11
_______________________________
CAPÍTULO ONCE
PERDIENDO LOS NERVIOS
_______________________________
Vi como todos salían de la habitación al ver que Bella seguía mirándonos. Dirigí mi mirada al alfa y a su impronta, quienes me dieron una mirada de disculpa y se fueron también. Quise hacer una mueca cuando Embry nos miró a Jacob y a mi, haciendo que mi lobo asintiera. No sabía que andaban tramando, pero no presentía nada bueno.
Di un paso, con intención de marcharme, pero el brazo de Jacob en mi cintura me lo impidió, haciendo que soltara un bufido. El moreno suspiró y besó mi pelo, bajo la mirada de Bella, quien no dejaba de mirarnos.
—¿Alguien va a decir algo o vamos a seguir mirándonos como pasmarotes?
—Lizzie.—me riñó Jacob, aunque su voz había sonado divertida.
Si fuera hace unos años, habría dado un pisotón al suelo y me habría cruzado de brazos, pero algo había madurado.
—¿Qué? Sabes que tengo razón.
Solo algo...
Jacob volvió a suspirar, después de que sus ojos negros chocaran con los míos. Alzó la vista para mirar a la humana.
—Bella, si quieres decir algo, ahora es el momento.—murmuró.
La mencionada seguía sin expresión en la cara, lo cual me daba escalofríos.
—Me dejasteis tirada.—dijo, con un tono de voz hostil.—Ambos sabíais por lo que estoy pasando y me dejasteis sola de repente.
El agarre de Jacob se tensó y me pegó a él. Fue cuando me di cuenta de que había dado un paso inconsciente hacia la chica pálida.
—No es como si lo hubiéramos decidido nosotros, Isabella.—gruñí, haciendo más énfasis en su nombre.
Logré que hiciera una mueca, una de desagrado. Luego volvió a su expresión en blanco.
—No se os ve sufriendo.—murmuró, mirándonos de arriba a abajo.
Oí rechinar los dientes del moreno, pero su agarre en mi cintura seguía siendo fuerte. Pese a la tranquilidad que me transmitía mi impronta, me di cuenta de como me empezaban a temblar, por lo que las apreté con fuerza.
—No tienes ni idea de como nos sentimos.—volví a gruñir, su actitud enfadándome cada vez más —Ni siquiera te haces una idea del dolor físico y emocional que hemos sufrido.
—Yo también he sufrido y no me comporto como una perra, Elisabeth.
Te estás comportando como una perra ahora mismo, querida.
Si algo odiaba con toda mi alma, era que usaran mi nombre con retintín. Tampoco soportaba que me insultaran a la cara. Y ella había echo las dos cosas a la vez, riéndose de mí.
No fui consciente del gruñido que sonó en el fondo de mi garganta, pero hizo que Jacob girara su cuerpo, poniéndose delante, aún agarrándome.
—Ten cuidado con lo que dices.—la advertí, apuntándola con mi dedo índice.—Me importa muy poco que tardes en curarte. No me provoques.
—Lizzie, por favor, tranquilízate.
Miré de reojo los ojos negros de Jacob, quien se había girado y me miraba preocupado. Sabía que me sentiría mal si le hacía daño a alguien, aunque esa persona se estuviera comportando como una lunática.
—No puedo.—murmuré entre dientes.
Miré de reojo la ventana a mi derecha, haciendo que el moreno siguiera mi mirada.
—No lo hagas.—me pidió.
Me mordí el labio inferior y lo miré a los ojos, intentando controlar el temblor de mis manos
—No quiero hacerte daño, Jake.—me quejé.—Sólo necesito tranquilizarme. Volveré cuando lo consiga.
Observé como el moreno miraba de reojo a la humana, quien por fin tenía una mueca en su cara, para nada contenta. Luego volvió a mirarme, donde pude ver la angustia y la preocupación reflejada en sus ojos oscuros.
—Estaré bien...—prometí, ante su mirada angustiada.—y volveré pronto.
Después de unos segundos, asintió, suspirando. Hice una mueca, mirando a Bella, intentando pedirle perdón con la mirada, pero cambió a una de ira en cuanto vi su mueca. Apretando los dientes, dejé que Jacob me besara. Cuando me separé, le intenté sonreír, pero solo quedé en el intento.
Salté por la ventana, aterrizando en el porche y corrí al bosque. No supe en que momento me había quitado la ropa y la había atado en mi tobillo, pero cuando me quise dar cuenta, ya estaba sobre mis mullidas cuatro patas. Al estar en forma lobuna, toda la ira que había estado acumulando para no hacerle daño a nadie, me recorrió entera, haciendo que soltara un gruñido, que sonó más bien como un bufido.
Corrí, saltando árboles caídos y ramas, intentando borrar lo que acababa de pasar de mi cabeza. Pero la mueca de desagrado de Bella aparecía una y otra vez en mi mente, enfadándome aún más y haciendo que me sintiera frustrada.
¿En qué momento habíamos pasado de ser amigas a mirarnos con asco? ¿Qué rayos tenía en la cabeza para hablarle así a un ser sobrenatural que podía arrancarle la cabeza? ¿Es que era una suicida?
Gruñí al ver un lobo muy conocido delante de mi. Lo derribé sin importarme sus quejas y seguí corriendo, esquivándolo. Pronto oí el murmullo de voces en mi cabeza, haciendo que volviera a gruñir de nuevo.
"¿Qué pasa, nena? ¿Te ha tocado las narices la humana? Bienvenida al club"
"Estoy realmente sorprendido de que no le haya saltado a la yugular"
"Parece que la princesita si que tiene malas pulgas"
"Callaos un mes, panda de pesados"
"Vaya, vaya, si la chica tiene carácter"
"Mmmm...me gusta"
"Como te oiga Jacob te va a arrancar la cabeza"
"Basta ya. Dejad que Liz se tranquilice"
Suspiré aliviada al oír a Sam poniendo orden. Luego lo vi, a mi derecha, el gran lobo negro que me miraba con preocupación.
"Gracias Sam"
"Vuelve cuando estés lista"
Tras oír eso, volví a salir corriendo, ignorando a los demás lobos. Seguí recorriendo el bosque, sin pensar muy bien a donde iba. La idea de haber dejado a Jacob solo con la humana no me gustaba ni un pelo. Frené y miré hacia atrás, con la idea de volver. Sacudí la cabeza, descartando la idea al recordar que mis emociones aún estaban revueltas.
No me perdonaría en la vida dañar a Jacob.
Volví a correr, esta vez sabiendo a donde iba. Ladeé la cabeza al notar el olor de otro lobo, preguntándome quien demonios andaba dejando su aroma por todos lados, como si de un ambientador con patas se tratara. Me alegré al oler que la pista se perdía antes de llegar a mi destino, por lo que supuse que quien fuera de la manada, no se le había pasado por la cabeza meterse entre los árboles distintos.
Me metí, como si de una puerta se tratara, y me sentí aliviada al ver el lago delante de mí. El mismo al que había acudido cuando me había transformado por primera vez y al que acudía cada vez que necesitaba tranquilizarme o pensar. Corretee hasta el inicio del agua, mirando mi reflejo durante unos segundos. Bebí, para luego sentarme en la hierba y desatar con los dientes la ropa que tenía atada en la pierna. La dejé en el suelo, con cuidado de no romperla, ya que sino me iba a ganar un bronca bonita.
Volví a mi forma humana, suspirando al ver mi mueca en el agua. Sin pensarlo, me tiré al lago, estremeciéndome ante el cambio de temperatura. Pronto mi calor se adecuó y poco me importó la temperatura del agua, ya que la mía estaba cerca de los cuarenta. Me dejé hundir tras coger un poco de aire, era un ejercicio de respiración que me ayudaba a tranquilizarme. Quedé sentada en el fondo del lago, por lo que me dediqué a mirar a los peces que pasaban por cerca, como si no se inmutaran de mi presencia. Eran distintos a los que solía ver en otros sitios. Estos eran brillantes, de colores dorados y plateados, aunque algunos tenían brillos de otros colores, como si en vez de escamas tuvieran gemas. Eso hacía que el líquido al mi alrededor fuera de otro color, de un azul especial.
Sentí como me ardían los pulmones, pidiendo a gritos oxígeno. Me habían quedado tan embobada mirando la fauna que me había olvidado que necesitaba respirar. Salí a la superficie, tomando el aire que mi sistema había demandado, y me quedé mirando el agua a mi alrededor. La idea de que ese lago era especial volvió a mi mente, haciendo que frunciera levemente el ceño. Si mi teoría era verdad, tenía que encontrar la forma de probarlo.
Salí del agua, notando como las gotas se evaporaban por la temperatura de mi piel. Caminé hasta donde había dejado mi ropa, viendo un destello plateado. Fruncí el ceño, mirando a ambos lados, pero allí no había nadie. Solo estaba yo. Me agaché para ver mejor y fue cuando lo vi. Un collar de cabeza de lobo plateado, entre mis cosas.
