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VI : A New Girl

Un par de días pasaron antes de que los hermanos Myoui volvieran al instituto, y ese jueves entre la multitud de estudiantes un nuevo rostro apareció frente a ellos.

¿Momo? — Preguntó Mina al ver a la chica de flequillo caminar hasta ella. — ¿Que haces aquí?

Sin embargo la chica de flequillo no pudo responder pues alguien se más le adelanto. — ¡Ay por Dios! ¿También conoces a la nueva estudiante? — Apareció Nayeon a sus espaldas llamando la atención de ambas.

Y Momo se quitó los lentes de sol sonriéndole coqueta. — No sólo eso chica linda, pero si quieres puedes conocerme también. — Dijo al fin haciendo sonrojar a la coreana.

Mina se sorprendió de ver aquella interacción y los resultados de ella, pero rápidamente cambio su expresión de asombro a una seria. — ¿Se trata de eso?

¿Eh? — Momo parpadeó rompiendo con la conexión de miradas que había establecido con la castaña antes de entender su pregunta. — Así es, además Chewy estará cerca también por si acaso.

Mina se sorprendió al escucharla. — Pero ella es su hermana. — Habló rápidamente.

Melliza para ser exactas. — Aclaró Momo. — Pero no te preocupes, es todo lo contrario de él.

Mina lo sabia perfectamente, pero la situación empezaba a ser demasiado para ella. — Como sea, sólo... — Se detuvo al ver como las dos chicas frente a ella se comían con la mirada. — No puedo creerlo. — Negó haciendo una mueca para después irse de allí con las dos siguiendo sus pasos.

¿Que? — Se quejó Momo caminando tras ella seguida de la castaña. — Por favor Mina-chan no estés celosa, sabes que tu eres la...

Pero la pelinegra interrumpió sus palabras levantando su mano. — Nada Momo, no lo digas. — Ordenó deteniendo su caminar.

La expresión lastimera de la chica de flequillo le causó ternura a la menor de todas. — Pero Pingüina no tienes porque estar celosa, sólo nos conocíamos. — Intervino Nayeon sonriendo “inocente".

Mina fruncio el ceño observando como ya incluso empezaban a defenderse entre si, y decidió hacerles un par de advertencias para evitar futuros problemas entre ellas dirigiéndose primero a la humana. — Alejate de ella, hablo en serio Im, controla tus hormonas, no te conviene. Y tú... — Miró a Momo. — Ni se te ocurra probarla, en serio Hirai, manten tus juegos lejos de aquí.

Momo bufó haciendo una mueca ofendida. — Pero que poca fe me tienes Mina-chan. — Se quejó haciendo un puchero que logro hacer reír a la coreana.

Vamos Minari, no te preocupes, sé que Momo y yo nos llevaremos de maravilla. — Nayeon habló sonriendo coqueta en dirección a la chica de flequillo que le devolvió la sonrisa junto a un guiño.

— ¡Aish! Mejor me largo, no llegaré tarde por ustedes. — Volvió a girarse entrando al salón donde las otras dos entraron segundos después. «Este será un largo día» pensó dirigiendo su vista al bosque en un intento de distracción y se encontró con una figura que la miraba curiosa. — Zhou... — Murmuró recordando las palabras de la chica de flequillo a quien quiso avisar pero al voltear no se sorprendió de que se encontrara rodeada de un grupo de chicas mientras Nayeon que permanecía a su lado parecía algo molesta.

Agradeció cuando la hora de descanso llegó y pudo librarse de ellas, quería asegurarse de que la nómada no siguiera cerca del instituto aún, pues no confiaba en su autocontrol alrededor de tanta sangre joven, y suspiró aliviada al terminar su recorrido y no encontrar rastro de ella, por lo que pudo volver tranquila al edificio.

Caminaba con sus manos en la espalda, cuando paso cerca del campo de entrenamiento y el equipo de animadoras se encontraba en su habitual práctica. Sonrió levemente al ver como la ojiverde se encontraba en la cima de pirámide que formaban y sus miradas se encontraron por un segundo antes de que ella decidiera seguir su camino.

Jeongyeon se alegró de verla, y la pequeña sonrisa en su rostro lo demostró, aún no podía dejar de pensar en la última vez que se encontraron y tenia en grabada en su cabeza cada una de sus palabras, la forma en la que la miraba, en como sus manos acariciaron su rostro, y sobretodo lo hermoso que se escuchaba su nombre saliendo de sus labios.

