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08 ; Trabajo en Equipo. 🖇

PASADO | AÑO 2020

El vapor se podía sentir en el aire que cubría aquel baño en esa fría madrugada. Una dulce y tranquila canción sonaba ambientando el cálido momento. En aquella tina que estaba proporcionando un exquisito baño de burbujas, se encontraba Lía. Quién a pesar de hacer todo ese ritual para poder relajarse, no lo lograba. Sus ojos estaban cerrados, pero no había relajación de por medio. No entendía el porqué. Bueno, sí lo entendía. Hoy por fin, si todo salía bien, ella y el resto de las chicas conseguirían toda o gran parte de la matriculación de BeomGyu como alumno de aquel colegio. Lía se sentía tan mal por estar planeando un sabotaje de tal calaña, pues, ¿Qué excusa pondría si la descubrían? No tenía cabeza para pensar en ello. Ni siquiera daba por sentado que toda la información que recaudaría, sería útil e importante para que BeomGyu recordara algo, aunque tal vez serviría para calmar la ansiedad que traía ella y las demás chicas. Ella también cargaba con el peso de que Rossie y SaYeon no sabían acerca de su conexión con BeomGyu, y eso le atormentaba bastante.

Lía abrió sus ojos para mirar el techo y tratar de pensar en cómo podría buscar aquellos papeles tan rápido para que cuando llegue el rector, ella ya no estuviese allí y la descubriesen. Los cables de su cabeza ya estaban cruzados ante tanta confusión. Suspiró y luego gruñó molesta. Esperaba que nada malo pasase en el día que le hiciera perder la cordura antes de tiempo. La situación y posición en la que se encontraba HueningKai en todo esto, también le irritaba bastante. No conocía muy bien a ese chico, pero las pocas actitudes que había tenido para con ella, le habían desagradado bastante, por lo que no le parecería extraño que el chico estuviera buscando una pequeña oportunidad para arruinar sus planes y recuperar aquella preciada foto que tenía. Y cuando creyó que el día no podía empezar de peor manera, su madre golpeó con fuerza la puerta del baño.

—¡Lía! ¡Apresúrate! ¡Necesito darme un baño antes de irme al trabajo! —exclamó su madre algo molesta, a lo que Lía puso sus ojos en blanco y se levantó de la bañera para secarse un poco los pies y ponerse una bata.

—¡Ya estoy saliendo! —gritó Kang intentando no tomarse todo tan personal, pues ya se estaba haciendo la cabeza de que tendría que estar preparada para tener un día complicado, lleno de emociones desconocidas...









—Estaba pensando que podría ser en la hora del almuerzo, después de la segunda clase. —susurró Sayeon mientras hacía garabatos en su cuaderno. Las tres chicas estaban en el salón esperando a que su primera clase empezara. Lía estaba perdida mirando hacia la ventana. Aún estaba algo nerviosa, incluso más. Hasta la duda de que BeomGyu se enojase por usurpar sus cosas, le preocupaba. Porque aunque BeomGyu fuese solo un alma, sabía que él era consciente de su existencia, o algo por el estilo.

—¿Por qué no mejor en el receso? —preguntó Rossie revisando su teléfono celular mientras escuchaba lo que Sayeon le decía. Luego ambas miraron a Lía, quién no estaba prestando atención en lo absoluto. Las dos chicas se miraron entre ellas y Rossie tocó el hombro de Kang—. ¿Lía? ¿Estás escuchando?

—¿Um? —preguntó Lía algo despistada y suspiró pasando sus manos por su cara para despertarse. Se estiró un poco y miró a sus dos compañeras que la miraban con preocupación. Ella les sonrió para tranquilizarlas y luego decidió usar su tercer oído—. Yo la verdad que también prefiero el momento del almuerzo. Todos los alumnos están concentrados en un solo lado. En cambio, en el receso corremos el riesgo de que alguien me vea.

—Es cierto, es cierto... —afirmó Rossie convencida. Pero la charla tuvo que ser concluida porque el profesor ya había entrado en el salón. Para terminar con la charla, Rossie se acomodó en su asiento y luego se dio vuelta a las dos jovencitas—. ¿Ya todas saben qué hacer? —susurró y las otras dos, Lía y Sayeon asintieron firmes—. Entonces, manos a la obra.

La clase comenzó, pero antes de que Lía pudiese prestar atención, notó la mirada punzante de su compañero, HueningKai. Ella le devolvió la mirada, pero contrario a lo que ella pensaba, HueningKai no la miraba con rabia, si no, con intriga. Ambos se miraron por casi un minuto hasta que, naturalmente, desviaron la mirada comenzando a prestarle atención a la clase, o por lo menos fingir escucharla; porque a Lía solo se le sumaban dudas e incertidumbres acerca de todo lo que le rodeaba con respecto al joven fallecido Choi BeomGyu. Pero al mismo tiempo, no podía negar que sentía en su corazón y alma que cada vez estaba más cerca de saber la verdad de lo que pasó con Choi BeomGyu.









La campana que indicaba el inicio del almuerzo sonó. Las miradas cómplices entre Rossie, Sayeon y Lía no se hicieron esperar. Rossie fue la primera que salió intentando buscar su carnada, su víctima, quién sería la persona que ayudaría a que el plan se efectuara con éxito. Sayeon tendría que salir una vez el alboroto hubiese comenzado. Mientras que la última en salir para entrar en la oficina del rector tenía que ser Lía, pues ella se encargaría de tomar la matriculación de BeomGyu una vez el rector estuviese fuera de dicha oficina. El salón de las chicas comenzó a vaciarse, pues todos habían salido a los sectores del comedor para recibir su merecido almuerzo. Lía tragó en seco porque pronto le tocaría salir. Y cuando menos se lo esperaron, el "escándalo" comenzó. Los gritos de Rossie se escucharon en todo el establecimiento, acorde al plan.

—¡¿Acaso tú fuiste quién me robó?! ¡Te vi paseándote por mi banco varias veces! ¡Seguro fuiste tú! ¡Voy a arrancarte los pelos del cab-

—¡Señorita Brown! ¡Cálmese! ¿Qué rayos le pasa? ¿Por qué el alboroto? —gritó una profesora que estaba por allí cerca. Todos los alumnos miraban hacia dónde el pleito se llevaba a cabo.

—¡E-ella me está acusando de haber robado s-su teléfono! —habló la chica con algo de miedo. Rossie gruñó molesta y la profesora suspiró sin poder creerlo.

—¿Es eso así? —le cuestionó la profesora a la alumna que afirmaba y juraba con toda su vida que no lo había hecho. Rossie luego se disculparía debidamente por haberla usado de carnada, porque se había visto tan indefensa que sabía que serviría perfectamente para su plan.

—¡No! ¡Juro que no, señorita!

Sayeon, quién estaba en la puerta, suspiró y se volteó a Lía, la cual temblaba como gelatina. Acarició su brazo intentando darle confianza y al ambas mirarse, asintieron. Pues sabían perfectamente lo que venía y que ya no podían echarse para atrás con lo planeado. Lía esperó a que Sayeon saliera y luego, salió ella. Sayeon esperaba un poco escondida a que Lía llegara a la oficina. Ésta última estaba caminando despacio. Se quedó detrás de un armario que se veía desde donde Sayeon estaba y le hizo una seña con la mano. Sayeon la captó y se acercó al lugar del pleito que se había armado, aún escondida y le hizo una seña a Rossie. Al verla, Rossie entendió lo que le tocaba exigir ahora. Si esto no funcionaba, sería el fin de su plan.

—¡Miente! ¡Exijo que venga el rector de inmediato! ¡Esto no puede quedar así! —gritó Rossie mientras todos reían ante la pelea. El único que no se veía pendiente de todo porque no estaba por allí, era HueningKai.

—¿Bromeas? ¡Te dije que no fui! —chilló la inocente alumna.

—Si no mientes, entonces no tendrás nada que ocultar. —dijo Rossie cruzada de brazos y eso a la profesora le convenció.

—Llamaré al rector.

La profesora no tardó en darse vuelta y caminar a la oficina del rector. Pasó tan cerca de Lía, quién se guardó hasta el aire que respiraba. Pero para su suerte, la profesora no la vio. Iba a salir de su escondite pero ahora la profesora volvía a pasar junto con el rector. Allí se dio cuenta que era el inicio de su parte del plan. No tardó nada en moverse de allí. Corrió rápidamente hacia la oficina y comenzó a buscar eso que sus amigas le habían dicho; tenía que estar en un apartado de archivos del año 2019, y dentro de este, un apartado de matriculación. No encontraba aquello en las carpetas, ni en los expedientes. Escuchó un golpecito en la puerta y se paralizó. Estaba acabada, o eso sintió al menos, porque si el rector la acorralaba husmeando sus papeles, estaría en graves problemas sin haber conseguido nada de nada. Se dio vuelta lentamente, con sus ojitos afligidos, pero no era el rector. Un papelito había sido pegado en la puerta. Lía frunció el ceño y se acercó a la puerta mirando el papelito, dispuesta a leerlo. El papel que era de un block adhesivo de color amarillo decía:

"En la secretaría, matriculaciones, no hay nadie. -->"

Lía se sintió descompuesta. Era todo un manojo de nervios. ¿Acaso era Sayeon la que le estaba dando indicaciones? Ni siquiera se tomó el tiempo de pensarlo, ni mucho menos en investigar si era una trampa. Tomó el papelito despegándolo de la puerta y corrió a la secretaría, en dirección a la flecha. Llegó a la puerta de la secretaría y entró con lentitud, por si corría el riesgo de que le hubiesen mentido, pero no, no había nadie. Sonrió ansiosa y corrió a por las fichas. Allí sí encontró las matriculaciones del año pasado, y buscó del salón al que ella pertenecía actualmente. Y sí, estaba el de BeomGyu abrochado a un montón de papeles. Lo sacó y trató de guardar todo como estaba. Volvió a la oficina del rector para hacer lo mismo, arreglar el gran desorden que había dejado en su rápida y desesperada búsqueda, pero luego escuchó la voz del rector y la profesora, quienes se estaban acercando. Ahora sí que estaba completamente jodida, pues ya no tenía cómo salir de allí con vida.



Hace unos minutos...

—Bien, aquí está el rector. —dijo la profesora señalando al hombre barbudo y calvo que se encontraba junto a ellas—. Así que, señoritas, sean claras y explíquenle el conflicto.

—Señor rector, esa chica robó mi teléfono. Yo la vi husmeando en mi banco muy a menudo, y ahora, ¡Oh, qué casualidad! ¡Mi teléfono desapareció! —chilló Rossie fingiendo desesperación y la chica frunció el ceño completamente molesta.

—¡Yo no fui! Puede ir a revisar mi mochila si quiere. —exclamó la chica y se cruzó de brazos sin comprender por qué le pasaba esas cosas a ella, si ella no era de buscar líos con nadie.

—No entiendo por qué vienen a buscarme a mí para éstas tonterías... —susurró el rector algo saturado por los chillones gritos de Rossie—. Bien, vamos al salón por sus mochilas. —ordenó y las dos chicas junto a la profesora y el rector, comenzaron a dirigirse al salón.

Sayeon esperó un poco. Pues quería darle tiempo a Lía para que buscara aquellos papeles, pero la joven castaña se estaba tardando mucho. Su pierna comenzó a moverse rápido, dando golpecitos al suelo, pues su nerviosismo aumentaba con cada minuto que pasaba. Mordió su labio intentando no lastimarse, pero cuando ya no vio más remedio, decidió caminar hacia el salón en dónde se encontraban sus dos compañeras intentando resolver aquel problema inventado. Entró y tuvo que fingir sorpresa ante la situación. Se acercó al grupo de gente que estaba intentando revisar las mochilas. Frunció el ceño con confusión creada y miró toda la situación.

—¿Qué ocurre? —preguntó entrometiéndose, por más que no le gustara aquello, debía hacerlo porque era su tarea como parte funcional del plan. Rossie escuchó la voz de Sayeon y la miró para hablar dirigiéndose a ella.

—¡Sayeon~! ¡Menos mal que estás aquí! Esta chica de aquí me robó mi teléfono, y ahora estamos revisando su bolso para comprobarlo. Sayeon golpeó su rostro con su mano para luego deslizarla por la misma.

—¡Rossie! ¡Me diste tu teléfono a mí cuando comenzó el primer receso! ¡Estás armando todo un alboroto sin sentido! Ten. —aclaró Sayeon entregándole su teléfono y Rossie sonrió un poco avergonzada mientras lo recibía, pues las miradas punzantes de su profesora, del rector y por supuesto de su compañera, no se hicieron esperar.

—¡Rossie! ¡Esto es inaceptable! —exclamó la profesora, pero el rector solo bostezó y negó sin poder creer en lo que se había metido.

—Déjala, señorita Kim. Si el problema ya está resuelto, no hay de qué preocuparnos. Eso sí, señorita Brown. Quiero que escribas una carta de sincera disculpa hacia tu compañera por el incidente causado. —explicó el rector y Rossie asintió haciendo una reverencia. Luego se giró para mirar a la muchacha víctima de todo.

—Lo siento mucho. No quise gritarte de esa manera... Escribiré la carta cuánto antes. —habló Rossie apenada. La chica suspiró y luego rodó los ojos. Tenía todo su derecho a enfadarse, pues solo había sido utilizada siendo ensuciada en vano por otra causa totalmente ajena a ella. Sí, era egoísta, pero en las mentes de las jovencitas, también era algo necesario.

—Esperaré tu carta, Brown. —murmuró la chica resignándose ante la situación, y para no estresarse más de lo que ya estaba, se dio la vuelta para hacer reverencia a sus superiores y se fue del salón algo confundida por todo lo sucedido.

El rector simplemente abandonó el salón junto con la profesora, no sin antes dedicarle una última mirada de desaprobación a Rossie. Cuando ya no estuvieron junto a las muchachitas, éstas se miraron entre sí con una mirada de preocupación enorme, pues se suponía que para entonces, Lía ya tendría que estar con ellas junto con las fichas, o por lo menos volviendo de la oficina sin haber generado sospecha alguna, pero no era así... Ambos superiores, la profesora y el rector, se dirigían a la oficina de éste último, mientras discutían un poco acerca de lo que había pasado recientemente. Lía atinó a esconderse bajo el escritorio de éste, porque regresando al presente, Lía estaba atrapada en aquel lugar, porque de ocurrírsele salir, sería descubierta con las manos en la masa. El hombre se despidió de la mujer y entró a su oficina con un extraño presentimiento. Sintió que las cosas habían sido movidas de lugar, más creía haberse vuelto loco.

Pero en su supuesta locura, comenzó a verificar sus sospechas, llegando a la conclusión de que era verdad. Frunció su entrecejo y caminó por la oficina intentando ver si había alguien más que él allí, pero no era así. Revisó en sus armarios de archivos, luego en algunos rincones. Lía estaba intentando quedarse callada, sin siquiera respirar un poco, tapando su boca. Pero sin querer se movió un poco y su cabeza golpeó contra la parte de arriba del escritorio. El rector se dio vuelta y caminó hacia éste. Lía ya podía sentir como todo su mundo se veía abajo y comenzó a cuestionarse acerca de todo lo que le estaba pasando. Cuando el hombre amagó para bajarse a revisar el lugar en el que Lía estaba escondida, un ángel la salvó por un gran milagro celestial.

—¡Señor rector! ¡Venga un momento! —exclamó una voz masculina que parecía estar necesitando realmente la valiosa atención del hombre. Éste detuvo lo que estaba haciendo y se paró, saliendo de la habitación. Lía aprovechó ese momento para salir corriendo, y escapar sin ser vista de suerte que tuvo. Nada más.

Ella ni siquiera pudo distinguir la voz, pues la adrenalina que sentía en ese momento era enorme. Simplemente atinó a correr hacia su salón, al cual por suerte, llegó cuando todavía no había nadie quién pudiese incriminarlas por el acto cometido. El rector hablaba con el joven, quién le había notificado de una escritura en el baño de hombres que había sido hecha con marcador indeleble. Y era un insulto para él, por lo que le aconsejó que lo mejor era borrarla antes que alguien más lo vea. El hombre escuchó atentamente mientras asentía convencido. Decidió darle la razón a jovencito.

—Tienes razón, joven Kamal. Gracias por llamarme. Ya mismo me encargaré de ello. Ve, termina tu almuerzo antes de que comience tu siguiente clase. —habló el rector con amabilidad para luego entrar nuevamente en su oficina y fijarse rápidamente abajo del escritorio, pero no había nadie. Decidió tomarlo como una tontera suya. Quizá fue otro profesor quién había movido las cosas.

Mientras que HueningKai suspiraba aliviado, pues había logrado ayudar a Lía con su misión sin ser descubierto. Esperaba que Lía pronto decidiera hablar con él. Pues necesitaba aclararse millonada de dudas acerca de lo que ella estaba haciendo con su difunto amigo...

Y hasta que un día tenía que volver... Jajajaja. Espero que les haya gustado éste capítulo que me costó escribir porque era muy importante para el desempeño del personaje de HueningKai. Nos vemos muy prontito en una próxima actualización.^^

—cloud.

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