Hoy me encontraba paseando por los alrededores de Beacon Hills, era muy tranquilo aquí a diferencia de Nueva York.

Me sentí cansada, así que me senté cerca de una barda que hacia la prohibición a unos escombros, la verdad si me llegaban a decir algo, no podría huir ni nada, pero ya no podía seguir andando, estaba agotada.

Saque mi celular, el fondo de pantalla era una foto de mi hermano mayor con su amigo, estaba por marcar el número de mi acompañante, pero la voz de un chico me sorprendió

—¿Qué haces aquí? ¿Qué le paso a mi casa?- me asuste al escuchar el tono en el que estaba hablando.

Era un chico tal vez de mi edad, cabello negro, ojos café claro... No le respondí; se acercó más a la casa y tomo varios trozos de madera que había en el suelo, yo estaba afuera mirándolo.

—¿Estás bien?- pregunte finalmente

—¿sabes que pasó aquí?-

—No... acabo de llegar...-

Volteó a verme un momento, parecía que le dolía mucho ver la situación, aquellas ruinas significaban tristeza para el joven y con todo el dolor de mi cuerpo, me acerque a él, temiendo una mala reacción de parte del desconocido.

—Aléjate...- me dijo el joven en un susurro

—Primero... dime si estás bien-

—No, no sé qué le paso a mi casa ni en donde está mi familia-

—¿Puedo ayudarte en algo?- un quejido broto de mis labios mientras me agachaba para estar a su altura.

—Parece que te duele algo, ¿tú estás bien?-

Sonreí porque al fin me había hablado con normalidad y lo mire con curiosidad, una cara de asombro puso el chico.

—No en realidad...- me senté a su lado.

—Tus ojos... ¿Qué les paso?-

—Bueno... es una historia increíblemente aburrida...-

—¿Genética?-

—Heterocromia...-

—Oye... alguien viene, deberías irte-

—Lo haría... pero no puedo caminar por ahora...-

—Cielos... anda, trata de alejarte un poco... además tengo que investigar esto- de pronto, su rostro lleno de tristeza y confusión se hizo presente.

Me levante y trate de ir hacia la parte trasera del lugar sin embargo, no llegue muy lejos, dos voces de hombres estaban hablando con el joven.

—Disculpa jovencito-

—¿A este niño lo llamas así?-

—Cállate-

—Lo siento pero no puedes estar aquí-

—¡Vaya pero si es una chica linda! Seguro se pelearon porque ella se va-

Me detuve un momento pero no me gire.

—Esta es mi casa- dijo el chico

—Nadie ha vivido aquí en años, así que lárguense- el oficial era un idiota

—Oye, ¿podrías ser un poco más gentil?- regaño el oficial al su compañero y luego le hablo al chico -¿estás bien? ¿Podemos ayudarte?

—¿Qué le paso a mi casa? ¿Dónde están mis padres?- exigió saber

—Obedece, levante ahora-

Escuche unos gritos así que me gire y pude ver que el chico le torcía el brazo a un oficial, momentos después, ese mismo oficial lo ataco con toques eléctricos, haciendo que el joven se cayera al suelo.

Al ver que el chico estaba tirado, trate de escapar pero pronto una mano me tomo del brazo con fuerza, escuche el ruido del aparato eléctrico y rogué al cielo por piedad.

—No la toques, déjala- la voz de una niña se escucho

—¡Maldita sea! ¡Dice propiedad privada!-

—¡He dicho que te calmes!- grito el otro oficial.

Este suceso pasó muy rápido, un hombre de ojos castaños y cabellos negros ya estaba cerca de mí, tomando el brazo del oficial con fuerza.

—La pequeña lo ha pedido, suelte a la chica-

Los toques eléctricos me alcanzaron, era como sentir miles de agujas muy rápido, estaba oscuro y solo pude escuchar algo que dijo la niña:

—¡Noe!-