Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

18


___________________________

CAPÍTULO DIECIOCHO
CASA SWAN Y AMENAZA

___________________________

El sonido de mi teléfono hizo que gruñera y abriera un ojo, molesta porque interrumpieran mi sueño. Tantee la mesilla, buscando el dispositivo, casi tirando la lámpara. Me giré a mirar al lobo que tenía al lado, pero seguía durmiendo profundamente.

Una vez que tuve el móvil en mis manos sentí que me tensaba de la cabeza a los pies. Suspiré al ver el mensaje y el remitente.

Bells:

Ya he vuelto. Estoy en casa

No podía evitar sentirme aliviada de que estuviera bien. Después de todo lo que había pasado y del cariño que le tenía, me daría algo si le pasara cualquier cosa.

—Jake. —lo llamé. —Vamos, despierta. —

Abrió un ojo y me miró, aún medio dormido. Se estiró, bostezó y se sentó. Besó mi hombro desnudo para luego mirar mi teléfono. Soltó un sonido de sorpresa, para luego mirarme a los ojos. Asentí, mientras él tenía la ceja alzada.

—¿Por esto me despertaste?—preguntó aún con la voz ronca.

—Quiero ir a ver a mi amiga. —sonreí inocentemente e hice un leve puchero. —Y no quiero ir solita. —

Puso los ojos en blanco, mientras yo seguía mirándolo con ojos suplicantes.

—A veces odio el efecto que tienes sobre mí. —masculló. —Pero no puedo decirle que no a esa carita. —

Sonreí abiertamente, para luego abrazarlo por el cuello y besar castamente sus labios.

—¡Eres el mejor!—exclamé encantada.

Me levanté de golpe, corriendo a ducharme y vestirme, mientras él se dejaba caer contra el colchón, aún mascullando por lo bajo.

El lobo rojizo a mi lado puso los ojos en blanco mientras veía como corría a toda velocidad en dirección a la casa de los Swan. Estaba ansiosa por asegurarme de que mi amiga estuviera bien, entera y en buenas condiciones.

Rápidamente volví a mi forma humana, peinando levemente mis rizos mientras esperaba a Jacob. Pronto sentí su presencia y su cálido brazo en mi cintura.

Fruncí el ceño al notar el aroma de vampiro cerca de la casa, haciendo que mirara levemente a Jacob.

—Es el territorio de los Cullen. —me recordó, susurrando.

—Ambos sabemos que nos dá igual. —repliqué sonriendo.

La sonrisa de Jacob me hizo saber que tenía mucha razón.

Caminamos por el camino de la entrada tranquilamente, para luego subir las escaleras y llamar a la puerta. Charlie Swan nos abrió la puerta, con el ceño fruncido, pero lo cambió por una sonrisa al ver que éramos nosotros.

—Hola, chicos. —nos saludó. —Pasad, anda. —

Se echó a un lado, dejándonos pasar. Atravesamos la puerta y seguimos al sheriff hacia la sala, donde él tomó asiento en el sofá y nos miró. Nosotros también tomamos asiento, enfrente de el humano.

—Bella volverá en breve. —dijo mirando el reloj. —Ya está agotando su tiempo. —

—¿Tiene un horario como un recluso?—preguntó Jacob, divertido.

—La última vez, desapareció tres días. —asintió el mayor. —Así que no voy a dejar que vuelva a desaparecer así.—

Ambos asentimos.

Me sentía un poco mal porque Charlie no sabía toda la verdad. Estaba tratando de proteger un pueblo en el que no sabía todo lo que realmente pasaba. Obviamente no podía decirle nada.

La puerta nos sorprendió a los tres. Charlie se levantó de un salto, volviendo a fruncir el ceño. Lo que vimos entrar, hizo que Jacob también frunciera el suyo.

Bella entraba tranquilamente con Edward Cullen detrás de ella, como si nada. El vampiro pareció sorprendido al vernos a los dos allí, pero la humana sonrió brevemente.

En un abrir y cerrar de ojos, me encontraba abrazando a mi amiga, haciendo que ella soltara un sonido de sorpresa. Luego de unos segundos, me devolvió el gesto, con la misma o incluso más fuerza. Me separé de ella y la mire de arriba a abajo, verificando que estuviera bien. Bella me sonrió levemente.

—Estoy bien, Liz. —me aseguró.

Luego, recordé quién estaba a su lado, por lo que giré la cabeza para mirarlo. Él me estaba analizando con sus ojos amarillos, por lo que no tardé en escuchar un gruñido bajo, inaudible para los humanos presentes.

