Aquello que pueda parecer repentino podría causar más problemas de lo que parecía.

Eso Radamanthys lo sabía.

— Carajo...

Ni sabía cómo había dado a parar en aquella situación, estaba amanecido, había una botella de whisky en la mesa de noche, se había sobrepasado de algo que se suponía que había dejado atrás.

Aquello que había ocurrido entre ambos nada ni nadie debía enterarse.

Sintió removerse en la cama aquel chico de cabello azul, cerró los ojos cuando este se levantó de golpe luego de recuperar la conciencia.

—¿Por qué demonios estoy...?

Ni siquiera había hablado cuando tocaron la puerta y abrieron.

—Kanon ya se te hace tarde ... ¿Que vas a holgazanear todo el día de nuevo?

— ¡Cierra la puerta maldita sea!

El menor intentó que su hermano se negara en abrir aquella puerta y lo viera así, pero fue muy tarde, que situación más incomoda para los hermanos.

— Kanon pero que carajos... ¡¿Te acostaste con el chófer?!

Indignante, simplemente indignante, Saga quería matarlos a ambos pero su madre estaba abajo esperándolos a los dos.

— Dices una palabra más de esto y te jodes, Saga.

— eres una decepción para la familia, demonios... Solo arréglate y baja a desayunar, que está vez lo dejaré pasar, pero a la próxima que sea fuera de esta casa.

El de cabello oscuro lo miró con molestia y se fue de allí volviendo a cerrar la puerta, con algo de fuerza.

— Maldición...

Con molestia tambien Kanon le dió un fuerte golpe en el abdomen al rubio quien apenas se quejó y abrió los ojos.

—¡Kanon!

— ¿Tu ya estabas despierto...?, ¡oye eres un maldito enfermo!

Luego de eso se apartó de allí con rapidez tomando una de las sabanas, cubriendo su cuerpo, para luego tomar algo de ropa y salir de la habitación.

El de ojos ámbar dió un suspiro pesado, ni tenía la menor idea de que hubiera sido consensuado o presionó demasiado por efectos del alcohol, realmente le encantaría saberlo.

Decidió arreglarse también, tomo su ropa para volver a vestirse.

Mientras lo hacía intentaba recordar un poco de lo que había ocurrido la noche anterior.

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Flashback...

La mañana había sido bastante acalorada, había hecho sus deberes, llevó a kanon a la universidad, fue a pasar un rato con sus amigos y pasó a tomar cócteles en un bar, las cosas habian estado más tranquilas que de costumbre, y la relación que tenían el y ese chico de cabello azul estaba a punto de formalizarse.

O eso creía.

Sentía que se había enamorado, que paradójico, sentía que lo conocía más afondo en algún lado, pero no sabía exactamente dónde.

Luego del medio día fue a recogerlo, pasaron a casa y descansaron un rato, ya para la tarde acordaron salir a comer algo en algún puesto de comidas callejeras, y aunque Radamanthys pensaba pagar por kanon, fue este último que pago todo, con la mesada que le daba su madre por no querer recibirla de su padre.

Esa relación familiar era demasiado complicada.

— ¿Te gustan los tacos, hamburguesas y toda esa comida chatarra?

—¿A quien no le gusta?, bueno es de lo poco que puedo comer de vez en cuando, ya ves que mi madre cocina muy saludable como para vegetarianos.

—es verdad... ¿Desde cuándo tomas?

—como desde los quince, creo... Mi familia es mala influencia, fue mi padre quien hizo beber primero a mi hermano, y aunque mi tio no quería que yo pasara por el mismo destino no pudo evitarlo, aunque si soy sincero no soy de beber todos los días, prefiero evitarlo.

—mmh~ ya veo, ¿Te parece si vamos con mis amigos?, seguro que les encantará conocerte.

— ¿con tus amigos?, ¿un albino y uno que tiene las raices azules?

Eso sorprendió al rubio, al parecer el menor ya los conocía.

—¿Ya los conociste?

—no, no... Los ví contigo la vez que me fui de esa reunión de mafiosos.

El de ojos ámbar asintió, sería buena idea llevarlo a qué se presentará a sus amigos.

—tengo una reunión ahora con ellos, ¿Quieres acompañarme?

—Claro, así no me aburro.

Con aquella afirmativa y terminando de comer fueron a una casa no muy lejos de donde estaban donde al llegar rada abrió con una copia de las llaves que tenía.

Eso no le extraño demasiado a kanon, pues este había conseguido una copia de las llaves de su casa sin permiso.

—Suikyo... Ya llegué.

—Radamanthys, bienvenido.

el de cabello violáceo salió a saludar pero noto rápidamente que su compañero de trabajo no venia solo.

— ¡cuando vengan visitas no me digas suikyo!

Reclamó rápidamente, esa era la forma en la que podían hablarle sus amigos no cualquiera tenía ese privilegio.

— no es un nombre que llame la atención...

—Aiacos, el es el chico que estoy cuidando... Su nombre es Kanon.

Luego de un leve silencio el nombrado soltó una carcajada.

—¿Te volviste niñero?, demonios que lastima das.

—¡Oye!, ¡no soy niñero de nadie!

—Rada...

El de cabello azul lo llamó, y aunque tampoco le hiciera gracia tener a alguien como perro guardian el era su mejor amigo.

En poco tiempo se llevaban muy bien.

—¿Eh?, lo siento.

La disculpa por alzar la voz sorprendió a Aiacos, luego vio como el chico que lo acompañaba le daba unas palmaditas en la espalda.

— esperemos a que Minos venga, tengo algo que les gustará.

Luego de eso estuvieron hablando animadamente entre los tres mientras esperaban la llegada del albino que resolvía asuntos con la familia a la que tenía que cuidar.

La nobleza, la ferocidad y la valentía.

Así eran el grupito de tres que trabajaban bajo la jefa de la empresa.

—¿Que tal vas con la señorita Pandora?

— ni me hables de ella, tiene que lidiar con mucho ahora, si causamos un mínimo error por el cual nos amonesten ella nos matará.

Kanon ni tenía idea de que hablaban solo se limitaba a comer un pastelito de los que había hecho ese tal Aiacos para recibirlos.

—tu te ves muy alegre últimamente... No sueles hacer... Esto.

— ¿Yo?, ah si... Mañana tendré una cita con violate, así que mejor aprovechen.

El amor podía cambiar muchas cosas entre las parejas y eso se notaba demasiado en unas personas en especial.

—Kanon...

El nombrado salió de sus pensamientos, mirando al rubio quien le ofreció un poco de tequila.

—¿Quieres?

Aún dudando mucho decidió aceptar, y lo tomó, apenas era un poco pero sabía demasiado amargo.

— oye niño, tu perrito cuando está solo mantiene tomando todo el día, es un milagro que no llegué borracho a tu casa a trabajar.

—Aiacos...

Radamanthys lo miró mal por eso, lo que pasara en casa no era para contarle a todo mundo.

— ¿E~eh?

Y aunque a kanon no le importará le ofendida un poco que llamarán al de ojos ámbar como si fuera un animal.

—Radamanthys no le des eso, tengo latas de cerveza en el refrigerador, seguramente este más comodo con eso.

—s~si, prefiero una lata de cerveza...

El de cabello violáceo fue a sacar lo dicho de la nevera para entregárselo al peliazul, no mucho después llegó Minos, quien saludo de forma amable y traía un par de chocolates.

— ¿tu también saliste con novia?

— no, fue de lo que quedó del inventario de la chocolatería, me lo regalaron los hermanos de Albafica, saben que me gusta el chocolate.

— demonios Minos te dará un coma diabético.

— tomen coman un poco.

Entregó parte de lo que había traído a sus amigos, y apenas notando a kanon también decidió darle un poco.

—¿es tuyo Radamanthys?

—Si, quería presentarselos.

—oh ya, mucho gusto joven, mi nombre es Minos y soy el más cuerdo de los tres .

—deja de fanfarronear.

—un gusto Minos.

Respondió kanon un poco nervioso, sin más continuaron charlando, relajando el ambiente junto unas cervezas más hasta la noche en la que el rubio de ojos ámbar decidio llevar a casa al peliazul por lo borracho que ya estaba, no queria que su hermano saga, lo amonestara con el señor aspros, le habia quedado muy clara esa advertencia de aquella vez cuando lo fue a conocer en la carcel.

Luego de una media hora llegaron, kanon estaba pegado a el mientras bostezaba y decía incoherencias, pero lo abrazaba demasiado.

—Kanon... Quédate aquí, iré poco algo de agua.

— No te vayas....~

—no tardaré.

Y aún diciendo aquello no se quería desprender de su lado.

—Kanon, por favor...

—Rada...

Después de todo lo que había pasado en el día no quería soltarse, su mirada era afligida.

El mayor lo acostó en la cama mientras iba por algo de agua, al bajar, se quedó en la cocina mientras bebia agua y se lavaba la cara, se sentia cansado pero el dia habia sido bastante agradable.

Cuando subió de nuevo a ver si ya se había dormido aquel chico lo vio estar mirando por la ventana.

—¿Kanon?

— puedes... ¿Quedarte conmigo está noche?

No quería molestar, pero asintió, se hizo a un lado en la cama y el de cabellos azules se pegó a el de nuevo cerrando los ojos mientras decía algo que no entendía, pero no mucho después este fue a su rostro y le planto un beso en su mejilla.

Y una cosa terminó en otra.

Fue una noche muy linda pero que podr desgracia le traería muchos problemas.

Fin del flashback.

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Ambos bajaron a desayunar sin decir ni una sola palabra, kanon se sentía muy avergonzado de si mismo y saga miraba con odio al rubio, el desayuno fue bastante silencioso, sin contar que Chris quería hacer que sus hijos le contarán lo que habían hecho el día anterior, pero nadie dijo nada, solo cambiaban el tema a su gusto.

Luego de terminar cada uno se fue a hacer sus labores, Radamanthys no sabía que había hecho mal, pero si había sido por aquello entonces aceptaba su responsabilidad, no iba a culpar a kanon solo por qué estaba borracho y por qué lo buscaba con insistencia.

— Kanon, lo lamento...

Pensó para si mismo el rubio, ahora tenía que salir con el de cabello azul oscuro a visitar de nuevo a el supervisor de su trabajo, Aspros.

Después de llegar allí tuvo que quedarse afuera, ya que saga no lo quería cerca ni en broma y mucho menos en su reunión privada.

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— Si tu hermano ya te está siendo inútil en casa entonces sabes que hacer, saga, no tengo por qué repetirtelo si buscas un consejo de mi parte.

— pero... Padre.

—es algo sencillo, además... No me gusta que me estes visitando de seguido, podré tener guardias sobornados pero los están cambiando cada 15 días, así que cualquier paso en falso y todo se cae, ¿Quieres perder todo?

—no...

—entonces mejor lárgate y sigue mi consejo, a tu madre no le hará falta al idiota de kanon teniéndote a ti y a Radamanthys como compañía.

Asintió, lo que venía no era algo que no le hacía gracia pero que era por el bien de la empresa de la familia, y por el bien de el y su madre.

"Los inútiles no sirven de nada en esta vida saga, recuérdalo"

— lo siento Kanon.