4
_______________________
CAPÍTULO CUATRO
ALEJÁNDOLO
_____________________
Me dejé caer en el sofá de Emily, cansada. Llevaba varios días entrenando con Sam, sin parar demasiado, y podía decir que estaba dando sus frutos. Él mismo me decía que no había visto a una beta que aprendiera tan rápido como yo, y eso me alegraba mucho. Lo que más me había costado era el paso de convertirme de lobo a humana, era realmente agobiante. Adoraba estar en mi forma lobuna, y volver a mis dos piernas a veces me parecía un rollo.
También me había costado acostumbrarme a escuchar las voces de los demás cuando éramos lobos. La primera vez pensé que me había vuelto completamente loca, haciendo que casi me cayera por un acantilado. Era realmente molesto, porque no había privacidad. El resto de la manada podía escuchar todo lo que pensabas y habías visto, lo cual le quitaba la gracia a todo. Aunque había estado probando a bloquear ciertas cosas, no lo había conseguido del todo, pero había progresado notablemente.
Emily me sonrió al verme en el sofá, haciendo que le devolviera el gesto.
—No te deja en paz, ¿verdad?
—No, pero lo veo normal, soy la novata.—suspiré, cansada.—Aunque es muy insistente.
Se echó a reír, mientras comenzaba a preparar una masa.
Siempre que me ofrecía a ayudarla, me miraba mal o me pegaba con el rodillo, por lo que había dejado de insistir.
Lloriquee cuando escuché los aullidos de mis compañeros de manada, haciendo que Emily se echara a reír de nuevo. Me levanté, protestando por lo bajini y caminé hasta la puerta. Solté una maldición cuando el cuerpo de Jared impactó contra el mío.
—Por dios, Jared, mira por donde vas.
—Lo siento, lo siento.
Esquivé su cuerpo y me dispuse a salir de la casa cuando me llamó por mi nombre y me hizo frenar.
—Oye, Liz, no sé si es buena idea.
Me giré a mirarlo con una ceja alzada, haciendo que él se encogiera de hombros, sin decir nada. Puse los ojos en blanco y salí de la casa, sin hacerle caso a Jared ni a su voz llamándome.
El ruido de un motor hizo que mis músculos se tensaran, aunque no estaba cerca. Seguí el sonido, en forma humana, pendiente de los aullidos de mis compañeros, pero estaban en silencio, por lo que seguí andando. Sin darme cuenta, llegué a mi casa, donde mi madre me miró con una sonrisa tensa.
Hacía unos días que iba y venía para verlos. Había sido un poco difícil controlar mis emociones, en especial al abrazar a mi madre y a Joe, a quien le parecía genial que fuera un lobo. Le hacía gracia que lo fuera a ver en esa forma y dejarle subir encima mío. Obviamente, cada vez que eso pasaba, Embry y Sam andaban cerca, vigilándome.
—¿Qué pasa?—le pregunté.
Mamá miró en otra dirección para luego volver a mirarme a mi y decir con los labios un apellido que hizo que se me helara la sangre: Black.
Maldecí en todos los idiomas cuando vi a Jacob bajar de la camioneta con su padre. Ambos le preguntaban por mi, ya que se suponía que aún estaba enferma.
Aunque quien me viera, en pantalón corto y camiseta de tiras, pensaría cualquier cosa menos que estoy enferma. Igual de la cabeza si que lo pensarían.
Oí un gruñido en los árboles que me distrajo lo suficiente como para que no me diera cuenta de que me habían visto. Abrí los ojos como platos y miré a ambos. Billy pareció entenderme con la mirada, puesto que hizo una mueca y asintió. Pero Jacob no, y lo conocía tan bien que sabía que no se iba a quedar quieto.
Comencé a darme la vuelta para meterme en el bosque, aún oyendo el gruñido de advertencia de Sam. Lo fulminé con la mirada, dándole a entender que era culpa suya. Lo vi desaparecer y supe que era porque Jacob me había alcanzado. No me di la vuelta, seguí mirando al bosque, ya que no me creía capaz de aguantar su mirada.
—¡Eh! ¿No se supone que estás enferma? Por eso no me devolvías las llamadas ¿no?
Me mordí el labio inferior
—No pareces muy enferma, así en manga corta.
Seguí sin decirle nada, mirando los árboles delante de mi.
—¡¿No piensas hablarme?!—estaba empezando a ponerse histérico.—Creía que éramos amigos, Lizzie. ¿Es por Sam? ¿También te ha lavado el cerebro?
Me giré bruscamente al oír el odio que parecía tenerle a mi alfa y me enfrenté a su mirada dolida.
—Sam solo intenta ayudarme, así que no le eches la culpa.
—¿Ahora lo defiendes? ¿Después de lo mucho que te quejabas de él?
—Ahora entiendo que solo quiere ayudarme, Jacob.
Me callé ante su mirada, mientras me miraba de arriba a abajo.
—¿Te has echo un tatuaje?—parecía sorprendido, lo cual era entendible.—Por dios, Lizzie, ¿saben esto tus padres?
—Claro que lo saben, Jacob, son mis padres.
Su mueca se volvió más dolida.
—¿Ahora soy Jacob?
Me mordí el labio inferior y miré angustiada hacia los árboles, buscando a Sam o a Embry, pero solo me encontré con árboles, haciendo que mis niveles de nervios aumentaran.
—Lizzie, por favor, habla conmigo. Cuéntame lo que te pasa.
Solté un bufido, reprochándome lo débil que me volvía su cara de cachorrito.
—¿Alguna vez has tenido un secreto gordo? ¿Uno que no le puedes contar a nadie?—murmuré e hice una pausa dramática—Pues eso es lo que me pasa a mí.
—¿Ahora hay secretos entre nosotros, Lizzie?
Me rompía por dentro tener esta conversación con Jacob, con mi Jake, mi sol personal. Pero debía alejarlo de mi. No era seguro que estuviera conmigo cuando aún era inestable. No me perdonaría en la vida hacerle daño.
—Ya no soy como antes, Jacob. —hablé exasperada, notando como perdía la paciencia.— He cambiado. Mucho.
—Ya lo veo, mi Lizzie nunca me llamaba Jacob.
"Mi Lizzie"
¿Cómo dos simples palabras me podían partir en miles de millones de trocitos?
Sentí como se me humedecían los ojos, viendo como el gesto de Jacob se endurecía. Cada vez parecía más dolido
—¿Recuerdas lo que te dije cuando teníamos nueve años, Jake?—solté, intentando llevar a mi amigo a mi terreno.—Dime. ¿Lo recuerdas?
—Me dijiste que no dejarías que nadie me hiciera daño, nunca.
Me tragué un nudo que comenzaba a formarse el mi garganta al recordarlo, cuando hacía poco tiempo que Sarah había muerto y a mi me dolía como el infierno ver a mi amigo roto.
—Bien, pues estoy cumpliendo mi promesa.
Me mordí el labio inferior, lo miré de arriba a abajo y bufé exasperada.
—Y lo que me revienta es que en realidad ya lo sabes.—comencé a hacer aspavientos algo histéricos ante su atenta mirada.—Sabes perfectamente lo que me pasa pero no lo quieres ver. Y así no funciona, Jacob, no se puede uno negar.
Frunció el ceño.
—¿De qué hablas, Liz?
—¡No puedo luchar contra lo que soy, Jacob!—exclamé, intentando controlar mis emociones lo mejor que podía. — No puedo. Y si pudiera, no quiero. Porque soy esto. —hice un gesto señalándome.—Pero también soy Forks, la Reserva y soy el bosque. Y no puedo cambiarlo, no puedo.
Era evidente que Jacob estaba cada vez más confuso y yo más irritada. No veía un buen final.
—¿De qué hablas, Lizzie?
Solté un gemido de cansancio, dándome cuenta de que no llevaba a ninguna parte si él continuaba negando sus obligaciones por sangre.
—Deja de permitir que la chica vampiro te llene la cabeza de pajaritos y céntrate, Jacob.—lo medio regañé.— En lo que eres, en lo que soy y en lo que realmente somos.
—No sé de que me hablas, Lizzie. Y no metas a Bella en esto.
—¡¿Ahora eres su guardaespaldas?! ¡¿Como los Cullen ya no están ahora Jacob Black es el guardaespaldas?!
—No. Metas. A. Bella. En. Esto.
—La has metido tú solo, Jacob Black, tu solito.
—Lizzie...
La voz de Embry me hizo saltar en el sitio. Me giré a mirarlo, aliviada y él se acercó a mi, a la suficiente distancia como para cogerme como un saco de patatas y salir corriendo.
Jacob nos miró a ambos, poniéndose cada vez más serio.
—Así que es eso, Lizzie, me has cambiado por Embry.
Fruncí el ceño a la vez que el mencionado, solo que yo estaba cada vez más enfadada.
—¿Qué tienes en la cabeza, Jacob? ¿De donde narices sacas esas chorradas?
No le di tiempo a contestar, ya que lo apunté con el dedo y cerró la boca.
—No es elegir entre tú o él, Jacob, no se trata de eso, ni mucho menos.—bufé, cansada.—Se trata de elegir entre lo que aparento ser y lo que realmente soy. —mi voz sonaba completamente angustiada y enfadada. — Y si tú no lo puedes entender o no quieres, pues yo no te puedo obligar a que lo hagas.
—Eh, Liz, es mejor que nos vayamos.
Sorprendiéndome, Jacob se encaró con Embry.
—¿Cuál es tu problema, Embry? Lizzie puede decidir cuando irse.
—Déjalo, Jake.
—No, Liz, quiero saber que rayos le pasa a Jacob.
—¿Qué me pasa? ¿Qué te pasa a ti, Embry? ¿Dónde está la hermandad?
—Chicos....
—¿Hermandad?¿Me vienes ahora con esas, Jacob?
—Eres un cara dura, Embry.
—¡CHICOS!
Mi grito hizo que varios pájaros salieran volando, a la par que ambos se separaron como si les hubiera pegado un calambrazo. Ambos me miraron, Jacob con las cejas alzadas y Embry analizándome con la mirada.
Me acerqué a Jacob, lo cogí por la muñeca y tiré de él hacia mí.
—Por favor, Jake, haz un esfuerzo por mi. Intenta ubicarte, porque yo no puedo decirlo. Ojalá pudiera y créeme cuando te digo que te confiaría mi vida. Pero esto, esto no puedo, porque no es mío solo. Por favor, Jake, por favor.
Jacob alzó una mano y limpió mi mejilla, sin yo saber en que momento había empezado a llorar.
—Lo intentaré, Lizzie, te lo prometo.
—Sería mucho más fácil para mí si lo supieras, Jake.
Suspirando, dejé un beso en la comisura de los labios de Jacob, haciendo que abriera mucho los ojos —gracias a mi estirón, no necesitaba ponerme de puntillas— .
—No olvides que te quiero muchísimo, Jake.
—No te despidas de mi, Lizzie, no lo hagas.
Sonreí brevemente y crucé una mirada con Embry.
—Adiós, Jake.
Y sin darle tiempo a reaccionar, ambos salimos corriendo, primero a dos piernas y luego a cuatro.
No dejé de correr hasta que llegué a casa de Emily, ignorando todas las voces de mi cabeza. Salté la ventana y me metí en mi habitación provisional, donde me convertí a dos patas de nuevo.
Me tiré en la cama y fue cuando dejé que las lágrimas cayeran por mis mejillas, sin importarme nada más. Sentía una presión en el pecho que me agobiaba, que no me dejaba respirar bien y que me hacía llorar aún más fuerte. Lloré por haberme convertido en lobo antes de tiempo, por no saber que podía hacerlo, por tener que alejarme de todo, por no poder ser yo misma, pero, en especial, lloré por tener que poner distancia entre Jacob y yo. Me dolía tener que hacerlo. Me ardía el pecho solo de pensar en ello. Me dolía como el maldito infierno, como si me hubiera caído allí y no me dejaran salir.
Jacob era de esa clase de persona que siempre se muestra feliz, y que carga esa felicidad como un aura, llevándola a toda la gente que le rodea. Igual que un sol ceñido a la tierra, sea quien sea el que entre en su órbita gravitacional, es irremediablemente atraído por su calidez.
No dejaba de pensar eso una y otra vez. Jacob era como un sol, dando calor y paz. En verdad, era mi sol personal. Pero ahora su luz se había apagado para mí, por lo que al igual que los girasoles, comencé a doblarme sin su claridad.
No sé en que momento las lágrimas dejaron de caer y simplemente me quedé hipando, mirando la pared como si un meteoro fuera a cruzarla y estrellarse contra mi. De esa forma tendría mi final, patético, pero a fin de cuentas, sería un final como otro cualquiera.
No paraba de pensar en por qué me ardía tanto el pecho al pensar en una vida sin Jacob. Era como si me hubiera tragado unas brasas y el fuego comenzara en mi interior.
¿Tanto dependía de Jacob?
¿Tan ilusa era al pensar en que lo que sentía por el era solo amistad?
¿Tan tonta era por pensar en que yo tenía alguna oportunidad con él?
Cuando la puerta se abrió ante mí, no pude evitar que más lágrimas salieran de mis ojos, mientras se me encogía el corazón una y otra vez ante el recuerdo. Sus brazos me rodearon, intentando reconfortarme con su aroma maternal y juvenil.
Y fue cuando solté las palabras que más me costaron.
—Lo he perdido, Emily.
Ella me apretó más fuerte, mientras yo sentía como cada pedacito de mi se volvía a romper una y otra vez. Sin final y sin retorno. En un bucle de destrucción.
Cuarto capítulo ya publicado, vaya. Espero que os haya gustado tanto como a mi escribirlo, aunque tengo que confesar que escribiéndolo se me cayó alguna que otra lagrimilla. Hay que ser honesta je.
Yo avisé que se venía el drama, así que quien avisa no es traidor JAJAJA. Pero bueno, que este drama creo que es necesario para la historia. Es decir, en la historia original lo hay cuando Jake se convierte y no puede estar con Bella. Pues aquí es algo así, solo que más heavy jeje. Se puede decir que sin sufrimiento la historia se haría más corta y eso no es precisamente lo que nos gusta, ¿me equivoco?
Como podéis haber comprobado, Jacob estaba realmente histérico por saber que narices le había pasado a su amiga. Personalmente, creo que yo también tendría una reacción parecida a la suya, la verdad. Y también, vemos como Emily va a apoyar a Lizzie.
Realmente me encanta el personaje de Emily, pero siento que nunca nos lo han presentado del todo. Sólo sabemos la historia de la imprimación con Sam y que los lobos siempre están en su casa. Pero no se sabe nada más de ella ni aparece mucho. Yo voy a cambiar eso un poquito, porque me parece realmente tierna.
¿Que os ha parecido?
¿Por qué pensáis que a los dos les duele estar separados? Leo vuestras teorías jeje.
¿Qué creéis que pasará en el próximo capítulo?
Dejadme una estrellita y un bonito comentario. Podéis poner vuestras teorías, opiniones y cosas así. Os contestaré a todo jeje.
Nos leemos en comentarios.
~I 👑
|Publicado|: 20/01/2020
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro