La angustia carcomía los nervios del joven de ojos miel, mientras que sus acompañantes trataban de tranquilizarlo.

-Basta, te vas a gastar el suelo- le dijo el joven de su derecha

-¿Cómo me pides que me calme si ella está ahí adentro?-respondió

-Verás que va a estar bien, es sólo cuestión de tiempo- una joven de cabellos castaños claros le sonrió

-Lo siento... Es que... No sé qué voy a hacer si ella...-

-¿Familiares de Noemí Parrish?- preguntó una doctora

El joven se levantó rápidamente, acercándose a ella con velocidad.

-Soy su hermano-

-Bien, logramos estabilizar a su hermana, es muy fuerte-

-Oh gracias...-

-Sin embargo, ha sufrido un accidente muy severo en su cuerpo-

-¿De qué se trata?- pregunto la joven

-Ella al parecer no va poder caminar... -

Jordan se quedó estático un momento, su mundo se detuvo y no sabía cómo salir.

-Gracias doctora, ¿podemos pasar a verla?- pregunto el segundo muchacho

-¿Qué es usted de la paciente?-

-Soy amigo de la familia Parrish, Sebastián Russo-

-Muy bien, por la operación solo puedo brindarles pocos minutos-

-Gracias-

-Habitación 87, tercer piso- informó mientras le encargaba a una enfermera que los guiara

La chica apretó el brazo de Jordan con fuerza sacándolo de su burbuja.

-¡Oye no puedes hacer eso! Olvidarte de ella o pensar en lo peor, agradece que está viva, debes recordar siempre que la vida es muy frágil y tu hermana tuvo una segunda oportunidad, no puedes pedir nada más... ¡Ahora mueve tu trasero y vamos a verla!- le habló con fuerza la chica

Jordan la miró con sorpresa y asintió.

-Gracias Noor-

El trio se encamino a la habitación designada para la menor de los Parrish, sin imaginar que el tiempo les daría respuesta a muchas de las interrogantes que rodeaban el accidente de la menor, entre ellos:

¿Qué hacía ella a las 10 de la noche en el lago?