Aquí no hay canción 

Por un momento que pareció eterno, Loki se había quedado cautivo en sus recuerdos, paralizado en su pasado, sus facciones cambiaban a cada instante desde dulces sonrisas y miradas amorosas a un semblante de absoluto dolor y devastación.

Los presentes le observaban con una mezcla de confusión y lastima.

Le dieron su tiempo para continuar con la historia.

Habían pasado ya dos años de su matrimonio. Loki, sonreía más a menudo y Balder se sentía cada vez más enamorado de él. La pequeña bebé era su adoración, no era su hija biológicamente hablando, pero para él, lo era en su corazón. Él era su padre, sin importar lo que pudiese decir la genética. Además sabia ya que era adoptado también, Callum y Aramiel le colmaron de amor y protección, le dieron todo, su reino, sus cuidados, su amor e incluso sus vidas, al hacer el ritual para que fuera suyo dejaron de ser longevos y semi inmortales, pero ellos decían que lo Valia, y por supuesto adoraban a su nieta y a su nuera. Aunque ya lucieran como adultos mayores eran felices.

No tenía mucho que había iniciado la vida sexual con su marido, pero esta era más que satisfactoria y ambos estaban felices con eso. Aunque por lo pronto Loki usaba anticonceptivos, habían decidido esperar un poco para tener más hijos. Él sabía que el cuerpo de un omega, podría desgastarse mucho con el embarazo y más cuando la situación era difícil y Loki, la había tenido difícil por el desvinculamiento y rechazo de su ex alfa, pero él esperaría con paciencia a que el joven estuviera listo para ser madre otra vez.

Cuatro años después de su matrimonio, al fin hablaron sobre tener más hijos. Hella, adoraba a su padre, y abuelos y le gustaba aprender con ellos, era una niña muy lista. Loki era feliz y al fin decidió darle más hijos a su esposo. Así que esa noche, cuando fueron a la cama no uso ningún método anticonceptivo. Sobra decir que la noche fue asombrosa para ambos.

El ojiverde adoraba hacer el amor con su pareja, este siempre sabía cómo complacerlo y hacerle sentir muy amado. Tristemente, no quedo preñado como esperaba.

−Lo intentaremos luego.

Había comentado su alfa animándolo. Pero él se sentía un omega inútil, pues ya pasados unos seis meses de intentarlo nada.

−Quizá soy estéril.

Dijo Balder, echándose la culpa y Loki, negó. Estaba seguro que no era eso. Balder, le menciono que le gustaría hacerse la prueba, pero de hacerlo se sabría lo de Hella, así que sería mejor omitirlo. A lo que Loki, accedió y decidió ser él quien visitara al médico, para ver que ocurría.

El doctor le había dicho que, durante su embarazo y parto, había tenido ciertas complicaciones que dañaron su útero, y que por eso no lograba tener más hijos, pero que lo pondrían en tratamiento y no se desilusionara. Que debía ser firme y llevara a cabo todas las indicaciones, si quería más pequeños príncipes corriendo por el castillo.

Cuando le conto a su esposo esperaba que este le diera su apoyo y no se desilusiono. Tenía al mejor alfa que pudiera desear, lo amaba tanto.

Juntos siguieron al pie de la letra el tratamiento. En ese tiempo Balder, se encargó de consentirlo y mirarlo, de hacerlo feliz, tanto que Loki, olvido la frustración y sólo disfrutaba de su familia y de las relaciones sexuales con su esposo, ya sin pensar en el embrazo, sólo disfrutando de la satisfacción que le era proporcionada en cada embestida, y como no. Sí su pareja era todo un semental y a él, eso le encantaba. Se descubrió así mismo como un pequeño sátiro, pero con el cuerpazo que se cargaba su alfa ¿quién lo podría culpar?

Dos años más tarde, finalmente todo se llenó de alegría, cuando Loki dijo a su esposo que al fin había logrado un embarazo.

−Sabía que lo conseguiríamos mi amor.

−Lo sé encanto. Me haces tan feliz.

Y se pusieron aún más felices, al enterarse que vendrían gemelos. Balder organizo una gran fiesta debido a la noticia, y acudieron muchos invitados de los reinos venideros, al igual que Freya, que miraba con amor y admiración a su pequeña nieta y a su querido Loki, que sonriente era felicitado por todos. También miraba con amor y orgullo a Balder, el amado hijo que no podía nombrar suyo, por más que quisiera, pero se conformaba con que él, fuese libre y feliz, que estuviese vivo.

