Capitulo 12
Iolanthe sintió una enorme desolación en su corazón y miro con los ojos acuosos a su novio. Remus y Peter sujetaron a James y Sirius por la espalda, alejandolos de los Slytherin.
—No digas idioteces.—dijo Lucius friamente, ignorando la mirada que su novia le dirigía.
—¡Te vi, imbecil! ¡Se que eras tú!—grito James forcejeando en el agarre de Remus.
—Es una acusación grave, Potter.—siseo Bellatrix—¿Tienes alguna prueba de eso? Porque hasta donde se, los implicados huyeron antes de que alguien supiera quienes fueron—se cruzo de brazos.
—Y tu debes saberlo muy bien, ¿no, primita?—Sirius la miro con furia—Tu le lanzaste ese crucio.
Narcisa miró a su hermana con seriedad, pero esta la ignoró y sonrió con sorna.
—Los Gryffindor siempre tienen ideas muy locas.—se burló.
—¡Basta!—la enfermera, Madame Pomfrey aparecio y los miro con severidad.—Dejen a la niña y todos fuera. Ahora.
Ninguno pudo discutirle a la enfermera y poco a poco fueron saliendo. Narcisa, Severus y Regulus se despidieron de Iolanthe con un beso en la frente, pero ella tenía la mirada perdida. Lucius, por el contrario, se fue sin mirarla y rapidamente partió a la sala común, siendo seguido por todos los varones excepto Severus y Regulus.
—Te juro que te matare, Bella.—gruño Sirius en cuanto estuvieron fuera y ella simplemente sonrió con sorna.
—¿Es verdad?—pregunto Narcisa, acercandose a ellos y mirando fijamente a su hermana.
—Hablamos en la sala común.—dijo Bellatrix con seriedad.
—¡¿Le lanzaste un crucio a Lanthy?!—grito Narcisa con lagrimas en los ojos pero el rostro lleno de coraje.
Bellatrix no respondió y Narcisa se lanzo sobre ella, jalandola del cabello. Inmediatamente Remus tomó a Narcisa de la cintura, alejandola de Bellatrix, quien jadeaba ante el último golpe que su hermana le había soltado a la cara.
—¡TE JURO QUE SI VUELVES A TOCARLA, TE MATARE!—Grito Narcisa.
—¡ERA PARA LA SANGRE SUCIA!—grito Bellatrix y esta vez Sirius y Peter tuvieron que detener a James.
Bellatrix no dijo más y se fue de ahí. Regulus, Narcisa y Severus compartieron una mirada y la chica se soltó suavemente del agarre de Remus y suspiro.
—Potter.—lo llamo Regulus con seriedad.—¿Cómo es que vieron que ellos fueron los atacantes?
—No puedo decirtelo.—respondió James con seriedad.—pero si te puedo asegurar que no lo diría solo porque si, no sin antes estar seguro.
Regulus asintió y dando media vuelta, emprendió su camino de regreso a la sala común, seguido de Narcisa y Severus.
—¿Y ahora qué haremos? Lanthy esta con Lucius.—dijo Severus.
—Lucius jamas le haría daño, el veritaserum nos lo confirmo.—dijo Regulus
—La gente cambia, Reggie.—intervino Narcisa.—y no se ustedes, pero yo no me pienso despegar de ella hasta descubrir si es o no un mortifago. De mi hermana ya no me queda duda.
Severus y Regulus no dijeron nada, pero estaban de acuerdo. Debían proteger a Iolanthe.
(...)
Despues de la hora de la cena, Lucius fue nuevamente a la enfermería y despues de convencer a Madame Pomfrey, fue hasta la cama de Iolanthe, quien veía por la ventana con la mirada perdida.
—Mi amor.—dijo Lucius caminando hasta ella y besando su coronilla.—Convencí a Madame Pomfrey de poder llevarte a la sala común. Deberás permanencer en cama dos días pero prometí que te cuidaria. Anda, te llevare cargando.
Iolanthe no dijo nada y simplemente asintió. Lucius la cargo en brazos y despues de despedirse de Madame Pomfrey, la llevó a la sala común, la cual estaba vacía pues todos debían estar durmiendo ya.
—Me encargue de que los chicos se fueran. Dormiras conmigo.—dijo Lucius entrando a su cuarto y dejando a Iolanthe delicadamente sobre la cama.
