Capitulo 7: Huye de la muerte
Las cosas iban bien hasta ese momento, todo iba según lo acordado, pero había algo de lo que nadie se había enterado, un secreto tan íntimo que nadie era capaz de escuchar.
Tras los últimos días ocurridos todo comenzó a derrumbarse como una pila de fichas de dominó, Hades y Poseidón matarían a Athena por su insensatez e ingenuidad.
Recibiría el castigo de los dioses mayores.
Las lluvias no dejaron de caer, el mar era completamente inestable, inundando costas y en ocasiones tocando las ciudades.
“La tierra volverá a su vida primitiva.”
Cómo en una especie de madriguera se ocultaban Radamanthys y Kanon, un lugar comodo y ocultó a la vista, donde pasaban el día juntos compartiendo recuerdos o hablando de algún tema que se les ocurriera, claro no faltaba las discusiones por cosas estúpidas, o bromas demasiado pesadas.
Les gustaba convivir juntos en medio del desastre que ellos mismos habían causado, habían perdido la esperanza en la humanidad y de aquellas personas que eran sus familiares o amigos, todos eran unos idiotas.
Le habían perdido interés a lo que aquello significaba, solo pensando en ellos mismos, y solo confiando el uno al otro.
—Kanon... ¿Estás bien?
Preguntó el de ojos ámbar, hace rato se había ido a una de las habitaciones de la cabaña abandonada de la que se habían aprovechado.
Pero desde hace algunos días lo había notado algo decaído.
Nunca percibió una alteración de su cosmos, tal vez creyó que se trataba de algo que había ocurrido en el santuario antes.
—¿Kanon?
No quería levantarse de donde estaba sentado, estaba demasiado cómodo para eso, pero debía de admitir que le preocupaba lo que le estaba pasando al ex caballero de géminis.
El peliazul se negaba rotundamente, pero con todo lo que había pasado al final Poseidón si lo atacó de alguna manera, no entendía como, tal vez fue cuando se puso a hablar animadamente con el como si fueran un par de amigos de toda la vida.
Fue muy confiado con el, creyendo que lo perdonaría por lo que había hecho tiempo atrás.
Que equivocado estaba.
Allí, en medio de la oscuridad de la habitación sus manos salpicaban de sangre.
Su propia sangre.
—Duele... Horrible.
No sabía hasta que punto lo soportaría, pero sabía que se trataba de un castigo divino.
—Eso me pasa por jugar a ser dios manipulando a uno... Tsk~
Con una parte de tela se limpió la sangre de su boca, y un poco la de sus manos, tendría que lavarselas después antes de que Radamanthys le diera por abrir la puerta por su ausencia.
“Se preocupa demasiado...”
Y pensar que apenas habían comenzado algo parecido a una relación formal.
Seguía sin creer todavia como podía haberlo cambiado de orientación como si de una hoja de papel se tratara.
Una vez terminó salió, ya esperando que el Wyvern apareciera frente a la puerta.
—Rada...
—¿Estas bien?
—Si estoy bien, no te preocupes.
Salió a ver a traves de la ventana, llovía de nuevo.
—¿Algún día dejará de llover?
—Poseidon está furioso, dudo mucho que pare de llover.
—Si, supongo.
Estuvieron un rato en silencio, observando como las gotas caían en ráfaga, sin falta.
—¿Que será con Hades?, no podrá ser su cien porciento sin el eclipse.
—con las nubes cubriendo el cielo jamás podrá ver el eclipse para desencadenar todo su poder y hacer de un infierno la tierra.
—No creo que Athena logré derrotarlos a ambos, aún con todos los caballeros dorados, aunque ... Ahora que lo pienso, Seiya y sus amigos aparecerían para hacerles frente.
—Son unos pobres idiotas.
—Si... Digo lo mismo.
Volvieron a uno de los muebles para sentarse, viéndose a los ojos por unos instantes, luego Kanon apoyó su cabeza en uno de los hombros de Radamanthys, cerrando los ojos.
El rubio tomó una revista que había conseguido hace rato para ojearla pero fue tomado por sorpresa cuando sintió un beso en la mejilla, fue el momento en que más incómodo se sintió, ni siquiera le había pedido permiso.
—¡¿pero que...?!
Un golpe en la cabeza con la revista hizo dejar de bromear al ex caballero de géminis quién se disculpó rápidamente.
—¡No me tomes así por sorpresa Kanon!
—Lo siento... No podía evitar hacerlo para molestarte, jaja.
—Agh...~
Odiaba que lo tomarán desprevenido cuando tenía la guardia baja, más que todo cuando se trataba de bromas.
La risa de seguía oyendo de parte del peliazul, su expresión se relajó, no podía culparlo, era así por naturaleza.
—Bien, don comedias, ahora tengo que devolver tela por listo.
—¡Ja! Inténtalo.
Lo había retado, a lo cual sonrió con picardía.
—¿Crees que no puedo?
Con el simple tono de su voz puso nervioso al contrario.
—Yo también quiero...
—Olvidalo... Solo fue una broma, no es para tomarselo tan enserio.
Fue ignorado por completo, el rubio se se lanzó encima a atacar el punto débil del peliazul, jugandole a las cosquillas en el abdomen y cerca de las costillas.
Provocando risas en el contrario que detestaba lo que le estaban haciendo, y le parecía una tortura completa.
—D~Detente Radamanthys, ¡no s~sigas!
Era imposible evitar reírse aún con lo horrible que era, pero en medio de toda la estupidez que disfrutaban terminó atorandose con su propia saliva.
Luego de que lo soltará fue inevitable que al girar el rostro para intentar recuperar un poco el aire y dejar de estar así terminó por toser sangre.
—Maldicion...
—¿Kanon...?
Se limpió la boca como si no hubiera pasado nada y miró de reojo al Wyvern.
—¿Eso fue sangre?
—Estoy bien, no es nada del otro mundo.
aquella respuesta no fue nada convincente, pero juraba que estaba bien si no fuera por qué comenzará a hacerle cosquillas como venganza.
El rubio de ojos ámbar no sabía el porque de aquello, pero se lo atribuía a uno de los dioses gemelos: Thanatos.
No pasó ni una hora cuando enojado interrumpió en la sala donde ambos gemelos jugaban ajedrez, ante la interrupción Hypnos miró al recién llegado con una mirada poco agradable.
—¿Como te atreves a entrar sin permiso?
Habló el dios de la muerte irritado, y con una mirada fastidiada.
—¿Que le están haciendo a Kanon?, les dije que no se metieran con el, es mío y yo veré si quiero matarlo o no.
El de cabellos dorados río un poco.
—¿Disculpa...?, ¿Que es tan gracioso?
—¿Crees que le estamos haciendo algo a tu ex caballero?, Una muerte así de cerca y dolorosa no es propia de mi o de Thanatos.
Si no eran ellos, entonces, ¿quien le estaba causado ese daño?
—No juegen conmigo, recuerden que mi armadura tiene sangre de Hades y que en cualquier momento puedo destruirlos si se me da la gana.
—¿eso crees?, ¡Ja!, hace mucho tiempo que fue eso, y temo decir que Hades fue quien te mató por revelarte ante el.
Burló el de cabellos plata y mirada ceniza, Radamanthys se irritó y prefirió irse, no perdería el tiempo discutiendo con alguien que era (en cierta manera) más inmaduro que su persona.
Pero no entendía, entonces si no eran ellos los que estaban haciendo eso con el peliazul... ¿Quien le estaba causando tanto daño?
De ser obra de un dios era lo más probable, pero Hades no lo haría por gusto, ni mucho menos sabiendo que ya no era un caballero de Athena.
Aquello solo se lo podía hacer...
Poseidón.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro