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CAPÍTULO TRECE
Familia

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Si la reacción de Jake por la imprimación de su hermana y Paul me había hecho gracia, la de Billy me había hecho llorar de la risa. Él le había lanzado todo lo que tenía a mano, mientras el de apellido Lahote esquivaba los lanzamientos lo mejor que podía. Lo tenía algo crudo, ya que el adulto de apellido Black tenía muy buena puntería, y acabó por darle alguna que otra vez.

La única parte buena de aquello era que Rachel no iba a poder estar lejos de Paul, lo que significaría que volvería a Forks. Lo cierto era que nos confesó que ya estaba pensando en volver cuando acabara sus estudios, y que aquello solo acababa de confirmar su idea. Debía acabar su carrera primero, pero no iba a poder evitar el tener que venir los fin de semana. Era la fuerza de la imprimación.

Otra parte buena era que podía recaer ciertas cosas de la boda en ella y mi madre. Sí, era ser una vaga de manual, pero ellas dos tenían muchísima más paciencia que yo. Era mi boda sí, pero me estresaba pensar donde sentar a cada invitado o que poner de entrantes. Tenerlas a ellas dos, junto a Alice, me aliviaba enteramente. Sobre todo ahora que la duendecita podía llamar a mi madre y yo podía dedicarme a otras cosas.

Como a librarme de la insistencia de las chicas de que tuviera una despedida de soltera. Me negué por activa y por pasiva, y gracias a todo lo que era sagrado que mi madre y Bella saltaron en mi defensa. Ninguna de ellas quería que me amargara con algo tan banal, por lo que acabé por imponerme. Era una Alfa, a mí nadie me iba a decir si tenía algo o no. Y mi decisión era que no. Simple y llanamente.

Jacob había tenido el mismo problema. Su discusión había sido con Paul y Jared, mientras los demás se mantenían al margen por los caracteres explosivos de los tres. Al final, mi lobo hacía logrado deshacerse de los pesados de turno, como les había llamado, y habían dejado de insistirle en el tema. Algo que yo, personalmente, agradecía, porque lo habían tenido amargado durante dos días. Y si algo era insoportable, era tener a Jacob amargado.

Así que, nuestro plan para la noche antes de nuestra boda —solo pensarlo me daban escalofríos— era ir al lago que había encontrado cuando me transformé y estar los dos solos. Sin nadie que nos molestara. Simplemente nosotros dos. A Jake le había entusiasmado mi idea, demasiado quizás. Cabe decir que apareció en su cara aquella sonrisa, esa que te aseguraba que nada bueno podía salir de allí. Aunque lo único que provocó fue que me diera un escalofrío.

Nuestros amigos se mostraron incrédulos de que quisiéramos aquello para el último día de nuestra soltería. "¡Es vuestra última noche libres!", había exclamado Paul, como si nos fueran a meter en la cárcel o algo por el estilo. Lo cierto era que él era el más sorprendido de todos por nuestra decisión, como si aquello le pareciera el más grande de los pecados. Había sido hasta cómico ver su mueca de sorpresa.

Cuando quise darme cuenta esa noche había llegado. Y cuando decía esa, me refería a la noche antes de la boda. La última de soltería, antes de internarnos en el desconocido mundo del matrimonio. Solo de pensarlo hacía que se me pusieran los pelos de punta. Aunque realmente lo único que estaba haciendo era unirme al hombre de mi vida de todas las formas humanamente posibles.

No me había dado cuenta de que había dejado de guardar cosas en la mochila hasta que la mirada oscura de Jacob se centró en mí. Dejó de hacer lo que estaba haciendo y se acercó a mí, mirándome preocupado.

—¿Te estás arrepintiendo? —cuestionó en un hilo de voz.

—¿Qué? ¡Claro que no! —me salió la voz tres octavas más aguda, porque me había pillado con la guardia baja. Me apresuré en aclararme la garganta y seguir hablando: —Simplemente no me creo que ya sea mañana. Me parece una locura.

Se echó a reír, haciendo que lo mirase como si le hubiera salido un cuerno en medio de la frente.

—¿Temes que la gente piense que estás embarazada por casarte tan pronto? —se burló, esbozando una sonrisa coqueta.

—¡Jake, no bromees con eso! —chillé indignada, pegándole con un cojín en medio de la frente.

—Relájate, nena. —se le escapó una risa en medio de la oración, haciendo que le volviera a pegar con mi arma. —Si estuvieras embarazada, ya lo sabríamos. Después de todo, un cachorro Alfa se nota en su olor mucho antes que cualquier otro bebé.

—Tienes suerte si papá no empieza a olisquearme como un poseso. —mascullé entre dientes, logrando que se riera divertido. —¡No te rías! ¿Acaso no recuerdas la cara que puso cuando se lo contamos?

—La recuerdo, igual que también recuerdo que te hizo hacerte un test de embarazo mientras tu madre se moría de la vergüenza. —señaló, sonriendo de lado.

—Nunca sentí tanto bochorno en mi vida. —admití, notando como se me ponían las mejillas rojas como tomates maduros. Sin duda, mi padre nunca tenía filtro en lo que decía. —La parte positiva es que el test salió negativo.

—Y si te lo hace ahora, también saldrá negativo. Relájate. —masajeó mis hombros, sin dejar de sonreír de lado. —Por ahora solo noto tu olor.

—¡Deja de disfrutarlo, Jacob! —chillé, dándole un golpe con el cojín tras otro, solo logrando sus risas.

—Tenéis un concepto de despedida de soltero un poco extraño. —era la voz de papá, sonando un poco -demasiado- sarcástico.

—¡Frank! —lo reprendió mamá. Luego, cambió su tono para dirigirse a nosotros. —Chicos, perdonadlo, no está de muy buen humor.

Tanto Jake como yo giramos las cabezas para mirarlos. Papá estaba de brazos cruzados, apoyado en el marco de la puerta, y con el ceño fruncido, mientras mamá lo miraba con algo de diversión. A diferencia de él, ella sonreía, de forma algo sutil.

—Oh, sí, es que me encanta la idea de que mi niña se case. —el sarcasmo supuraba por todos los poros de mi padre, como era usual cuando algo lo molestaba y no podía hacer nada para remediarlo. —Lo que me faltaba ahora es que mi hijo menor me venga diciendo que también se va a casar. Para la semana si eso.

No pude evitar reírme, al igual que mamá, al solo pensar en mi pequeño hermanito casándose con solo dieciséis años. Jacob solo sonrió, seguramente porque la mirada de pocos amigos de papá estaba dirigida a él.

—Venga, papá, deja de mirar a Jake así. —le pedí, haciendo un puchero y logrando que me mirase, dejando de "intimidar" a mi lobo. —Míralo por el lado bueno, ganas tres hijos.

—¿Y se supone que ese es el lado bueno? Dios, llévame pronto.

—¡Frank! —regañó mamá, al mismo tiempo que yo exclamaba "¡papá!".

Me levanté de encima de Jacob y caminé hacia papá. Él me seguía con la mirada, todavía con la misma pose de antes. Tenía un gran aguante en sus expresiones enfadadas, sin duda era un rasgo distintivo de los Wolf.

—Papá, por mucho que me case, siempre seré tu niña. —esbocé una sonrisa inocente, pestañeando varias veces. Era una técnica que llevaba haciendo desde que era pequeña y casi siempre funcionaba. —¡Vamos! ¡Alegra esa cara! ¡Mañana podrás beber hasta caerte de espaldas!

La expresión de papá se relajó al escuchar aquello, como si hubiera encontrado un punto verde en un mar de puntos rojos. Mientras me parecía ver como mamá ponía los ojos en blanco.

—Mira, eso sí que es un buen argumento a favor. —señaló, apuntándome con un dedo. Aunque esbozó una sonrisa sarcástica. —Podré emborracharme para olvidar que me han robado a mi niña.

Rodé los ojos sin poder siquiera evitarlo. Estaba claro que el dramatismo era de familia.

—Nadie va a robar nada, Frank. —mamá parecía aburrida del tema. Estaba claro que antes de subir habían tenido una conversación sobre el tema. —Literalmente están a cinco minutos andando de nuestra casa. No es como si se fueran a la China.

—Pero...

—Pero nada. —el ceño fruncido de mamá hizo que papá dejara de hablar. —Ahora, vas a quitar esa cara de perro y te vas a alegrar porque tu hija haya encontrado al amor de su vida. ¿Estamos? —soltó un gruñido molesto al ver como papá trataba de replicar. —¿Me entendiste, Frank Wolf?

—Comprendo, comprendo. —alzó las manos en señal de rendición, mientras mamá seguía con la misma expresión facial. —Mujer, sin duda sabes cómo imponerte.

—Al final no eres más que un perro sin amaestrar, querido. —se burló, esbozando una sonrisa algo divertida e ignorando la queja de papá. Centró su cálida mirada en Jacob y en mí. —Estamos muy felices por vosotros, chicos. —pisó un pie de papá, cuando lo vio abrir la boca para protestar. —Los dos. Muy felices. ¿Verdad, Frank?

—Verdad, cariño...—musitó con voz ahogada.

Mamá sonrió satisfecha, para luego acercarse y besar mi frente. Revolvió el pelo de Jacob con cariño y luego se fue de la habitación, llevándose a papá a rastras. Aun así, este nos dio una última mirada, esbozando una intento de sonrisa, aunque le quedó una mueca un tanto cómica.

—Vaya...—silbó Jake, haciendo que lo mirase. Estaba totalmente divertido por lo que había presenciado y no podía culparlo, pues yo estaba igual. —Ahora ya sé de dónde heredaste ese carácter dominante.

—No olvides que tengo sangre de alfa en mis venas. —señalé, sonriendo ampliamente, de forma que se vieran todos mis dientes. —Eso también influye.

Soltó una ronca risa, cerrando los ojos mientras permanecía tirado en la cama. Me levanté y caminé hasta la ventana, observando el exterior. Me vi levemente reflejada, y me di cuenta de que el collar de la abuela brillaba de forma tenue. Sin duda ella también estaba divertida por la escena que mamá y papá habían representado.

—¿Estás lista? —preguntó la voz de Jake, sonando detrás de mí.

—Todavía tengo que coger...

—No me refería a eso, nena. —me interrumpió, posando su mentón en mi hombro. Su calidez me hizo sentir en casa, como siempre me pasaba cuando estaba cerca de mí. —Me refería a si estás lista para la boda, para nuestra boda.

—Tan lista como se puede estar en estas circunstancias. —musité, mientras observaba el vuelo de un pájaro que no podía tener más de un mes.

—Aún estamos a tiempo de irnos a Las Vegas. —me recordó en un susurro, sonando realmente esperanzado de que recibiera una respuesta afirmativa.

—Estoy segura de que nos matarían si hacemos eso. —señalé, mientras una parte de mí quería coger un avión y hacer lo que él decía.

Soltó una risa nasal, sabiendo que tenía razón. No solo sería Alice, sino Rachel, mi madre, y prácticamente todo el mundo. Aunque se habían planificado en tiempo récord, realmente no entendía esas prisas de la vampiresa, había requerido esfuerzo. Esfuerzo porque ni Jacob ni yo éramos demasiado partidarios de pequeños detalles insignificantes.

—Casi ni puedo esperar a que llegue mañana. —murmuró con voz ronca, mientras me giraba de un movimiento. Sus ojos negros me observaron con detenimiento. —Elisabeth Marie Black Wolf, suena bien, ¿verdad?

—No hacía falta que dijeras mi nombre completo, Jacob. —me quejé, inflando las mejillas con indignación como si fuera una niña pequeña a la que le habían quitado una piruleta. —¿O debería decir Jacob Ephrahim Black Wilde?

Puso los ojos en blanco, por lo que esbocé una sonrisa amplia. Sabía que detestaba tanto como yo que dijeran su nombre completo, aunque él tuviera una parte de su abuelo en su nombre.

—Hacía tiempo que no escuchaba el apellido de soltera de mi madre. —musitó, bajando la mirada a mi collar.

—Entonces tienes suerte de que me acuerde de él. —intenté bromear y un atisbo de sonrisa se dibujó en sus labios. Pero solo fue eso, un atisbo. No llegó a dibujarse del todo, y me sentí mal. —Ay, Jake, no te me pongas triste. Me harás llorar.

—No, nadie va a llorar. —negó, alzando la mirada para mirarme a los ojos. —Solo me ha entrado la melancolía por casarme sin ella. —se lamió los labios, esbozando una sonrisa triste. —Le he pedido a Rachel que sea mi madrina.

—Y te ha roto los tímpanos, ¿verdad? —adiviné, conociendo el carácter de mi cuñada.

—Creo que la escucharon en Australia. —murmuró, divertido. Claramente había acertado con mi suposición, de lleno, cual dardo en una diana. —Lo único bueno que tiene que se haya imprimado del idiota de Paul es que podremos verla más seguido.

—¿Te das cuenta de que ahora sois familia? —señalé, intentando por todos los medios no burlarme. Intentando, pero fracasando en el intento. —Ya no puedes insultarlo sin que tu hermana te pegue.

—¿Vas a dejar que me pegue? —cuestionó, haciendo un pequeño puchero.

—Rachel es humana, amor. —le recordé, haciendo un gesto con las cejas. —Puedo parar a Paul, pero a ella mi voz de Alfa no le hará nada.

—¿Estás segura? —preguntó, algo sarcástico, haciendo que frunciera el ceño con confusión. —¿Nunca te has fijado en cómo le cambia la expresión a Kim cuando la usas?

—Eso es porque ella es muy tímida. —la defendí.

—No, es porque es una impronta. Y no sabe disimular que le hace efecto tu tono de alfa. —señaló, como si hubiera atendido a una clase sobre el tema y yo no. —A Emily también le pasa, por mucho que lo intente esconder. Y estoy seguro de que, por mucho que lo vaya a negar, a mi hermana también le afectará.

—Si lo dices de esa manera no sé qué decirte. —admití, soltando un suspiro y apoyando mi frente en su clavícula.

—Que ya sabías que eras maravillosa. —musitó, besando mi coronilla y causando que sonriera como una estúpida. —Vamos, tenemos que irnos antes de que los idiotas y las pesadas intenten hacernos cambiar de opinión.

—Somos medio familia, Jake. —le recordé, mientras me separaba de su cuerpo. —Recuerda, los primeros antepasados y todo ese royo.

—Sí, sí. Si los aprecio... —pareció pensárselo, para luego añadir, junto con una sonrisa lobuna: — A mí manera.

—Ay, Jake, no tienes remedio.

¡Hola, hola! ¿Qué tal estáis? Espero que bien.

Como habéis leído... ¡se acerca la boda de Lizzie y Jake! Estoy tan emocionada como si realmente fuera a ir, no tengo remedio. Realmente la boda me ha tenido con quebraderos de cabeza, porque me he puesto a buscar inspiración en Pinterest, y la lié parda. La próxima vez, si lo sé, no lo hago. ¡Porque mira que hay cosas lindas allí!

Anyways, quería meter un poco de interacción entre la familia de Lizzie y Jake ya que...¡van a ser una sola! Realmente, confieso, el personaje de Frank (y también el de Aline, vaya) están basados en personas de mi familia. El sarcasmo es parte de mi familia, así que me es inevitable que no sea parte de la familia de Lizzie.

Por cierto, el segundo apellido de Jake no me inventé, ¡realmente se apellida Wilde! Lo tuve que buscar, estuve investigando durante varios minutos hasta que di con él. En verdad me hizo gracia, pero al menos sabemos su nombre entero. Bueno, lo de Ephrahim sí que es cosa mía. En las páginas que leí en Internet no pone nada de que tenga segundo nombre, pero como Bella, Edward y Lizzie tienen segundo nombre pues decidí que Jake también lo tendría.

Bueno, ¿Qué os ha parecido el capítulo? ¡Decidme vuestras opiniones!

¡Espero que os haya gustado!

Como siempre, os invito a que os paséis por el resto de mis historias y le deis tanto apoyo como esta. Y hablando de apoyo...

Realmente me pongo muy feliz al ver como crece Soul Mate. Me voy a poner a llorar, y eso que me prometí no hacerlo. Enserio, luego de un año escribiéndola es como si fuera mi bebé o algo por el estilo. Así que estoy muy contenta de verla crecer, de ver como os gusta la historia de Lizzie y Jake. ¡Y que os guste el personaje de Lizzie, claro! Sé que a veces es algo bipolar, honestamente, eso es algo que comparto con ella, so sorry. Pero es una bebita, ¿verdad? Jaja.

Bueno, nada más por mi parte, pero ya sabéis que...

¡Nos leemos en comentarios!

~I 👑

|Publicado|: 31/03/2021

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