Capitulo 15
Platicar con Walburga Black era un fastidio, puesto que la mujer no tenía nada de que hablar que no fuera la supremacía de la sangre, insultos a su hijo mayor que huyo con los Potter, o hablar de como Regulus era perfecto.
En el último punto Iolanthe concordaba con ella, pero aún así era fastidiosa.
Ya llevaba cerca de hora y media con esa mujer, dando sonrisas falsas y asintiendo a todo lo que decia. Lucius y casi todos los hombres de la fiesta, incluyendo el misterioso, y según Iolanthe aterrador, señor Ryddle, se habían ido a una de las salas privadas de la mansión Malfoy para disfrutar un poco de juegos de azar.
En la opinión de Iolanthe eso sonaba estúpido y a mal chiste.
—Debo decir, querida Iolanthe.—dijo Walburga.—que estoy gratamente complacida con el cambio que has dado. Espero también ayudes a Regulus a hacerlo, aunque hoy se ha librado por estar hablando con la chica de los Zabini, en la proxima reunión hare que lo marquen sin falta. Es una verguenza que la mayoria de nuestros conocidos ya la tengan y nuestro heredero de la Noble y Ancestral Casa de los Black no lo tenga.
—Perdone, ¿a que se refiere?—pregunto Iolanthe, genuinamente confundida y Walburga rio.
—Oh, vamos, querida. No necesitas ocultarlo, a mi no.—hizo un ademán desinteresado.—despues de todo soy una Black, fuimos de los primero fieles partidarios. Aunque si debes ser muy discreta, justo como ahora, pues si te escucha alguien que no concuerde con nuestros ideales es muy probable que tengamos problemas.—suspiró dramaticamente.— Espero no sufran mucho los muchachos que acaban de subir, en especial Lucius. Yo no tengo la marca, despues de todo solo soy una ama de casa, pero Orion si que la tiene ya. En realidad, no crear que me importa mucho si sufren.—se encogio de hombros.—pero harían mucho ruido y a nuestro señor no le gustaria eso. Aquí entre nos.—se acercó más a ella, con una sonrisa orgullosa en el rostro.— Los Black contamos con la más alta estima del señor oscuro, ya que Bellatrix se ha encargado de complacerlo como el hombre atractivo que es, ¿si lo notaste, cierto?
—Yo...—dijo insegura de lo que pasaba.
—El señor oscuro, Iolanthe. Por Merlín, con razón te portaste tan patosa. No sabías que era el.—regaño Walburga con el ceño fruncido.
—¿El...quién...?
—Tom Ryddle, niña tonta.—susurro molesta.—El señor oscuro, señor tenebroso, Lord...ya sabes...
Walburga volvió a tomar de su copa, indiferente al estado de shock que Iolanthe presentaba. Sin darse cuenta, Walburga Black le había respondido todas sus sospechas y más. Agradeció enormemente que Lady Carrow y Lady Zabini apareciera en ese momento para hablar con la matriarca de los Black, llevandosela con ellas.
Vislumbro a Regulus, escondido en una de las esquinas bebiendo de su copa. Cruzaron miradas y los tranquilos ojos del menor de los Black se abrieron de preocupación al ver el aspecto de Iolanthe. Rapidamente se dirigió hasta ella y la tomo de los hombros.
—¿Qué ha pasado, cariño?—pregunto Regulus con seriedad.
—Esperame en el jardín trasero, nos transportaremos.—dijo Iolanthe con la mirada perdida.—pero antes debo hacer algo.
Sin esperar respuesta, Iolanthe subio las escaleras y emprendió camino rumbo a la sala donde los hombres estaban, encontrandose con que ya venían de salida. Lucius, quien se acariciaba el antebrazo izquierdo con una mueca, la miro confundido, pero al ver la desilución en los ojos de la chica, comprendio que ya lo sabía todo. Antes de darse la vuelta, Iolanthe cruzo miradas con Tom Ryddle, quien la veía con una mueca de superioridad y diversión que la hicieron sentir un asco enorme en su estomago.
Iolanthe regreso por donde vino, caminando en aparente tranquilidad y saliendo al jardín trasero, siendo seguida por Lucius. Caminaron lo suficiente para alejarse de la vista de todos y en eso ella volvio a girarse, encarandolo.
—Lanthy...
—Muestrame tu antebrazo.—pidió con seriedad.
—No hagas esto, no ahora...no en nuestro aniversario.—pidió Lucius intentando acercarse a ella.
—¡¿Qué no haga qué?!—explotó llorando.—¡¿Qué no invite a un montón de mortífagos asesinos a una fiesta de navidad y también al señor oscuro?! ¡Ah no! ¡Eso lo has hecho tu! ¡Te has convertido en uno de ellos!
—Iolanthe.—la tomo por la cintura sin hacerle daño pero con firmeza. Ambos se miraban fijamente a los ojos.—Se que estas asustada. No quería que te enteraras así...aunque admito que tampoco sabía como decirtelo. Pero debes saber que...
—¡¿Qué?!—exclamó con rabia.—¿Qué es lo que debo saber, Lucius?—dijo con voz más suave, desilusionada.—Estas entregando tu futuro a un tipo que nos quiere destruir a todos.
—Solo a los sangre sucias.—corrigió.
—¡No los llames así!—explotó nuevamente, removiendose en el agarre de Lucius, intentando soltarse.—¡¿Por qué lo hiciste?!—sollozó contra su pecho, abrazandolo.—¿Porqué...? Lo teniamos todo Lucius...
—¡Mi amor!—la llamó preocupado y con lagrimas en los ojos, pero sin llorar.—se que estas muy asustada, que tienes miedo, pero nada malo va a pasarnos. ¡Antes doy mi vida por ti!... Cuando el Señor Tenebroso gane seremos bien recompensados y estaras segura. Nadie va a tocarte ni un solo cabello.
—A menos que no cumplas algo y te mate.—dijo Iolanthe con voz de ultratumba, separandose de el.—No puedo...yo...no puedo.—negó con la cabeza agachada.
—Ey...ey..—la tomo de las mejillas.—No digas eso, amor. Somos...somos el uno para el otro, ¿recuerdas?—trago grueso.—nos amamos, somos almas gemelas. Nos vamos a casar.
Iolanthe lo miro con el rostro palido, mojado por sus lagrimas y llena de desilución y tristeza.
—Te amo...te amo tanto....más de lo que pense que llegaría a hacer jamas.—admitió con una sonrisa triste.—pero...no puedo...no puedo estar con un mortífago...no...
Iolanthe dio unos pasos hacia atras, mientras que Lucius, llorando silenciosamente intento acercarse de nuevo pero ella alzo la mano en alto y volvió a sollozar.
—Lanthy...¿recuerdas nuestro futuro juntos?—pregunto con voz ahogada—nos casariamos en cuanto yo acabara Hogwarts, tendríamos a nuestro primer hijo...nuestro Draco...le comprariamos una mascota mágica que siempre lo acompañara hasta su último día...iriamos a París...
—...tu arruinaste ese sueño...—dijo Iolanthe sin dejar de llorar.—Tu lo arruinaste...no puedo hacer esto...no...
—Lanthy...amor...
—¡Lanthy!—exclamo Regulus, apareciendo y viendo la escena con sorpresa.—¿Pero qué...?
—Vamonos.—dijo Iolanthe tomandolo del brazo y empezando a correr.
—¡Lanthy, por favor!—rogó Lucius siguiendolos.
—Es un mortífago.—susurro Iolanthe sin dejar de llorar.
—¡Lanthy!
—Vamonos, manzanita.—dijo Regulus.
Iolanthe volteo, viendo como Lucius intentaba alcanzarlos. Sus miradas chocaron. Castaño contra Gris. Un tirón en su estomago y segundos despues estaba en la sala de su casa, tomada de la mano de Regulus y frente a los merodeadores.
—¡Lanthy!—exclamo James levantandose de inmediato.
Pero Iolanthe no respondía. Tenía la mirada perdida, estaba palida, despeinada, con la cara mojada por las lagrimas que aún seguían saliendo por sus ojos.
—Debes informar a Sev y Cissy.—dijo con la voz ronca.—todos lo son.
Regulus empalidecio.
—No te voy a dejar sola, no así.—replicó inseguro.
Iolanthe se abrazo a James, recargando la cabeza en su hombro y miro a Sirius.
—Acompañalo...por favor...—pidió y Sirius sin entender muy bien, e inseguro de dejarla así, asintió.
Ambos hermanos Black desaparecieron, Peter y Remus se acercaron hasta Iolanthe quien seguía abrazada al pecho de James, y este intentaba calmarla apretandola suavemente.
—¿Qué ha ocurrido, Iolanthe?—pregunto Remus con voz suave.—¿Te han hecho daño?
—Lo es...—murmuro ella y sintió que las lagrimas volvian a agolparse en sus ojos.—¡Todos lo son!
Rompió a llorar. Los chicos en un principio no entendieron, pero despues lo captaron rapidamente.
Mortífagos.
Lucius Malfoy y los demás eran oficialmente Mortífagos.
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