−Me alegra tanto que seas feliz cariño.

−Gracias mamá, tu tenías razón, Balder me acepto y me amo, decirme que le pidiera que fuese mi alfa, fue el mejor consejo que pudiste darme, lo amo demasiado, soy tan feliz con él.

Freya le abrazo con cariño, le alegraba que todo saliera bien. Observo a Hella y pensó que su Thor, había sido un idiota, pero agradecía que su hijo mayor, al cual anhelaba llamar así y no podía, al menos él había sido más listo y noble y había hecho feliz a Loki, eran una bella familia.

El embarazo de Loki, había sido difícil para su pobre alfa, porque el hechicero se cargaba un genio de los mil gigantes de Hielo.

−Quiero comer helado de mango con chile.

−Amor, son las tres de la mañana.

−Dije que quiero helado, y lo quiero ahora.

−Vale, pero no con chile, podría irritarte el estómago, es de madrugada y estas preñado.

−Los gemelos quieren chile, dame chile Balder.

Grito con voz de niño caprichoso. El rubio suspiro y se levantó de la cama para ir a buscar el pedido, pero no le dio el helado con chile, si no uno de vainilla.

−No es de mango y no tiene chile.

−Sólo hay vainilla, fresa y chocolate, en la cocina.

−Pues ve y compra uno en la tienda. Quiero chile.

−Sí sigues así te voy a meter el chile hasta que te arda.

Amenazo Balder y Loki, lo miro como si fuera un gato enojado, luego gimoteo y dijo que ya no lo quería porque estaba gordo y que por eso no le complacía.

Con la paciencia de Kaliman, su alfa le abrazo y consoló, luego entre beso y beso le dio el helado en pequeñas cucharaditas, y Loki, le encanto la vainilla con sabor a besos en su boca. Después malicioso dijo.

−Creo que si se me antoja que me metas el chile.

Y toco con erotismo, la parte baja de su marido, el cual no tuvo problemas en complacerlo. Loki embarazado era muy latoso, pero afortunadamente también era muy caliente.

Y vaya que él disfrutaba de eso.

El pelinegro se deshizo de la ropa dejando su blanca piel desnuda, su esbelta figura ahora lucía un poco más rellenita, pero no demasiado, lo que si destacaba era la hermosa curvatura en su vientre, su adorable pancita de cuatro meses de embarazo. Que debido a que llevaba dos niños en vez de uno lucia como de cinco meses y medio.

Balder se la acaricio con ternura y le beso el ombligo para después lamerlo y provocar un respingo en Loki.

−Estas tan sensible.

−Tengo otras zonas más sensibles.

El rubio sonrió por la picardía de su pareja y se inclinó para probar esas zonas sensibles de las que hablaba su oji verde, el cual gimió de puro éxtasis ante las deliciosas caricias y lamidas que recibía.

No paso mucho para que ya estuviera disfrutando el gran chile deseado, y esta vez algo paso, cuando llego al clímax, su piel se tornó azul y sus ojos cambiaron a un tono carmesí. Asustado miro su cambio y se separó de su pareja quien también lo miraba a tonito. El cambio duro sólo unos segundos, pero el chico de inmediato se puso a llorar.

−Amor...

−No, no me mires soy feo, muy feo...

Gimoteo, Balder, le abrazo con cariño.

−Shhh ya paso, ya estas normal.

Loki presto atención a su piel que volvía a ser blanca.

− ¿Pero y si vuelve a ocurrir? ¿Y si me quedo así? Soy un jodido jotun, es la primera vez que esto me pasa, pero si sucede de nuevo y me quedo azul y feo...Ya no me vas a querer.

Nuevas lágrimas se deslizaron de las pupilas esmeraldas, Balder, acaricio su cabello.

−No creo que eso pase, quizá en momentos claves tengas cambios temporales, pero dudo que te quedes así, es un poco raro sabes, pero no estabas feo, te veías distinto, exótico, extraño sí, pero no feo, tú nunca puedes ser feo, además Loki, yo te amo por más que tu físico. Te querré aun azulito.

−Te amo.

Dijo el chico abrazándolo y besándolo emocionado.

−Quiero hacerlo otra vez, ahora quiero ir arriba y cabalgarte.

Balder sabía que se refería estar encima y montarlo y no a cambiar de roles, una vez le pregunto a Loki, si le gustaría invertir los papeles y el travieso le dijo que no estaría mal probar en alguna ocasión, pero que adoraba ser su pasivo, y ser embestido con fuerza y hasta el fondo por él, que le encantaba quedarse dormido con su miembro dentro, allí atorado por el nudo. Su pequeño omega era un travieso calenturiento sin duda, y eso que se suponía era de hielo, pero el hielo igual podía quemar y ser ardiente.

Por lo general se quedaban dormidos asi después de hacerlo, y Balder solía despertarse cuando la inflamación bajaba y el nudo se deshacía, entonces salía del interior de su pareja y contemplaba como su semilla se deslizaba por su hermoso trasero, era un espectáculo muy erótico que disfrutaba, después con mucho cuidado iba al baño por agua con jabón o esencias florales y un trapo húmedo y lo limpiaba , lo tomaba en brazos para acomodarlo en un gran sofá mientras cambiaba el juego de cama y lo devolvía esta para que durmiese cómodo y limpio. Lo abrazaba y se despertaban hasta muy tarde por la mañana, asi solían ser las ocasiones en las que hacían el amor.

Así que le dijo a su omega, lo que querría hasta dejarlo totalmente satisfecho.

Cuando los gemelos nacieron fue todo alegría para la familia real, tanto como para el pueblo. Todos iban a dejar regalos a los pequeños y felicitaciones a los padres. Loki, se sentía realizado, tenía al fin lo que siempre soñó, un alfa que lo amara y hermosos hijos con él, una bella familia.

Aramiel y Callum estaban mas que felices con sus nuevos nietos, ambos tenían ya el pelo cano y arugas en el rostro, Balder sabía que les quedaba poco de vida y se sentía un poco culpable, pero ellos le dijeron que no se arrepentían estaban felices y bendecidos con él, un hijo perfecto un hermoso príncipe de oro que representaba los rayos del sol en sus corazones, y con esos hermosos nietos que les habían dado.

Loki sintio que su corazón estaba cálido y en paz. Miro a sus pequeños con total cariño y felicidad y estos le devolvieron una mirada de amor con sus ojos gélidos.

Cuando los niños cumplieron dos años fue cuando tuvieron su primer cambio, cosa que dejo impactados ambos padres, y a sus abuelos, porque cada uno tomo una forma distinta, Fenrir se había transformado en un hermoso lobo negro, pero un lobo demasiado grande para ser considerado un cachorro o lobezno y Jormungader, se transformó en una serpiente gigantesca, cosa que los dejo atónitos. Hella enfurruñada, dijo que no era justo porque ella se transformaba en una tierna y delicada zorrita, sin embargo, después Hella, dejo de quejarse porque ella podía tomar tres formas, la zorrita, un sabueso y un jaguar.

Unos cuantos años después comenzaron los problemas, pero ellos no se dieron cuenta de que aquello era el inicio de algo muy oscuro que amenazaba su felicidad y familia. No se dieron cuenta de nada, porque su felicidad les inundaba y porque pensaron que aquellos episodios eran sólo temporales y normales.

Balder comenzó a tener pesadillas, al principio era de vez en cuando, pero después se fueron incrementando cada vez más, no quería decirle nada a Loki para no preocuparlo, pero este término por darse cuenta, después de todo lo amaba demasiado como para no notar esos detalles.

─ ¿Te encuentras bien?

─Sí, no sé qué está pasando, son malos sueños es todo.

─ ¿De que tratan?

─No lo sé. Los olvido al despertar, pero me dejan una sensación de angustia y vacío, de temor. Es extraño nunca me había pasado esto.

Loki le abrazo con cariño y le dijo que todo estaría bien.

Pero los episodios se repetían cada vez más a menudo, al grado de que Balder ya no quería dormir en lo absoluto y solo lo hacía en brazos de Loki, quien le cantaba la misma nana que a sus hijos y le acariciaba hasta que conciliara el sueño. Había ocasiones en las cuales tenía que darle alguna infusión de camelia y azahares, o de lavanda y pasiflora para conseguir que durmiera o leche con lechuga y hoja de naranja.

Loki tenía miedo, tenía un mal presentimiento, él amaba demasiado a su alfa, pero comenzó a tener sus propias pesadillas en las cuales le perdía.