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Capitulo 45: Orígenes.

-Aiacos, por favor, despierta...

Aún remitido a un centro médico y decirle que solo era un muerto en vida seguía sin creer lo que había pasado.

Había perdido el anillo de su padre, y aparte de ello le había dado hipotermia por las bajas temperaturas que había estado manejando en ese corto lapso de tiempo.

Su madre había tenido una crisis nerviosa, y probablemente no volvería a ser la misma persona que todos conocían.

Peor aún cuando les quitaron la custodia del pequeño Mystoria.

-Aiacos...

Lloró sobre la cama donde tenían tendido al de cabello violeta, aún si lo desconectaban de su soporte vital su corazón seguía latiendo, no podía morir por más que intentarán.

Se sentía devastado.

La señorita Violate había muerto por la gravedad de sus heridas cuando quiso defender a su pareja.

Camus al final fue el primero en recuperarse, pero no tenía a donde ir, tampoco quería volver a casa.

Se reunió con sus amigos, almenos pudo convencer a alguno de quedarse en su hogar por unos días.

-Perdona Shura, me iré pronto cuando mi madre se recuperé por completo y pueda tener devuelta a mi hermanito.

-No te preocupes, somos amigos.

El de cabello oscuro le había dejado la habitación de visitas al de cabello turquesa, no se veia como alguien muy hablador, pero si era bastante comprensible.

-Le diré a mi padre que te quedarás unos días, lamento lo que pasó con tu familia.

-gracias.

Aún conservaba el teléfono de Aiacos, le había mandado recurrentes mensajes a su amigo, Radamanthys, pero no le contestaba.

El hombre rubio que los había acompañado por algunos días, antes de que toda su relación familiar que tenían se cayera al suelo.

Aún pensaba como había pasado todo para que su familia se viera tan envuelta en aquella situación.

◈ ━━━━━━━ ⸙ - ⸙ ━━━━━━━ ◈

- ¿Te encuentras mejor?

- ¿Por que estás aquí?

- tu familia tiene algo por lo que mis jefes matarían, solo quiero que estés a salvó y me lo des.

- Que ironía viniendo de ti, Minos.

-Alba, se que debes odiarme por todo lo que pasó con tu familia, pero solo busco que no te maten.

-Prefiero morirme a entregarte lo que sea que guarda mi familia.

-no lo hagas más difícil de lo que es.

-vete al infierno.

El peliceleste, grotesco y frío como se le costumbraba a ver tenía vendas en su abdomen, no había salido de alta por todas las veces que se había abierto la herida peleando con Cardinale, por qué lo juzgaba por algo que jamás había hecho.

Afrodita y Cardinale estaban por primera vez al lado de su hermano menor Escarlate, culpando a Albafica de entregarlos con contratos y todo a otras familias y mafias.

A lo que tendrían que ir una vez se recuperaran por completo.

Y con eso lo querían muerto por su mala fama.

Minos era el único que se aparecía allí a visitarlo, y aunque no le agradaba ni cinco se sentía un poco reconfortado con su compañía.

-¿Quieres que maten a tus hermanos?

-¿crees que me importa?, me odian por tu culpa.

- ¿y tú los odias a ellos?, son tu única familia.

-me importaría más estar muerto para no verles la cara de idiotas y niños mimados.

-El único mimado fuiste tu, si nunca te diste cuenta, tu padre trataba casi como esclavos a tus hermanos.

-¡Mientes!, conocia a mi padre, el jamás haría algo así, el era una persona muy amorosa.

-me encanta la forma en que ustedes los Fogelberg son tan inocentes.

El albino rio un poco, solo enfadando más s su contrario por lo que hablaba con ironía.

Albafica solo pudo gruñir y tragarse sus palabras, odiaba que hiciera eso con el solo para intentar desestabilizarlo mentalmente.

-No caeré en tus absurdos juegos, olvídalo.

-¿Que te hace pensar que ya no estás en uno?

Eso aumentó su ira, levantándose de forma brusca para confrontarlo por lo que el de ojos cenizos hablaba, no lo toleraba.

-eres demasiado facil de hacer enfadar.

Dijo minos desviando la mirada y aún sonriendo pun poco por su logro, aunque no tenía la intención de hacerle nada el peliceleste era bastante sencillo de provocar para que el mismo se auto hiriera.

El de ojos claros volvió a la camilla con una mano en donde tenía su herida, se había sobresaltado demasiado y había vuelto a lastimarse.

-d~demonios.

-te lo dije.

Burló, luego se hizo a un lado de la pared, no pensaba tocarlo para que luego lo culpara a el si volvía a sangrar por moverse de forma tan brusca.

-mejor iré a ver a tus hermanos, a lo mejor alguno de ellos me dice dónde está lo que busco.

Albafica sin poder detenerlo solo pudo ver cómo se iba de allí.

Que molesto era.

◈ ━━━━━━━ ⸙ - ⸙ ━━━━━━━ ◈

Una mujer rubia llegó a aquel hospital al otro lado de la ciudad, se pintaba los labios y se acomodaba el cabello, entro de su bolsa tenía un de piercings que le había quitado a su mayor sueño húmedo.

- quitarle esa pequeña cosita de oro a mi cabrita vieja fue bastante sencillo, solo un poco de somnolencia y cae noqueado como un caballo.

Burló para si misma, sabía quién tenía lo que buscaba e iba directamente hacia ese chico.

Si el perro de Minos estaba por ahí entonces se las pagaría muy caro.

Ojos verdes esmeralda, carita de niña, ¿Quien no quedaría encantado con su belleza?

-¡Hola!, vengo a buscar a este chico, su nombre es Afrodita Fogelberg.

La enfermera la miro confundida pero terminó diciéndole en qué habitación se encontraba, y dándole alguna que otra indicación para que no se perdiera.

Phantasos caminó alegre mientras buscaba el piso y la habitación que le habían mencionado.

Aunque en el camino vio al albino que terminaría estorbandole el camino.

Aunque tenía la habilidad de hacerse pasar por cualquier otra persona, por lo que moldeo su cara y tras pasar desapercibida por la gente ahora según siendo una mujer pero de cabello castaño y un rostro más maduro y serio.

Nadie notó su cambio, y mucho menos cuando pasó al lado del de ojos cenizos y este se fue.

Ahora sí tenia el camino libre.

Volvió en si, llegó a la ubicación y entonces en el cuarto sin pedir siquiera permiso, y para su sorpresa quien estabas allí dentro ya estaba listo para irse.

-¿¡Quien carajos entra sin permiso!?

Vaya saludo de su parte.

-¿Tu eres Afrodita, no?

-¿Ah?, ¿y tú quien eres?

La chica sonrió un poco y luego lo miró con maldad, utilizando su aura para empezar a adormecerlo al ver que traía una gargantilla con un dije dorado que tenía una inscripción en griego.

-¿Quien diría que arrancarle la cola al pez sería tan sencillo?

El de cabello azul alborotado no supo de le estaba pasando, derreoente sentía somnolencia y cansancio, pero aún intentando mantenerse despierto no lo logró, cayendo sobre la camilla donde estaba sentado.

La rubia al ver que cayó noqueado se acercó a este y le quitó con cuidado aquel accesorio del cuello, al lograrlo lo metió entre su bolso, y con ello se fue.

Aunque al salir se topo casi de frente con Minos quien se alteró por su visita.

-Phantasos.

-Señorita Phantasos para ti, Minos.

Sin más lo evadió, pero era obvio a qué había venido cuando el albino vio dormido a Afrodita en la cama.

-¡maldita perra!

ni siquiera había alcanzado a irse la mujer cuando el de ojos cenizos la agarró del brazo.

-Dame lo que robaste.

-esto no te pertenece, ahora suéltame perro sin dueño.

-¡Dámelo!

Apenas como una sombra de vieron sus alas de grifo, sin embargo no pasó nada por qué la chica anuló su poder.

-mejor no te reveles en mi contra o creeme que mi padre te las cobrará caro por tocarme.

no pudo hacer nada más, terminó por dejarla ir un poco frustrado de que esa mujer se llevaria todo el credito de haber encontrado primero aquella joya que decian ser valiosa.

-por un demonio, lo que me faltaba.

solo pudo verla a lo lejos, desapareciendo del sitio como fantasma que era.

Luego de que la rubia se fuera de allí se apartó a un lugar oscuro donde de puso aquel piercing y el el otro objeto que se habia llevado, al verse en el reflejo de un espejo rio un poco con picardia.

-se me ven lindos estos accesorios.

Acomodó su cabello y salió de aquel sitio para volver a su casa, pero no duró demasiado su alegría, pues jamás creyó que esos objetos comenzarán a quemarle las partes en donde se las había colocado.

-¡¿Pero que demonios...?!

Cortó la correilla de la gargantilla y la piso con mucha fuerza, rompiendo un poco su adorno en oro.

Incluso se quitó aquel arito de su nariz y también lo aplastó.

-Maldito cosmos de Athena, ¡arruinarte mi apariencia!

Gruñó con molestia, luego tuvo que calmarse para recoger lo que había quizás aplastado y roto para llevárselo devuelta a su padre.

-Me matará, pero será mejor así.

Molesta se fue ocultando la quemadura de su cuello con su cabello, que molesto había sido eso.

◈ ━━━━━━━ ⸙ - ⸙ ━━━━━━━ ◈

Le llevo un par de horas volver, pero al hacerlo dejó lo que le habían pedido sobre la el escritorio del de cabellos dorados.

- aquí tienes.

- esto está siendo más sencillo de lo que parece.

El de ojos dorados miró los objetos y notó que estaban algo dañados.

- mmh..

Luego alzó su mirada hacia la joven quien solo hizo un gesto de molestia y ocultaba la quemadura de su cuello.

-¿Te los pusiste, no?

Solo desvío la mirada, afirmandole a Hypnos lo que decía.

Luego se retiró, el mayor veía como tenía un carácter horripilante como el de su hermano gemelo.

-que idiota...

Aún así le ganaba la vanidad para ser capaz de colocarse aquellos objetos y si acaso tomarse una foto con ellos puestos.

-dos menos... Quedan... Nueve.

Junto lo que tenía entre sus manos y las guardó donde tenía las demás, las destruiría cuando las tuviera completas.

-¿Dónde estás, Radamanthys?, ¿Buscas que sea más severo contigo?

Habló al aire mientras revisaba cosas, sabía donde estaba ese chico peliazul, y temia que la misma estupidez ocurriera en esa misma época, por lo que si tendría que tomar medidas extremas lo haría con tal de que la historia no se repitiera.

Sonaba egoista, pero tarde o temprano volverían en si y recordarían todo lo que habían hecho en su pasado para revelarse de un ligero hilo entre el tiempo y los dioses.

-Hermano... Si es necesario, rompe el contrato de los tres, esto no saldrá como lo planeado.

Le dijo al de cabello negro por medio de un mensaje, era evitar algo peor, y quitándoles esas... Joyas que contenían un gran secreto no bastaba en lo absoluto.

-ah, y si lo ves conveniente, matalos, ya cumplieron su misión, que vuelvan al hueco de donde salieron.

La muerte y el sueño, una realidad delicada que si desaparecía una gran calamidad ocurrirá en consecuencia.

-Mejor no empiecen a meterse en nuestros asuntos... Malditos humanos.

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