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XIX : Last Tears

Gracias por devolverme a mi hija Mina. — Habló Changjoon extendiendo su mano para que la japonesa la estrechara, tomándola por sorpresa con el abrazo que le dio.

Y aunque la más sorprendida fue la misma Mina, de todas formas lo correspondió escuchándolo hablar nuevamente. — Sé lo que eres y estoy seguro de que sabes que mi familia es más especial de lo que todos imaginaban ¿No? — Dijo sonriendo apenas mientras posaba su mano sobre el hombro de la ojigris que asintió tranquila.

Así es señor Yoo, y puedo decirle que no importa lo que sea, amaré a Jeongyeon porque es la mujer de mi vida. — Respondió ella brindándole una sonrisa ladina y dirigiendo su mirada a la ojiverde que veía la escena junto al resto sonriendo de felicidad.

Y pensaron que todo seguiría bien cuando el mayor asintió y la miró sonriendo orgulloso dándole en silencio la aprobación que tanto sentía necesaria para sentirse tranquila y poder ser feliz por completo al lado de Mina.

Pero cuando las invitó a entrar a la casa y la nueva esencia de la magia de Jeongyeon se hizo perceptible, su ceño se frunció y sus ojos brillaron entretanto asimilaba lo que sucedía.

La primera en asustarse fue la misma Jeong, que se dirigió a él seguida de su hermana. — Papá... — Llamó mirándolo angustiada mientras Mina sentía como su cuerpo se tensaba al ver la preocupación en sus ojos llorosos.

Tu magia esta diferente. — Lo escucharon decir mientras dirigía su mirada a ella también. — ¿Que es lo que te pasó? — El dolor en su voz se mezclo con la rabia, y no tardó en entenderlo por si mismo. — ¿Quien te mordió Jeongyeon? — Preguntó directamente.

La menor amplió sus párpados tragando con dificultad sintiendo como los nervios la invadían al ver su expresión seria, pero la presencia de Mina a su lado, apoyándola como había prometido, le brindó al menos un poco de alivio. — Señor Yoo por favor conserve la cama, todo esto tiene una explicación. — Dijo la japonesa con calma quitándose sus lentes mientras Changjoon la miraba con enojo.

— ¡Fuiste tú! — Aseguró entre dientes entendiendo su silencio como una afirmación. — ¡¿Como pudiste hacerle algo así a mi hija?! — Le gritó parándose frente a ella, y Momo estuvo a punto de interferir pero la mano de su novia la detuvo además por alguna razón, el hechicero no la tocó. — Sabes que es lo que más amo en este mundo. — La miró con reproche mientras Mina simplemente suspiraba sin apartar su mirada gris de la suya.

— Señor Yoo esto no fue como usted cree... — Respondió con seriedad pero con el mismo tono tranquilo. — No elegí esto. — Informó mirando a la castaña a su lado que cubría su boca mientras sus ojos volvían a derramar lágrimas de miedo y dolor de haber decepcionado a su padre. — ¿Cree usted que... amándola de la manera que lo hago, no traté de protegerla de esto también? — Cuestionó con amargura, pero en lugar de obtener una respuesta del castaño, fue Jeongyeon quien volvió a hablar.

Papá, no fue culpa de Mina, fui yo quien lo ha elegido. — Contó haciendo que su padre diera un paso atrás negando mientras pasaba sus manos por su corto cabello y caminaba de un lado a otro. — Ella es con quien quiero pasar el resto de mi vida. — Agregó apretando el agarre en la mano de la ojigris que le sonrió con cariño.

¡¿Como vas a decirme eso?! — Gritó de nuevo el hombre dejando de lado su orgullo y derramando las primeras lágrimas frente a todas. — ¡Aún eres joven, no puedes saber eso con tanta seguridad! — Su labio inferior tembló mientras negaba y miraba a su hija sin poder creer o saber en que momento había dejado de ser su niña para estar ahora frente a él diciéndole aquello.

Me basta con saber que me ama tanto como yo a ella papá. — Volvió a decir Jeong caminando hacia él pero Mina la detuvo para tomar la palabra y tratar de calmarlo.

No creía que este fuera capaz de agredir a alguna de sus hijas, sabía cuanto las amaba, y de haber sido así, su madre la habría advertido, pero debía aclararle todo. — Señor Yoo... — Empezó a decir llamando su atención de inmediato. — Le aseguro que hubiera existido otra opción, por mínima que fuera, jamás le habría echo algo así, yo habría dado mi vida si con eso salvaba la pureza de Jeongyeon. — Y con aquellas palabras, Mina no sólo se convirtió en la cuñada favorita de Ryujin que sonrió feliz de que su Unnie hubiera encontrado alguien que la amara de ese modo, también se provocó que las otras dos chicas presentes asintieran, mientras Jeong sentía que la amaba un poco más, a pesar de la decepción con la que la miraba su padre. — Pero por otra parte, me tranquiliza saber que no fue Yoon quien la mordió.

¿Y se supone que eso debe consolarme? — Changjoon soltó una risa sin gracias y seco sus mejillas mirándola sin ningún tipo de simpatía. — ¿Sabes lo que pasará ahora? — Le reclamó.

Papá...

— ¡No Jeongyeon! — Gritó cuando la menor trató de hablar desquitándose directamente con ella esta vez, aunque Mina seguía a su lado. — ¿Porque nos hiciste esto? — Preguntó pasándose la mano con rabia por su cabello antes de volver a mirarla. — Ahora, no habrá nada que pueda romper este vínculo que crearon ¿Entiendes? — Jeongyeon entendía su dolor, lo entendía perfectamente porque sabía perfectamente que él ya había pasado por eso una vez y lo único que quería era evitarle ese dolor. — ¿Y si algo le pasa que será de ti? — Cuestionó con dolor ablandando su expresión al ver como la menor lloraba sin control.

Si ese es el problema, entonces le aseguro que no tiene porque preocuparse Señor Yoo. — Volvió a decir Mina.

¿Como no voy a hacerlo? — Changjoon no entendía nada y no tardó en explicarlo. — Sabiendo lo que eres, siempre tendrás enemigos que enfrentar, incluso un descuido y el sol te destruiría en un segundo.

Y a este punto, Nayeon consideró que era momento de que al fin interviniera. — Tío Chang. — Habló caminando hasta llegar a su lado. — Creeme cuando te digo que Mina esta más llena de sorpresas de las que imaginamos, su madre también es una hechicera, aunque el resto sea igual a ella y Momori.

— ¿Que? — Exclamó un confuso castaño mirando a la ojigris que asintió en respuesta, era demasiada información para procesar en un sólo día. — Ahora sólo falta que Ryujin me diga que se enamoró de un licántropo. — Dijo con ironía provocando que la coreana mayor sonriera y la menor de ellas hiciera una mueca.

— ¿Que dices papá? — Preguntó haciendo una mueca de asco — ¿Porque un perro y no un sexy elfo? — Se sintió indignada y algo ofendida pero su expresión fue suficiente para que la tensión disminuyera y el mayor soltara un suspiro decidiendo sentarse mientras ella cruzaba sus brazos negando. — Que asco. — Murmuró por lo bajo.

Esto es... — Suspiró Changjoon masajeando su cien con sus manos antes de levantar la vista sin hacer contacto visual con ninguna. — Hace solo un par de días todo estaba perfecto en nuestra vida, mis hijas eran puras. — Recalcó la ultima parte haciendo que una punzada de dolor invadiera el interior de Jeongyeon, que rápidamente obtuvo su atención. — Dime Jeongyeon ¿Como se supone que debo asimilar esto?

La menor no respondió al instante, sólo optó por caminar hasta el sillón donde él se encontraba sentado y se arrodilló a sus pies, tomando aire para animarse a hablar. — No puedo decírtelo porque tampoco lo papá, pero lo que si , y estoy segura ningún vínculo podrá quitarme, es el privilegio de seguir siendo tu hija. — Dijo con tristeza, sin poder evitar que sus ojos volvieran a llenarse de lágrimas.

Pero ya... — El castaño negó viendo las lágrimas mojar el rostro de su hija y soltó un pesado suspiro antes de acariciar sus mejillas, limpiando sus lágrimas como cuando era niña y se raspaba las rodillas al caer de su bicicleta. — Lo siento mucho cariño es sólo que, no lo esperé. — Confesó acariciando su cabello con cariño. — Me esforzé tanto por cuidarlas de todo, por ser un buen padre, porque no tuvieran que pasar por... — Un nuevo suspiro salió de sus labios mientras negaba y hacía una mueca de sonrisa. — Y no sólo terminaste en manos de un vampiro sádico, sino que ahora también estas frente a mi con tu Soulmate. — Agregó con ironía.

— ¿Ehh? — Todas en aquella sala se sorprendieron al escucharlo, a Ryujin se le olvidó su reciente molestia y Nayeon cubrió su boca por la impresión mientras las vampiresas fruncían el ceño.

También sé sobre los Soulmates y la Luna Azul Mina. — Contó mirando a la nombrada para después mirar de nuevo a Jeong sonriendo con cariño. — Pero quizá no quise aceptar que mi pequeña ya estaba en edad de encontrar la suya.

Si eres un buen padre, el mejor papá del mundo. — Le respondió la ojiverde besando sus manos mirándolo con la misma admiración que siempre, pues para ella siempre sería el mejor hombre del mundo, su héroe. — A ambas nos consta que lo único que siempre hiciste fue protegernos, velando por nuestra felicidad  y enseñándonos a defendernos.

Y jamás podremos pagártelo papi. — Agregó Ryujin acercándose a ellos para completar el cuadro familiar que las demás veían enternecidas.

Yo nunca quise decepcionarte, jamás quise hacerte sentir de este modo, pero nada cambiará el inmenso amor que siento por ti y todo lo que tu significas en mi vida papá. — Volvió a hablar Jeong acariciando sus manos dejándole claro al mayor lo absurdo que había sido su comportamiento con ella y la japonesa pues tenía razón, nada podría cambiar el que fuera su hija, uno de sus mas preciados tesoros.

Mi niña. — Una nueva lágrima bajo por su mejilla, una de arrepentimiento. — Perdóname por... Mina tiene razón, no importa que una parte de ti haya cambiado, uno simplemente no puede dejar de amarte. — Con cariño acarició su mejilla y se acerco a ella besando su frente antes de abrazarla. — Siempre serás mi niña Jeongyeon.

— Y tu siempre serás mi papi. — Le respondió la castaña en medio del abrazo aferrándose a él, recuperando toda la tranquilidad que había perdido al imaginar que su padre jamás la perdonaría, y del miedo que sintió de perderlo.

Y después de tantas emociones, lágrimas, peleas y reconciliaciones, el mayor se separó de ella secando sus mejillas y levantándose soltando un suspiro. — Muy bien, basta de lágrimas. — Sonrió con cariño a la ojiverde. — Ahora diganme como sucedió esto. — Su mirada paso de Jeongyeon a Mina en un segundo y fue esta ultima quien le respondió aprovechando para llegar al lado de la menor y tomar su mano.

Es una historia algo enredada pero, en conclusión Jeongyeon salvó mi vida señor Yoo. — Contó sonriendo levemente mientras el hombre la miraba confuso y la culpa invadía el cuerpo de Jeongyeon.

La menor bajó la mirada y mordió su labio antes de empezar a hablar. — Él logró entrar a mi cabeza otra vez, y bajo los efectos de la hipnosis yo...

No fue tu culpa Jeongyeonnie. — Le recordó Mina dejando un beso en su cabeza, ya había tenido suficiente con haber tenido que verla bajo la influencia de Yoon como para que además esta se torturara con eso.

Pero la menor siguió contándole todo a su papá para que este entendiera lo que había sucedido. — Herí a Mina con una bala de plata, y la única forma de salvarla era que se alimentara. — Contó dejando a su padre, hermana y prima asombrados. — Por eso...

Por eso te ofreciste. — Y a pesar de la sorpresa tras su voz, Changjoon sonrió levemente mirándola con algo que las dos chicas frente a el identificaron como ¿Orgullo? ¿Realmente estaba orgulloso de ello?

No pude soportar el verla muriendo ante mi papá. — Dijo Jeongyeon mirándolo por breves instantes antes de voltearse a ver a la ojigris que le sonrió con cariño. — No se como es que llegue a quererla tanto en poco tiempo, pero ahora no puedo concebir un futuro sin su compañía. — Terminó de decir rodeando su torso para terminar recostada de su hombro disfrutando de la calidez de su cuerpo y su suave perfume.

Y le aseguro que ya no hay forma de que yo siga existiendo sin ella, señor Yoo. — Mina sonrió y recostó su mentón de su cabeza correspondiendo aquel abrazo con todo el gusto del mundo, más tranquila al ver como el castaño asentía sonriendo.

Entonces... — Empezó a decir este levantando una ceja mientras sus dos hijas sonreían divertidas sabiendo lo que seguía. — ¿Realmente sera así a partir de ahora? — Preguntó viendo a una confusa y casi asustada Mina devolverle la mirada. — ¿Ustedes dos juntas todo el tiempo? — Puede que ahora que sabía como habían ocurrido las cosas, estuviera más tranquilo.

Y a pesar de que por primera vez Mina estaba realmente nerviosa frente al castaño aclaro su garganta antes de volver a hablar. — Si usted me lo permite señor Yoo. — Dijo tranquila. — Aunque es un poco tarde para tener este tipo de consideraciones. — Rió.

En otro momento al hombre quizá le hubiera parecido descarado su atrevimiento pero conociendo sus razones, definitivamente estaba contento de haberse equivocado. — No lo es, y me alegra que lo mencionaras Mina. — Extendió su mano para estrecharla con la de la pelinegra y después de sonreír así lo hicieron, repitiendo el mismo acto de cuando recién llegaron esa mañana.

Y bueno... — Dijo Nayeon llamando la atención de todos. — ¿Ahora que sigue? — Había curiosidad y diversión en su voz, y el mayor de todos sonrió de lado antes de darle un par de palmadas a la japonesa a su lado.

Una cena familiar estaría bien ¿No crees Mina? — Sugirió viendo como el rostro de la ojigris se iluminaba y Nayeon sonreía satisfecha de su obra, sintiendo los brazos de Momo rodear su torso.

Mi familia estará feliz de saber eso señor Yoo. — Respondió la pelinegra mirando con cariño a la ojiverde que sonreía contagiándola un poco más con la felicidad en su mirada.

— ¿Podemos venir también tío Chang? — Preguntó Nayeon de pronto haciendo reír a su novia y sus dos primas que negaron al ver el puchero en su boca.

El nombrado solo rió y asintió antes de responderle. — Claro, sólo dile al gruñón de tu padre, después de que hizo las pases con tu chica no creo que le incomode. — Bromeó recordando lo sorprendido que el cazador lo dejo a él y al resto de su escuadrón cuando le perdono la vida y acepto su relación con la chica de flequillo.

Yah. — Se quejó la mayor de las coreanas recostándose del hombro de su novia. — Aún le queda Jihyo para que asuma su puesto como líder de los cazadores. — Agregó tranquila recibiendo un beso en su cien.

Bueno siendo así, sólo queda acordar una fecha ¿No? — Ryujin volvió a hablar después de un rato mirando primero a su padre y después a la ojigris que lo miró también dándole a entender que sería su decisión.

En efecto mi niña. — Dijo el castaño tranquilo, invitándola a todas a ponerse cómodas, iniciando con una platica más tranquila y agradable para todas.

Siguieron conversando un rato mas hasta que Nayeon recibió una llamada de su papá y debió irse. Mina le prestó su auto a la ojiazul para que fuera a dejarla, por lo que fue quien más tiempo paso con los Yoo mientras la esperaba.

Cualquiera en su lugar hubiera estado nervioso, pero no ella, que después de pasar la ronda de preguntas que le hizo el mayor, y que del mismo modo que lo hizo Jeongyeon quedó en shock cuando supo entre otras cosas, su edad real, las dejó pasar un rato a solas, que aprovecharon para quedarse en el patio de la casa sentadas en los columpios bajo el enorme árbol que les daba sombra.

¿Estas bien papi? — Ryujin apareció tras el abrazándolo por la espalda al ver como limpiaba sus lágrimas mientras observaba por la ventada de su oficina la forma en la que la pelinegra veía a su hija, con tanta admiración y amor, como alguna vez él mismo veía a su ex esposa.

Una sonrisa melancólica se dibujó en su rostro antes de suspirar y voltearse a corresponder el abrazo de la menor. — Ver a tu hermana tan feliz, y al lado de alguien que la mira de la forma que yo veía a tu madre me hace pensar que... — Una nueva sonrisa de felicidad creció en su rostro y al ver el brillo en sus ojos, efecto de una de sus visiones, Ryujin lo entendió. — Buenos tiempos están por venir cariño. — Informó besando la frente de la menor que le devolvió el gesto y siguió a su lado disfrutando de la calidez y el cariño de su abrazo.

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¡Hola chicos! Espero hayan estado bien, aquí, el penúltimo capítulo, si, lloren conmigo.

Tal vez sea corto pero, espero les guste.

A partir de aquí, habrán dos avances en el tiempo, el primero que es en el siguiente cap no es tan largos, solo dos años y el epílogo bueno, aun estoy viendo, pero de aquí a mañana ya estará resuelto.

Lo que si esta confirmado es que el JeongMi es mi vitamina, de verdad no me canso de este hermoso Shipp ¿No les pasa? ¡Jaja!

En fin, gracias por esperar, leer, votar y comentar.

Se les quiere.

Saludos.

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