—Supongo que tú eres la famosa Elisabeth Wolf. —habló él. —Bella ha estado hablando sobre ti. —

—En realidad te agradecería que no me llamaras Elisabeth. —arrugué la nariz al oír mi nombre entero.

—Prefiere Liz. —intervino rápidamente Bella.

—Puede ser realmente persuasiva en eso. —añadió el otro humano.

Le sonreí abiertamente, aunque el seguía mirando al chico Cullen con el ceño fruncido. Bella se dio cuenta y miró a su padre.

—Hemos sido puntuales, papá—expresó.

Charlie hizo una mueca . —Eso ya lo veo.

Puse los ojos en blanco, girándome a mirar a Jacob, quien tenía el ceño aún fruncido y miraba a Edward como si quisiera matarlo. En cuanto notó mi mirada, se acercó a mi, rodeando mi cintura con su brazo.

—Me alegra que ver que has vuelto de una pieza—comentó, mirando brevemente a Edward.

El vampiro puso los ojos en blanco, mientras que Bella suspiraba. Oí unos pasos y supe que Charlie se había ido, dejándonos solos.

—Tampoco ha sido para tanto. —dijo la humana, encogiendo los hombros.

—Eres realmente imprudente. —casi gruñí, adoptando el lado regañón que usaba con los lobos. —No tienes ni idea de las veces en las que he pensado que volverías en una caja de pino. O que directamente no volverías. —

—No seas tan dramática-sonrió la humana. —Ha salido bien, después de todo.—

—Bella. —intervino Edward, con la nariz fruncida. —No me comentaste que tus amigos eran chuchos. —

La humana se giró a mirar a su novio con la ceja alzada.

—Te lo dije. —replicó la humana. —Y también te dije que no le llamaras así, porque te aseguro que Jake tiene un apelativo para ti. —

—Tenlo por seguro. —murmuró entre dientes mi lobo.

Suspiré, sabiendo que esto iba a pasar.

—¿Por qué no nos relajamos unos segundos?—ofrecí, ppresentiendo una batalla entre mi lobo y el vampiro. —Bella está a salvo, y eso es lo que nos debería importar. —

Edward sonrió levemente.

—Si no fuéramos enemigos naturales, hasta podríamos ser amigos-hizo una mueca. —Siempre y cuando controles al perro, que me mira como si quisiera matarme. —

—Jake.—lo regañé.

El mencionado me miró levemente, haciendo una mueca.

—Me regañas a mi, pero dile a él que no se meta en mi maldita cabeza por un segundo. —bufó molesto.

—Te diría que lo siento, pero es como si chillaras tus pensamientos, Jacob. —repuso con tranquilidad el vampiro. —Estoy seguro de que podría escucharlos a kilómetros. —

Jacob puso los ojos en blanco, mientras Bella y yo mirábamos a ambos como si fuera un partido de tenis. Sabía que los Cullen tenían dones, pero no me acordaba de que Edward leía los pensamientos, lo cual me daba un poco de vergüenza. El vampiro soltó una pequeña risa y ahí fue cuando me di cuenta de que me estaba mirando.

—Oh por dios. —me quejé, haciendo una mueca. —Ahora no sé que pensar por tu culpa. —

—No te cortes por ello. —sonrió el vampiro.

De nuevo, escuché un gruñido bajo, que salió desde el fondo del pecho del lobo que tenía detrás. Me apresuré a coger su mano y entrelazar nuestros dedos, esperando que se calmara. Lo oí suspirar y noté como su corazón volvía a latir con normalidad. Recibí un pequeño beso en la nuca que me hizo sonreír.

—Nunca entenderé los rollos de lobos. —intervino Bella. —Pero esto no tiene nombre. —hizo gestos señalándonos.

Una sonrisa divertida bailó en los labios del vampiro.—En verdad si que tiene nombre. —

—Cierra el pico. —masculló Jacob.

La humana alzó una ceja, mirándonos brevemente para luego mirar a su novio, quien no apartaba su mirada divertida de nosotros.

—Vaya. —murmuró sorprendido Edward. —Parece que estamos ante la realeza. —

Lo miré mal al notar el tono con el que lo decía, como si se estuviera burlando de nosotros. El bufido de Jacob no tardó en oírse. Me tranquilicé, pensando en que mi abuela no había luchado por el tratado para que yo lo rompiera en un solo movimiento.

—No es como vuestros vulturis. —murmuré, intentando aliviar la tensión. —Es más complejo. —

—Ya lo veo.—afirmó el vampiro.

—Vale, tu investigas en mi cabeza, pero deja que nosotros lo hagamos en la tuya. —casi le gruñó Jacob.

—Edward,por favor. —habló Bella, luego de unos instantes sin decir nada. —Deja de meterte en sus cabezas.—

El vampiro miró a su novia, quien tenía una ceja alzada. Quise reírme, ya que era una situación un poco cómica. Es decir, una humana de metro sesenta casi le daba una orden a un vampiro de metro ochenta de más de cien años. Cielos, si hasta parecía un chiste.

Edward puso los ojos en blanco y me miró con una sonrisa, por lo que supe que había escuchado lo que había pensado.

—Lo siento. —me disculpé, soltando una carcajada sin poder evitarlo. —Dios, lo siento, de verdad.—

Jacob me miró al instante mientras que Bella se giraba hacia mi, con una ceja alzada.

—¿Qué pasa?—preguntó la humana.

—De verdad que he intentado no leer la mente de Liz—murmuró divertido Edward-Pero se estaba riendo tan fuerte que no pude evitarlo

Volví a soltar una carcajada involuntaria.

—¿Qué narices has pensado, pequeña?—me preguntó Jacob, divertido.

—Nada, nada, son tonterías. —excusé, todavía riéndome.

—Le parecemos graciosos. —habló Edward, claramente refiriéndose a Bella y él. —Estaba haciendo una comparación de alturas y especies; y de quien llevaba la voz cantante. Y el resultado le hizo gracia, por lo que veo. —añadió lo último mirándome de reojo.

—De verdad que no fue a mal. —me excusé de nuevo. —Pero es que me hace demasiada gracia, lo siento. —

—Mira que serás boba. —dijo Jacob, aunque su voz sonaba divertida, como si estuviera aguantando una carcajada.

—No sé si sentirme insultada. murmuró Bella. —o si reírme. —

Sonreí con inocencia hacia mi amiga humana.

—Tómatelo con humor. —le sugerí, haciendo esfuerzos para no reírme de nuevo. —Es lo mejor que puedes hacer ante mis tonterías. —

Bella desvió su mirada marrón de mi para pasarla a mi lobo, como si buscara otro punto de vista, lo que me hizo sonreír aún más.

—Hazle caso. —murmuró Jacob, mirándome de reojo. —Se puede poner muy tonta si quiere. —

Solté una carcajada, haciendo que los tres me miraran al instante, con pequeñas sonrisas e incluso ocultando risas.

—Ahora tengo la risa floja. —me encogí de hombros, como si no fuera para tanto. —Me pasa a veces. —

Jacob puso los ojos en blanco, sabiendo que era verdad, ya que él había presenciado mis ataques de risa floja, que eran por puras tonterías. Edward asintió, como si supiera que estaba diciendo la verdad, y Bella sonrió brevemente.

—A nuestra gente le gustaría saber algo. —habló Jacob, serio, mirando a Edward.

El vampiro asintió, como incitando a que siguiera hablando. Mi lobo me miró, haciéndome saber que debía seguir hablando yo.

—Queremos saber si vais a volver. —murmuró, también poniéndome sería. —Básicamente porque perseguimos un vampiro y no queremos confusiones. —

Edward alzó ambas cejas, para luego girarse a mirar a Bella. La humana hizo una mueca con los labios, probablemente al darse cuenta de que ni ella ni su hermana duende le habían dicho nada. Volvió a girarse en nuestra dirección.

—Os agradezco que estéis protegiendo a Bella de Victoria. —habló con voz suave. Me recordó al terciopelo. —Pero mi familia y yo vamos a volver a Forks, por lo que podéis limitaros a vuestro territorio. —

—Eso no quita que vayamos a tener un ojo en Bella, Cullen. —gruñó Jacob.

Le dirigí una mirada a mi lobo, quien parecía molesto con el vampiro. Cogí su mano y entrelacé nuestros dedos, notando al instante como su mandíbula se relajaba pero sus ojos seguían lanzando cuchillas al cara pálida.

—No esperaba menos de vosotros,la verdad. —murmuró y ambos lo miramos confundidos. —En el vuelo de vuelta, Bella no ha dejado de contarme todo lo que habéis echo por ella. Y de nuevo os doy las gracias. —

Solté un pequeño bufido que convertí en tos cuando la mirada marrón de Bella se clavó en mi. Esbocé una sonrisa falsa, mientras pasaba mi vista a los ojos amarillos del vampiro.

—No creas que lo hicimos por ti. —murmuré, con algo de retintin. —Bella es nuestra amiga y por eso la ayudamos.—

—Aún así, me siento en deuda con vosotros. —insistió educadamente el vampiro.

Jacob soltó un bufido parecido al de un gato, mientras se movía para rodear mi cintura. Parecía más relajado, pero aún seguía mirando al vampiro con una mueca.

—Solo espero que tengas algo en cuenta. —hablé, sintiendo como el calor se revolvía por mi interior. —Vuelve a hacerle daño a mi amiga y no dudaré en clavarte el pie tan hondo que te partiré en dos.—

Bella me miraba con las cejas alzadas, sorprendida, a diferencia del vampiro, quien lo hacía con una pequeña sonrisa pintada en sus pálidos labios.

—Tomaré nota.—asintió el vampiro, mirando de reojo a la humana

Me giré a mirar a Jacob, quien sonreía de lado, probablemente por mi amenaza hacia el vampiro. Sus ojos negros me miraron brevemente, para luego besar mi mejilla.

—Nosotros nos vamos. —murmuró Jacob, como si supiera lo que estaba pensando

—No queremos tener problemas. —añadí, refiriéndome a qué estábamos en el territorio de los Cullen.

Edward asintió, dándonos a entender que nos había leído la mente, por lo que no tarde en oír el bufido de Jacob. Bella reaccionó, pestañeando varias veces para luego agarrar mi antebrazo pata que no me moviera.

—¿Volveréis? —preguntó esperanzada, sin dejar de pasar la mirada de uno a otro.

—No es nuestro territorio, Bells. —le recordó Jacob, mirando de reojo al vampiro.

—Pero siempre puedes venir a La Reserva. —añadí, encogiendo los hombros. —Estoy segura de que a Emily no le importará. —

El lobo a mi lado asintió, dándole énfasis a nuestra invitación. El vampiro no parecía muy convencido de la idea, ya que su ceño se frunció levemente. Bella sonrió brevemente y asintió.

—Iré a veros. —dijo segura, sonando más bien como una promesa.

Sonreí de lado, para luego recibir el abrazo de la humana. Me soltó, para abrazar a Jacob, quien después volvió a su posición a mi lado.

—Nos vemos. —murmuré, mirando brevemente al vampiro

—Ha sido un placer. —habló el vampiro, ahora en una mueca más alegre.

Jacob tiró de mi para que saliéramos de allí, seguramente hasta las narices de que el vampiro leyera su mente y escarbara en los asuntos de la manada. Suspiró nada más salir a la calle, para luego mirarme.

—Vas a ser una gran alfa, cariño. —me susurró en el oído.

Solté una pequeña risa, a la vez que rodeaba su cuello con mis brazos.

—Solo si te tengo a mi lado. —murmuré, sin dejar de mirar sus orbes negras.

Unos adorables hoyuelos aparecieron en su cara cuando sonrió.

—Siempre. —

¡Hola, hola! ¡Cuánto tiempo sin pasarme por aquí! Echaba de menos actualizar, pero ya está aquí la actualización.

No sé porqué, pero me encantan los momentos de Lizzie y Jake. ¡Son tan lindos que quiero llorar! Creo que voy a acabar con los kleenex de mi casa a este paso...

Ha aparecido el vampiro amargado... Nah, es broma, yo adoro a Eddie. Pero a veces me consume su negativismo y lo pesado que se puede poner.

¿Que opináis de la conversación entre Eddie y Lizzie?

Si os digo la verdad, me empecé a reír yo sola cuando escribí la amenaza de nuestra loba al vampiro. Suerte que no era madrugada y nadie me vino a pegar.

No tiene nada que ver con esto, pero está cuarentena me ha llenado la cabeza de ideas. Y una de ellas tiene que ver con Inazuma Eleven. La estoy volviendo a ver ( que recuerdos 😢). Y se me pasó por la cabeza hacer algún fanfic (Ñe, para que mentir, más de uno JAJAJAJA).
Me preguntaba si alguien lo leería :)

No sé para que digo nada si total voy a acabar haciéndolo JAJAJAJ.

Espero que os haya gustado el capitulo. Podéis dejarme una bonita estrella, ¡me anima mucho! Y en comentarios.... Pues todo lo que queráis.
Ya sabéis que me gusta contestaros, aunque tarde mucho.

Nos leemos en comentarios. ❤️

~I 👑

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro