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𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐃𝐎𝐒
COLOR CANELA

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—¿Me estás escuchando, Lizzie?

Me mordí el labio inferior, avergonzada, para luego mirar a Jacob, quien tenía una ceja alzada y me miraba divertido.

—No, lo siento, Jake.

Bufó, pasando una mano por su cabellera negra, para luego soltar una breve risa que me hizo preguntarme si mi amigo estaba bien de la cabeza. Luego volvió a su mueca inicial.

—Te estaba diciendo que he visto a Bella con los Cullen.

Parpadeé, confundida.

—Espera, espera. ¿Bella? ¿Te refieres a Isabella Swan? ¿La hija del jefe de policía Swan? ¿Tu amiga de la infancia?—intenté procesar la información, sintiendo que me iba a explotar la cabeza— ¿Y dices que con los Cullen? ¿De verdad existen? ¿Y son los mismos fríos que los que están en las historias que nos cuenta tu padre desde que somos enanos?

Jacob puso los ojos en blanco, probablemente debido a mi tormenta de preguntas.

—Si, Bella, Isabella Swan, la hija de Charlie. Y creo recordar que también era tu amiga.—suspiró al ver mi mueca—Si, con los Cullen. Existen y son los mismos.

Fruncí el ceño, sólo centrándome en una parte de la información.

—¿Desde cuando tienes tanta confianza con ella como para llamarle Bella?—disparé, casi sin querer.

Jacob me miró como si hubiera echo la pregunta más estúpida del mundo.

—Solo te has fijado en eso, eres imposible, Lizzie.

Inflé las mejillas, indignada, aún con el ceño fruncido.

—Ha venido a verme varias veces, la verdad es que luciendo ansiosa. Estamos arreglando unas motos, que cuando las trajo eran chatarra pura y dura,—explicó, frunciendo los labios. —No sabía por que de pronto me venía a ver tanto, pero ahora sé que es porque los Cullen se han ido de Forks. Parece ser que eran muy amigos y por alguna extraña razón, se marcharon. 

Mientras hablaba, no pude evitar mirar los ojos de Jacob, como parecían brillar. Me mordí el interior de la mejilla, siendo consciente de que unos sentimientos comenzaban a aflorar en mi amigo. Casi pasé por alto el detalle de la familia de vampiros, aunque según le había oído a los ancianos de la tribu, se iban pero siempre volvían.

Supe que había estado demasiado tiempo en silencio cuando se giró a mirarme, frunciendo levemente el ceño.

—¿A-arreglando motos? Eso es ...es genial, Jake.—carraspeé, intentando olvidar que había tartamudeado. —Es muy tú.

—¿Por qué te has puesto tan seria?

¿Qué por qué? Buena pregunta, buena pregunta.

—No estoy seria.—mentí descaradamente, esperando que no lo notara.— Pero sé cuanto te gusta la mecánica y me parece chocante que esa idea tan genial no se me haya ocurrido a mi.

Jacob se quedó unos instantes mirándome, sin decir nada, poniéndome cada vez más nerviosa. Hasta que sonrió de lado, en esa sonrisa que yo adoraba, y soltó una pequeña carcajada, a la vez que negaba con la cabeza.

—Eres realmente insoportable, Lizzie.

—Aún así me adoras.

Pareció quedarse serio unos segundos, como si la sonrisa se tensara, pero tan rápido como apareció, se esfumó, haciendo que solo me fijara en sus hoyuelos.

—No tienes idea de cuanto, pequeña.

Me atrajo hacia él, besando mi frente, causando que me apoyara en su pecho. Lo oí suspirar y sin poder evitarlo, sonreí de oreja a oreja. Ese era mi lugar favorito en el mundo. Estar en la hierba sentada, hablando de cualquier cosa con Jacob, sin duda, mi sol personal.

—No te vas a librar de mí tan fácilmente, Jake.

Volvió a reírse, haciendo que su pecho vibrara y me moviera a mi en el acto.

—Eso espero, porque te aseguro que tienes suficiente Jacob para ti.—

Sin duda, me tomaría esas palabras al pie de la letra.

Unas semanas después...

La rutina seguía siendo la misma, aunque cada vez las miradas de Uley y su pandilla eran más indiscretas, como si algo se avecinara, pese a que sólo me vigilaban a mí, insistentemente. Jacob llevaba varias tardes pasando tiempo con Isabella Swan, lo cual no me molestaba, pero hacía que tuviera mucho tiempo libre, y fuera demasiado adelantada en las clases.

Bufé, tras leer el problema de álgebra y me puse a hacerlo. Unos golpecitos en mi ventana hicieron que dejara el ejercicio y frunciera el ceño. Me levanté de la silla y caminé hacia la ventana. Puse los ojos en blanco al ver quien era, pero la abrí y me eché hacia atrás. Jacob entró ágilmente, sacudiéndose los pantalones y sonriendo de lado.

—¿Qué haces aquí?

Whoa. Yo también me alegro de verte, Lizzie

No pude evitar cruzarme de brazos y mirarlo con una ceja alzada.

—¿Enserio, Jake? Llevas tardes sin venir a verme y ahora me vienes con estas.

—¿Estás celosa, Lizzie?

Solté un gruñido bajo, mientras llevaba una mano a mi cabello y tiraba levemente de él. Su actitud me irritaba, tener que hacer ejercicios toda la tarde porque no tenía nada mejor que hacer, también me irritaba; y la mirada de Sam Uley, era lo que más me irritaba. En verdad, en ese momento todo me irritaba, mucho.

—¿Es enserio? ¿Es lo único que se te ocurre ahora , Jacob Black? —hablé, demostrando lo irritada que estaba.—¿No te paras a pensar en lo aburrida que podía estar, eh? ¡No! ¡Claro que no!—elevé la voz.—¡Evidentemente no! — cada vez alzaba más la voz y me notaba más enfadada.—Jacob solo pensaba en arreglar unas motos con su amiga mientras yo me moría del asco, teniendo que estudiar matemáticas, porque no tenía nada mejor que hacer. El plan perfecto para todas las malditas tardes.

Me callé, calmando mi respiración, agitada tras casi haberle gritado en la cara. Jacob me miraba como si me hubiera salido un tercer ojo o como si fuera un animal salvaje enjaulado.

-—Lo siento, Lizzie. Yo...yo no pensé.

—¡¿Lo siento?! ¿¡Eso es lo único que se te ocurre?!—ahora sí que estaba chillando, sin preocuparme porque hubiera más personas en la casa.—Por amor de dios, Jacob, te creía algo más inteligente.

Jacob frunció el ceño ante mis reacciones.

—¿Qué te pasa, Lizzie? Tú no eres tan temperamental...

Respiré profundamente varias veces, tratando de calmar mis nervios, porque sentía que podía saltar sobre mi amigo y dejarlo KO en cero coma.

—No lo sé.—murmuré angustiada.—No sé que me pasa.

Me quedé quieta, controlando la respiración, mientras Jacob se acercaba lentamente, observándome y analizándome. Me estremecí cuando me agarró del brazo, haciendo que su ceño se frunciera aún más el ceño.

—Por dios, Lizzie, estás ardiendo.

En cualquier otro momento habría soltado un comentario sarcástico, probablemente diciéndole que eso ya lo sabía yo, pero en ese momento no me sentía bien. Me parecía que el mundo se movía, aunque yo estaba quieta. Y Jacob se dio cuenta, ya que me sentó en la cama y me miró preocupado.

—¿Segura que estás bien?

Lo miré, aún con la sensación de mareo presente, en una mueca seria.

—No, no estoy bien. Estoy de todo menos eso.—fui incapaz de soltar sarcasmo al no encontrarme bien.

Podía ver la angustia en la mueca de Jacob, al no saber como ayudarme, pero ni siquiera yo misma sabía que hacer. Ni sabía que rayos estaba pasando.

Y fue entonces cuando lo sentí. 

Como si fuera un fuego que me abrasaba por dentro, calcinando todo a su paso. Apreté los dientes, tragándome un gemido de dolor. Sentí como una gota de sudor corría por mi espalda, mientras sentía como está se quemaba por dentro, haciendo que apretara la mandíbula con fuerza.

—Vete.—gruñí, aguantando un gemido de dolor.

Al principio me miró como si no me hubiera oído, para luego cambiar su mueca a una seria. Sabía que no me lo iba a poner fácil.

—No voy a dejarte sola, Lizzie.

—Vete, Jake, vete.—volví a gruñir, cansada de lo cabezota que podía llegar a ser.

—Estás loca si crees que lo voy a hacer.

Solté un gruñido de frustración que dio paso a un gemido de dolor, al sentir como las piernas me ardían. Sentí como varias lágrimas caían por mis mejillas, haciendo que apretara con fuerza ojos y labios.

—Lizzie...

—Vete, Jake, por favor.—tomé una bocanada de aire para no hablar con la voz estrangulada.— No sabemos si es contagioso. Así que es mejor que te vayas.

Abrí los ojos para ver como la cara de Jacob era todo un cuadro. Se notaba a leguas que no quería dejarme sola, pero no podía aguantar más.

—Por favor, Jake.—supliqué.— Si me quieres tanto como tú dices, te pido que te vayas.

Lo vi hacer una mueca de disgusto. Se acercó a mí y depositó un beso en mi frente, que hizo que frunciera más el ceño. Observé como se iba lentamente, aún sin estar muy convencido de dejarme sola. Le sonreí, tensa, dejándole ver que estaba bien, aunque era mentira.

Y cuando lo oí marcharse, fue cuando dejé de morderme el labio y liberé los gritos que me ardían por dentro. Dejé que fluyeran libres, mientras sentía como cada órgano ardía, en un incendio que no podía controlar y que parecía ir a más conforme mis gritos se hacían más intensos. Fue cuando sentí como algo explotaba dentro de mí, haciendo que me encogiera de dolor. La sensación de que cada hueso se rompía hizo que los gritos y gemidos de dolor se hicieran uno.

Hasta que dejé de gritar.

Y todo cambió.

Abrí los ojos, confundida, y lo estuve aún más cuando me topé con la mirada de Sam Uley, justo enfrente de mí. Quise decirle que me dejara en paz, pero lo único que salió de mi fue un gruñido bajo, como de advertencia.

—Tranquila, Liz, sé que estás nerviosa y asustada.

¿Por qué Sam Uley sabe mi nombre? ¿Y por qué también sabe exactamente como me siento?

—Todos hemos pasado por lo mismo.—siguió hablando, haciendo que más preguntas se acumularan en mi mente.—Es normal que estés asustada.

Lo miré confundida y pareció notarlo, ya que bajó la vista, al suelo debajo de mí. Seguí su mirada y me quedé totalmente sorprendida. Dos patas peludas, de un color canela claro, era todo lo que tenía en mi campo de visión. Pese a eso, eran suficiente para decirme que había pasado.

De mi salió un gemido lastimero, que pareció el gimoteo de un perro.

Sam cogió mi cabeza —aparentemente un hocico grande—y me hizo mirarlo a los ojos. Me vi reflejada en ellos y quise que la tierra me tragara.

Me había convertido en un lobo.
En un enorme perro.

Las patas de atrás me fallaron, haciendo que me sentara, con Sam aún cogiéndome la cabeza. De reojo vi al resto de su grupillo y volví a lloriquear, por que no quería eso. Uley exigió toda mi atención.

—Escúchame, Liz. Concéntrate en como eres. —habló el mayor, como si me estuviera dando indicaciones. —Cómo si estuvieras viendo  una foto tuya.

Lo seguí mirando, como si se hubiera vuelto loco y él volvió a repetir lo mismo. Una vocecita en mi cabeza me dijo que le hiciera caso o se pondría pesado.

Hice lo que me dijo, costándome más de lo que creía y sentí como me separaba del suelo, como me erguía sobre dos piernas. Me estremecí de frío y le sonreí brevemente a Jared cuando me tapó con una manta.

No entendía porqué tenía tanto frío hasta que miré debajo la manta y tragué saliva. Estaba desnuda. Delante de Sam Uley y su pandilla.

De nuevo, quise que la tierra me tragara.

Comencé a marearme de nuevo, notando como el mundo se movía debajo de mi, alarmando a Jared, que seguía mi lado, abrigándome con la manta. Hizo más firme el agarre, mientras dirigía una mirada a Sam, que me observaba totalmente serio, haciendo que comenzara a pensar que esa era su mueca permanente.

—Llevadla con Emily.

Y eso fue lo último que escuché, preguntándome quien demonios era Emily y por qué me llevaban con ella.

Después, todo se volvió oscuridad.

¡Hola! Aquí está el segundo capítulo, por fin :). No tenéis ni idea de lo feliz que soy cada vez que subo uno (soy rara lo sé).

Antes de nada, tengo que aclarar una cosita. Si, he hecho que la protagonista se transforme en el segundo capítulo. ¿La razón? Muy simple: si no lo hiciera, la historia no tendría mucho sentido y se haría laaaarga y pesada. Y por supuesto, eso es lo que menos quiero. Más o menos este es el color de la loba de Lizzie:

No es exactamente el color que yo tenía en mente, pero se parece algo. (el que tenía en mente es como una mezcla entre el lobo de Jacob y el Seth. Ñe, algo raro, lo sé).

¿Qué opináis del capítulo? ¿Y sobre la relación de Lizzie con Embry? ¿Con quién creéis que se llevará mejor de la manada? ¿Y cómo creéis que reaccionará Jacob a todo esto?

(Ñe, muchos interrogantes)

¡Espero que os haya gustado mucho!

Y recordad, una estrellita y un comentario siempre hacen feliz a cualquiera escritora (a mi mucho, la verdad).

Nos leemos en comentarios.

~I 👑

|Publicado|: 10/01/2020

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