Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

5


———————————

CAPÍTULO CINCO
ENTRENAMIENTO

———————————

Convencer a mis compañeros de manada había sido más fácil de lo que pensaba. Aún así, Sam no parecía muy por la labor de ir a la cita que habíamos decidido con Carlisle y el resto de los Cullen.

—Sam, por amor a todo lo sagrado. —me quejé, rodando los ojos. —Puede que sepamos como pelear contra vampiros, pero Carlisle dijo que los neófitos son difíciles. —

—Aunque me cueste admitirlo. —intervino Leah, sorprendiendo a todos. —Necesitamos que los chupasangre de ojos dorados nos entrenen. —

Le sonreí a Leah, ya que había sido lo más amable que había dicho sobre los Cullen. Ella bufó y me miró seria, aunque yo sabía que estaba ocultando una sonrisa.

—Esta bien. —suspiró Sam, haciendo que lo miráramos. —No es como si tuviera mucha opción. —

Hice una mueca. —Sam, ya hemos hablado de esto. —

—Lo sé. —me cortó él, sin ser maleducado. —Y yo te insistiré en que no es culpa tuya. —

—Jefa Lizzie. —se rio Embry.

Lo fulminé con la mirada. —Oh, cierra el pico, Embry. —

—Eso si. —volvió a hablar Sam. —Iremos como lobos. —

Puse los ojos en blanco, pero por la mirada de los lobos a mí alrededor supe que no tenía otra opción. Me limité a asentir, bufando.

Caminábamos a paso lento en forma lobuna. Casi parecía que íbamos desordenados, pero no era así. Sam y yo llevábamos la delantera, con Jake a mi lado, aunque un poco más atrás. Cuando reclamara por completo mi puesto, Sam iría por detrás de Jacob.

El olor de los Cullen y Bella no tardó e llegar, haciendo que algunos de mis compañeros estornudaran con disgusto.

"Dios, esto es insoportable'

"Quiero arrancarme la nariz"

"Cerrad la boca. Ya"

Por increíble que parezca, tanto Jared como Paul dejaron de protestar ante mi voz. Sam me miró, sabiendo porqué era, a lo que le bufé para que no dijera nada.

Llegamos al claro del bosque que nos había indicado Carlisle. Todos estábamos en una línea, mirándonos. Alice esbozó una sonrisa al vernos, y supe casi al instante que había adivinado cuál era yo. Bella también sonrió, aunque un poco más sutil que la duende.

La mirada de Sam se dirigió a Edward.

—No tienen la confianza como para mostrarse en forma humana. —expresó Edward, a lo que yo estornudé adrede, haciendo que sonriera. —Salvo Liz y Jacob, a quienes les da exactamente igual como venir. Ellos solo querían ver. —

Vi de reojo como Jake bufaba.

—Vinieron. —murmuró Carlisle, mirando a su hijo. —Es lo que importa. —hizo una pausa, mirándonos. — ¿Puedes traducir? —

Edward asintió y su padre caminó unos pasos, acercándose a nosotros para que lo escucháramos mejor.

—Bienvenidos. —comenzó el líder. —Jasper tiene experiencia con neófitos. —dijo, señalando al mencionado. —Nos dirá como vencerlos. —

Sam y yo giramos la cabeza a la vez para mirar a Edward, a lo que él asintió. —Quieren saber porqué son diferentes los neófitos. —

—Son mucho más fuertes que nosotros, porque aún hay sangre humana en sus tejidos. —explicó Carlisle. — Los nuestros siempre serán más poderosos en los primeros meses de esta nueva vida. —miró de reojo a Jasper.

Jasper caminó unos pasos, colocándose en donde estaba antes su padre. Se aseguró que ambos lados escucháramos.

—Carlisle tiene razón. —comenzó el rubio empático. — Por eso son creados. Un ejército de neófitos no necesita tantos como uno humano. No hay ejército humano que pueda contra ellos. —hizo una pausa, mirándonos. —Los dos cosas más importantes para recordar son: Primero, no permitan que los rodeen con sus brazos, los aplastarán. —habló mirando a su clan, para luego girarse hacia nosotros. —Segundo, no intenten atacar de frente, lo estarán esperando. Y vosotros perderéis. —

Un gruñido salió de alguno de los lobos de atrás, por lo que giré mi cabeza y los fulminé con la mirada. Se removieron inquietos y volví a mirar al vampiro. Edward parecía divertirse, por lo que supuse que estaba indagando en la manada. Su sonrisa me hizo saber que había dado el clavo.

Jasper se giró a mirar a su familia. —Emmet. —lo llamó.

El grandullón dejó su lugar al lado de la rubia y caminó hasta ponerse en frente de su hermano.

—No te contengas. —murmuró el rubio empático.

—No es mi naturaleza. —replicó sonriendo Emmet.

El grandullón corrió hacia su hermano, quien había abierto sus brazos para recibirlo. Emmet lo empujó, derrapando en la tierra. Cogió a su hermano y lo lanzó, haciendo que este diera unas vueltas en el aire antes de aterrizar en el suelo, causando una gran polvareda. Ambos se levantaron y corrieron uno hacia el otro. Emmet lanzó un puñetazo que su hermano pudo esquivar. Jasper llevó una mano al pecho de su hermano y lo tumbó, causando un gruñido del grandullón.

Jasper sonrió, mirando a su hermano en el suelo. —No pierdas la concentración. —le aconsejó.

Dejé de mirarles cuando vi a Edward y Carlisle moverse. Se posicionaron el uno frente al otro, hasta que el rubio mayor asintió. Ambos corrieron. Carlisle se tiró al suelo para derribar a su hijo, pero este lo saltó sin ningún esfuerzo. Le levantaron y volvieron a atacarse. Edward llevó sus manos al cuello de la camisa de su padre, acto que él imitó, ambos forcejeando. Jasper los observaba de cerca. Edward hizo un movimiento, una llave, tumbando a su padre en el suelo.

—Una cosa más. —habló Jasper, haciendo que Edward lo mirara a él. Carlisle aprovechó y en un movimiento tiró a su hijo. —Nunca le des la espalda a tu enemigo. —murmuró burlón, mientras caminaba lejos de los dos.

No pude evitar una pequeña carcajada, haciendo que Edward me mirara mal.

Jasper le indicó a su hermana Rosalie que se acercara, lo que ella hizo lentamente. La rubia lanzó puñetazo tras puñetazo, pero su hermano los esquivó. En uno de esos, Jasper agarró el brazo de su hermana, hizo un movimiento y causó que Rosalie diera varias vueltas de campana antes de acabar en el suelo.

Bella puso mala cara cuando vio a Alice dar varios pasos. Me revolví en el sitio, soltando un quejido. Ambas acciones no pasaron desapercibidas para el vampiro empático ni para la duende.

—Os voy a demostrar que no hace falta que os preocupéis por Alice. —habló Jasper, mirando a Bella y a mi varias veces.

Alice se acercó a Jasper, con una pequeña sonrisa en los labios. El rubio comenzó a lanzar puñetazos, pero nunca llegaban a impactar en la vampiro. Pensé que no se movía, hasta que me di cuenta de que daba un minúsculo pasito en dirección contraria al golpe lanzado por su pareja. Más que luchar, Alice parecía que bailaba. Sus pequeños movimientos siempre eran con gracia, como los de una bailarina de ballet. Jasper volvió a atacar a la vampiro, pero esta lo esquivó haciendo una voltereta. El rubio se acercó de nuevo a la pequeña morena y de nuevo lanzó ataques, pero la chica los esquivaba girando su cuerpo como una peonza. En un momento, Jasper agarró a Alice de los brazos, haciendo que se miraran el uno al otro. El rubio sonrió, posando un dedo en la barbilla de la chica, con intención de besarla, pero la vampiro se deshizo de su agarre rápidamente. Jasper se giró a buscarla, mientras yo veía con una sonrisa como la astuta duende estaba colgada de un árbol, mirando a su compañero con una sonrisa de lado. Alice me miró y me guiñó un ojo, para luego dejarse caer en la espalda de Jasper. Este automáticamente llevó sus manos a las piernas de su chica, agarrándola. La pequeña duendecilla besó castamente los labios del rubio, quien sonreía orgulloso y divertido, para luego bajar de un salto.

Caminé hasta Bella, quien había estado mirando todo. Se giró al oír el ruido de mis patas. La miré levemente, mientras que ella metía las manos en los bolsillos. Me quedé a su lado, volviendo la cabeza hacia los demás entrenamientos que los vampiros seguían haciendo.

—Alguien saldrá lastimado. —Murmuró Bella, haciendo que girara la cabeza hacia ella. —Y podrían morir. Por mi culpa. —Cerré los ojos y solté un bufido. —Será cien veces peor que esto ¿no crees? —

Realmente eres una pesimista, Bells.

Miré a Bella y agaché la cabeza. Ella sacó una mano del bolsillo y me acarició entre las orejas, haciendo que soltara un ruido parecido al ronroneo de un gato que me divirtió enormemente. Elevé la cabeza al ver a Edward y a Jacob llegar.

—Es todo por hoy. —murmuró el de ojos dorados.

Oí como Sam me llamaba, por lo que dirigí una mirada a Edward, quien asintió. Corrí hacia donde el lobo negro estaba de pie, mirándome. Miré hacia atrás al notar al lobo rojizo a mi lado, quien me miraba. Sin hacerle ni caso al lobo negro, correteé hasta unos matorrales, donde cambié a forma humana. Pude oír el bufido de ambos lobos, pero los ignoré totalmente. Volví sobre mis pasos, hasta donde estaban el vampiro y la humana.

—Tus dotes de traducción son un poco nefastas, Eddie—me mofé, llegando a su altura.

El vampiro puso los ojos en blanco. —Tienes razón. Me he olvidado de todos los gruñidos y palabrotas que decíais. —me siguió el juego. —Mis disculpas. —

—Aceptadas. —asentí para luego mirar a Bella. —Deja de poner esa cara, por favor. Me atosigas. —

La humana hizo una mueca. —Lo siento, pero sigo pensando que es mala idea. —

Puse los ojos en blanco. —Eres realmente pesimista, Bells. —solté un bufido. —Y tú falta de fe en mí...—negué con la cabeza. —Podemos con esto. No te preocupes. —

— ¿Jacob también va a venir?—me preguntó Edward, con sus ojos dorados clavados en la dirección por la que mis compañeros lobos se habían ido.

—Le he dicho que no. —murmuré, mirando también en aquella dirección para luego mirar a mis acompañantes. —Pero es muy terco, así que andará por ahí rondando. —

—Estáis arriesgando mucho por mí. —habló Bella, poniendo mala cara.

Me acerqué a ella, quien estaba sentada encima del Jeep, y puse las manos en sus rodillas.

—Nuestro trabajo es proteger a los humanos, Bells. —hablé. —Y tú no solo eres una humana, eres nuestra mejor amiga. —sonreí. —Con más razón vamos a protegerte. —

—A veces no entiendo como me soportas. —admitió la humana.

Solté una carcajada. —Tengo una paciencia infinita. —bromee, para luego ponerme algo seria. —Ahora enserio, Bells. Tu familia ha sido amiga de la mía desde que tengo uso de razón. Mi moral me hace prometer que protegeré a todos los amigos de mis padres. —hice una pausa. —Y tú, Bella Swan, eres hija de uno de los mejores amigos de mi padre. —

—Que tierna. —se burló Edward

Giré mi cabeza solo un poco, mirándolo mal, aunque él sonreía abiertamente.

—No te metas conmigo, Cullen. —lo advertí, aunque mi voz sonaba divertida. —Después de lo que he visto, tengo muchas ganas de patear traseros. —

—El próximo día, ¿vais a participar?—preguntó Bella.

Hice una mueca, pensando seriamente si era buena idea. El vampiro cobrizo soltó una carcajada.

—No lo creo. —admití, sacudiendo la cabeza. —Algunos de la manada no soportan el olor a vampiro ni a la distancia a la que estábamos como para practicar con alguno. —miré a Edward antes de mirar al resto del clan, algo apartados. —De todas formas, lo comentaré con Sam. Por lo menos para identificar vuestros olores y que no haya problemas. —

—Anda, confiesa que quieres pelear conmigo. —me pinchó Edward, sonriendo, haciendo que lo mirara.

—No me tientes, Eddie, no me tientes. —me reí. —Aunque sería una buena manera de patearte el trasero. —

—Sigue soñando. —volvió a pincharme.

Bella soltó un suspiro. —Aún no sé como no os habéis matado el uno al otro. —

Ambos soltamos una carcajada al mismo tiempo, haciendo que la humana rodara los ojos. Luego, Edward pareció recordar algo y me miró serio.

—La verdad es que no lo he dicho pero...—hizo una mueca. —Conocí a tu abuela, Liz. A Amelia. —

— ¿Conociste a mi abuela?—repetí incrédula, aunque a una parte de mi no le extrañaba viniendo de un ser con inmortalidad.

Edward asintió. —Cuando volvimos a Forks, antes de que Alice y Jasper se unieran a nuestra familia. —contó, mirando un punto del bosque. —Tu abuela, Eprahim Black y Levi Uley fueron los únicos que se acercaron a nosotros. Aunque a ellos no parecía hacerle mucha gracia, Amelia habló con nosotros tranquilamente, como si fuéramos iguales. —los ojos dorados del vampiro me miraron. —Les explicamos que éramos distintos, que bebíamos sangre animal y que no queríamos dañar a la tribu ni por asomo. —sonrió con nostalgia. —Fue cuando el tratado nació. Lo acordaron Carlisle y Amelia. —

Abrí los ojos como platos, al recordar las palabras de mi abuela Amelia, tanto las que me había contado como las que habían quedado en su diario. El cual me había dado antes de morir porque me había dicho que algún día lo entendería y necesitaría.

—Tú eres la imagen griega que mi abuela describía en su diario- —murmuré al darme cuenta. —Por eso cuando te vi con Bella, te me hacías tan familiar. —

Edward sonrió, mirando a Bella—Su abuela creía que era una especie de dios griego. —

—Pues no iba muy desencaminada. —bromeó Bella, sonriendo de lado.

Solté una pequeña carcajada, haciendo que la sonrisa de ambos creciera un poco más.

—Mi abuela siempre defendió que erais distintos. —murmuré, recordando las sabias palabras de mi abuela. —Aunque siempre pensé que no existíais realmente, que era ella delirando, me hizo prometer que cuando os conociera no os atacaría. —

—Amelia nunca nos juzgó. —murmuró Edward mirándome, para luego mirar a su novia. —Como tú, Bella. —

La mencionada sonrió. —Que yo sepa, Liz no os ha juzgado. —

Alcé ambas manos, como si no fuera conmigo. —No puedo juzgar a nadie cuando yo me convierto en un lobo del tamaño de un caballo. —me reí. —Sería un poco hipócrita. —

Bella asintió, mientras el vampiro me miraba. Puse los ojos en blanco al oír varios aullidos. Mi oído ya era capaz de distinguir de quien era cada uno.

—Parece que te reclaman. —señaló Edward

—Son una panda de angustiados. —me quejé, sacudiendo la cabeza. —Deben de querer alejarse de vosotros. —

—No es como si vosotros olierais a rosas. —murmuró el vampiro, haciendo una mueca.

Puse mala cara, para luego pegarle un puñetazo en el hombro, haciendo que se llevara una mano a la zona. Bella rió.

—Vaya, si que eres fuerte. —murmuró.

—No quieras comparar olores, Eddie. —arrugué la nariz.

Volví a oír otro aullido, haciendo que soltara un gruñido molesto. —Panda de llorones, no pueden vivir sin mí. —

—Vete antes de que piensen que te secuestramos. —bromeó Bella.

Me reí, para luego recibir el abrazo de la humana. Sonreí al resto del clan Cullen, que nos estaba mirando. Palmee suavemente el hombro de Edward, causando una pequeña sonrisa.

—No vemos por ahí, chicos. —me despedí.

Salí corriendo, subiendo y bajando el pequeño terraplén. Aterricé sobre mis patas lobunas, con agradables almohadillas. Seguí corriendo con rapidez hasta que llegué al límite del territorio de los Cullen. Salté el río y bajé el ritmo de mi carrera, trotando por nuestro territorio. Bufé al oír pisadas de otros lobos, a veces llegaban a ser de lo más pesados.

Un lobo rojizo se acercó por mi derecha y se abalanzó sobre mí, haciendo que ambos saliéramos rodando. Me quejé, pero a él poco le importó. Se puso a lamerme la cara, probablemente asegurándose de que solo olía a él.

"Jake, ya vale, celosillo"

"Tardaste mucho y hueles a ellos"

"Me estás llenando todo el pelaje de babas, no seas guarro y para"

Me libré de su agarre y me sacudí, aunque notaba mi pelaje mojado. Hice una mueca asqueada mentalmente, mientras el lobo rojizo se incorporaba. Soltó una pequeña carcajada, haciendo que bufara.

"Vamos a casa antes de que decida ir a buscar otra impronta"

"Lizzie, no hablarás enserio"

Sacudí la cabeza, divertida, comenzando a caminar lejos de Jake. Lo oí seguirme.

"Vamos, amor, dime que bromeas"

"Por supuesto que bromeo, tonto"

Oí su suspiro, por lo que puse los ojos en blanco. A veces era tan fácil que se montara paranoias.

Trotamos hasta nuestra casa, que quedaba a diez minutos de donde nos habíamos encontrado. Me metí entre unos arbustos y volví a mi forma humana. Me peiné el pelo mientras esperaba a que llegara el otro lobo. Solté un pequeño grito cuando me rodeó la cintura por detrás y me levantó del aire.

— ¡Jake!—me quejé.

Soltó una risa, mientras me cogía al estilo nupcial y entrábamos en casa. Me dejó en el suelo, mirándome sonriente.

— ¿Eso era realmente necesario?—pregunté, aunque más bien me estaba quejando.

Encogió los hombros. —Me hacía ilusión. —

—Aún no estamos casados. —señalé, colocando las manos en mi cadera. —Así que no puedes cogerme así. —

Puso los ojos en blanco, rodeando de nuevo mi cintura. Llevé los brazos a su cuello y dejé un beso casto en sus labios.

—La espera realmente me está matando. —se quejó como un niño pequeño.

Me reí, para luego juntar nuestros labios. Los suyos, cálidos sobre los míos, se movieron al instante, devolviéndome el beso. Sus manos apretaron su agarre en mi cintura, a la vez que las mías en su cuello lo empujaron más hacia mi. Tiré de un mechón de su nuca, causando un sonido ronco por su parte, que salió desde el fondo de su garganta. Me separé sonriendo.

—Después de la batalla estoy segura de que Alice se pondrá manos a la obra. —asentí, jugando con los mechones de su nuca. —Algo me dice que ha tenido una visión sobre nosotros. Y finalmente, nos casaremos. —

— ¿Es una promesa, futura señora Black?—preguntó con la voz ronca.

Sonreí. —Es una promesa. —

¡Hola, hola! ¿Qué tal estáis? Espero que bien.

Ya no me he echo de rogar, aquí tenéis un nuevo capítulo. La verdad es que me gusta hacerme de rogar. Ya sabéis: lo bueno se hace esperar (lpm, ya parezco Jordan jiji).

Las escenas de los entrenamientos siempre me hacen mucha gracia. Primero porque Emmet parece un toro que va a embestir a Jasper. Después, porque Carlisle le hace un zasca a Edward del tamaño de la Torre Eiffel. Luego, ¿alguien me explica la pirueta de Rosalie antes de comerse el suelo? Y luego, la pelea de Alice y Jasper. Cielo santo, si parece que están bailando. Los adoro, basta.

Os he dejado la escena original arriba para que la disfrutéis y os riais un poco (obviamente no me pertenece, es del canal de una chica, así que créditos a ella).  Está en inglés porque no la encontré en español, solo en latino y me ponían un poco nerviosa las voces (sin ofender a las latinas, simplemente es porque soy española y se me hace muy raro escuchar el acento).

Bueno, ¿Qué os ha parecido el capítulo?

Cada vez falta menos para la batalla contra los neófitos y...¡para la boda! No sé por cual estoy más nerviosa JAJAJA.

¡Ah! Antes de que se me olvide, os vengo a hacer autospam (si no me lo hago yo, nadie me lo va a hacer). No sé si todas las personas que leen esta novela me siguen, pero hace casi una semana que vengo publicando un nuevo libro. Es un libro de One Shots Multifandom. Pronto abriré pedidos y podréis hacerlos de Crepúsculo. Os dejo la portada para que la podáis buscar mejor, ¡la encontraréis en mi perfil!

Ya sabéis que podéis dejarme en comentarios todo lo que queráis (sobre el capítulo, la trama e incluso sobre el spam que os he echo). Os contestaré con mucho gusto, como supongo que ya sabréis. Y si os ha gustado, podéis apoyar la historia con la estrella que hay ahí abajo. Me anima mucho a seguir.

Nada más por mi parte, pero ya sabéis que...

¡Nos leemos en comentarios!

~I 👑

|Publicado|: 27/11/2020 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro