal y como más solicitado.—dijo Lucius.—solo traje a Barty conmigo por si era una trampa. Veo que has hecho lo mismo.—miró a Narcisa y Pandora.

—Si, así es.—afirmó Iolanthe—debo decirte algo...¿seguro que confías en que Barty no dirá nada?—pregunto.

—Jamás diría nada sobre ti.—intervino Barty.—menos si es algo que pudiera dañarte, manzanita.

Iolanthe y Narcisa sonrieron con tristeza. Por un momento no pudieron sentir más que amargura ante la situación, después de todo, antes siempre eran todos ellos juntos: Lucius y Iolanthe besándose; Barty, Theodore y Regulus bailando y cantando; Bellatrix divirtiéndose con Severus y los Lestrange....y ahora no eran más que enemigos.

—¿Que ha pasado, Lanthy?—pregunto Lucius, tragando hondo. Sabiendo que si ella lo había contactado después de todo lo que había pasado, era porque era algo muy importante.

—Estoy embarazada. Tengo poco más del mes.—soltó Iolanthe, tocando su vientre.

El rostro de Lucius era de simple incredulidad y mucha sorpresa.

—Estas embarazada.—repitió.

—Si.

—Voy a ser papá.—dijo aún en shock.

—Si.—dijo ella dando un paso atrás, insegura de que tan mala sería su reacción.

—¡Vamos a ser papás!—grito Lucius emocionado y corriendo a abrazarla y alzarla en el aire.

—¿Estas...feliz?—pregunto asombrada, entre sus brazos y aún con sus pies colgando.

—¡Claro que si! ¡Voy a tener un hijo con la mujer que amo! ¿Como podría no estar feliz? —la miró extasiado.

Después de la emoción inicial, Lucius y Iolanthe lograron llegar a un acuerdo. Lucius podría visitarla al menos una vez al mes durante el embarazo y recibiría una nota inmediata en cuanto el bebé estuviera por venir, mientras tanto no debían tener más comunicación, puesto que Lucius seguía siendo un mortifago y Voldemort podría descubrirlos.

—Debes tener cuidado, Lanthy.—dijo Lucius con seriedad.— El señor tenebroso no está feliz con lo qué pasó en Hogwarts, pues la gente ha comenzado a creer que tú eres capaz de vencerlo. Tienen más esperanzas en ti que en Dumbledore y por esa razón el señor tenebroso te tiene en como número uno en su lista negra. Procura no salir si no es estrictamente necesario. Intentaré informarte lo más que pueda.—prometió besando su frente y luego agachándose para besar el vientre de la chica.—cuida a mamá por mi, campeón.

—Quizá sea una niña.—dijo Iolanthe.

—Se que no es así.—sonrió Lucius.—será un gran, hermoso e inteligente varón.—le guiño un ojo.

—Hasta luego, manzanita.—se despidió Barty.

Ambos mortifagos se desaparecieron y las tres respiraron más tranquilas. A pesar de que Pandora y Narcisa no quería que Iolanthe le contara la verdad a Lucius, ella había insistido. Lucius tenía el derecho a saber que iba a ser padre.

—Debemos irnos, los chicos ya deben haber llegado a casa.—dijo Narcisa.

Iolanthe suspiró pesadamente. Hoy se verían con James, Lily, Sirius y Remus en la casa. Severus los había invitado a comer y pasar el día ahí mientras se ponían al corriente sobre cómo les estaba yendo con la orden.

Sintió un nudo en su estómago y ganas de vomitar. No por el embarazo, sino ante el hecho de contarle a Sirius la verdad.

Para cuando llegaron a casa, ya todos estaban ahí, sentados en la mesa del comedor, comiendo y conversando. Las chicas llegaron en silencio con sonrisas incómodas. Regulus, Severus y Theodore aún no sabían del embarazo de Iolanthe y mucho menos sabían que está acaba de ir a ver a su ex novio y padre de su futuro hijo.

—Hola chicas, ¿donde estaban?—saludó Lily con una sonrisa.

—Parque/estética/supermercado—respondieron las tres al mismo tiempo.

—Ustedes no son buenas mintiendo.—se burló Regulus.

Ninguna dijo nada más y se sentaron a comer. Sirius se levantó para ayudar a Iolanthe con su silla, sentandola a lado suyo y dándole un casto beso en los labios.

—Hola, mía.—saludó Sirius con su mote posesivo.

—Hola, Sirius.—sonrió levemente, causando que el chico frunciera el ceño.

—Hola, Remus.—saludó Narcisa con una sonrisa tímida.

—Narcisa.—asintió Remus a modo de saludó, borrando la sonrisa del rostro de la chica.

—Hola, Pandora.—saludó James ayudándola a sentarse.—Te ves muy guapa.—susurró a su oído.

—Yo siempre, Potter.—afirmó Pandora con una sonrisa burlona.

La comida pasó entre risas y algunos silencios incómodos. Los Gryffindor les contaron sus avances en la orden, claro, todo sin dar mucha información porque era privado. Mientras que los Slytherin les contaban las cómicas escenas de Narcisa y Pandora intentando cocinar.

Conforme la noche fue cayendo, se decidió que todos pasarían la noche en casa de los Slytherin y fue la misma Lily quien dio las habitaciones:

—Yo dormiré en el cuarto de Severus, James en el de Pandora, Remus en el de Narcisa y Sirius en el de Iolanthe. Regulus y Theodore siempre duermen juntos así que ya están bien.

—Pero...—dijeron Remus y Pandora.

—Sin peros.—dijo Lily, interrumpiéndolos.—Ahora todos a dormir.

Subieron a sus respectivas habitaciones y Sirius se sentó en la cama de Iolanthe, viendo cómo está revisaba su closet sacando su pijama.

—Me cámbiate en el baño, ¿si?—sonrió levemente pero Sirius la detuvo por la cintura.

—Espera.—la acercó a el.—¿A ocurrido algo? —pregunto preocupado

—¿Porque lo dices?—pregunto ella.

—Porque estuviste rara toda la comida y evitas mirarme.—respondió con el ceño fruncido.—acaso...¿quieres que terminemos? —pregunto asustado.

—¿Estamos juntos?—pregunto sorprendida y Sirius río.

—Desde que me besaste en Hogsmeade para mi ya eres mi novia.—respondió volviéndola a besar cortamente.— pero ya dime, qué ocurre.

Iolanthe lo miró a los ojos. Estar con Sirius siempre la había hecho sentir querida, tranquila y protegida, era un sentimiento cálido y perfecto que no sentia con nadie más que con el. Sus ojos grises parecían querer desnudar su alma y de pronto se vio incapaz de no llorar.

Sirius inmediatamente lanzó un hechizo insonorizador y abrazó a Iolanthe, completamente preocupado.

—¿Que ocurre, Lanthy? Por favor, dime algo.—dijo asustado al verla llorando tan desconsoladamente.

—¡Estoy embarazada!—soltó sin dejar de llorar—Tengo poco más de un mes...¡Lo siento tanto!

Sirius se quedó en blanco. Primero sintió una enorme ira nacer dentro de él, pero se tranquilizó. Ellos no estaban juntos en ese entonces.

—¿Es de Lucius?—ella sintió.

—Lo siento tanto...siento haber arruinado todo, pero...yo estoy feliz por mi bebé.—admitió sin dejar de llorar.

Sin explicaciones, Sirius la abrazó con delicadeza, dejando un beso en su coronilla.

—Te amo y ese bebé es una pequeña parte de ti, no importa quien sea su padre, también lo amo.—acuno el rostro de la chica entre sus manos.—Los amo.

Y dicho esto, Sirius la beso.

Les cuento que abrí un nuevo libro llamado "Things they never said" que serán cortas frases que algún personaje pudo haberle dicho a alguien antes de morir. Esta basado en la historia original de Harry Potter pero también pueden hacer pedidos:)