Una hora más tarde, Liam y Noemí ya estaban acostados en la cama de la chica, abrazados y escuchando música.

—Noemí- llamó con calma el beta

—Mmm-

—No hemos tenido una cita...-

Ella levantó el rostro y lo miró a la cara, sus heterocromicos ojos inspeccionaban las facciones del joven en busca de algún rastro de broma, pero no fue así.

—Deberíamos tener una- dijo ella

—Yo... Estaba pensando... Que cuando termine todo esto podríamos salir... En una cita-

—Me parece bien, ¿Tienes un plan?-

—No realmente... Podemos ir al cine, a comer...- mencionó

—Deberías enseñarme a jugar Lacrosse... Ahora que mis piernas se están curando será más fácil-

—Podría enseñarte uno que otro movimiento- le guiñó el ojo y ella desvió la mirada apenada.

—Callate- dijo apenada

A Liam le parecía tierno que ella se sonrojara; siguieron conversando un rato más y pronto el sueño llegó a reclamarlos.

Abrazados y durmiendo junto a la persona que representaba mucho para ellos, comenzaron a soñar situaciones algo parecidas.

Noemí

Estaba atardeciendo, la luna ya se asomaba del lado contrario al sol.

Miré a mi alrededor, pude ver muchas flores blancas en un lago... El pasto verde y el aroma suave de aquella flores se me hacían muy familiares, observe más a mi alrededor y a una distancia aproximada de diez metros había alguien, una pequeña silueta inclinada sobre una flor que estaba en el lago.

—Aléjate- susurre

Por algún motivo, comencé a sentir miedo. No quería que esa persona se cayera al lago; así que caminé con rapidez para alcanzarlo.

—No te acerques más- dije

Pero mis intentos por llegar antes se esfumaron al ver que se ponía de pie nuevamente y comenzaba a caminar hacía el interior del lago.

Por alguna razón comencé a sentir mojadas mis piernas y no podía seguir caminando, giré buscando a alguien para pedir ayuda pero no había nadie; pronto pude ver a alguien de pie en el pequeño puente que conectaba una parte del lago con otra.

—¡Necesitamos ayuda!- grite con miedo.

Sentía frío, miedo y una terrible sensación de ahogarme, la silueta que estaba a poca distancia de mi se perdió entre el agua y mi desesperación aumentó. Grité del dolor al sentir algo lastimando mis piernas y mis costados, como mis agujas pinchando mi cuerpo a la vez. 

Liam

La luna ya estaba en una posición elevada, hacía frió pero aún así me aventuré a seguir el caminito de flores lilas, no había nadie por aquí, solo una suave niebla que escondía algunas flores a lo lejos. 

Al final del sendero, comenzaba la subida a un pequeño punte de madera, ahí de pie sobre las líneas anchas de madera una persona pequeña estaba de pie, rápidamente mi mente se imagino a "Rose", la chica de la película "El titanic".

—¡Hey!- llamé pero no volveo

Camine con pasos presurosos a la sombra y de pronto todo mi cuerpo se sintió con demasiado frío, era insoportable y no me permitía seguir avanzando, era doloroso si tan siquiera me movía.

Levanté la mirada y me di cuenta de que el puente estaba vacío, la sombra había desaparecido, pero yo seguía sin moverme, a lo lejos, una voz de mujer resonó en mis oídos.

—¡Ayuda!-

Y de pronto, no supe más.