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CAPÍTULO DIECISÉIS
PALABRAS Y CULLEN
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El cepillo se deslizaba lentamente por mis rizos, unos que eran extremadamente difíciles de dominar, casi como mi lado salvaje. Intentaba, sin éxito, que se alisaran, pero ellos volvían de nuevo a encaracolarse, brillando levemente. Pese a eso, la mano que los cepillaba no cesó, en un intento de que mi melena luciera un poco más decente de lo que solía estar. Miré, a través del espejo, su reflejo concentrado en mi pelo, como si intentara ahuyentar sus pensamientos. El vestido negro combinaba perfectamente con las grandes ojeras que había debajo de sus ojos avellana, demostrando que no había pegado ojo en toda la noche. Pareció rendirse, por lo que alzó la visa, encontrándose con mi mirada.
—Parece que tus rizos hoy no quieren colaborar. —murmuró lentamente, con la voz completamente cansada.
—No te preocupes por eso ahora.—la tranquilicé.—Hay cosas más importantes que mis rizos.
Hizo una mueca, mientras guardaba el cepillo en su sitio. Seguí sus pasos mientras realizaba todas esas acciones, como si fuera un robot o tuviera encendido el piloto automático.
—Lo siento, cariño, solo estoy agotada—se disculpó.
Hice que la silla girara, para luego coger sus manos, haciendo que ella me mirara, aún con la mueca marcada en sus facciones.
—No tienes que disculparte por eso, mamá.—murmuré.—Es normal como te sientes porque esto no es fácil.
Ella negó, lentamente.
—Pero tienes que ser fuerte.—añadí. —Por Sue. Por Leah y Seth.
Mi madre soltó un largo suspiro, apoyándose en mi escritorio.
—Esto es surrealista. —murmuró mirando el suelo. —Aún no me creo que le haya pasado a él...
—No se merecía algo así.—asentí, haciendo una mueca.
Mi padre se asomó por la puerta de mi habitación, luciendo igual que mi madre. La miró, después de mirarme a mí.
—Querida, ¿ya se lo has dicho?—le preguntó.
Mi madre volvió a hacer una mueca.—Casi lo había olvidado.
—Aline, es importante.—murmuró angustiado mi padre.
—Lo siento, amor, estoy algo despistada.—se disculpó ella, mordiéndose el labio inferior.
Mi padre suspiró, cruzando la estancia para rodear a mi madre con sus brazos. Se apoyaron el uno en el otro, haciendo que mi mente volara sin querer a Jacob. Luego me di cuenta de que habían estado hablando en clave
—¿De qué estáis hablando?—pregunté, después de unos instantes.
—El Consejo quiere que alguien de la familia Wolf dé un discurso en honor a Harry.—murmuró mi padre.
—Y habíamos pensado si tú querías.—añadió mi madre, forzando una sonrisa.
Suspiré.—Lo haré.
Mi padre también forzó una sonrisa, aunque se notaba a leguas que ambas eran de mentira. Besaron mi frente, para luego salir de la habitación.
Me giré de nuevo, mirándome en el espejo. No me gustaban mucho los vestidos, pero era un momento delicado para la tribu, por lo que me aguanté. Además, el color negro no acababa de gustarme en contraste con mi color de piel.
—Hey, preciosa.
Vi a Jacob apoyado en el marco de mi puerta, vestido con pantalón de traje y una camisa blanca. Suspiró y se acercó a mi, rodeándome con sus cálidos brazos.
—¿Qué pasa?—me preguntó.
A veces odiaba que me conociera tan bien. Que con solo una mirada supiera que algo iba mal.
—El Consejo quiere que diga unas palabras sobre Harry.—murmuré, mirando nuestros brazos.—Y no sé si seré capaz de hac...
En un rápido movimiento, los brazos de Jacob me giraron, haciendo que ahora lo estuviera mirando a él y que me interrumpiera en medio de la oración.
—Lo harás genial.—dijo seguro.—Lo sé porque tienes un don con las palabras y apreciabas a Harry. Solo tienes que unir esos dos cabos.
—No creo que pueda.—medio lloriqueé.
—Hey, no digas eso.—me regañó, para luego esbozar una mini sonrisa.—Yo estaré a tu lado.
—¿Lo estarás?
—Siempre, mi amor, siempre.
Había llegado el momento y sentía como cada parte de mi temblaba de miedo. La idea de que tendría que hablar delante de toda la tribu no me gustaba ni un pelo y hacía que cada músculo de mi cuerpo se tensara por completo. Eso añadiendo que no estaba segura de si mi voz decidiría irse en medio o si me echaría a llorar como llevaba haciendo desde que me había enterado.
Jacob había mantenido su palabra y se encontraba a mi lado, con un brazo rodeando mi cintura. De vez en cuando lo pillaba mirándome y cuando nuestras miradas se encontraban, unas olas de paz eran enviadas a cada centímetro de mi cuerpo, intentando calmar hasta el más pesimista de mis posibles pensamientos. Era increíble el efecto que tenía sobre mí.
Mi madre me sonrió brevemente, al mismo tiempo que más personas comenzaban a llegar. No pude evitar mirar a la familia, quienes en verdad parecían muertos en vida, lo cual era comprensible. Sue había dejado de llorar, Seth estaba con una mueca destrozada y Leah completamente seria.
Billy me dirigió una mirada cuando dejó de entrar gente. Ese gesto sirvió para indicarme que podía hablar cuando siguiera. Me asintió, como dándome ánimos, para luego mirar brevemente a su hijo.
Toda la atención de la tribu pasó a mi familia, ya que después de todo, mi abuela había sido la primera persona en convertirse, ocupando su puesto de alfa en el Consejo. Todos nos tenían respeto, lo cual aumentaba aún más mis nervios. Mi padre también había sido un buen alfa, según me había dicho Billy pero ¿y si yo no lo era? ¿Y si manchaba el nombre de mi familia? Sentía el peso de la situación sobre mis hombros.
—Gracias a todos por venir a mostrar apoyo a la familia Clearwater.—habló mi padre, con voz firme, mirando brevemente a los mencionados.—Mi primogénita, Elisabeth, dirá unas palabras para honrar a nuestro querido Harry.
Y ahí estaban, cientos de pares de ojos mirándome. Sentí un suave apretón en mi cintura, cortesía de Jacob, recordándome que estaba a mi lado.
—Harry Clearwater era una de las personas más maravillosas que he conocido en mi vida.—comencé, intentando imitar el tono seguro de mi progenitor.—Siempre bromeaba que era el mejor pescador de la zona, y creo que su pescado frito le daba la razón.—suspiré al ver tímidas sonrisas.—No recuerdo ninguna semana en la que no viniera a visitar a mi familia, ya fuera él solo o con su familia. Era el primero en enterarse de los partidos, aunque después siempre acabábamos en la casa de los Swan para verlo.—pude ver una fugaz sonrisa en la cara de Charlie. —Desde que me uní a la manada, Harry siempre estuvo dispuesto a ayudarme y aconsejarme. Sabía perfectamente las mil vueltas que le daba a todo y siempre tenía algo que decirme para que me sintiera mejor.—esbocé una sonrisa triste.—Creo que esa era una de sus mejores virtudes, el saber que decir en cada momento y el saber como hacer sentir mejor a todos los que lo rodeaban. Nunca tendré palabras para agradecerle todo lo que hizo por mí, necesitaría mil vidas para ello.—cerré los ojos , notando como las lágrimas amenazaban con salir.— Siempre le estaré agradecida por todo, a él y a su familia.—los miré .—Estoy segura de que, si no está viendo, nos reprocharía el estar decaídos en vez de estar practicando KunFu. Creo que todos sabemos la obsesión y el arte que tenía para las artes marciales.—hice una mueca, pensando en que eso no le había servido contra la pelirroja.—Si me estás oyendo allá donde estés, Harry, gracias. Por ser mentor, guía, sabio, padre, hermano y corazón de esta tribu. Te llevaremos para siempre en el fondo de nuestros corazones.—
Noté como una lágrima traicionera bajaba por mi mejilla, por lo que me gané un apretón cariñoso de Jacob. No escuché lo que comenzaron a decir todos, ni como mis padres me decían que había sido perfecto. Solo estaba enfocada en el latir del corazón de mi moreno, que parecía calmar todos mis males. Sentí sus labios sobre mi frente, mientras no dejaba de mirar la foto qu que habían puesto de Harry, como si realmente me estuviera viendo.
Reaccioné cuando la familia Clearwater se acercó a nosotros. Me sobresalté cuando Sue se echó a mis brazos con los ojos brillando. Me abrazó con fuerza.
—Gracias por tus palabras, cariño.—me dijo sincera.—Eres maravillosa.
No oí la afirmación de Jacob, ya que me limité a sonreírle.
—Era toda la verdad que necesitaba sacar.—me sinceré.—La más pura verdad.
—Tu si que eres pura, mi niña. Me alegra tanto de que Emily te tenga de amiga.
Si antes me derretía con Sue, ahora juraba que me iba a dar algo.
La mujer me soltó para recibir el abrazo de Jacob, quien le dijo algo en el oído. No sabía en que momento me había soltado mi chico, pero no me dio tiempo a procesarlo, ya que el menor de la familia me abrazó unos instantes.
—Dices que yo soy un ángel, Liz, pero estoy seguro de que tú eres el de nuestra familia.—dijo sincero, con los ojos llenos de lágrimas.
—No me llores, por favor, no me llores.—le supliqué.
—No te prometo nada.—dijo, esbozando una débil sonrisa.
Jacob también lo abrazó, a su manera, diciéndole algo al oído. Seth hizo una mueca, pero asintió.
Mi mirada se cruzó con la de Leah, quien estaba menos seria y hasta podía entrever como tenía los ojos brillantes.
—Gracias, Liz.—murmuró con voz ronca.
—No ha sido nada.—hice una mueca.
Leah no dijo nada más. Miró a Jacob, quien asintió, para luego seguir a su madre y a su hermano. Me mordí el labio inferior, viendo como iban recibiendo condolencias aquí y allá. Debían estar pasando un verdadero infierno.
Me desconcentré al notar el olor de los demás de la manada, por lo que dejé de mirarlos, encontrándome con los chicos. Jacob tenía de nuevo su brazo rodeando mi cintura, una costumbre que había adoptado. Emily me abrazó levemente y pude notar como tenía las mejillas rosas, de haber llorado.
—Bien hecho, Liz.—me felicitó Sam.
—No ha sido para tanto.—murmuré.
—Nos has echo llorar a todos, así que tiene mérito.—habló Emily con voz suave.
—Habla por ti.—gruñó Paul.
—No seas hipócrita, Paul, todos hemos visto como se te caía alguna lagrimilla.—se burló Jared.
Ambos intercambiaron una mirada muy poco amistosa.
—Hey, comportaros.—los regañé. —No es lugar para vuestras tonterías.
Me miraron, alzando una ceja, pero ninguno dijo nada. Paul soltó un gemido de dolor cuando Billy lo golpeó con una de las ruedas de su silla, haciendo que Jared casi soltara una carcajada.
—Enderézalos, Liz.—me dijo. —A ver si tú eres capaz.
—Lo veo imposible.—murmuró Sam.
—Estos ya no tienen remedio.—estuvo de acuerdo Emily.
—Como si lo hubieran tenido en algún momento.—intervino Jacob.
Puse los ojos en blanco, ya que después de todo, si que parecíamos una gran familia, unos metiéndonos con otros.
—Ya vale, chicos.—los paré, para luego mirar al hombre en silla de ruedas. —¿No se supone que eres el maduro, Billy?—pregunté, casi burlándome.
El mencionado me guiñó un ojo.—A veces hay que dejarse llevar, muchachita.
—Ay por dios.—se quejó Jacob.
Mi vista se desvió, viendo como Charlie Swan se acercaba a nosotros, haciendo que los chicos se fueran en otras direcciones.
—¿Cómo está Bella?—le pregunté cuando llegó a nuestra altura.
—Está bien gracias a Jake.—dijo, mirándolo brevemente.—Puedes ir a verla, no ha dejado de preguntarme por ti.
—¿Por mí?—no me esmeré en ocultar mi sorpresa.
Charlie asintió.—Sabía lo mucho que apreciabas a Harry y estaba preocupada.
Suspiré, mientras una fugaz sonrisa aparecía en mi cara. Era agradable volver a contar con su amistad de nuevo.
—Podemos ir ahora si quieres.—me ofreció Jacob.—No creo que nos necesiten más.
—Sí, vamos.
—¿Queréis que os lleve?—nos preguntó Charlie.
—No, no, conocemos atajos.—sonrió Jake.
El mayor asintió, palmeando el hombro del moreno en despedida, para luego caminar hacia mis padres y Billy.
Salimos de la casa, haciendo que el viento nos golpeara en la cara. No sabía cuantas horas había pasado allí, pero ya casi estaba oscureciendo. Crucé una mirada con Jacob, para luego caminar hacia los arbustos, donde cambiamos de forma. Salimos corriendo en dirección a la casa de los Swan, una ruta que nos llevaría poco tiempo. Podía ser realmente increíble lo rápido que llegábamos a correr, algo de mucha utilidad. Cuando llegamos, volvimos a cambiar de forma, sin nada de ropa de luto.
Fruncí el ceño al ver un coche negro y al notar el olor de un vampiro. Solo esperaba que fuera alguien amigable.
Entramos como Pedro por su casa, oyendo dos voces, por lo que supuse que el vampiro era conocido.
—Los lobos no son buena compañía, Bella.—le decía la vampiro a la humana.
No pude evitar meterme en la conversación—Habla por ti.
Mi voz hizo que ambas se levantaran de un golpe del sofá, Bella mirándonos con una sonrisa y la pequeña duende arrugando la nariz.
—Creía que no podíais entrar aquí.—dijo la humana, sin perder la sonrisa.
—Supongo que nos da igual.—encogí los hombros.
—Queríamos asegurarnos de que estabas bien.—intervino Jacob.
Eso pareció ofender a la duende, ya que frunció el ceño. —Yo no voy a hacerle daño.—replicó.
—No, tú eres una inofensiva Cullen—murmuró Jacob con sorna
—Nos referimos a la pelirroja que ha estado buscando a Bella.—añadí, haciendo un gesto
—¿Victoria?—murmuró sorprendida la duende, mirando a Bella.
La humana asintió, frunciendo levemente los labios.
—Si..emm...ha estado por aquí.
—No lo he visto.—protestó la Cullen.—Ni vi como te sacaban del agua.—pareció enfadarse, para luego mirarnos.—No puedo ver nada más allá de vuestra manada de chuchos.
Jacob dio un paso adelante, soltando un gruñido.
—No vayas por ahí, o se va a poner feo.—gruñó.
Alargué el brazo para agarrarlo, evitando problemas. Bella se movió, colocándose entre ambos.
—Basta.—se puso seria la humana.—Los dos.
La vampiro sonrió, para luego caminar hacia la puerta.
—Alice.—la llamó Bella.
Se giró.—¿Sí?
—¿Volverás, verdad?
Ella asintió.—En cuanto saques al perro de casa.
Y sin más, se fue, mientras oía como Jacob rechinaba los dientes. Bella se giró hacia nosotros, con las manos en los bolsillos del pantalón que tenía puesto.
—¿Solo está ella?—preguntó Jacob.
Bella asintió—Sí, solo está Alice.
—¿Van a volver los demás?¿Cuánto se va a quedar?
—Wow, calma, vaquero.—me reí.
La humana puso los ojos en blanco.—No, no van a volver. Y se puede quedar el tiempo que quiera.
Me mordí el labio ante el silencio incómodo que se había instaurado tras las contestaciones hoscas de Bella.
—No te lo tomes a mal, Bells.—intervine, tratando de calmar las aguas.—Solo necesitamos la información para saber si tenemos que cambiar nuestras tácticas contra la pelirroja.
Jacob asintió.
Bella abrió la boca para decir algo, pero el sonido del teléfono la interrumpió. Jacob era el que más cerca estaba y con un movimiento ya había descolgado, como si fuera su casa.
—Residencia Swan.
Jacob frunció el ceño y se le tensó la mandíbula por algo que dijeron al otro lado de la línea. Hasta pude ver como las aletas de la nariz se le movían.
—No está.—casi gruñía cada palabra.—Está en un funeral.
Colgó de mala gana, maldiciendo entre dientes y en varios idiomas.
—¿Quién era?—preguntó Bella.—Jacob, ¿quién era?
Antes de que pudiera decir nada, Alice entró en la estancia, con los ojos abiertos como platos. Parecía totalmente horrorizada por algo.
—Bella—la llamó con la voz temblando.
La humana se giró a mirarla. —¿Qué pasa?
—No tengo sé porque narices Rosalie le ha dicho por qué he venido.—balbuceó la vampiro.—Pero lo ha echo y ha sido un error.
—Alice.—murmuró Bella, sonando angustiada, tratando de que la vampiro se centrase.—¿Que has visto?
La mencionada hizo una mueca, mirándonos con sus ojos dorados. Luego volvió a mirar a Bella. Si fuera humana, juraría que le temblaría el mentón, por el horror, el pánico que reflejaban sus ojos. Podía notar como la angustia de Bella crecía a cada momento, mientras la chica Cullen parecía ordenar sus pensamientos, para luego hablar.
—Es Edward. Cree que has muerto.
¡Hola, hola! Parece que ha pasado media vida desde el último capítulo, pero...¡ya estamos en el 16! Caray, quien lo diría.
Tengo que confesar que mientras escribía el discurso de Lizzie para Harry se me ha escapado alguna lagrimilla.
¿Qué os ha parecido?
La familia Clearwater siempre me ha parecido una de las mejores de la Saga, pero no le dan demasiada atención. Sinceramente, yo adoro a Sue, a Seth y a Leah. Son demasiado infravalorados.
¿Qué opináis de ellos?
En este capítulo vemos como vuelve Alice Cullen...
¿Cómo creéis que será su relación con Lizzie?
Os he dejado el final así para darle más misterio, aunque todos sabemos lo que va a hacer Bellita xd. Algo estúpido a decir verdad, pero la yo del pasado, la que vio la peli por primera vez, haría lo mismo. Lo aseguro.
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Espero que os haya gustado mucho :) .
Si es así, no olvidéis que podéis dejarme una bonita estrella. ¡Siempre me animan!
Y también podéis poner lo que queráis en comentarios. Ya sabéis que siempre los leo e intento contestar.
Nos leemos en comentarios.💙
~I👑
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