Al estar en las puertas del auto, Stiles ayudó a subir a Liam, quien tomó de las manos Noemí para que subiera.

—Muy bien perfectos extraños, somos Stiles y Scott, ¿cuáles son sus nombres?-

—Liam Dunbar- dijo el menor

—Noemí...-

—¿Sólo Noemí?- cuestionó Stiles

—Oye déjala, pensará que la acosas-

Ella sonrió, provocando que Liam la mirara de reojo y sonriera débilmente.

—¿Y por qué tienes cita con el doctor?-

—Bien... Hace tiempo tuve un accidente... Aún tengo unas pocas secuelas pero nada grave... Creo-

—¿Y tus ojos?-

—Genética- respondió rápidamente

Al llegar al hospital, Melissa McCall recibió al de ojos azules y a la rubia.

—¿No hay problema si están en la misma habitación verdad? Hay muchos heridos y no podemos darle una habitación a cada uno...-

—Por mí no hay problema- dijo ella

—¿Liam?-

—Tampoco tengo problema-

Ambos fueron puestos en una cama para cada uno y se quedaron solos.

—¿Estas bien?- dijo ella

—Me duele un poco...-

—Te repondrás-

—Gracias... Pero creo que está rota-

Ella suspiró pesadamente y luego se quejó.

—¿Tú estás bien?-

—No en realidad... Olvide mis pastillas para el dolor... Y tengo ganas de unas gomitas de la máquina expendedora-

Se sentó en la cama y se volvió a quejar, en ese momento entro el doctor y quiso huir.

—¿A dónde cree que va, señorita?-

—Am... Por una gomitas- y sonrió

—Puede ir en cuanto la revise... Hola hijo- saludo el doctor moreno al joven.

El médico recorrió una cortina gruesa para que Liam no mirara.

—¿Te duele ahora?-

Ella asintió.

—¿Tomas medicamento?-

—Solo para el dolor y vitaminas... Mis piernas... Caminé mucho el día de hoy.-

—Me lo imagino, ya me han dado tu expediente y lo estuve revisando, ¿Cuatro operaciones? Déjame felicitarte por salir en excelentes condiciones de cada una-

—Gracias...-

El doctor revisó las piernas de la chica, se veían con normalidad pero a ella le dolía.

—Está bien, llevaremos un tratamiento muy parecido al que llevaba en Nueva York, así no te sentirás extraña-

—Gracias-

El doctor le entregó una pequeña caja y una botella pequeñita de agua.

—Toma esto, es un analgésico-

El doctor siguió con la revisión de Liam, ambos estaban conversando y la chica escuchaba atentamente.

El doctor se retiró, ahora ambos estaban separados por la cortina.

—Liam...-

—¿Si?-

—¿Te gustan las gomitas ácidas?-

—Claro-

—Bien, iré por unas, ya vuelvo-

Liam sintió algo extraño en la forma en que se hablaban. Como si ya se conocieran.

De repente, se escuchó algo extraño, que lo hizo levantarse de su lugar y salir al pasillo.

—¿Alguien escucho eso? ¿Noemí estás bien?- pregunto, la chica apareció al final del pasillo con dos paquetes de gomitas ácidas en las manos.

—Sí, estoy b- dejó su frase sin terminar y soltó los dos paquetes de dulces.

Un chico con dientes extraños y sangre por todo el cuerpo estaba muy cerca de Liam, lo llevó a rastras y corrió hacia ella tirándola al suelo.

Al estar en el techo, el joven extraño empezó a ahorcar a la chica, ella se retorcía y trataba de zafarse, pero los analgésicos empezaban a hacer efecto.

En ese momento, Scott apareció convertido en hombre lobo, dejaba ver sus ojos rojizos y miraba la escena.

Comenzó a pelear contra Shon y él arrojó a Liam, provocando que se agarrara con fuerza del concreto y la chica tocia para recuperar el aire.

—¡No puedo sostenerme!- grito Liam

Scott estaba siendo sujetado de ambas manos por el "Wendigo" como se había llamado a sí mismo.

Entonces, Scott lo mordió para evitar que se cayera al suelo y Liam grito de dolor.

Momentos después, alguien atacó con una pequeña hacha al de blanco, dando por finalizada su vida.

Liam había gateado hasta la rubia que miraba atónita a Scott y luego a Liam.

—Tranquilo, vamos a estar bien- dijo ella mientras cerraba los ojos y respiraba con dificultad, por instinto de protección, Liam pasó su brazo sano por los hombros de ella y miró con malestar a Scott, que los miraba con sorpresa.