Capitulo 5: Traidor.
Todo a su alrededor se convirtió en algo repetitivo y aburrido, dejo de salir por las noches y descansaba un poco más, los entrenamientos eran sencillos, solía llevarle ventaja a los demás caballeros de oro, pero había uno en específico que lo igualaba, Aioros de Sagitario.
No entrenaban juntos por qué no se sentía bien a su lado, llegaba a sentir ese sentimiento que le provocaba a su hermano de impotencia y debilidad, no sabía por qué pero así era.
—¿Todo bien Kanon?
Su voz amable lo inquietaba, pensaba que en cualquier momento lo apuñalaria por la espalda y lo miraría con una sonrisa quisquillosa.
Estaba acostumbrado al trato que recibía antes.
—Me enteré de lo que ocurrió en Italia, ¿Es eso cierto?
Milo lo había delatado, era de esperarse.
—¿ire a cabo unión de nuevo verdad?
—Saga no lo sabe aún.
Al menos, aunque de alguna forma, agradecía que su hermano aún no se hubiera enterado de aquello.
—ah, menos mal...
—¿lo amas?
Fue una pregunta tan repentina de su parte que no sabía cómo responder.
—¿Que...?
—A ese espectro... ¿Sientes algo por el?
Ya el rumor debió de haber recorrido todo es santuario.
—Estoy acabado...
Se resignó por completo, ya no podía hacer nada para cambiar el simple hecho de que el rumor terminará llegando a los oídos del patriarca.
—O~oye tranquilo, no diré una sola palabra de esto y los demás tampoco le dirán nada, te lo aseguro.
Aioros notó como de forma pesimista se arrepentía, Saga no era de muy buen humor y con algo que no le gustase siempre terminaba enojandose.
—Pero... A cambio, Athena quiere la cabeza del juez del Inframundo, Radamanthys.
—¿Me estás pidiendo algo a cambio de tu silencio?, ¿Enserio?
Era algo que le molestó, ¿Pero que iba a importar?, si de igual forma su gemelo se iba a enterar de todo, absolutamente todo lo que ocurrió en Venecia- Italia.
No iba a ejecutar a su mejor amigo.
—Olvidalo, no lo haré.
—Comprendo.
Hubo un teune silencio entre ambos, las miradas de odio comenzaban a correr junto a aquel rumor.
No habia remedio para algo imposible de revertir, pero si para algo que no pensaba hacer.
—¿A ti fue quien llamaron traidor en el pasado verdad?
—No fue por traicionar realmente a Athena, sino por traicionar los ideales que desde ese entonces eran de saga y querer matar a la pequeña Saori.
—lo recuerdo, cuando los gritos que oía desde Cabo Unión diciendo tu nombre con una sola palabra: Traidor.
Estuvieron allí un rato hablando en las escaleras del coliseo, mientras veían el tiempo pasar frente a sus ojos y los jóvenes que entrenaban sin descanso.
—Entonces... ¿Que me dices?
—Lo siento Aioros, no le daré la cabeza a Athena solo por tu silencio y el de los demás, afrontaré las consecuencias de mis actos, aunque eso cuestione mi lealtad hacia ustedes.
—Ya veo, entonces... Considerate desde ahora traidor, los demás santos de Athena no te perdonarán por una falta de ese estilo, con lo que pasó con Hades nadie confía en nadie.
—Bien, así será entonces.
Sin decir nada más y con unas leves palmadas en la espalda de parte del castaño se quedó allí, mientras la tarde pasaba.
¿Ahora que haría?, no sería nuevo recibir el trato hostil que reciben los otros caballeros tachados de traidores, pero ...
La mirada de decepción de su hermano sería algo peor.
Trato de seguir con su rutina diaria, evitando contacto con los demás santos dorados, el rechazo no quería volver a verlo y sentirlo en su vida.
Kanon de Géminis acababa de ser marcado como traidor a Athena y al santuario por aliarse con los espectros de Hades.
—"Si digo que realmente somos buenos amigos me tratarán como un traidor igualmente."
Fue un hecho que no cambiaría, pero, desde que todo comenzó con aquella simple declaración todo en el se desestabilizaba.
¿Que iba a cambiar?
Radamanthys le puso el mundo de cabeza y ahora no sabía cómo poner todo en su lugar otra vez.
El era la razón de su desdicha, pero no podía culparlo, era algo inocente como para saber eso, de igual forma lo quería así como era.
Por eso no quería pensarlo.
Pensar en ejecutarlo por algo estúpido.
volvió a si mismo, ahora solo dentro el templo de géminis erase de noche, no la pasaba muy bien, estaba hostigado de trabajo, como siempre.
pero debía cumplir con su deber, eso al menos.
tras varias horas de cumplir al pie de la letra todo lo pedido salió un rato a distraerse del mundo que lo rodeaba.
Con una mirada perdida y cansada fue hasta Cabo Unión, donde se sentó en el borde rocoso del camino que llevaba hacia aquella prisión.
Con la respiración entrecortada y pausada miró a la nada en el mar, tan oscuro y profundo...
—Sorrento...
Murmuró al oír su melodía en el fondo del agua, una hermosa y serena, sonrió para si mismo de forma leve.
"ven... Te sacaré de este horrible lugar, y no importará lo que digan de ti"
No era su voz, esa no era la voz de Siren.
—Estoy demasiado cansado como para oír voces de la nada.
Cerró los ojos, detrás de él, el rubio de ojos ambar que cubría levemente al peliazul con las alas de su armadura, mientras le hablaba de forma tranquila.
—Esto... No me gusta, debería volver al templo de Géminis.
Pensó en voz alta para levantarse, pero le fue impedido, alguien lo abrazó y lo hizo caer con el, al abrir los ojos el impacto al agua fue inminente.
Sonrió de nueva cuenta, al ver de quién se trataba, ahora en su mano tenía el tridente de Poseidón, que había sacado de Cabo unión a propósito mientras fingía que solo estaba sentado allí oyendo la mar.
—Ya me preguntaba cuándo aparecerias, Radamanthys.
Dijo con burla, mientras se hundían en aquellas aguas dónde al bajar darían con un camino hacia el santuario de las marinas, dónde Sorrento de Sirena los esperaba, un auto secuestro que no dudarían en tomar como un escape hacia el Inframundo.
—¿Me extrañaste?
—No sabes cuánto, ya me hacías falta.
Por primera vez para Kanon vio sonreír de forma amable al Wyvern, estaba contento de que volvieran a estar juntos.
Aún como una simple amistad.
—A partir de ahora destruiré la voluntad de mis enemigos, y romperé por completo con sus almas.
—Soul Breaker...
—por esta vez no me arrepentiré de irme a tu lado para llevarle la contraria a Athena.
—¿Como te quitarás esa cicatriz?
Referenció a una "X" que le habían marcado en la frente, presisamente por el caballero de escorpio.
—ya desaparecerá, no todo es para siempre.
—Si veo a Milo me encargaré de romperle cada uno de sus huesos hasta que ruegue por su vida.
El ex caballero de géminis se rió un poco de aquel comentario.
—Como quieras...
Siguieron bajando hasta llegar a un lugar donde poder caer, siendo el rubio quien ayudó a bajar al peliazul para que no se lastimar por el vacío que había.
—Por fin llegaron, sepan que no me hace gracia que estén aquí, pero, solo por qué Kanon puede liberar a Poseidón los soportaré por esta vez.
—Debo hacerle un favor por las molestias, o vivirá enojado conmigo por la eternidad por engañarlo.
A Radamanthys no le importaba, pero lo más probable era que si Hades y Poseidón vivían en la tierra no dudaran en atacar el Olimpo para derrocar a Zeus de su puesto.
—Deben de saber que no me hace la más mínima gracia que el Lord Hades y Poseidón estén en la tierra.
—¡Tranquilo!, que nosotros solo venimos a molestar y a observar lo que ocurre, no debemos por que seguir órdenes e ir a una guerra que nosotros mismos provocamos.
Kanon puso una de sus manos en el hombro de Wyvern, con una sonrisa.
Este último llegaba a sentir esa extraña sensación cuando lo veía así de eufórico.
"Ese fue el Kanon del que me Enamoré..."
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro