Petalos de rosa azul, 3 cucharadas de escencia de díctamo, raíz de orquídea, agua del mar negro, sangre de unicornio, pelo de cola de unicornio, agua de luna, un cabello del portador y finalmente una escencia de vainilla. Girar veinticinco veces cada quince minutos durante dos horas.

Esa era la elaboración de la poción de Almas Gemelas.

Todos los alumnos de Septimo Año se encontraban en el salón de las mazmorras elaborando sus propias pociones. Al ser pocos los alumnos que estaban en la clase, eran de las cuatro casas. Realizar la poción en si no era muy complicado, pero si tedioso y se debía ser muy perfeccionista si querías que saliera bien, ya que en el peor de los casos, solo quedaría con la misma utilidad que la Amortentia. 

Eran pocos los alumnos que no se mostraban muy entusiasmados con el tema del resultado de la poción, entre ellos estaban los hermanos Lestrange, Bellatrix Black, Remus Lupin y Peter Pettigrew. Por el contrario, había gente demasiado anciosa por el resultado, como lo eran James Potter, Sirius Black, Marleen McKinnon, Lucius Malfoy, Pandora Lovegood y Severus Snape. Y luego estaban los que tenían miedo del resultado, como Narcisa Black, Lily Evans y Barty Crouch Jr.

—¡Muy bien! ¡Estamos en la recta final!—anunció el profesor Slughorn con entusiasmo.—¡Giren sus calderos por ultima vez!

Todos lo hicieron, algunos con mas entusiasmo y firmeza que otro. Al final de la última vuelta, los calderos de todos pasaron de un color amarillo huevo a uno claro como el agua, pero brillante. Facilmente cualquier persona podría venir con una botella de agua llena de brillantina y parecería igual.

—¡Muy bien! ¡Diez puntos para cada casa ya que todos lo consiguieron!—exclamo Slughorn.—Ahora, todos deben quitarse un cabello propio y lanzarlo a la poción, estaba deberá expulsar un humo que formara el nombre de su Alma Gemela e igual pronunciara el nombre con la voz de ustedes, como si fueran ustedes mismos quienes lo dijeran. Traten de no hacerlo todos al mismo tiempo para que puedan ver y escuchar bien. ¡Adelante!—aplaudio emocionado.

Poco a poco se iban animando los alumnos hacer el último paso de la poción, en Hufflepuff y Ravenclaw solo había un alumno respectivamente de cada casa, ambos eran pareja y al parecer si estaban destinados, pues en cuanto la poción dijo sus nombres se lanzaron a abrazarse.

James Potter y Severus Snape se voltearon a ver retadoramente.

—Snape.—dijo James.

—Potter.—dijo Severus.

—¡Lovegood!—exclamó Pandora con una sonrisa divertida ante la pelea de esos dos.—Vamos, dejen de pelear y veamos que ocurre.—soltó un gritito de felicidad.—¡No puedo esperar a que salga mi Alma Gemela!

—Lovegood tiene razón, dejen de discutir.—dijo Lily añadiendose a la conversación.

Los dos chicos volvieron a dirigirse una mirada retadora, pero obedecieron a la chica Lovegood y a Lily. Los cuatro tomaron una hebra de su cabello y lo lanzaron a sus respectivas pociones, las cuales soltaron el nombre de sus parejas:

—¡Loveegod, Pandora!

—¡Evans, Lily!

—¡Potter, James!

—¡Snape, Severus!

James miró rapidamente decepcionado a Lily, mientras que ella y Severus se sonreían con emoción. Por otra parte, la sonrisa de Pandora desaparecio y soltó un grito de frustración que alerto a todos.

—¡No! ¡No puede ser! ¡Sev!—exclamo Pandora con lagrimas en los ojos.—¡¿Porque de entre los Potter me tuvo que tocar este imbécil?!—señalo a James, quien la miro ofendido y varios rieron— ¡¿Porque no Lanthy?! ¡¿Porque no tu?! ¡Hasta me conformo con Crouch!—grito dramaticamente, dejando caer su cabeza sobre la mesa.

—¡Yo soy un gran partido!—exclamo James defendiendose.

—Lo siento mucho, cariño.—la abrazo Severus ignorando a James—La vida es cruel aveces.

—¡Maldita sea!—lloro contra el pecho de Severus.

Todos guardaron silencio y desviaron la mirada, notando que Pandora Lovegood estaba verdaderamente frustrada con su resultado, aunque James estaba igual. No es que la chica Lovegood fuera fea, James más de una vez la había mirado con otros ojos, pero el siempre había amado a su Lily-flor...¿cierto?

Pero eso ya no importaba, ella estaba destinada a estar con Snape, así como el siempre estuvo destinado a estar con Pandora.

—Pandora...—James la intento tocar.

—¡No me toques!—se quejo ella abrazandose más a Severus.—¡Me niego a estar con alguien que trato tan mal a mi galletita durante mucho tiempo!—dicho esto salió corriendo del salón.

Nadie dijo nada y James se dejo caer sobre su lugar, recargandose en la mesa. Sus amigos palmearon su hombro a modo de consuelo. El profesor Slughorn se aclaro la garganta y pidió que continuaran con la actividad. James opto por levantarse, tomar sus cosas y salir cabizbajo del salón.

Todos volvieron a sus pociones. Hubo algunas, como era el caso de Barty Crouch Jr, los hermanos Lestrange, Bellatrix Lestrange, Marleen McKinnon y Peter Pettigrew, quienes no eran muy habilidosos en el arte de las pociones y no les funcionaron sus pociones, quedando con la misma funcionalidad que una Armontentia, pero con un menor tiempo de efectividad.

Remus Lupin inspiro hondo y soltó uno de sus cabellos en la poción, la cual rapidamente soltó el nombre:

—¡Black, Narcisa!

Bellatrix soltó un grito indignada. Narcisa, quien tenía su cabello aún en mano, miro anonada el caldero del chico. Severus estaba igual. Bellatrix rapidamente fue hasta donde su hermana, le quito su cabello y lo avento sobre la poción de ella.

—¡Lupin, Remus!

—¡Qué deshonra!—exclamo Bellatrix con asco.—Que bueno que te comprometieron con Rabastan.—murmuro a su hermana.

Narcisa no dijo nada, seguía en un estado de shock al igual que Remus. Narcisa había llegado a pensar que quizá quedaría con Severus, sino con Barty o incluso con Theodore Nott. Este ultimo lanzó su cabello al caldero:

—¡Black, Regulus!

—¡En la madre!—grito Rodolphus con los ojos abiertos.

El desorden en el area de los Slytherin se incremento, Lucius miro con nerviosismo su caldero, las cosas no estaban saliendo como nadie esperaba. Solto el aire, intentando tranquilizarse y alzo su cabello, pero antes de poder lanzarlo, Sirius Black dejo caer el suyo sobre su propia poción:

—¡Potter, Iolanthe!

Silencio absoluto.

—¡No!—se quejo Marleen, llorosa.—¡El es mío!

Sirius sonreía completamente emocionado a diferencia de Lucius, quien estaba en con los ojos desorbitados y parecía mas blanco de lo normal. Malfoy golpeo su mesa, derramando su poción y salió rapidamente del salón.

Nadie dijo nada durante unos segundos y nadie se movio, hasta que de pronto Severus y Narcisa empalidecieron y se voltearon a ver, exclamando al mismo tiempo:

—¡Lanthy!

—¡CORRE TRAS EL SEV!—Grito Narcisa siendo sujetada por Bellatrix.

—¡Ey!—grito Remus alzando su varita contra Bellatrix.

Los Lestrange lanzaron un hechizo, uno a Severus y otro a la puerta, impidiendo que salieran. Slughorn ordeno que se calmaran pero nadie obedecio, Sirius intentó salir tras Lucius pero Barty lo tomó por detras y el desastre se desato.

Lucius camino rapidamente hasta la sala común de Slytherin, al entrar se encontro con Iolanthe, quien leía un libro frente a la chimenea, pero al oirlo entrar tan abruptamente levanto la mirada confundida.

—¿Lucius?—susurró confundida al ver su expresión indescifrable.

El no dijo nada y la tomó de la muñeca. La llevo hasta su habitación cerrando la puerta con magia. Ambos se miraron durante unos largos minutos sin decir nada. Con su rostro indiferente, los ojos de Lucius enrojecieron y gruesas lagrimas empezaron a descender por sus mejillas. 

—¿Qué ha ocurrido, Lucius?—pregunto preocupada, acunando el rostro del muchacho entre sus manos.

—No...la poción...

—¿Qué?—lo miro impactada.

—No eres mi Alma Gemela. Tu nombre salió en otra poción, no me quise quedar a ver que nombre me salia.—admitió con la voz rota.

—No.—Iolanthe negó con la cabeza, apretando los labios y sintiendo una enorme tristeza en su corazón.—No puede ser.—susurró negada.

Iolanthe comenzo a llorar y se abrazo a Lucius, quien la abrazo en el mismo estado que ella. La gente podía no comprender como es que si estaban separados desde hace meses, estaban ahí juntos, llorando abrazados por descubrir que nunca habían estado destinados.

Pero es que los demás no sabían lo que sentian. Podían estar separados, pero mutuamente eran su más grande primer y maravilloso amor...y eso siempre era triste de dejar. 

Lucius besó a Iolanthe sin dejar de llorar y esta correspondió. Compartieron una mirada de mutuo consentimiento y la ropa fue desapareciendo beso tras beso, deseosos de sentirse de nuevo...y por ultima vez.

(...)

Iolanthe camino por los pasillos de Hogwarts, ya era más de media noche y se dirigía a la Torre de Astronomía. Había dejado a Lucius en su habitación despues de haberse acostado de nuevo, ninguno dijo nada. No había mucho que decir.

Despues de todo, ya no estaban juntos...y ahora sabían que nunca estuvieron destinados.

Soltó un largo suspiro en cuanto llegó a la torre, mirando las estrellas con tristeza. Unas manos se colocaron sobre su cadera, haciendola soltar un jadeo de sorpresa y se giro sorprendida.

—Hola, fresita.—saludó Sirius con una sonrisa.

—Hola, Sirius.—sonrió levemente.—¿Qué haces aquí?

—Necesitaba hablar contigo.—respondió colocando un mechon del cabello de Iolanthe detrás de la oreja de esta.

—¿De que?—Iolanthe lo miro confundida y Sirius sonrió.

—Sobre el hecho de que somos Almas Gemelas.