—Muestrame tu antebrazo izquierdo.—dijo Iolanthe con seriedad.
—¿Qué?—la miro incredulo.
—Dije que me muestres tu antebrazo izquierdo.—lo miro seriamente.—Ahora mismo.
—Iolanthe...
—¡Muestrame tu maldito antebrazo ahora, Lucius!
—¡¿Por qué?!—Lucius la miró furioso.
—¡PORQUE QUIERO SABER SI EL HOMBRE QUE AMO CASI ME MATA!—grito furiosa, llorando y con el corazón destrozado.
—¡AQUÍ ESTA!—Se quita la camisa de golpe y le muestra el antebrazo izquierdo.
Completamente liso.
Sin ninguna marca.
Iolanthe soltó el aire que no sabía que estaba conteniendo y rompió a llorar. Lucius la abrazo delicadamente y la beso. Estuvieron largo rato asi, sobre la cama, besandose y acariciandose cariñosamente, logrando que Iolanthe se tranquilizara un poco. Lucius metió sus manos por debajo de la falda de Iolanthe, tomando sus bragas.
—No...Lucius, no.—pidio Iolanthe mientras Lucius besaba su cuello.
—Quiero tenerte, amor.—susurró a su oído.— La hemos pasado muy mal y pense que te iba a perder...
—Estoy adolorida, Lucius, no me siento bien aún.—pidió ella.
—Sere cuidadoso, yo hare todo el trabajo.—prometio.
Sin hacerle caso, bajo las bragas de Iolanthe, lanzandolas lejos y con su varita hizo desaparecer el resto de la ropa de su novia. Se acerco hasta ella y comenzo a chupar sus pezones mientras ingresaba uno de sus dedos en el interior de su novia.
—Lucius...por favor...ahora no...—lo miro llorosa.
—¿Acaso no me amas, cariño?—pregunto mirandola dolido.
—¡Claro que sí!—lo miro exaltada.
—Entonces dejame tomarte, amor.—besó sus labios sin dejar de acariciarla.—Necesito sentirte conmigo...te amo...—dijo alineando su miembro frente a la intimidad de ella.
—Te amo, Lucius...—pronunció Iolanthe soltando una lagrima ante la invasión.
A pesar de que Lucius prometio ser delicado, la realidad es que el placer que sentía lo hizo ser más brusco y penetrarla furiosamente. Despues de un rato, se vino dentro de ella, llenando a Iolanthe con su esperma.
Mientras Iolanthe sentía dolor ante el movimiento pero cierta felicidad de saber que su novio no era un mortifago, en el cuarto de Severus y Regulus, se encontraban ambos junto a Narcisa revisando unos papeles.
—Quizá no sería mala idea quedarnos en la casa de Severus.—dijo Narcisa y lo miro.—Se que no has vuelto desde que tu madre fallecio hace seis meses, y lo entiendo, pero nadie conoce el lugar y cumple con todo lo que necesitamos. Es pequeño, solitario, alejado de la mayoria de las ciudades grandes y, por sobre todo, nadie conoce el lugar. Nunca sabrán que estamos ahí.
—Concuerdo con Narcisa, es nuestra mejor opción Severus.—dijo Regulus tumbandose en la cama.—Debemos poner el plan en marcha lo más pronto posible. Si realmente nuestros amigos ya son mortifagos, no falta mucho para que vayan tras nuestras cabezas. No hay punto neutro con el señor oscuro, o estas con el o estas en su contra.
—Bien, entonces esta decidido.—dijo Severus.—En cuanto Narcisa y yo acabemos Hogwarts huiremos a mi casa, pero ¿qué pasará con Iolanthe?
—No le diremos nada.—dijo Regulus.—no hasta que la alejemos de Lucius. Y si llegamos a tener que huir antes de tiempo, simplemente nos la llevaremos. Ahora lo unico que debe preocuparnos es el de separarlos.
—No te preocupes.—dijo Narcisa.—Es Lucius Malfoy, no debe ser tan dificil. Yo me encargo de buscarle alguna amante.
Los tres asintieron, de acuerdo. Todo estaba listo. Ellos no iban a participar en esa guerra y mucho menos dejarían a Iolanthe con un mortifago. No mientras ellos vivieran.
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Y el Lucius practicamente nos violó a Lanthy...¿Qué les esta pareciendo la novela?
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