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I : In my Dreams

Después de su noche de caza, que consistía en otra competencia entre los tres hermanos Myoui por ver quien era más rápido y fuerte, y donde Mina apenas y podía ser superada por los menores todos volvieron a casa listos para dormir.

Porque claro aunque sus amuletos no hacían desaparecer su necesidad y sed de sangre, o sus habilidades como vampiros, les daban la oportunidad de tener tanta humanidad que incluso dormían como cualquier adolescente de la edad que decían tener.

Mina estaba recostada en su cama jugando en su celular cuando una nueva notificación de su Instagram la distrajo, no era que estuviera al pendiente de lo que hacía Jeongyeon desde una cuenta falsa, nada de eso. Simplemente quería mantenerse al tanto de lo que la hermosa chica publicaba como lo haría cualquier persona.

Se fue a la aplicación y sus ojos se ampliaron ante la hermosa imagen que encontró. Jeongyeon se encontraba de perfil a la cámara con los ojos cerrados y sus brazos abiertos, el viento movía su cabello y Mina casi podía sentirse dentro de la foto, con su dulce perfume llenando sus pulmones y siendo la única testigo de su hermosa sonrisa.

Pero no, estaba en medio de su habitación dejando un corazón sobre la foto que de seguro había sido tomada por su novia, y en la que ni en un millón de años creía que tendría oportunidad de aparecer.

Suspiró y dejó su teléfono a un lado antes de girarse en el cama y enterrar su cabeza en la suave almohada. No entendía porque le pasaban esas cosas, ella no era una simple adolescente, era una vampiresa con más de un siglo de edad, pero que estaba totalmente enamorada de una humana que como si no fuera suficiente, tenía novia.

No sabe en que momento se quedó dormida pero al despertar aún no amanecía, y como el sueño parecía haberla abandonado tomó su teléfono nuevamente frotando su cien antes de concentrarse por completo en él.

Algo que no había notado era que llave de la ducha de su baño estaba abierta y el agua se escuchaba caer pero era extraño tomando en cuenta que ella la había dejado bien cerrada y que las prendas de ropa que se encontraban en el piso de su habitación no eran suyas.

Hizo una mueca dispuesta a levantarse para dirigirse al cuarto de baño cuando la puerta de este se abrió dejando a la vista a una recién bañada Jeongyeon con el cabello húmedo y vistiendo una de sus holgadas camisetas blancas, que cubría la parte superior de su cuerpo y dejaba sus piernas totalmente desnudas.

Creí que nunca despertarías bella durmiente. — Dijo la castaña sonriendo divertida mientras Mina contenía la respiración sin poder creer que fuera real.

Y como si no tuviera suficiente cuando la coreana la vió en aquel estado sólo amplió su sonrisa dirigiéndose a ella por lo que Mina tragó con dificultad al verla subir en la cama y gatear en su dirección con una mirada cargada de lujuria, empeorando su situación ante aquella imagen que seguía sin poder creerse.

«Debo estar soñando» se decía a si misma cuando Jeongyeon le quitó el celular y se sentó a horcajadas sobre ella acariciando sus brazos descubiertos cortesía de su camisa sin mangas, haciéndola cerrar sus ojos «Pero se siente tan real, y tan bien»

Mina-ssi los vampiros no sueñan... — Susurró la castaña en su oído en un tono tan sensual que la hizo estremecerse, cómo si hubiera leído su mente. — ¿No puedes sentirme? — Cuestionó besando su cuello. — ¿No me deseas? — Mina tomó su delgada cintura recuperando el control de su cuerpo.

Con todas mis fuerzas. — Susurró cerca de sus labios antes de besarla.

Estaba segura de que la forma en la que su interior tembló al sentir los labios de la coreana sobre los suyos estaba muy cerca de compararse con un volcán haciendo erupción, tan cálido y a la vez tan descontrolado, algo jodidamente adictivo.

No le quedaba duda de que la castaña sería su perdición.