Tras mirarlo durante unos segundos, lo cogí, notando el tacto frío del metal. Sonreí casi sin querer. Inconscientemente, alcé los brazos y lo deslicé por mi cabeza. Bajé la vista para ver la pequeña cabeza contrastando con mi color de piel. Me senté en el suelo, volviendo a atar la ropa en mi tobillo. Me levanté, volviendo a mirar a todos los lados, pero lo único que veía era el lago completamente desierto.
Llevé una mano al collar al preguntarme como narices algo como eso podía haber aparecido de la nada. Seguí allí, colgando de mi cuello, como si dijera que no pensaba moverse de ahí.
Volví a mi forma lobuna y salí de allí, notando como toda la ira había salido de mi cuerpo y una tranquilidad arrolladora la había sustituido. De nuevo volvió la idea de que el lado era especial, por lo que me hice acordarme que debía investigar en cuanto tuviera algo de tiempo a solas. Salí corriendo, deshaciendo el camino que había echo antes. Hice una mueca al casi caerme al saltar una piedra, que se había desprendido del terreno, pero gracias a mis reflejos lobunos, acabé de pie, mirando con recelo el suelo. Seguí corriendo, notando los aromas de mis compañeros de manada, por lo que deduje que estarían dando vueltas, buscando a la vampiro pelirroja que había vuelto de nuevo. Siempre volvía, aunque nosotros no sabíamos porque.
Solté un bufido cuando un lobo grisáceo me derribó, haciendo que ambos rodáramos.
"Dios, Embry, si que pesas"
"Deja de quejarte, Liz, por una vez"
"Ni en tus mejores sueños, Call"
El lobo delante de mi, sacudió la cabeza, pensando que era que entenderme era difícil. Lo derribé cuando vi su guardia, haciendo que cayera hacia atrás. De mi salió un ruidito breve parecido a una risa.
"Eso, ríete de mis desgracias. Vaya amiga"
"Deja de lloriquear, Embry"
Se levantó, se sacudió y giró su cabeza lobuna para mirarme. Si estuviera en forma humana, me habría fulminado con la mirada. Me reí internamente, por lo que mi loba sacó la lengua hacia un lado.
"Eres mala, Wolf"
"Ah, así que ahora nos vamos a llamar por el apellido, ¿eh, Call?"
"Eres una pesadilla con patas"
Quise rodar los ojos, pero me limité a resoplar.
"Ay, Embry. Soy una pesadilla vestida como un sueño, bobo"
Mi frase divertida sirvió para distraer a Embry, por lo que aproveché y salí corriendo, esquivándolo. Oí su queja cuando se dio cuenta de mi maniobra, pero ya le llevaba ventaja.
La verdad es que era una de las más rápidas, con Jacob y Sam. Algo me decía que era por los genes de nuestros antepasados, pero no lo tenía claro.
Frené al llegar a casa de Emily, por lo que me metí entre los arbustos. Volví a mi forma humana y me vestí, todo antes de que el lobo grisáceo llegara. Salí de entre los arbustos y lo miré burlona.
—Más suerte la próxima vez, Embryyy.
Bufó, por lo que supe que en su mente me estaba maldiciendo en mil idiomas. Le hice una reverencia y caminé a la parte delantera de la casa.
No pude evitar sorprenderme al no ver la camioneta de Bella aparcada. Cuando yo me había ido corriendo, la humana no parecía tener mucha intención de irse. Me pregunté que la había echo meter su pálido trasero en el coche e irse.
—Se fue un poco después de ti.—la voz de Embry llegó a mí.—Jacob le dijo que no volviera si se iba a comportar así.
Sonreí sin evitarlo.
—¿Y ella que dijo?—pregunté, de repente interesada en el tema.
—Que no iba a volver a hacerlo, porque no quería perderos.—Embry bufó.—Dijo que no había sido su intención hacerte enfadar.
—Sí, claro.
—Yo tampoco la creí.—expresó, llegando a mi altura.—Y Jake tampoco. La conoce y sabe que mentía.
Me giré a mirarlo.
—¿Y Jake donde está?—
Antes de que mi amigo pudiera contestarme, un cuerpo más alto que yo impactó contra mí, haciendo que me tambaleara, para intentar no caerme. Sus cálidos brazos me rodearon, apretándome contra él. Solté un risita, ante la mirada de Embry y por su repentina aparición. Apoyó la cabeza en la mía, mientras yo apoyaba una mejilla contra su pecho.
