Capitulo 38: Razones.
-Se que no debería pedir esto, ¿Pero podrían ser un poco más gentiles?
Ese día había encontrado una forma de estar en un lugar más seguro donde no empezarán a extorsionarlo a cambio de no matarlo, y si, se trataba de una celda aislada a la que llamaban celda de castigo.
¿Cómo llegar ahí?, simple, solo tenia que meterse en problemas.
Su compañero de celda permitió hacer un drama, jamás lo había golpeado, solo llamaba la atención mientras fingía estarle dando una paliza para que lo llevaran hasta aquel sitio.
Dónde no tenía por qué preocuparse en ser el primero en llegar por algo de comer y que no lo dejarán sin nada o toparse con los enemigos de su fallecido padre.
¿Que finalidad tenían esa celdas de castigo?, ¿Aislar a la persona hasta que está fuera consumida por sus propias pesadillas por días?, no le veía mucho sentido.
Pero allí se sentiría seguro en lo su cuerpo cambiaba poco a poco.
Aunque no faltaba el insulto de algún guardia llamándolo fenómeno.
No los culpaba, le tomo años enterarse de que era así.
Se preguntaba si sus padres sabían de esto y por eso era que su padre lo detestaba casi que con todo su ser.
Suponía que no.
Ya más tranquilo en su nueva celda temporal un guardia golpeó la puerta metálica con bastante fuerza.
- Walden, te dejaron un mensaje.
-¿Eh?
Se acercó a la puerta, para oír mejor al guardia que miraba un papel que le habían dado.
-un tal Radamanthys te vino a buscar, no tengo ni por qué decirte esto, mejor léelo por tu cuenta.
Metió aquel papel por una ranura donde de entregaba la comida y que era de considerable tamaño, donde el peliazul recibió lo que le tiró y lo leyó con atención.
("Me enteré que te metiste en problemas, no he tenido tiempo para venir a verte pero espero que para la próxima pueda encontrarte, las cosas van bien, no se cómo demonios te enteraste de lo que planeaba en casa de tu amigo, pero solo quiero que sepas que no le haré daño a nadie, lo juro.
Sin más nos encontraremos después, muero por verte, no sabes lo que me has hecho sufrir luego de que entregaste a la policía.
-Radamanthys.)
Para cuándo terminó de leer sonrió un poco, a su vez mirando afligido, solo pudo dar un suspiro pesado para quedarse con aquellas palabras.
Esperaba verlo pronto para contarle esa buena y extraña noticia.
◈ ━━━━━━━ ⸙ - ⸙ ━━━━━━━ ◈
El tiempo siguió pasando, aún el rubio no se atrevía a hacer nada, las cosas estaban relativamente tranquilas entre la señorita y su hijo.
Pero el único en tener un cambio aparente fue el.
-Señor Degel, ¿Ocurre algo?
Radamanthys se asomó al despacho de su jefe temporal, Aiacos estaba cuidando la puerta, esperando tener el tiempo suficiente antes de que Camus y seraphina volvieran a casa.
El momento perfecto para fragmentar aquella mente que parecía de hielo sólido.
-¿Radamanthys?, ¿a qué se debe tu visita?
-creo que eso usted lo sabe, y no quiere que su familia se entere.
Eso hizo que el de ojos amatistas acomodara sus lentes y pegará un suspiro mientras se mantenía calmado.
-no se de que habla.
El de ojos ámbar entró al lugar para sentarse en la silla y mirar de forma sería a su contrario.
-¿Cuánto me debe a sus socios?, ¿miles de millones de dólares?
-¿Disculpe?
-Aspros era el único que lo ayudaba, ¿No?, ¿Cómo fue lidiar con un loco?
Aquel de cabellos verdes llegó a hacerse el desentendido pero no dijo nada mientras lo escuchaba en silencio.
-sabe que vendiendo su empresa le pagaría a todos a los que usted les debe... ¿Su amigo Kardia se enteró y por eso están distanciados?
-¿Que quiere de mi?
-que devuelva el dinero que no le pertenece, ahora que su amigo en la carcel ya está muerto ese dinero ni le pertenece ni a su familia ni a la tuya, le pertenece a mis jefes.
-¿Esto es por el contrato?
-incumpliste las reglas... Paga por tus acciones o creeme que con ellos tampoco llegarás a buenos acuerdos, solo hablando conmigo.
El silencio se apoderó del lugar por varios minutos, Radamanthys estaba bastante sereno y tranquilo, si terminaba con ello pronto podría intentar de nuevo ir a visitar a quien llevaba bastante tiempo en medio de ese infierno.
No sé imaginaba que estaría ocurriendo con el, pero esperaba que no fuera nada malo.
Al no notar la respuesta de quien estaba frente a el lo miró un poco confundido, no parecía querer decir nada.
-les pagaré.
Cuando por fin lo oyó se sintió un poco mejor consigo mismo.
-solo por favor... No dejen sin nada a mi familia.
-bien.
-Se que seré una decepción para mí esposa y mi hijo si se enteran, así que dile a Aiacos que cuide de ellos por mi, sabía que esto pasaría tarde o temprano.
Ahí estaba, había fragmentado la mente y pensamiento de aquel hombre que ahora solo se arrepentía de todo lo que en vida había hecho, lo mismo que en su pasado su mismo jefe había hecho con Aspros.
Destruirlo mentalmente hasta el punto de que decidiera renunciar a todo, o resistirse para retar a la autoridad, pero en cambio con el padre de kanon... Decidió retar a qué le intentarán quitar todo antes de ceder ante una persona tan poderosa y peligrosa como lo era ese sujeto.
- tendrás tiempo para vaciar todo lo que tengas, incluído vender tu empresa de joyas, todo el dinero tendrás que transferirlo a este número de cuenta, y así tú cuenta estará saldada.
-de acuerdo... Yo... Debo hacer algunas cosas antes.
- como quieras.
Luego de eso el de ojos ámbar salió de allí, para ir por su compañero que aún estaba en la puerta mientras discretamente miraba por la ventana, no parecía muy cómodo con lo que tenían que hacer.
- Habra que hacer lo mismo con la familia donde esta minos, ¿verdad?
-Si, la única diferencia es que sus hijos no tendrán nada que heredar... Ni un solo centavo.
-esto no me gusta...
-ah por cierto, te dejaron a cargo de la dama seraphina y el joven Camus.
-¿Que?
-Lo que escuchaste, considerate niñero desde ahora.
-¡Eso es una locura!
- ¿por qué entonces no se lo preguntas a Degel?, no te digo mentiras, quizás es por tu carisma y lo que sea que hayas hecho para que te quieran en este sitio.
Aiacos no sonaba muy convencido de eso, y sería un gran problema con su novia.
Aunque tampoco le era tan malo, seraphina lo adoraba y bueno apenas Camus le había tomado confianza hablándole ocasionalmente cuando se veía aburrido y no tenía nada que hacer.
Era demasiado para el, pero no podía rechazarlo, ellos necesitaban alguien que los acompañará en el transcurso del tiempo que les tomara asimilar lo que escondía el de ojos amatistas.
Y su repentina desaparición en cuanto vendiera y pagará su deuda completa, al menos se quedarían con la casa.
-bien... Yo aún debo procesar esto y decirle a violate, esto no será nada fácil...
- ¿podrías cubrirme hoy?, necesito ir a buscar a Kanon, por segunda vez a ver si lo encuentro.
- a~ah, claro, está bien... Yo me quedaré aquí mientras llega Seraphina y su hijo, solo no tardes demasiado, ¿Si?, tu y yo aún tenemos cosas que hablar.
-si, no te preocupes, evitare retrasarme en todo caso...
Asintió el de cabello violeta para dar un suspiro pesado, pensando a en la locura de lo que su supervisor haría dejándolo a el acargo de su familia.
No le agradaba la idea en absoluto, no, no sabía ni cómo tomarlo.
-por dios...
Tomaría la responsabilidad, si, eso haría, de lo contrario se sentiría como un cobarde completamente.
Llamaría a su novia para pedirle consejo y contarle todo, sabía que se enojaría con el, pero estaba bien, tenía sus razones para protegerla aún en medio de muchos secretos.
Tomó su teléfono y marcó al número de la de cabello violetas casi igual a su cabello pintado.
Esperó unos segundos hasta que está contestó.
-Violate... Necesito hablar contigo.
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Segundo intento, luego de un par de meses consiguió un poco de tiempo para ir de nuevo a la prisión a buscar a Kanon.
Cada vez que el tiempo pasaba lo angustiaba más.
Confiaba en que estaba bien, pero aún así no dejaba de inquietarlo bastante.
Lo mismo de la anterior vez, firmar un listado y esperar a que buscarán al recluso que necesitaban, tardó más o menos lo mismo pero que podría decir, a diferencia de la vez anterior por fin lo vio aparecer.
El verse ambos frente a frente de nuevo era como si no se hubieran visto en años.
-Rada...
-Kanon...
Por instinto se acercaron y se abrazaron con fuerza, estar así de cerca de nuevo era reconfortante.
-¿Cómo estás?
-bueno... No es el peor lugar en el que he estado en algún momento...
Se murmuraron con ya más calma mientras no dejaban de abrazarse, ya después el rubio lo soltó y lo miró un poco mejor, no parecía haber cambiado casi nada.
-¿Te sientes mejor?
-¿Con el cargo de conciencia?, si un montón, aunque... Extraño bastante estar contigo.
-lo mismo digo.
Sin titubear el de ojos ámbar decidio darle un beso en los labios el cual no fue negado en ningún momento por el de ojos azules mientras terminaron juntando sus frentes.
-Yo tengo que decirte algo, Radamanthys.
-¿Decirme que?
-Sonará absurdo y estúpido pero se que era mejor que lo supieras.
Radamanthys no entendió a qué venía eso, pero hizo un ligero ruido de afirmación mientras cerraba los ojos y esperaba que entonces le contará lo que tuviera que decirle.
Apenas sintió que su contrario tomó una sus manos y la guío a alguna parte de su cuerpo para que lo tocara.
Abrió los ojos de repente y no solo confundió si no sorprendió se le quedó mirando.
-¿Kanon?
Apenas lo nombró, si se trataba de una broma entonces no le estaba gustando nada, pero ese temor que sentia en lo más profundo lo hacia dudar.
-si... Bueno... Rada, agh... ~ No sé cómo decirlo, pero al parecer tengo un cuerpo mutado que puede... ¿Engendrar hijos?, si suena una locura... Lo sé.
-¿Dices que estás ...?
-si, estoy esperando un hijo tuyo.
La vida le daba una bofetada bastante fuerte como intentando noquearlo, pero había quedado tan confuso que le costaba demasiado procesar lo que el peliazul le decía.
¿Quizás por aquella vez en que ambos estaban ebrios y el se dejó llevar de los encantos de Kanon?, bueno, tenía sentido.
- Necesitaba decirlo por qué era derecho tuyo saberlo, y si, fue sorpresivo haberme enterado de lo mismo, claro... Soy un fenómeno.
El rubio sacudió la cabeza y negó a sus palabras, para luego volver a mirarlo.
-Jamás en mi vida oí hablar sobre que algo así pudiera pasar, pero no, no eres ningún fenómeno como crees o como quienes te lo han dicho, no... Creo que en su momento dije que no evitaría mi responsabilidad por mis hechos inconscientes esa noche, pero si crees que te dejaré, no, no será así.
Esas palabras calmaron a kanon quien volvió a abrazar al de ojos ámbar con una leve sonrisa de agradecimiento, sus palabras lo hacían sentir mejor.
-Gracias.
-si me agarra un poco desprevenido esa noticia repentina pero no te preocupes, veré que puedo hacer por intentar darles a ambos una mejor vida.
-bueno... Creo que tendrás que cuidarlo tu solo.
-¿Por qué dices eso?
-no saldré tan pronto como piensas, son... 14 años que tengo que cumplir aquí en este lugar, pero estaré tranquilo sabiendo que te harás cargo por mi.
-si, está bien.
"Solo si pudiera convencer al jefe que hiciera lo mismo que su hermano hizo conmigo para que pudiera salir libre que aquella criatura no se quedará sola..."
Unos golpes se oyeron en las rejas, sentían ambos que el tiempo se le había pasado demasiado rápido, ahora con todo aclarado solo podían despedirse por ahora y esperar que en algún momento se volviera a dar aquella visita nuevamente.
-Cuidate, ¿Si?
-Tu también... Por favor.
Radamanthys asintió, dejándole un beso en la frente para finalmente retirarse, despidiéndose en el proceso.
Ahora tenía más cosas que solucionar, pero que no se arrepentiría de hacerlas.
Todo fuera por ver feliz al peliazul.
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