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Capitulo 37: Maldición

No podía hacer mas de lo que le era permitido, pero realmente esperaba poder escaparse por un día para ir a buscar Kanon a la cárcel que lo habían enviado.

Confiaba en que se encontraba bien, y las personas en ese tipo de lugares no eran tan amigables, sabía que era fuerte y no se dejaria de ninguno.

y eso lo sabía por experiencia propia, ya Kanon se lo había demostrado con el idiota de su padre.

Aunque ahora que lo pensaba desde ya bastante tiempo atrás pudo dejar su oscuro pasado, y le debía la vida a aquel que pudo sacarlo de aquel infierno.

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Flashback.

-Busco a este hombre, ¿podría llamarlo?

-¿es usted algún familiar?

- Si, algo así.

-bien lo llevarán en un momento a la sala de visitas, solo firme aquí en lo que yo llamó a uno de mis compañeros para que lo traigan.

-de acuerdo, gracias.

...

Hace algunos años atrás lo habían encarcelado por asesinar a una mujer en su borrachera, la muerte había sido tan macabra que incluso el que lo perpetró quedó arrepentido por el resto de su su poca conciencia en ese momento.

No había tenido paz en su corazón luego de haber hecho tal cosa, estaba bien que lo encerraran, así no lastimaria a nadie que estuviera cerca en medio de una de sus trabas.

Ese día ya se cumplía un año desde que había sido condenado, y vivía un poco más tranquilo, aunque no podia evitar sentirse alerta por la gente que era peor que el en cualquier sentido.

No dudarían en matarlo si no hacia lo que ellos querían o si se metía involuntariamente entre sus negocios.

Estaba acostado en su cama, con una pelota, la cuál tiraba al techo y está volvía a caer en su mano, ni siquiera estaba demasiado distraído cuando un guardia llegó y golpeó con fuerza la puerta de la celda.

-O'Kelly tienes una visita.

-¿Mmh?

¿Alguien que lo buscaba?, demasiado repentino cuando ya se había quedado sin parientes y no tenía amigos que vinieran a visitarlo.

-¿Quien viene a Irlanda a buscar a un mísero recluso?

Su compañero se burló por lo repentino de la situación, ambos compartían un camarote y a Radamanthys le gustaba dormir en la cama de arriba.

Después del comentario el involucrado solo lo ignoró, se bajó de su lugar para que el guardia le colocará las esposas en sus manos, para que no intentará ninguna forma de escapar.

Recorrer los pasillos era casi como un laberinto, todo se veía igual viera por donde lo viera.

Al llegar noto a un hombre de cabello rubio dorado y de ojos castaños.

Frunció el ceño, confundido por quién se trataba.

-¿Y usted quien se supone que es?

-la persona que te sacará de aquí.

-¿Cómo?

-bueno, esto tiene un pequeño, un pequeñito precio, supongo que si estará en tus capacitaciones.

El de ojos ámbar se sentó en la silla y miro poco convencido a quien estaba frente a el, no le creía ni una sola palabra pero quería ver que tan lejos llegaría por convencerlo.

-habla.

-¿Quieres venir conmigo a Inglaterra?, o bueno también hay un par de lugares que necesitan personal, como Suecia o Francia.

-¿Un trabajo?

-ah, si... Con eso se te compensará como el tiempo en total que pasarías aqui encerrado, ¿de cuánto es tu condena?, ¿25 años?, ¿O es perpetua?

-por que tanto juego con esto, ¿Que quiere de mi?

Preguntó con cierta molesta por el tono ligeramente burlón y amable con el que le hablaba.

-Oh perdón, creo que no estoy hablando en mi posición, hacer de reemplazo a mi hermano es una pesadilla, pero tú y yo nos conocemos... Aunque no sea en esta era.

Aquel cabello dorado paso a ser negro, y sus ojos castaños también se oscurecieron, y con una ligera burla una estrella de cinco puntas apareció en su frente.

-¿Que demonios?

-Tranquilo, solo deja que haga algo por ti para sacarte de este lugar y del contrato hablaremos después.

Esa ocasión fue en la que más se sintió cerca de tocar otro mundo que no era el terrenal, su corazón se detuvo cuando aquel sujeto chasqueó los dedos mientras lo miraba con una sonrisa.

De repente todo fue oscuro para el, perdió la conciencia durante unas horas hasta despertar en un hospital.

Jamás se había sentido tan aterrado.

Estaban jugando con su vida como si fuera un juguete de niños.

-¿Cómo carajos...?

-Que bueno que despertarte, ya me empezaba a preguntar si me había pasado un poco.

-¿Que me hiciste?

-eso no importa, ahora solo necesito que firmes este contrató y puedo decirte que serás casi que inmortal, solo que a su vez tendrás que trabajar para mí hermano en dónde más te apetezca.

El rubio solo pudo reincorporarse un poco de su sitio para ver qué ahora tenía unas hojas encima de sus piernas junto a un bolígrafo.

-tendrás una parte de la ganancia, eso no te lo negare.

-¿Que planean con esto?

-ah... Nada que involucre una crisis mundial y una tercera guerra mundial.

-eso no me convence en nada.

-¿quieres que vuelva a intentarlo?, me pareció divertida tu cara de ahogo.

-¡Bien!, ¡firmaré!, ¡deja mi corazón en paz!

-buena decisión, Radamanthys O'Kelly.

El de ojos ámbar gruñó un poco para luego firmar y entregarle el contrato firmado a aquel sujeto.

-ahora eres hombre libre, no te preocupes por el viaje a donde mejor te parezca ir a trabajar, todo estará pago cuando decidas que harás.

-Gracias... Supongo.

-ah... Y una cosa más.

El pelinegro antes de irse lo miro con atención y hizo un ligero gesto de desagrado.

-Deja la bebida, dios... El seguro sale muy caro si te accidentas.

-Que pesadilla.

Luego de eso se fue, dejando solo al de ojos ámbar quien solo pudo seguir irritado por lo que le había hecho.

Ese juego con su vida no le gustaba.

Ya pensaría después a dónde iría para empezar con su nuevo "trabajo".

Fin del Flashback.

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De allí venía el por qué trabajaba para un montón de locos que lo sacaron de la carcel a cambio de arruinar vidas involuntariamente mientras buscaban información.

Ahora que lo recordaba, más o menos se acordaba de la razón por la cual lo enviaron a su primer trabajo en aquel sitio.

Reino unido.

-Britanicos del demonio.

Esa era su maldición.

Aunque al principio se arrepintió de llegar allí con el tiempo terminó acostumbrándose, más cuando lo vio aquella primera vez.

Ahora recordaba de dónde lo había visto, apenas había llegado en época de invierno, y de repente se topó con el, le tomó una foto y se fue luego de que lo llamarán.

Allí había comenzado la ruina de Aspros.

Ya lo recordaba mejor.

La avaricia de una persona podría llegar muy lejos, y llevar a una persona a la misma locura.

Continuó con su día, siguió intentando sacarle información a la señorita seraphina, pero está parecía incluso más confundía que saber algo sobre lo que su esposo y hermano hacían a sus espaldas.

Incluso Camus no sabía nada por lo poco que hablaba con su padre cuando tenía que ir a la universidad y llegaba bastante tarde.

Aún con el tiempo que llevaban tenían todo para que aquella familia se derrumbará por completo solo con un movimiento de su jefa.

Ya habían entregado todos los recibos y contratos, Y sin saberlo Degel se caería en un agujero en el que nadie lo podría sacar, ni siquiera los muertos.

-Aiacos...

- ¿crees que ya es momento de ejecutar esto?, no quiero que Camus me odie, se ha amigado conmigo por más receloso que fuera con lo que hacia.

-Si no lo hacemos entonces será peor.

-¿Cómo te contrataron?, ¿Cómo te convencieron?

-dandome un paro cardíaco por el suficiente tiempo como para no atrofiarme el cerebro, ¿y a ti?

-bueno... Me amenazaron con matar a mi novia si no les aceptaba el contrato, yo la amo, no sabría que sería de mi si la pierdo.

-al menos pareces más cuerdo que yo.

-¿Por qué lo dices?

-He estado viviendo un infierno desde que no me permiten ir a visitar a Kanon, puedo parecer normal pero no me siento así.

-oye.

-¿Que?

-tienes que ir.

-estaré más frito que tú si desobedezco órdenes.

-intentaré convencer a la señorita Pandora para que lo deje pasar por esta vez, pero se que no durarás otro día sin ir a ver como está, puedo intuir que para no trasladarlo a otra ciudad lo tendrán en la misma carcel en la que tuvieron al loco de Aspros.

-¿en el mismo lugar que...?

Eso dejó casi como una estatua al rubio, las cosas no le podían sonar peores desde que se había tomado en serio cuidar al peliazul como su deber mandaba en su momento, pero al encariñarse de esa forma le preocupaba de más.

-Radamanthys, por cierto... Tienes que contarme esa historia de como los jefes volvieron loco a Aspros, un hombre así de serio igual que Degel no es fácil de destruir mentalmente.

-si... Te lo contaré después, necesito irme.

-¡Suerte!, ¡tendrás que pagarme después por el favor!

-¡Vete al demonio Aiacos!

El de cabello violeta se rio un poco, aunque pareciera estúpido era casi igual que con su otro compañero Minos.

Intentaba manejar con calma la situación con quien cuidaba mientras causaba caos con el resto de la familia, ese si era más retorcido a la hora de manipular gente, pero que con Albafica era completamente diferente.

-Me alegra ser el único cuerdo y heterosexual del grupo de raritos que somos, jaja.

◈ ━━━━━━━ ⸙ - ⸙ ━━━━━━━ ◈

Las horas pasaron, Radamanthys llegó al lugar que había jurado no volver a tocar en su vida pero que por la preocupación que tenía por Kanon lo haría por cuántas veces fuera.

Si era que se lo permitían.

Le hicieron firmar un listado de entrada, lo tuvieron esperando por una media hora, en lo que buscaban a quien venía a visitar, pero ya tardaban demasiado.

-¿Donde esta?

Miro a uno de los guardias que hablaba por su radio.

-¿Que está pasando?, ¿por qué tanta demora?

Luego de un rato el guardia golpeó la reja pidiéndole que se fuera.

-Lo lamento, tuvimos una emergencia con el recluso al que buscaba.

-¿Cómo?

- será trasladado a otra celda, pero mañana puede venir a buscarlo.

-¿Que pasa?

-¿Quiere que le sea sincero?, la persona que busca acaba de ser encontrada golpeando a otro prisionero, no se por que pero es lo único que pudo decirle.

-Kanon no haría algo como eso...

Sin más y con otra advertencia tuvo que irse, antes de que lo sacarán por desacatar órdenes.

Había valido para nada ir hasta allí por eso.

Lo vendría a buscar después cuando tuviera tiempo.

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