Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

20


_______________________

CAPÍTULO VEINTE
TRIBU QUILEUTE

_______________________

Me senté en una de las sillas del salón,  concentrada en la información que tenía delante de mi. En ella estaba casi toda la historia de nuestra tribu, en esencia, los aspectos más importantes. No estaba haciendo mucho con ello, solo apuntando todas las familias vivas con descendencia apta para ser lobo. Si iba a ser alfa, quería saber cuán grande podía llegar a ser la manada.

No pude evitar suspirar al leer el nombre de mi abuela, Amelia. Escarbar en su historia solo hacía que me preguntara si podría llevar su puesto tan bien como ella. Pese a eso, podía escucharla a mi lado, reprochándome lo dura que era conmigo misma. Ella siempre veía lo bueno en mi, sin importar nada más. Cuanto la echaba de menos y cuánto la necesitaba.

Hice una mueca al darme cuenta de que probablemente Joe también se convirtiera. No me hacía gracia, pero casi todos los miembros de nuestra familia habían sido lobos. A excepción de mi abuelo, el marido de Amelia, quien no era de la tribu y por lo tanto, no tenía ni siquiera el gen apagado. El resto, todos habían sido lobos, de colores parecidos. Eso me asustaba. Saber que mi pequeño hermano iba a entrar en fase en cualquier momento, era algo que me aterrorizaba.

Mi parte de hermana mayor quería que eso no pasara nunca, o en otro caso, que le permitiera a mi hermano ser un adolescente normal. La parte de alfa, simplemente estaba preocupada por el número de lobos que podría llegar a juntar si se diera el caso. Rezaba internamente para que el tiempo de Joe siendo un adolescente normal fuera más que el que había tenido Seth..

Poco a poco había aceptado que iba a ser alfa. No por nada, sino porque tenía a Jacob a mi lado y eso me calmaba. Además, sabía que seguiría contando con el apoyo de Sam, algo que vendría de perlas debido a su experiencia. Y como si fuera la guinda del pastel, el calor que había identificado como la loba de mi abuela y la mía propia, se habían fundido en uno. Eso significaba que estaba casi permanentemente conmigo, lo que sugería que muy pronto podría tomar mi puesto en la manada.

Me sobresalté cuando alguien movió una de las sillas a mi lado, por lo que levanté la vista. Sonreí al ver a Seth, quien miraba el gran lío de papeles que tenía encima de la mesa, para luego dirigir su mirada marrón a mi.

—Hey, angelito, ¿que tal lo llevas?—

Casi pude ver como bufaba cuando lo llamé por su apodo, pero solo sonrió.

—Lo llevo bien.—habló.—Pero lo llevaría mejor si pudiera ser más útil.—

Suspiré, pasando las manos por mi cara.

—Seth, ya hablamos de esto.—murmuré.

—Lo sé, pero me siento un poco inútil todo el tiempo aquí metido.—casi podía ver como gesticulaba sin parar.

—No eres inútil, olvídate de eso.—me recosté en la silla suspirando.—Sólo queremos ver como manejas a tu lobo. Recuerda que eres el miembro más joven que se haya tenido en la manada.—

Seth hizo una mueca.

—¿Y cuando os deis cuenta de que es tan normal como los vuestros? —preguntó sonriendo

Quise reírme de su expresión de niño emocionado.

—En ese caso empezarás a hacer guardias—murmuré bostezando. —Lo cual es sumamente divertido. —

—Puedo notar el sarcasmo en tu voz, Liz. —

Esta vez si me que reí.

—Lo siento, pero realmente detesto hacer guardias nocturnas. —

—Puedo notarlo. —hizo una mueca. —De todos modos, ¿por qué las haces?—

—Aún no soy alfa, Seth, así que tengo que cumplir con lo que Sam estableció desde el principio.—

—¿Crees que va a ser distinto cuando tu seas alfa? —preguntó, mirándome atentamente.

—La verdad es que no lo he pensado aún. —confesé. —Simplemente lo he asumido. —

Seth bajó la vista hacia los papeles y noté que leía algunos. Vi como su ceño se fruncía levemente, para luego alzar la mirada y clavarla en mi.

—¿Que se supone que estás haciendo? —preguntó, cambiando de tema

Me revolví en la silla, poniéndome cómoda.

—Estudio la historia de la tribu, en especial de las familias que siguen vivas. —le expliqué. —Y luego anoto los nombres de los miembros más jóvenes de cada una de ellas.—

—¿Para que?—

Hice una mueca. —Para saber cuán grande podría llegar a ser la manada. —

Los ojos de Seth brillaron con emoción, por lo que volvió la mirada a los papeles unos segundos.

— ¿Y cuántos tienes?—preguntó con el entusiasmo palpable en su voz

—Si mis cuentas no me fallan, y creo que no... —suspiré. —35 lobos. —

Seth alzó las cejas. —Esos son bastantes. —

—Eso suponiendo que todos los jóvenes tengan el gen mágico—asentí, intentando no hacer ninguna mueca. —Si no lo tienen apto para ser lobo, quizás sean unos pocos menos.—

Seth asintió, pasando la vista por las fotos. Pude ver como tragaba saliva cuando su mirada paró en la imagen de los ancianos de Consejo, donde estaba su padre Harry.

—Él estaría orgulloso de ti. —murmuré.

Me miró con los ojos brillantes, como si estuviera reteniendo las lágrimas.

—También lo estaría de ti, Liz. —me aseguró. —Siempre creyó que serias una gran alfa.—

Suspiré. —Espero no defraudarle. —

—No lo harás. De eso estoy seguro. —

Alcé una ceja mirándolo, causando un tímido color rosa en sus mejillas. Este niño era demasiado adorable.

—Estoy sorprendida, angelito. —me burlé. —De pronto has madurado. —

El rosa en sus mejillas se intensificó.

—Embry tenía razón cuando me dijo que te gustaba vacilar a la gente. —murmuró. —Pero no sabía que me iba a dar tanta vergüenza. —

—Eres demasiado sincero, Seth. —me reí.

—¿Que puedo decir?—encogió los hombros. —Mi madre educó a un hombre sincero.—

Me reí, causando que Seth esbozara una sonrisa.

Suspiré cuando unos cálidos labios se posaron en mi frente y Seth sonrió de lado.

— ¿Habéis dejado papel para los demás? —se burló.

—Oh, cállate, Jake. —me quejé.

Se sentó a mi otro lado, cogiendo la lista de nombres que había apuntado. Lo miré con el ceño fruncido.

—Oye, pero bueno, que eso es mío. —me quejé, inflando las mejillas, indignada.

—Ahora sé de quien aprendió eso Joe. —murmuró divertido Seth

Le dirigí una confusa mirada al joven Clearwater, quien me sonrió, para luego volverla a mi lobo. No había despegado la vista de la lista de nombres.

—Espero que no se dé esto. —murmuró dejando la lista a un lado.

— ¿Por qué? —preguntó Seth, casi sin poder evitar su curiosidad.

—Porque significará que algo malo va a pasar. —murmuré, recordando las palabras de Billy cuando contaba algunas de las historias.

Jacob asintió. —Lo entenderás mejor cuando haya la próxima reunión, Seth. —

—Espero que sea pronto. —se quejó. —Porque me siento desubicado.—

—No te preocupes, todos nos sentimos así. —lo animé sonriendo.

—Y ahí está, mamá Lizzie en acción. —se burló Jacob.

Cogí el boli que tenía a mi derecha y se lo lancé, impactando contra su mejilla. Sonrió divertido, frotando la zona, mientras Seth nos miraba como un partido de tenis.

—Cierra el pico. —le medio ordené.

—¿Eso es una orden, oh, princesa?—

—Jake. —medio chill é.

Ambos se rieron, aunque por distintas razones, causando que pusiera los ojos en blanco, intentando parecer enfadada.

—No os soporto. —murmuré indignada, pasando la vista de uno a otro.

—No mientas, cariño. —se burló Jake, sonriendo de lado.

—Realmente voy a hacer que no oí eso. —intervino Seth, fingiendo estar ofendido.

De nuevo, puse los ojos en blanco, oyendo la suave risa de ambos.

Jacob se levantó de la silla en la que estaba sentando para luego acercarse a mi y abrazarme por detrás. Solté una pequeña risa cuando besó mi cuello. Alcé la vista para mirar a Seth, un poco avergonzada por la situación, pero el pequeño Clearwater sonreía, mirándonos a los dos.

—Hacéis una buena pareja, la verdad. —murmuró sincero Seth

—Dinos algo que no sepamos. —se burló altanero Jake.

Moví mi brazo derecho, impactando contra el costado de mi lobo, haciendo que soltara el aire, riéndose. Bufé, sonriéndole en disculpa a Seth, quien parecía divertido.

—Perdónalo. —casi le supliqué, para luego añadir. —A veces se es un poco infantil. —

—¿Sólo a veces?—

Me reí al oír la voz divertida de Emily, quien entraba en la sala, para luego sentarse al lado de Seth. Este se giró a mirarla con una sonrisa algo pequeña. A diferencia de su hermana, el joven no tenía nada en contra de su prima, por lo que la trataba con la misma dulzura con la que trataba a todo el mundo.

—Realmente me ofendéis. —murmuró Jacob, con voz casi indignada.

—Amor, deja de lloriquear. —me burlé, esbozando una sonrisa.

Lo oí bufar, para luego volver a besar mi cuello, haciendo que una pequeña risita saliera de mis labios. Era algo que no daba controlado. En cuanto su aliento o sus labios entraban en contacto con la piel sensible de esa zona, empezaba a reírme yo sola. Era algo que Jake usaba en mi contra y yo podía llegar a odiar.

—¿Qué estáis haciendo? —preguntó Emily, cambiando de tema, pasando la vista por todos los papeles sobre la mesa.

—Lizzie está investigando la tribu. —comenzó Seth.

—En especial la generación más joven. —siguió Jake.

—Es para saber cuán grande podría llegar a ser la manada. —finalicé, encogiendo los hombros.

Emily silbó entre dientes, mirando la lista que Seth le había pasado. Quise poner de nuevo los ojos en blanco pero me controlé, haciendo que la sonrisa en mis labios bailara. Jacob me soltó para luego sentarse a mi lado, cogiendo mi mano y entrelazando nuestros dedos.

—Parece que alguien se está tomando enserio su próximo puesto. —apuntó Emily, alzando la vista para mirarme.

—Es una forma de mentalizarme. —asentí, mirando brevemente a Jacob. —De todas formas, es algo que ya he asumido. —

—Ha costado lo suyo. —murmuró Jacob.

Le dirigí una mala mirada, aunque él esbozó una sonrisa. Negué con la cabeza, dejando de mirarlo, para luego pasear la vista. Seth nos miraba con la ceja alzada, mientras que Emily jugueteaba con una foto que tenía entre sus manos. Me estiré en el sitio, suspirando al ver cual era. Eso causó que los tres me miraran.

—Es mi abuela. —murmuré, sonriendo triste.

—Era muy guapa. —dijo Emily. —Y tienes su misma sonrisa. —

Suspiré. —A veces me gustaría parecerme más a ella. —

Jacob me miró con el ceño fruncido, haciendo que volviera a suspirar.

—Mi abuela era una de las personas más dulces que jamás he conocido. —murmuré sincera, pasando la vista por los tres. — Poseía una dulzura natural, le salía casi sin querer. Y jamás he visto a nadie sonreír tanto como a ella. —suspiré. —Pero también era muy fuerte, porque a pesar de haber perdido a su marido, seguía sonriendo para todos...—

Jake apretó mi mano en un gesto cariñoso, haciendo que mi mirada se fuera hacia él al instante. Volví la vista a los demás, viendo como Seth se mordía el labio inferior y Emily me miraba con los ojos brillantes.

—Y en eso eres igual, Lizzie. —murmuró la morena. —Aunque no lo veas, eres fuerte. Yo lo sé mejor que nadie. —meneó la cabeza.—Te he visto llorar a mares para luego levantarte y seguir adelante. En eso, eres como tu abuela Amelia.—

Me mordí el labio inferior, mirando a Emily con gratitud. Ella me devolvió la sonrisa, mostrando que cada palabra había surgido de la sinceridad.

—De nuevo insisto.—intervino Seth, haciendo que volcáramos la atención en él. —Tú te empeñas en llamarme angelito, pero yo estoy completamente seguro de que tú eres nuestro ángel personal. —

Hice un gesto con la mano. —Por favor, vais a conseguir que me eche a llorar. —

—Entonces yo no digo nada. —murmuró Jacob, sonriendo de lado

Solté una pequeña risa, negando con la cabeza. Era consciente de que si Jake decía algo, probablemente me echara a llorar. Él sabía exactamente que decirme para que se me derritiera el corazón.

Dirigí mi mirada a Emily, quien había dejado la foto en el montón, con delicadeza. Su mirada marrón se cruzó con la mía, haciendo que ella sonriera al instante. Luego, pasé mi mirada a Seth, quien estaba sonriendo sutilmente. Suspiré, negando con la cabeza.

—Realmente queréis que lloré. —murmuré, recostándome en la silla.

—Son verdades que hay que decir. —murmuró Jake.

—Y te las diremos siempre que necesites. —añadió Emily, sonriendo. —No tengas ninguna duda. —

—Aunque deberías saberlo tú. —intervino Seth.

Me reí casi sin querer provocando que poco a poco, los otros tres fueran uniéndose a mi risa.

Eran tres de las personas que más apreciaba y no podía negarlo. Que no me dejaran caer, que me animaran en todo momento, hacia que mi corazón latiera un poco más fuerte. También me llenaba de felicidad y hacia que todo dejara de ser tan negro. Realmente, eran como rayos de luz entre nubarrones negros.

—De todas formas. —murmuré, después de reírnos un rato.—¿Donde están los demás? —

Jake encogió los hombros, Seth alzó las cejas y Emily se limitó a mirarme.

—Deben de estar patrullando. —murmuró el más pequeño. —La verdad es que yo estaba con ellos en el bosque hasta que acabé cansado de oírlos. —

Jake soltó una risa. —Pueden ser realmente pesados. —

Asentí. —Y cada día que pasan son más insoportables. —

—Prometo que no echo nada en la comida para que sean así. —bromeó Emily, haciendo que todos volviéramos a sonreír. —Pero quizás es por qué llevan más de seis horas sin comer nada. —

Seth alzó las cejas, sorprendido. —¿Llevamos seis horas sin comer nada? —su voz sonaba sorprendida. —Creo que me voy a morir de hambre. —añadió, haciendo drama.

—Creo que nunca hemos estado tanto tiempo sin comer. —murmuró Jake, con gesto pensativo.

Puse los ojos en blanco. —Realmente sois unos quejicas. —

—No tienes ni idea. —habló Emily divertida.

—¿Y si preparamos algo? —preguntó Seth, con su voz de niño emocionado y los ojos brillando.

—No sé si será buena idea... —comenzó Jake.

—Estaría bien. —murmuré, interrumpiendo a Jacob.

Emily miró divertida a su primo, quien parecía emocionado por la idea.

—De haberlo sabido, te tomaría como pinche, Seth. —le dijo divertida.

Solté una risa cuando vi como las mejillas del pequeño Clearwater se teñían de un suave rosa.

—Me gusta ayudar a mamá. —murmuró avergonzado—Así que no me importa ayudarte, Emily. —

La mencionada se levantó, sonriendo, y sacudió las manos, llamando nuestra atención. Jacob la miró con una ceja alzada mientras que yo luchaba para no volver a reírme.

—Venga, en marcha. —ordenó la morena.

Los tres nos levantamos y seguimos a la morena, quien parecía dar saltitos de la emoción. Me reí al verla como una niña, ya que mi amiga solía ser muy entusiasta de la cocina.

Nada más llegar, Emily se transformó en el torbellino que solía ser cuando cocinaba. Pronto, Seth se le unió, siguiendo las indicaciones de su prima, ambos sin dejar de sonreír.

Un brazo en mis hombros hizo que me girara, encontrándome con los ojos negros de Jacob. Sonrió en cuanto su mirada se encontró con la mía. Dejé un casto beso en sus labios, provocando un pequeño puchero en él.

—¿Y si nos unimos?—le susurré a pocos centímetros de su cara.

—No sé si esa es una buena idea. —replicó, hablando de la misma forma.

Solté una carcajada, separándome de él. Negué con la cabeza ante su puchero, haciéndole ver que esta vez no iba a funcionar. Cogí su mano derecha y tiré de él, en dirección a donde estaban los otros dos.

—Vamos, será divertido. —sonreí.

Solté un chillido emocionado cuando conseguí moverlo de su sitio, caminando ambos junto a Seth y Emily. Nos sonrieron y la morena comenzó a darnos indicaciones, tras pasarnos delantales.

Y en esa noche, toda la manada tuvo una cena todos juntos, con la comida que habíamos preparado entre los cuatro.

Al caer la noche, la luna nueva presidía el cielo, anunciando un cambio, muy próximo, aunque nosotros, lo ignorábamos

|𝙁𝙞𝙣 𝙙𝙚𝙡 𝙥𝙧𝙞𝙢𝙚𝙧 𝙖𝙘𝙩𝙤|

¡Hola, hola! ¡Cuanto tiempo, eh!

Si, ha llegado el momento de cerrar el primer acto, de cerrar lo que es Luna Nueva. Pero tranquilidad, no es el último ni mucho menos. Seguiréis teniendo Jazzie por un tiempo más.

La verdad es que hice este capítulo para mostrar la admiración que Lizzie siente por su abuela Amelia. Después de todo, nuestra chica quiere ser tan buena alfa como ella. Algo me dice que lo será (y no es porque sea la escritora jsjsjs).

Bueno, ¿qué os ha parecido el capítulo? ¡Espero que os haya gustado tanto como a mi escribirlo!

Ya sabéis que podéis dejarme en comentarios todo lo que queráis. Vuestras opiniones, preguntas, teorías o lo que se os pase por la cabeza. ¡Me encanta responderos! Es lo bueno de Wattpad, el permitir el feedback con vosotrxs es sin duda lo mejor. También podéis dejarme estrellitas. Siempre me animan a seguir con la novela (de alguna manera es mi forma de saber si os gusta lo que subo).

Nada más que deciros. Espero que tengáis un fantástico fin de semana. 

Y ya sabéis...

¡Nos leemos en comentarios!

PD: Si aún no te has enterado, tengo un proyecto de Inazuma Eleven en publicación. ¡Puedes encontrarlo en mi perfil y darle tanto apoyo como a este!

~I 👑

|Publicado|: 04/09/2020

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro