17
_______________________
CAPÍTULO DIECISIETE
VULTURIS Y DUDAS
_______________________
Podía ver como el terror se apoderaba de Bella al mismo tiempo que procesaba la información que le había dicho la vampiro Cullen. La humana se puso siete tontos más pálida y abrió los ojos y la boca como platos. Luego, reaccionó.
—¿Qué?—le temblaba la voz.—¿Que va a hacer?
La vampiro hizo una mueca, como si no le gustara un pelo lo que iba a decir.
—Va a Italia, a ver a los Vulturis.—soltó una gran exhalación.—Él también quiere morir.
Las facciones de Bella se contrajeron de repente, entendiendo al segundo el mensaje.
El nombre se me hizo familiar, de las historias que le había contado Billy. Eran algo así como la realeza de los vampiros y se encargaban de que sus reglas se cumplieran. Bueno, era básicamente una, no rebelar su secreto a los humanos. Como había dicho la chica Cullen, solo los provocabas si querías realmente morir.
Reaccioné al ver como Bella subía a toda velocidad las escaleras en dirección a su habitación. Parpadee confusa, para luego entender lo que hacía. La seguí lo más rápido que pude y entré en su habitación, viendo como guardaba cosas en una mochila frenéticamente.
—Bella, ¿se puede saber que demonios haces?
Se giró a mirarme, con algunos mechones en la cara. Seguía bastante más pálida de lo normal.
—Tengo que ir a Italia.—balbuceó.—Tengo que detenerlo.
Salió de la habitación, conmigo detrás, bajando las escaleras casi de dos en dos. Volvimos a la cocina, donde Jacob y Alice no compartían una mirada nada amistosa. Se dejaron de mirar en cuanto nos oyeron, la vampiro sonriendo levemente y Jacob alzando una ceja.
—Bella, por favor.—intenté razonar con ella.—No puedes irte así sin más. Piensa bien lo que haces.
Ahora los cuatro salíamos de la casa de los Swan, hacia el coche negro de la familia Cullen. Alice se metió en el asiento del piloto rápidamente, mientras Bella daba la vuelta al coche.
—¿Qué pasa con Charlie?—intervino Jacob.—¿Vas a dejarle así sin más?
—Le he dejado una nota.—replicó la humana.—Y soy mayor de edad, así que en teoría puedo irme cuando quiera.
Solté un resoplido mientras Jacob negaba con la cabeza
—Te abandonó, Bells.—le recordé, intentando no echar veneno por la boca.—Te dejó echa una miseria y nosotros te animamos. Y tú ahora vas a cruzar el maldito océano para ir a salvarlo.—mi voz se iba elevando—No sé si eres masoquista....
—No voy a dejar que se mate por mi culpa.—murmuró la humana, cortando mi comentario.—Aún lo quiero, Liz. Dime, si fuera Jake, ¿qué harías?
Miré al mencionado al instante, quien estaba serio mirando a la humana. Me miró fugazmente, para luego ambos mirar a Bella.
—No es lo mismo, Bells.—hablé seria.—Y lo sabes perfectamente.
—Voy a ir y salvarlo.—dijo segura.
Hice una mueca cuando la vi meterse en el coche, en el asiento de copiloto. Miré de nuevo a Jacob, quien parecía congelado en el sitio. Di varios pasos hacia ellas, agachándome en la ventanilla de Alice, ignorando su dulzón olor.
—Por favor, Bells, no vayas.—casi supliqué.—No te hagas eso.
Ella esbozó una sonrisa triste, por lo que sube que era firme en su decisión.
—Cuida de mi padre, por favor.
El coche rugió y salió disparado, haciendo que me quedara de pie, plantada en el medio de la carretera. Me quedé como una tonta viendo como se iba, hasta que dejé de verlo.
—Claro.—murmuré.
Me llevé las manos a la cabeza y tiré levemente de algunos de mis rizos, soltando un chillido histérico. Las manos de Jacob volaron a las mías, bajándolas, mientras me miraba a los ojos. Ya no estaba serio, pero parecía angustiado por la situación. Suspiré, apoyando la cabeza en su hombro.
—Va su propia muerte, Jake.—me quejé, angustiada por no poder hacer algo para cambiarlo.—Y no hay nada que podamos hacer.
Suspiró.—No creo que la chica Cullen deje que eso pase. Parece que le tiene bastante aprecio.
Solté un bufido, cansada mentalmente.
—¿Por qué nuestra amiga es un imán de problemas?
Soltó una pequeña risa.—Buena pregunta, la verdad.
Tras volver de la casa de los Swan, nos apuramos a llegar junto la manada, donde Jacob le explicó brevemente a que se debían nuestras muecas angustiadas. Ninguno de ellos dijo nada, aunque su cara lo decía todo. Solo Emily se mantuvo comprensiva, ganándose al instante una mirada de su prima.
No tenía ni idea de lo que tenía Bella en la cabeza, pero su decisión no dejaba de parecerme un acto suicida. Es decir, una humana en medio de la realeza vampira. Se suponía que ella no debía saber nada de ellos, y no solo sabía cientos de cosas, sino que se arriesgaría por un vampiro.
Pasaron varios días, en los que tratábamos de atrapar a la pelirroja y proteger a Charlie, aunque la vampiro no parecía interesada en el sheriff Swan. Mantener al padre de Bella a salvo era más fácil gracias a Billy, quien lo mantenía en la Reserva, con nosotros rondando cada poco.
Seth se había acostumbrado a su nueva vida, aunque eso no significaba que participara en la acción. Habíamos llegado a la conclusión de que lo mejor para el, era quedarse en la Reserva, ayudando a vigilar a Charlie. Eso a él no le gustaba, ya que quería hacer algo emocionante, según había dicho. Pero su juventud y el ser novato, lo hacía un poco peligroso.
Por otra banda, Leah se había integrado, a su modo, en la manada. Había veces que era insoportable tenerla cerca de Sam, por toda la historia que había detrás de ellos. Podía recordarnos una y otra vez todo lo que había pasado, lo que hacía que Sam se sintiera culpable por el daño que le había causado. Eso era realmente insufrible, por lo que trataba de cortar esos momentos. Aún así, no era del todo malo tenerla por allí.
Poco a poco, el calor que parecía poseerme quería quedarse más tiempo. Mis padres no parecían demasiado preocupados, al contrario, parecían felices y aliviados. Pero no era mi caso.
Me aterraba que llegara el momento en el que mi animal interior estuviera listo para reclamar su puesto. No me veía capaz de liderar una manada, una que cada vez era más grande, algo que me daba pánico. Además, la mayoría de los miembros eran un poco temperamentales, lo que hacía aún más difícil el labor del alfa.
Sam parecía ser consciente del poco tiempo que le quedaba al frente de la manada, ya que sus órdenes se volvían más suaves y su efecto parecía disminuir en mi. Pese a eso, yo seguía insistiéndole en que siguiera al mando, después de todo, él tenía más experiencia.
Por otro lado, yo no dejaba de vigilar a mi hermano. Después de la transformación prematura de Seth, estaba preocupada por que le pasara lo mismo a Joe. Pero no lo parecía, ya que mi hermano pequeño parecía tan tranquilo como siempre. Aún así, no podía evitar que apareciera por allí con el joven Clearwater. Ambos me prometían que si pasaba algo, Joe correría con Emily. Aún así, no me quedaba del todo tranquila.
Las cosas con Jacob iban solas. Era tan fácil como respirar y eso llegaba a asustarme. Pero, cada vez que sus cálidos brazos me rodeaban, era como si todas mis preocupaciones se fueran. Seguía sorprendiéndome el efecto que tenía sobre mí. Era como un humano tomando un tranquilizante.
Llevaba varios días sin saber de Bella, lo que me llenaba de preocupación. No era por nada, pero mi amiga humana se había metido en un avión para salvar a su ex-novio vampiro de un grupo de vampiros sin piedad. Unos que podían hacer un movimiento y romper su frágil cuerpo. Ese solo pensamiento hacia que un escalofrío me recorrerá la espalda.
Me tiré en el sofá de la casa de Emily, soltando un largo suspiro, cansada. Todo esto me sobrepasaba y sentía que no se iba a quedar así. Que pasaría algo más.
—Deberías dejar de hacer tantas guardias.—la voz de Emily sonó desde la cocina.
—Quiero asegurarme de que no se le ocurre pisar estas tierras.—repliqué, soltando un bostezo.
Mi amiga se asomó, mirándome raro.
—No es por mal, pero si a vosotros ella os huele mal, creo que a la inversa también funciona.—una pequeña sonrisa asomó en sus labios.—Así que no creo que sea tan tonta como para meterse en un sitio que huele a lobos.
Hice una mueca, dándome cuenta de la razón que llevaba.
—Tengo demasiadas cosas en la cabeza.—confesé.
Emily se sentó enfrente, mirándome preocupada.
—¿Qué pasa?
Bufé. —Cada vez tengo menos tiempo para aceptar que voy a liderar a esta panda de perros.—hice una mueca cuando soltó una carcajada.—Me da ansiedad que algo pueda pasarle a Bella, porque es lo único que tiene Charlie y una de las pocas amigas que tengo. Me llega a aterrar que mi hermano pueda entrar en la manada.—suspiré.—Por no hablar de que tengo la sensación de que algo grande va a pasar, y me crea más ansiedad.
Mi amiga morena me miró durante unos instantes, sin decir nada, procesando lo que acababa de decirle.
—Quizás es que piensas demasiado las cosas.—habló, luego de estar un poco en silencio.—Deberías dejar que todo siguiera su curso.
—Lo sé.—volví a suspirar.—Pero mi abuela Amelia fue la primera en transformarse en lobo, la primera alfa de la tribu. Y mi padre también fue un gran alfa.—me mordí el labio inferior.—¿Y si yo no lo soy? ¿Y si me supera? ¿Y si los defraudo?—
Emily hizo una mueca y cuando me quise dar cuenta, la tenía a mi lado, cogiendo mis manos.
—No vas a defraudar a nadie.—me dijo segura.—He visto como actúas cuando dices que aparece ese calor. Y también me ha contado Sam cosas.—esbozó una sonrisa.—Está en tu sangre, Lizzie, vas a ser una gran alfa.
—¿Tú crees?—
Asintió. —Estoy completamente segura de ello.
Mordí levemente el interior de mi mejilla, asintiendo levemente, aunque una pequeña parte de mi seguía sin estar convencida.
—¿Que más te preocupa? —preguntó, demostrando lo mucho que me conocía.
—Las cosas con Jacob son tan fáciles como respirar.—me mordí el labio.—Y me da miedo.
Frunció el ceño. —¿Por qué te da miedo?
—Jake es lo mejor que tengo y que nunca tendré. Y me da miedo comportarme como una estúpida y que reconsidere lo que siente.—hice una mueca. — A veces creo que no lo merezco y que estoy siendo hipócrita.
—No digas tonterías, Lizzie.—dijo Emily, aún frunciendo el ceño.—Es más que obvio que Jake se pondría en el medio de una bala y de ti. Yo no tengo duda y creo que tú tampoco deberías tenerlas.
Llevé mis manos a ambos lados de la cabeza, apoyándome en ellas.
— Es que Jake es tan especial y yo tan... Normal.—suspiré, ante su mirada, la cual no dejaba de decirme que solo soltaba puras tonterías.—No se, igual soy un poco exagerada.
Emily rió.—Sí, un poco exagerada.
Sonreí de lado, sin poder evitarlo.
—¿Tú también te sentiste así en algún momento?—me atreví a preguntar.
Asintió, suspirando. —Me parecía surrealista y, además, en pocos meses estaba haciendo vida de casada sin siquiera estar comprometida.—hizo una mueca con los labios.—Así que si, en un momento me vi colapsada por todo.
—¿Y qué hiciste?
—Sue me supo orientar.—sonrió levemente. —Me enseñó que era algo que nosotros podíamos controlar y que Sam jamás haría algo que me hiciera sentir incómoda. Y es la verdad.
Hice una mueca, sin dejar de mirar los ojos oscuros de mi amiga.
—Espero que esto solo sea una fase.—murmuré.
—Seguro que solo lo es.—me animó.—No dejes que tus locos pensamientos te amarguen, Lizzie.
—Lo intentaré.—dije sonriendo.
Emily me devolvió la sonrisa. Luego, entraron Jacob y Sam, ambos sonriendo a la vez cuando nos vieron. Mi amiga morena se levantó, me guiñó un ojo y siguió a su prometido.
Jacob se sentó a mi lado, mirándome detenidamente con sus ojos negros. Fue cuando me di cuenta de que posiblemente había escuchado lo que le había dicho a Emily.
—Jamás vuelvas a pensar que no me mereces.—me regañó, aunque su voz sonaba dulce.
—Solo estoy siendo pesimista.—murmuré, como si no fuera para tanto.—Creo que estoy estresada.
Uno de sus brazos me rodeó, empujándome hacia él, por lo que me dejé ir. Me apoyé en él, suspirando.
—Todo saldrá bien.—me aseguró.—Solo hay que esperar.
Me giré a mirarlo. —El tiempo es algo que me da ansiedad.
Puso los ojos en blanco, entendiendo al momento a que me refería.
—No pienso discutir contigo sobre eso.—sonaba divertido y yo sabía que realmente lo estaba.—Vas a ser una gran alfa. Todos los creemos. Menos tú, pequeña pesimista.
Sonreí cuando acarició mi mejilla derecha.
—Vale, vale.—me rendí ante sus caricias. —Ya me ha quedado claro de que soy la única pesimista.
Jake sonrió, esbozando los hoyuelos que yo adoraba.
—No voy a dejar que te hundas, ¿me oyes?—sonaba serio pero seguía sonriendo.—Si te caes, te levanto. Estamos juntos en esto, Lizzie.
Me tembló la sonrisa. No podía evitar ponerme sensible cuando Jake me decía cosas así.
—Eres genial.—murmuré.
Suspiré al sentir un beso en mi frente, cosa que solía hacer cuando yo estaba preocupada o simplemente cuando le daba la gana.
—Solo porque tú lo eres.—dijo, aún sonriendo.
Me acomodé en su pecho, escuchando el suave latir de su corazón. Me relajaba escucharlo, aunque no sabía porqué.
Cerré los ojos, dejando que el sonido me relajara de todo el bullicio que tenía en mi cabeza. Mientras, Jake jugaba con mi pelo, peinándome y haciéndome leves masajes.
Sin poder evitarlo, me quedé dormida.
¡Hola, hola! ¡Cuanto tiempo! La verdad es que con todo esto de la cuarentena me olvidé de que tenía algún que otro capítulo escrito. Pero para suerte, me acordé hoy mientras corregía algunas faltas de ortografía de los ya publicados.
Al principio del capítulo vemos como Lizzie trata de parar a Bella para que no vaya a Italia, ya que nuestra loba presiente que es un suicidio para la humana —y mucho no se equivoca la verdad—.
¿Qué opináis sobre esto?
Luego, volvemos a tener un momento de Emily y Lizzie, mostrando lo buenas amigas que son. Bueno, yo diría que la chica Young es como la hermana mayor que nuestra loba nunca tendrá. Y son realmente tiernas jo.
¿Que opináis?
Y finalmente, la charla con Jake. No es porque lo escriba yo, pero adoro las escenas de ellos dos, en especial cuando Jacob la anima y no la deja caerse. Son demasiado tiernos (y aquí es donde me acuerdo que jamás tendré algo así :/ ).
¿Que opináis?
¡Espero que os haya gustado! Ya sabéis que podéis darle a la estrellita si ha sido así y dejarme un bonito comentario. Realmente me gusta mucho leer todo lo que ponéis, ¡tenéis mucho ingenio! Siempre intento contestar, así que no dudéis en poner nada.
También quería daros las gracias por dedicarle unos minutos para leer esta pequeña novelita. ¡Es increíble como crecen las leídas! Y la verdad que no puede hacerme más ilusión. Así que muchas, muchísimas gracias por darle una oportunidad y por acompañarme en la historia de de Lizzie.
Espero que todo os vaya bien.
¡Nos leemos en comentarios!
~I👑
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro