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Capitulo 41: Corazón de Dragón.

Sus pasos sonaban en medio del gran silencio que había provocado su ligera molestia que se había manifestado en alguna que otra pesadilla para los reclusos adyacentes, a su lado lo acompañaba nuevamente el director de la prisión, cabello albino, ojos violetas, se veía demasiado joven como para aparentar su verdadera edad.

-Esta loco, creo que deberían cambiarlo de sitio antes de que mate a uno de sus prisioneros...

-¿Está seguro? ¿Que demonios está pasando Pastor Novak?

-Experimemtaron con el pobre, aún no se entera de lo que realmente le espera, así que antes de que muera llevenlo a un lugar donde comprenda que está maldecido, una aberración más de este mundo.

El hombre se quedó quieto al oír eso, era cierta la particularidad de semejante cosa, pero jamás pensaba que se trataba de algo realmente serio.

-consideraré la opción de enviarlo a otra prisión de mejor seguridad, un psiquiatra no creo que sea lo mejor para alguien realmente volátil a cualquier cosa.

-no... Mejor envíelo con uno, queremos recuperar personas, no perderlas, ¿No es así?

Eso lo puso a pensar aunque le divertiría un buen rato estar fastidiando y enloqueciendo a ese tipo, con tal de que dejara de meterse en sus asuntos todo estaba bien.

-Radamanthys... No hagas que lo mate para que vuelvas a tu lugar.

Murmuró con una ligera sonrisa, mientras seguía adelante, no mucho después lo siguió aquel albino.

◈ ━━━━━━━ ⸙ - ⸙ ━━━━━━━ ◈

Unos días pasaron desde entonces, la misma rutina de siempre para los chicos que se fueron, dejando solo al joven Escarlate, quien estaba serio y callado.

Nadie parecía notar su cambio en un tiempo.

Lugonis había llegado, y se había encerrado en su oficina a revisar papeles.

-Escarlate...

-Señor Minos.

Se juntaron ambos, para hablar antes de que el pelirrojo entrara allí.

-me enteré de algo y me parecía que era mejor que te enterarás.

El niño le puso atención, mirándolo fijamente mientras se frotaba sus manos.

-¿Sabes por qué siempre te tratan así sobre el resto de tus hermanos?

-¿Por qué?

- por qué para tu padre su hijo favorito es albafica, incluso soporta a Afrodita y Cardinale gracias a el, pero a ti no te quieren en pintura...

Eso había encendió la mecha en la ira y tristeza de de ojos azules claro, todo cuadraba, era la última ficha que necesitaba para encajar en todo el rompecabezas del por qué, por eso siempre era así...

Empuñó sus manos con frustración, aún sin bajar la cabeza.

-oye, pero alba no tiene nada que ver, el verdadero culpable de tus desgracias y las de tus hermanos por esta tonta jerarquía es Lugonis, ¿Y que si te digo que está metido en una mafia?, ¿en un lugar donde hacen cosas malas por dinero?, ¿Crees que eso está bien?, puedes hacerle pagar a el para que no le siga haciendo daño a tus hermanos, si lo haces no solo le harás un gran favor a tu ciudad o a tu país, le harás un favor enorme a Albafica para que no siga cargando ese peso.

-¿Albafica hace lo mismo que papá?

-el lo obliga, si no fuera por eso quizás fuera más abierto contigo, ¡Date cuenta!, ¡el culpable aqui de todo es Lugonis!, ¡Tienes que matarlo cuando esté con albafica y decirle que no permitiras que les sigas haciendo daño.

Hubo un ligero silencio, unas lágrimas cayeron del rostro de Escarlate, siendo usados por su padre por dinero, y colocándole todo ese peso encima al mayor de sus hermanos, sabía que no le creerían, pero si podía evitar que el siguiera haciendo daño como le decía el albino entonces lo haría.

-Solo espera hasta la noche, te diré cuando actuar.

-Si señor.

El albino volvió a buscar a Radamanthys, pero se dió cuenta de lo mal que estaba, se veía bastante aburrido y triste.

-por un demonio rada, ¡por esto nos dijeron que no nos involucraramos sentimentalmente con las personas que están alrededor de nuestro trabajo!, ¡Te ves patético!

-Callate, no sabes cómo me siento.

-el dragón bajando la cabeza como un perro, por dios, tienes que olvidarlo... Para ambos será mejor.

-No puedo hacer eso...

-¿Ah?, ¿y por qué no puedes?

-Por que el y yo tendremos una familia...

Lo dijo en un murmullo mientras sobre la mesa tendía sus brazos y apoyaba su cabeza en ellos, pero había sonado incluso tan estúpido que Minos soltó una fuerte carcajada.

-¿Una familia?, demonios, está vez te la rifaste... Es lo más estúpido que me has dicho hasta ahora, estás realmente mal de la cabeza Radamanthys, ni yo me creía tener una fantasía tan perversa e idiota como esa.

El albino continúo riéndose, incluso llegó a molestar esa actitud ignorante al rubio, pero solo lo dejo pasar, se sentía bastante comprometido con la promesa que le había hecho a Kanon tiempo atrás.

No la rompería.

Había hablado últimamente con Aiacos, quien tenía bastante problemas con los que cuidaba, aunque Violate lo apoyó y le colaboraba con Seraphina, Camus había empezado con una actitud extraña y no quería hablar con nadie, incluso rompió esa relación que tenía con Milo, su novio.

Todo estaba llendo demasiado lejos, todo era un caos por completo.

Incluso se preguntaba que había Sido de Chris, la madre de kanon, aunque por lo poco que se había enterado está había terminado en un psiquiátrico por todo lo que había pasado con la muerte de Aspros.

No solo por el, si no por también su hijo que había terminado en la cárcel por su osadía.

Mientras seguía oyendo la risa de su amigo un mensaje llegó a su teléfono, era Aiacos, al parecer le tenía noticias.

-Callate de una buena vez, eres irritante.

Aún con su advertencia no paró de reírse Minos, por lo que decidió ignorarlo y ver de que se trataba el mensaje.

("Tengo noticias rada, pero no son nada buenas, ¿Podemos reunirnos en un café después de las seis de la tarde?"

"Claro, veré si puedo irme de aquí,
Minos es muy fastidioso.")

-iré a ver a Aiacos, volveré por la noche.

-mejor no vuelvas.

-¿Por qué?

-no queremos testigos o involucrados, la diversión comenzará en poco tiempo.

Asintió, así que ese plan genocida comenzaría en la noche, bueno, encontraría un lugar donde quedarse mientras confirmaban a donde irían en los próximos días.

◈ ━━━━━━━ ⸙ - ⸙ ━━━━━━━ ◈

Las horas pasaron, estuvo esperando en el punto de encuentro que le marcó el de cabello violeta, ya eran más de las seis.

Pegó un bufido molesto, odiaba que lo hicieran esperar.

-¡Radamanthys!, perdona por llegar tarde... Tuve un problema antes de salir.

-¿Todo está bien?

-No es sencillo, pero por primera vez me siento dentro de una familia junto a mi novia.

-Me alegro.

Aiacos se sentó en el banquillo para tratar de recuperar el aire, luego se puso una mano en la cabeza, moviendo la misma en forma de negación.

-a lo que venía... Supuse que esto debías de saberlo.

-¿Que cosa?

-Nuestro jefe fue a la prisión donde tienen a tu novio hace unos días, luego de que fuera reportaron un buen puñado de personas fallecidas, supuestamente enfermas, y luego de la "calamidad" trasladaron muchos prisioneros a otras carceles del pais, entre ellas a Kanon.

-¿Que?, pero si yo no... Agh~, ¿sabes a dónde lo enviaron?

-no, nunca hubo un listado, pero un amigo que tengo allí dentro, que es uno de los guardias me dijo que quizás se lo llevaron a un lugar distinto, los jefes están molestos y no lo quieren en nuestros asuntos.

-el jamás diría una palabra de lo que yo hice contigo en la casa de los Diamonds, ni siquiera sabe como cayó su propio padre en la trampa de el jefe, ¿Como se involucraria en nuestros asuntos si ni siquiera sabe que pasa?

-No lo se... Radamanthys, No lo Se.

Se quedaron en silencio, realmente le angustiaba lo que fuera que intentarán hacer esos sujetos por mantenerlos separados, pero si seguían así llegaría el momento en que se negaría a trabajar más para ellos.

Tomaron un café, siguieron hablando cosas triviales pero era evidente que aquel tema del que estaban hablando con anterioridad no desaparecía con facilidad.

-a Minos le parece estúpido lo que digo y nos culpa constantemente de habernos involucrado sentimentalmente con aquellos chicos.

-Creo que es ese sentido de protección, al menos yo por mi parte no veo a Camus como alguien del que me enamoraría, tengo novia, y la amo.

-¿Esto es malo?

-no, no lo vería así, esto es algo que cualquiera desearía en su vida al menos por una vez.

El de ojos ámbar lo pensó por un largo rato, luego asintió al comprender sus palabras, ya se era de noche, oscura y serena.

No mucho después sonó el teléfono de Aiacos, quien lo alzó para ver de que se trataba, quizás el era el único que comprendia como se sentía Radamanthys en ese momento.

-¡Lo tengo!

-¿Eh?

-sabia que me ayudarían a buscarlo...

-¿Encontraste donde tienen a Kanon?

-Si, bueno, es un largo listado actualizado de ayer, pero creo que aquí debe de estar.

Revisó el archivo mientras el rubio lo miraba fijamente por ese momento, sintiendo esperanza de que aún no lo había perdido por completo.

-Si, lo tienen en el "Maudsley Hospital", está un poco lejos, pero muy seguramente lo encuentres allí, pero si lo haces...

-si, se las consecuencias, pero no permitiré que los jefes me separen de el solo por sus caprichos.

Se levantó de su lugar decidido completamente, dejó dinero para pagar su café y con un gesto de agradecimiento despedirse de su amigo.

-Si no la cuento... Creeme que estaré en un mejor lugar junto a kanon.

-no me vayas a dejar solo con el loco de Minos, Radamanthys, o yo mismo te mato.

-haré el intento.

Se fué, tomó su motocicleta y arrancó hasta la ubicación que le dió Aiacos, no, está vez no lo permitiría más, no dejaría que lo hicieran de nuevo.

Ya era demasiado.

Llegó al lugar luego de casi una hora, estaba oscuro y todo cerrado, buscaría una entrada, le habían dado la oportunidad de llevárselo y eso había Sido un gran error que había cometido ese tipo de cabello dorado y ojos castaños.

Aunque era muy meticuloso con lo que hacía parecía que casi lo había hecho a propósito, se andaría con cuidado.

El solo pensar lo que podrían hacer le hervia la sangre.

Sus ojos ámbar brillaron con fuerza mientras gruñía.

Encontró un sitio por donde escabullirse, entrando al sitio que no parecía tener muy buena seguridad, aparte de las cámaras, las cuales no lo captaban bien o generaba interferencia entre ellas y el sistema con su presencia.


(Iba a poner está misma con letra pero resulta que tiene derechos de autor, perdonen en todo caso 😩)

Con sus técnicas logró colarse dentro del edificio, habían algunas luces encendidas, pronto no dudaron en notarlo para llamar a los guardias pero no perdió el tiempo para obligar a una mujer a qué le dijera donde estaba a quien buscaba.

Está se lo dijo completamente aterrada, corriendo hasta donde estaba la habitación y romper la puerta, pero antes de siquiera moverlo notó como lo tenían sedado completamente, eso solo lo molestó a un más.

Algo se encendió en el.

Aquel tatuaje que ya tenía hace años en su pecho como un símbolo de amenaza brilló, saliendo de allí rompiendo la pared con una fuerza descomunal.

Sus verdaderos instintos del pasado habían despertado como el fuego.

Sus ojos brillaban y solo podía fijarse en como estaba el peliazul, estaba demasiado molesto con esos sujetos al haberse metido con su familia.

-Los mataré... Se atrevieron a lastimarlo de cualquier forma y eso lo pagarán.

Sobrevoló con unas alas que parecian de una armadura, sus piernas y brazos estaban cubiertas de igual forma.

Buscaba un lugar donde dejar más seguro a Kanon, que estaba en un estado avanzando de su condición.

Al aterrizar y bajar con cuidado a su peliazul sintió un fuerte dolor en su pecho, quedando de rodillas intentando respirar, eso lo conocía, ¿acaso intentaba ese tipo de cabello negro hacerlo caer inconsciente?

Golpeó con fuerza su corazón para que este volviera a latir, lograndolo con un poco de esfuerzo pero que aún lo hacia sentir débil.

Pero resistió lo suficiente como para que Kanon logrará recuperar la conciencia y que lo mirara con sorpresa.

-¿Radamanthys...?

Eso bastó para el, lo tenía cerca de nuevo y eso era todo lo que necesitaba.

-Kanon...

Terminó cayendo el, aquellas partes de esa armadura desaparecieron por completo, el peliazul aunque se alegraba ahora estaba preocupado por lo que ahora a este le pasaba.

Había caído inconsciente.

El corazón del dragón del Averno había despertado.

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