XIX. Dangos
Obito miró con nostalgia su viejo equipo y a Minato-sensei... la última vez que había visto al rubio, no se encontraban en buenos términos y, mirando a Kakashi, solo ahora que entendía el dolor y desesperación de perder lo que más amaba, podía ver lo roto que estaba realmente el niño por la pérdida de su padre.
El entrenamiento fue un recuerdo agridulce, Minato-sensei realmente intentaba hacer todo lo posible por hacerlos un equipo y prepararlos para la inminente guerra...
Pero no fue suficiente.
Saliendo de sus pensamientos amargos y ligeramente resentidos, el fantasma suspiró al ver ese jugoso bento que estaba puesto en su escritorio en una obvia invitación a devorarlo y, al costado del bento, había una bolsa con, por lo que pudo curiosear, dangos hasta casi el borde.
Obito adulto gimió nuevamente mientras miraba esa delicia azucarada ser devorada por su homólogo menor.
Blair estuvo aquí.
Demonios, ni siquiera entendía como el chico lograba colarse por su ventana para traerle cosas y aun no ser descubierto por su pequeño yo, ¡Literalmente Blair lo seguía como un acosador! Claro, Blair era mucho más discreto que él cuando seguía a Rin, ¡Aun así! ¿Regalos todas las noches que Blair estaba en la aldea? ¿Pequeñas notitas deseándole un feliz día y una feliz noche?
Obito se retorcía en su propia ceguera mientras miraba a su pequeño yo empezar a escribir sobre su día en su brazo a la vez que se comía los dangos de cortejo, ¡Porque era demasiado obvio! ¡Uchiha Blair, el genio Uchiha de su generación, lo estaba cortejando descaradamente y él era un idiota ciego por Rin!
El fantasma realmente intentó ahorcar a su pequeño yo. Intentó gritarle, señalarle, molestar o incomodar al niño vivo de alguna manera con tal de que se diera cuenta de una puta vez... pero como los muertos no hablan... ¡Al menos no en el reino de los vivos!
—¡¡¡Aaagggghhh!!! ¡¿Cómo demonios no se da cuenta de que su alma gemela literalmente es quién le da los regalos nocturnos?! ¡¿Realmente estaba tan ciego?! —gritó Obito frustrado mirando la respuesta de Blair en el brazo de Obito niño— ¡No es posible!
Obito empezó a describir cuanto apreciaba el dango y cuáles eran sus comidas favoritas completamente ajeno, por otro lado, el Obito fantasma se retorcía en el aire gruñendo y gritando frustrado mientras se tiraba del cabello por la increíble molestia que sentía.
—Dios, ¿Cuánto debió sufrir el pequeño bastardo estando tan enamorado de alguien tan ciego? —Obito fantasma finalmente se rindió y se acostó en la cama mirando el techo— ¡Mmm...! Si vuelvo a ver a Blair, tendré que darle una respuesta adecuada al pobre bastardo.
Claro, si es que en algún momento era trasportado al mundo puro luego de morirse de irritación porque, si estuviera vivo, su pequeño yo ya le habría causado un aneurisma cerebral.
Mientras Obito fantasma se retorcía y lamentaba su falta de conciencia cuando era niño, Blair estaba en su casa, completamente sonrojada mientras se revolcaba de un lado a otro en la cama abrazando una almohada.
Shisui estaba dormido, así que no podría soltar ruidos ni chillidos, aun así, Blair estaba muriendo por dentro al saber que a su adorable Soulmate le había gustado su comida y los dangos que había preparado le habían encantado... incluso si se pasó un poco al darle los dulces, parece que Obito realmente amaba esos dangos porque escribió que hasta se le hicieron pocos... ¡Y Blair le había dado una bolsa completa!
Ja, el diente por lo dulce de Shisui le había servido de algo... solo esperaba que su dulce hermanito dejara de intentar sobornarla con su bonito aspecto o terminaría abriendo su propia tienda de dangos al paso que iban, ¡¿Por qué Shisui tenía que ser tan jodida e injustamente adorable?!
Blair golpeó su cama por la injustica mientras lloraba dramáticamente y luego de recompuso para seguir escribiendo en su brazo.
"Veo... a mí me gustan los onigiris de atún y los bollos de carne, mi dulce preferido es el Mochi con una fresa dentro y relleno de chocolate".
"¡Eso es un poco soso, pero al menos tu comida favorita no es el corzo! ¡Iiiuuuggg! ¡Lo detesto!"
Blair rio ligeramente imaginándose a Obito haciendo su expresivas caras y muecas mientras describía porqué odiaba el corzo y como odiaba esa comida con toda su alma, mientras más leía, más reía en un tono bajo para no despertar a su hermanito.
Puede que al principio hubiera estado un poco en shock y no haya respondido mucho a las palabras de su alma gemela, pero ahora ya era casi un hecho diario que ambos hablaran durante todas las noches... y Blair probara tentativamente si Obito había comido lo que le había dejado o no y si le gustaba.
Claro, Obito comía lo que le daba su abuela, pero como la señora era bastante mayor, el dinero escaseaba por lo que había visto y, Obito con su gran corazón, usualmente diría que estaba satisfecho a pesar de que su entrenamiento Shinobi requería que comiera al menos como para tres o cuatro civiles.
¿Y siendo un Uchiha tan energético como era el cabrón?
Bueno, en resumen, Blair religiosamente le dejaría grandes porciones de bentos en su habitación para que comiera aunque sea algo y, aunque no era una médica nutricionista ni nada, se encargaba de que no le faltara ningún nutriente en sus bentos, sin olvidarse de entregarle unos dulces o postres para que acompañe su comida.
Mientras la conversación continuaba, Blair fue sonriendo suavemente preguntándole sobre pequeñas cosas y detalles que Obito le contaba para mostrar su interés en lo que él decía. Realmente ella no "hablaba" mucho a través de su vínculo y este era usualmente utilizado por su alma gemela, pero ella nunca sería la que terminaría la conversación.
A veces se quedaban hasta tarde hasta en que algún momento la letra de Obito se volvía cada vez más fea -incluso más de lo que ya es, Blair tiene suerte de haber aprendido a leer sellos, porque la letra de su Soulmate era tan confusa que podría pasar por una lengua muerta o un código encriptado- y la tinta de volvía una línea desordenada.
Entonces, al día siguiente tendría el brazo hecho un desastre hasta que Obito decidiera que era una buena idea despertare y lavarse el brazo... si es que se lo lavaba...
Blair sintió una gota de sudor correr por su rostro cuando recordó que pasó una semana sin ver cambios en su brazo y no sabría decir si era porque Obito era un sucio que no se bañaba o si era porque, de alguna manera y conociendo la suerte de su Soulmate, Obito habría utilizado un plumón permanente para escribir en su brazo o aplicado algo para intensificar la dificultad de remover la tinta.
Mirando como la letra lentamente se iba deteriorando -incluso más-, decidió decirle que, si está cansado, debería descansar y no sobre esforzarse.
La respuesta apareció en forma de una risa mal escrita y un "buenas noches" que ella respondió de la misma manera, recibiendo una carita feliz como respuesta.
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