Jeongyeon-ah... — Gimió cuando la coreana bajo de sus labios a su cuello dejando suaves mordidas en la zona. Era increíble cuanto deseaba a aquella mujer que la estaba enloqueciendo con sus labios.

Minari... — Dijo la castaña mirándola y acariciando sus mejillas. — Eres tan hermosa.

— Tú eres hermosa Jeongyeonie, la más hermosa. — Le dijo sin abrir sus ojos.

También te deseo Minari. — Susurró besándola más despacio mientras sus caderas iniciaban un lento vaivén. — Pero estoy con Sana... — Junto sus frentes rosando sus narices y Mina se desesperó atrayéndola más a su cuerpo. — Y ella es...

No me importa — Dijo con la voz ronca. — Te quiero para mí.

Jeongyeon sonrió suavemente antes de volver a mirarla con cariño y besar su frente. — También yo, pero...

Entonces quedate conmigo esta noche, por favor. — Pidió cambiando sus posiciones acostando a Jeong en la cama mientras ella apoyaba su peso sobre sus brazos. — Por favor, yo sólo quiero amarte, y sé que no hay forma de que ella sienta lo mismo.

La coreana volvió a acariciar su mejilla y después de sonreírle la beso respondiéndole su súplica y logrando encender su cuerpo al abrir su boca, permitiéndole explorarla a su antojo con su lengua.

Y cuando las manos de ambas empezaron a recorrer sus cuerpos ardientes de deseo, con tanta delicadeza que parecía que tuvieran miedo de romper una valiosa pieza de cristal, Mina no quiso cuestionarse si era real o no, sólo quería aprovechar el tener a la chica de sus sueños entre sus brazos y disfrutar de sus besos y caricias que estaban por hacerla colapsar.

Sin embargo sus deseos fueron frustrados cuando su teléfono empezó a sonar y despertó sola en su cama con la respiración agitada, completamente convencida de que si pudiera sudar, su cuerpo entero habría sido un desastre de humedad.

Al ver por su ventana se dió cuenta de que ya había amanecido y que su celular sólo le estaba haciendo un recordatorio del hecho que iniciaba ese día “La luna llena azul” o mejor conocido como el inicio de la semana de cacería de vampiros.

Los humanos son muy despiadados cuando quieren, tanto que Mina agradecía no tener que pasar por los efectos de la luz de la luna de esos días pues de seguro tendría el mismo destino que su amigo Jeno, a quien conoció en Japón hace décadas y quien por no usar su amuleto fue capturado y torturado por cazadores hasta que murió.

Después de prepararse para un nuevo día en el instituto bajó las escaleras con calma encontrándose con su mamá al final de estás. — Hola cariño ¿Estas bien?

Mina se detuvo y la miró sorprendida pero aún así asintió antes de abrazarla. — Hola mamá, yo... Si, estoy bien. — Levantó su mano derecha mostrando su anillo creyendo que su madre se refería a la luna llena.

No hablo de eso mi amor. — Aclaró arreglado el cuello de su camisa de cuadros azul y rojo. — Es que yo que los vampiros no sueñan Minari. — Susurró y Mina amplió sus párpados dando un paso atrás.

¿Como sabes que... — Preguntó aterrada.

Sachiko sonrió acercándose a ella y dándole un beso en la mejilla. — No olvides quien es tu madre cariño. Estás en la edad de los soulmates ya. — Agregó.

Mina mordió su labio recordando sus palabras cuando apenas era una niña “La edad de los soulmates es cuando un vampiro o vampiresa empieza a tener revelaciones sobre su pareja predestinada”

Finalmente parpadeó saliendo de su trance y negó rápidamente, no había posibilidad de que Yoo Jeongyeon fuera su Soulmate, o bueno no lo había pensado, puede que ella estuviera totalmente loca por la coreana pero no era recíproco como se suponía, y tomando en cuenta la vida de la joven, ella no figuraba en ningún espacio de su proyecto de vida.

No creó que sea eso. — Murmuró para sí misma aunque su madre logro escucharla a la perfección.

¿Entonces no niegas que tuviste una visión anoche? — Sonrió triunfal.

Yo... No lo llamaría de ese modo. — «Se sintió demasiado real y maravilloso, gracias» pensó. — Además no creo que sea eso mamá, sabes que esas cosas no...

— Si, ya sé que esas cosas no van contigo. — La interrumpió la mayor acariciando su mejilla. — Pero no olvides quien creó el amuleto que salva tu trasero de freírse al sol jovencita. — Luego sonrió divertida. — No te sorprendas si te empiezan a pasar cosas extrañas estos días, recuerda que la cacería no es lo único que sucede en las noches de luna azul.

«Los encuentros» pensó Mina bufando, parece que su memoria le estaba fallando demasiado últimamente.

¿Hablas en serio? — Preguntó aún incrédula caminando tras la mujer que había entrado de vuelta a la cocina donde su padre y sus hermanos “desayunaban”.

— ¿Que sucedió ahora? — Preguntó Akira apartando la vista de su periódico mientras sus hermanos masticaban su cereal, la imagen ni en un millón de años podría considerarse extraña, pues lucían justo como una aburrida familia humana más.

¡Nada! — Se apresuró a decir la menor.

Tu hija no cree en la edad de los soulmates, nada más. — Habló Sachiko haciendo suspirar a su hija que se sentó frente a su padre en espera del largo monólogo sobre la historia de sus antepasados y la inequívoca magia de su madre.

Sin embargo no fue lo que pasó. — Bueno creo que si ya estás en “esa” edad, debemos tener “esa” plática ¿No? — Dijo el pelinegro mayor doblando definitivamente su periódico y dejándolo sobre la mesa para mirarla fijamente.

Mina amplió sus párpados y no fue la única que se alarmó pues sus hermanos se miraron entre ellos antes de suplicarle que se retractara o buscará otra salida, definitivamente no querían escuchar eso. — Creó que olvide una tarea en casa de San hyung. — Dijo Lee Know levantándose de la mesa.

Si, yo debo pasar por casa de Ryujin Unnie antes de ir a clases ¿Me llevas Unnie?

Nina la miró convirtiéndose en su salvación. — Seguro, nos vemos papás. — Dijo ella y no tardó en levantarse de la mesa y salir tras sus hermanos que suspiraron aliviados al escapar de aquel incómodo momento.

Sachiko rió divertida de sus reacciones y no tardó en abrazar a su esposo por los hombros. — ¿Estará bien? — Pregunto él.

Claro que si, recuerda que es muy sensata y testaruda, eso la ayudará. — Le dijo la castaña dejando un beso en su mano. — Es tu hija después de todo. — Ambos rieron.

Mientras Lee Know no tardó en darle un suave golpe en la cabeza a su Noona cuando entraron al garaje. — Eso te mereces por provocar a papá.

Pero si no hice nada. — Respondió Mina sobándose.

Dudaste de la magia de mamá y sabes como es él con eso. — Agregó Nina — ¡Aigoo! Casi no salimos libres de esta.

— Bueno esta bien lo lamento pero es que, no puedo creer lo que me dijo, no es posible que...

— ¿Y sigues con eso? — Le reprochó el castaño. — ¡Aish! ¿Olvidas que pueden escucharte?

Mejor vámonos ya. — Dijo rendida entrando en su auto, sorprendida de que ambos castaños subieran con ella. — ¿Disculpa? ¿No ibas a otro lado? — Preguntó levantando una ceja.

Lee Know que se había sentado en los asientos traseros se acercó entre las dos. — Te ganaste el ser nuestro chofer hoy, así que en marcha. — Le dió una palmada en el hombro antes de volver a su sitio.

Los detesto. — Se quejó la pelinegra negando antes de encender el auto.

Ya lo sabemos. — Bromeó el chico y la menor de todos no tardó en chocar las palmas con él.

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