Estuvo tan distraída que fue la ultima en salir del campo cuando termino la practica y la ultima en percatarse de la presencia de su novia hasta que esta se paro frente a ella sonriéndole cariñosamente con un pequeño oso de peluche en sus manos. — Oh Sana, que lindo pero ¿Porque es? — Preguntó al no recordar alguna fecha especial ese día.

Sana hizo un puchero y se lo entrego. — Es que como te sentiste mal ayer, quería darte un lindo detalle para...

Jeong la interrumpió besando su mejilla. — Gracias ardillita. — Dijo sonriendo, había olvidado lo especial que era la pelirroja y se sentía terrible al pensar en Mina todo el rato cuando tenia a esa hermosa chica a su lado amándola como nunca.

La semana de Luna azul afectaba a los vampiros que aún no tuvieran Soulmates y estuvieran en la edad, como era el caso de Mina, Momo y Tzuyu. Esta ultima mayor que las dos japonesas por un par de siglos y que debido a su errante existencia, y poco interés en relacionarse con otros, aún no había encontrado su soulmate y era la más difícil de persuadir con respecto a temas de amor.

Tzuyu no creía en nada que tuviera que ver con sentimientos o placer fuera de lo que estuviera relacionado con alimentarse. Todo lo contrario de Momo, quien si que sabía como disfrutar de una buena compañía más allá de la satisfacción de sus instintos más primitivos.

¡Oh! ¡Aquí estás Noona! — Exclamó Lee Know al verla llegar a su mesa donde se sentó al lado de la chica de flequillo.

¿Que es tan emocionante Minho? — Su característico tono serio se dejó escuchar mientras empezaba a agregarle salsa a sus papas. — Im sigue aquí, y ahora también debemos lidiar con Hirai por lo que no logro entender la razón de tu felicidad.

— ¡Aish! — Nayeon intervino. — Eres toda una aguafiestas Minari. — Hizo un puchero.

No te sorprendas ella es así desde que era humana. — Se le escapó a Momo, que al notar la confusión de la coreana y las miradas de reproche de los menores se apresuró a hablar. — Quiero decir, desde que era una niña, es toda una aburrida, creo que cuando era bebé tomaba leche agria. — Bromeó intentando disminuir la tensión entre los hermanos y por suerte Nayeon no le dio importancia por lo que siguieron con su comida.

¿Entiendes de lo que hablo ahora hermanito? — Preguntó Mina levantando una ceja.

Ya Mina-chan. — Se quejó Momo haciéndola sonreír apenas antes de que el castaño empezara a contarle una de las anécdotas de su último viaje a la montaña donde había perseguido un oso, y Nayeon rió por horas creyendo que era para robarle la miel.

No fue sino hasta el atardecer que la chica de cabello cobrizo y mirada azul hizo su aparición nuevamente. Su intención era aparecer en el aparcamiento de los hermanos Myoui pero al subir al auto y encontrarse con una hermosa pelirroja concentrada en su celular, supo que definitivamente debía aprender a trabajar entre tantos olores mezclados.

¡Ahh! — Gritó la pelirroja. — ¡No me mates! Tengo un arma lo juro. La morena enarcó una ceja elevando una de las comisuras de su boca ante lo divertida que le pareció la reacción de la pelirroja que por el dulce olor que desprendía su cuerpo, supo que era una humana en sus veintes, y que además no tenía idea de lo poco que sus armas podian dañarla.

Relamió sus labios mirándola a los ojos y permitiéndole contemplar los suyos provocando que cosas se removieran en ellas. — No te haré nada, sólo me he equivocado. — Murmuró nerviosa dejando a Sana totalmente maravillada por su dulce voz.

Yo... — Intento hablar. — Esta bien, lamento eso, creí que eras un ladrón. — Suspiró poniendo una mano en su pecho. — Tampoco tengo un arma. — Confesó haciendo un puchero que le sacó otra sonrisa a la morena, aunque era casi invisible. — Soy Sana.

Y al reaccionar y darse cuenta de donde se encontraba y de que la chica frente a ella, que aún tenía su mano extendida, era la primera humana con la que hablaba en mas de 100 años sin ningún interés de alimentarse de por medio, la morena temió, pero aún así correspondió su saludo.

Mi nombre es... Tzuyu. — Respondió sonriendo más y dejando a la vista los hoyuelos que desde ese momento se convertirían en la cosa favorita de la japonesa.

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¿Creen que hayan más Soulmates en este cap?

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