—Siento lo que ha pasado.—murmuró.
Separé mi cabeza de su cuerpo y lo miré raro.
—Hey, no pasa nada.—dije, encogiendo los hombros.—La verdad es que esperaba que viniera a montar drama.
—Debería haberle dicho que estábamos juntos.—se quejó, bufando.—Creo que era la única persona en Forks que no lo sabía.
Me volví a reír, haciendo que una pequeña sonrisa apareciera en su cara.
—Bueno, ahora ya lo sabe.—sonreí juguetona.
La sonrisa de lado de Jacob no tardó en aparecer, a la vez que sus ojos adquirieron un tono más oscuro, si es que eso era posible.
—Chicos, sigo aquí.
Cambió su sonrisa a una mueca de fastidio y ambos nos giramos a la vez. Embry nos miraba con una ceja alzada, divertido.
—Piérdete, Embry.—gruñó con diversión Jacob.
—Sabes que eso es imposible.—lo molestó su mejor amigo.—Conozco este bosque como la palma de mi mano.
—Oh, dios, cállate.—murmuré entre dientes.
Jacob me miró sonriendo.
—Sois tan iguales.—se quejó Embry.
Mi lobo rio ante el comentario de su mejor amigo, mientras pasaba un brazo por encima de mis hombros.
—Pues imagínate con el tiempo.—le dijo, guiñándole un ojo.
Ambos reímos al ver la mueca que puso Embry. Con su brazo libre, Jacob palmeó el hombro del chico, para luego entrar en la casa de Emily.
Los demás lobos estaban dentro y se giraron al oírnos entrar. Sam me miró serio, a lo que yo le contesté con una pequeña sonrisa, por lo que pareció relajarse. Paul nos miraba divertido, al igual que Jared, pero recibieron el mismo gesto que Embry por parte de Jacob. Emily apareció poco después, fulminando con la mirada a los dos sentados en la mesa, para luego acercarse a mí.
Hizo que Jacob me soltara, provocando que este se quejara, a lo que ella soltó un "estúpidos lobos imprimados y sus celos", haciendo que soltara una carcajada. Oí una risa camuflada con una tos, por lo que supuse que fue Sam. Emily me abrazó, por lo que le devolví el gesto, sabiendo porque lo hacía.
—Siento haberte dejado sola con ella.—se disculpó, mirándome apenada.
Nos separamos y fingí indignarme.
—Hey, estoy bien y no he matado a nadie.—encogí los hombros, restándole importancia—Está todo bien.
Paul y Jared soltaron una carcajada, que se transformó en una ruidosa tos al ver las miradas de Sam y Jacob.
—Enserio.—me quejé al ver las reacciones de todos.—No ha pasado nada, dejad de tratarme como si fuera una bomba.
Jacob se acercó a mí, volviendo a rodearme con sus brazos —Eso, que sea la última vez que dudáis de mi chica.
Lo miré divertida, mientras besaba mi frente mirando a los demás.
Emily bufó. —Estúpidos lobos imprimados y sus celos.
¡Hola, hola! ¡Ya estoy aquí otra vez! Que feliz me hace traeros más capítulos de esta historia (creo que se nota que me gusta esta saga xd).
En el anterior capítulo mencioné que iba a haber drama. Me hizo mucha gracia como reaccionasteis , porque en verdad no ha sido para tanto ¿no?
He intentado que Lizzie no quiera romperle la cara a Bella, pero a veces es imposible, la verdad.
¿Qué opináis de su conversación de "amigas"?
Y mi Lizzie que no quiere hacerle daño a Jake y se va corriendo. 🥺
¿MÁS LINDA? NO
De nuevo Embry, Paul y Quil le tocan las narices a Lizzie.
¿Sois capaces de saber quién dice cada frase? Hay alguna pista por ahí 👀
En verdad amo la relación Jake-Lizzie con Embry. Es muy parecida a la que tengo con mis amigxs. Si no hay bullying no hay amistad JJAJAJAJA xd no.
¿Qué opináis de los tres mosqueteros?
(ya le puse apodo, genial JAJAJ)
¿Creéis que Emily realmente tiene razón con su frase estrella?
Y ahora. Con sinceridad. ¿Qué opináis del capítulo? 🥰
Podéis dejar una estrellita si os ha gustado. Y también podéis poner todo lo que queráis en comentarios.
Me encanta leeros, como ya sabéis jeje.
Nos leemos en comentarios🥰💙
PD: el siguiente capítulo es de mis favoritos.
~I 👑
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro