El tiempo pasó sin mucho afán, las cosas que se habían puesto turbias luego de que saliera por la televisión la noticia de que uno de los mafiosos más poderosos del pais había muerto fue la oportunidad perfecta para que los rivales empezarán a jugar sus cartas.

- Informe.

- Aspros está muerto, la Mafia se los Géminis ha sido desmantelada por su propio hijo mayor.

Aquel sujeto sentado en la silla miraba unos papeles, y en estos manejaban grandes sumas de dinero.

-Sabia que Radamanthys haría un buen trabajo buscando el punto de quiebre dentro de esa familia.

-¿Ahora que hacemos padre?

-diganle a Minos y Aiacos que empiecen con el plan, ellos saben del punto frágil de la familia Diamonds y de la familia Fogelberg, solo tienen que empezar a romper esa confianza y todo se dará a su tiempo.

Los cuatro chicos asintieron y salieron de aquella oficina, irían a buscar a su jefa, para comentarle los últimos detalles de lo que sería el siguiente plan de acabar las otras dos mafias escondidas más grandes del pais

Después de que ellos cayeran seguirán con las sanguijuelas que pensaban tener tratos con ellos para obtener algo de confianza.

-La regla más importante de todas.

-Jamas confíes, ni siquiera en tu propia sombra.

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Luego de algunas semanas habían empezado a vivir juntos, escondidos, estaban esperando a que todo el revuelo de la policía que los buscaba se calmara para poder volver a salir con más libertad, aunque claro, su partida habia dejado bastante triste a su madre y bueno... Su hermano estaba enfadado con el por lo que había hecho, aunque por otra parte, agradecido de que lo detuviera, de no ser así su cargo de conciencia sería peor aún.

- ¿Está bien esto?

- ¿Por qué lo dices?

El peliazul estaba apoyando en uno de los brazos del rubio un poco desanimado, aún luego de la euforia y la adrenalina que sintió luego de haber tomado el valor para haber sacado el arma y sin titubear dispararle en forma de ejecución en la cabeza a su padre... Solo pensaba que ahora solo se había rebajado a su nivel.

- siento que me terminé convirtiendo en lo que el quería.

-Hiciste lo que debías hacer, no te culpes por algo que tarde o temprano terminaría pasando.

Esas palabras en cierta forma lo consolaron, solo pudo dar un suspiro pesado para mirar al horizonte de aquella azotea donde estaban sentados, mientras que ahora ambos fumaban tranquilamente allí en aquel edificio alto.

-Gracias.

-Tienes que seguir tu carrera...

- me encantaría, pero si me aparezco por allí muy seguramente me esté esperando la policía allí.

Radamanthys lo pensó un poco, luego se le ocurrió algo.

-creo que puedo hacer algo por eso, dime, ¿te animarías a cambiarte el color de cabello?

-¿C~como?

El de ojos ámbar asintió, un cambio de look para ambos podría sentar bien para intentar pasar por desapercibidos en medio de la sociedad y la autoridad que los buscaba.

Aunque claro, no obligaría a Kanon si este no quería.

-creo que prefiero mantener mi color de cabello, pero quizás se puede hacer otra cosa.

Contestó el de ojos azules no muy convencido, aunque en medio de la conversación terminó sonando el teléfono de Radamanthys.

-disculpame, es mi jefa.

-Claro, no te preocupes.

El solicitado se levantó de su sitio dejando solo al de cabello azul que continuaba fumando con tranquilidad y aún pensando en lo que había ocurrido tiempo atrás.

Pensaba que había otra solución que no fuera la violencia, pero con una persona así no entendería razones.

Por su lado, el rubio se sorprendió de lo que le estaban pidiendo, no pensaba involucrarse de más entre las familias en las que estaban sus compañeros, pero la excusa de que necesitaban un poco más de seguridad no le convencía demasiado.

-" ¿segura?, pero si apenas..."

- "No cuestiones órdenes, ayuda a Aiacos, y cuando terminen su trabajo juntense con Minos, ahora mismo nos enfocaremos en la familia Diamonds, aprovechemos que señorita Seraphina agrandará más la familia."

- " de acuerdo, solo denme un par de días... Por favor, aún tengo asuntos que arreglar".

-" No tardes entonces, esto es bastante importante, ver caer a los falsos de los Diamonds será bastante placentero."

-¿D~disculpa?

-" Ups ~ me salí de bocona, da igual, Radamanthys mejor obedece."

La llamada se cortó, el de ojos ámbar se sintió preocupado, eso que le pedían había sido terrible, si fue malo con la familia de kanon para ganarse su confianza seria peor con la familia de uno de los amigos de su amigo.

Queria demasiado a kanon como para hacerle eso.

sin más volvio al lado de este, quien se veia aburrido de estar alli.

-¿quieres que vayamos a otro lado?

-Si, ya me estoy aburriendo aqui.

decidieron irse, ahora intentando olvidar el amargo trago, Radamanthys tenia que escoger sabiamente como actuaria de ahora en adelante, y con mucha cautela.
Miró con atención al de cabellos azules no queria perder su confianza, aunque si no le contaba lo que estaba destinado a hacer se molestaria con el.

-"Kanon..."

solo pudo pensar su nombre mientras este miraba al frente sin prestarle atención esperando llegar a algún otro lado donde pudiera entretenerse o buscar algo de comer.

Estuvieron caminando un rato hasta encontrar un supermercado donde compraron lo que se les antojaba y pagaron en efectivo, luego de eso el rubio pensó que era el momento para confesarle a Kanon sobre lo que estaba haciendo.

Llegaron a un parque donde se sentaron a comer lo que compraron.

- Kanon, debo decirte algo.

-¿Eh?, ¿ahora que?

Pensó un poco, pero iría poco a poco para que lo fuera asimilando a su manera.

-Mañana iremos con tu amigo Camus, ¿Así se llama?

-¿Camus?, ¿para que iremos con el?

-me contrataron en su familia, así que apartir de mañana ire a su casa, ¿Me vas a acompañar?

-Eso es raro, recuerdo que el ya tenía un perro guardian en su casa.

- bueno pensaron en su familia que necesitarían dos personas.

Eso no convencía por completo a Kanon, pero confiaría en su palabra, por más extraño que pareciera y también muy repentino.

- Solo intenta no llamar tanto la atención, ¿Si?, no conozco aún que sería capaz de hacer esa familia si te ven, así que quiero que no te pase nada.

-ah, c~claro, está bien.

Luego de que el menor aceptará, el de ojos ámbar le dió un beso en la mejilla, empezaría con eso, poco a poco terminaría de contarle el resto, pero por ahora solo seguiría órdenes para saber cuál era ese punto de quiebre dentro de la familia Diamonds.

Y encontrar como Aiacos podría empezar a sacarle dinero al jefe para no desvelar sus secretos a su pobre familia.

-¿Es algo serio?

- No lo sé aún, pero ya lo sabré cuando estemos allí, por ahora mejor comamos y vayamos al hotel a descansar.

- bien... De acuerdo.

Luego de aquello solo continuaron comiendo, kanon evitaba hacer preguntas para no involucrarse, pero le era bastante extraño que ahora enviaran a su acompañante a trabajar dentro de la familia de su amigo Camus.

Por instinto sabía que algo estaba mal dentro de esa familia como para que necesiten dos guardaespaldas.

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- Aiacos, informe.

-ya encontré el punto frágil de nuestro objetivo, pero me temo que no será alguien fácil de convencer.

-¿alguien que destaque dentro de la vida de el señor Diamonds?

-Aparte de su familia, uno de sus amigos, de nombre Kardia Metaxas, tiene una estrecha relación con el...

- averigua que ocultan esos dos, y cuando lo hagas informaselo a Radamanthys, sean cautelosos y averiguen la mejor forma de hacerlos caer.

-Si, jefe.

El de cabellos violáceos asintió y se retiró, no mucho después entró Minos que se sentó en el sillón y entregó unos chocolates le que habían quedado.

-Minos, informe.

- Es una familia llena de favoritismos jefe, de los cuatro hijos el más favorito es Albafica, si se eso se enteran los otros tres querrán no solo matarlo si no también a su padre por sus secretos.

-Nombres...

-Albafica, Afrodita, Cardinale y el más tonto y descerebrado de los cuatro, Escarlate.

-¿quien es el más repulsivo?

-Afrodita y Escarlate.

-mejor enfócate en Escarlate, y usa a Albafica de carne de cañón asi para que Lugonis este muerto.

-¿No le hará nada a Albafica verdad?

-¿Crees que le he hecho algo al chico que acompaña a Radamanthys?

Eso dejo en silencio al albino, tenía la misma cuestión que el rubio, había ganado la confianza y el cariño del mayor de los hijos de aquel sujeto que tenía no solo una empresa de chocolates si no una floristería donde trabajaba Afrodita y el resto de sus hermanos, pero aún así el trabajo era su deber, y no podía desobedecer órdenes ni de aquel hombre ni de la señorita Pandora.

-puedes irte.

Asintió y se fue, en el camino se encontró con Aiacos, que lo miro preocupado, pero solo pudieron resignarse y empezar con su plan de desmoronar aquellas familias adineradas de la forma más sucia posible.

-Lo lamento, Alba.

-Lo lamento, Camus.