capitulo 31: el grupo de los rebeldes.
Las cosas habían mejorado un poco para el, no era la mayor cosa, pero de una forma u otra sentía que al tener a su lado a aquel rubio de ojos ámbar lo hacía sentir más tranquilo.
De lo que recordaba siempre se había sentido así.
Y aunque siempre se complicaba la vida comprendió que ya no podía seguir mintiendose a si mismo, la relación con su familia comenzaba a distanciarse cada vez más, como si el agua estuviera a punto de derramarse de su vaso.
Desde aquel día que había metido a su chófer en su habitación las cosas entre ellos dos cambiaron de repente.
Era un secreto que ellos guardaban con recelo, sin decirse nada cuando estaban frente a las personas.
El tener a alguien a quien contarle tus secretos era un alivio cuando ya no podías soportar más las cosas.
—Kanon... Alístate, iremos a una fiesta esta noche.
—no quiero ir, ¿puedo quedarme?, sabes que nunca me tramaron las fiestas en las que no conozco a nadie, Saga.
—Estará Milo...
—no me interesa...
El de cabello azul estaba tirado en su cama mientras tenía uno de sus brazos sobre su rostro, intentado conciliar el sueño.
No tenía ánimos de ir a un lugar donde no conocía a nadie y que todos conocían a su hermano, muy probablemente lo confundirían con su parentesco.
Y no solo por eso le molestaba, siempre terminaba solo en algún rincón del lugar.
— ¿Por qué te empeñas tanto en negar nuestro apellido y familia?, sabes que el pasado de nuestro padre no nos puede afectar.
—"Tu" padre, me da igual, ese tipo solo ha sabido como estar metiendonos en líos con la policía o con las demás mafias, ¿Que esperas que haga despues?, ¿Que con su maldita avaricia nos vengan a matar?, ¡Saga, por favor!
Está vez Kanon respondió alzando un poco la voz mientras se levantaba y miraba con molestia a su hermano mayor, sabía que tarde o temprano vendrían a matarlos por culpa de su padre, y detestaba ver a su madre llorar en silencio en la habitación cada vez que recibía una llamada de su esposo.
No quería tener nada que ver con eso, pero parecían querer meterlo de cabeza a la fuerza para que entendiera los negocios de la familia.
—entiendelo, no iré...
El de cabello oscuro miró un poco molesto por eso, aunque tuviera razón era un destino impuesto por la vida, quisieran o no, el estarse negando solo empeoraba las cosas.
Tomo algo de aire y se puso bastante serio.
—Jamas te lo pregunté, vendrás, no me importa si aceptas o no, así que mejor arréglate antes de que hagas que me enfade enserio, ya sabes lo que pasa.
—no me das miedo, pero la próxima vez que agarres un arma haré que la dispares hacia ti mismo, eso de hace tres años no lo olvidaré nunca.
Contestó aunque no le sirvió de mucho negarse pues al final tuvo que ir, el guardaespaldas lo llevaría a aquel lugar, quizás podía quedar hablando no el en vez de estar en un rincón de aquel salón haciendo nada.
La noche caía, el prefirió quedarse afuera, mientras la fiesta que más parecía un burdel se desarrollaba en la que parecía una aparente reunión de jefes de jefes.
—por esto no quería venir...
Lo único bueno que pudo sacar de allí fue el hecho de estar junto a Radamanthys quien lo miraba con atención y serenidad.
Pero no mucho después hacia ellos se acercó un hombre de cabello castaño claro, acompañado de alguien de cabello negro de le parecía más sencillo evadir la mirada, pues lo tenían agarrado de la mano.
—no me digas...
Jamás se había esperado ver al padre del novio de su hermano en aquel sitio, en lo que lo conocía era alguien muy tranquilo y amable, jamás se lo imagino estar metido así en un lugar de mala muerte.
— Señor Sísifo.
— Hola Kanon, ¿Que tal te va?, ¿que haces aquí afuera?
— dios... El mundo me está golpeando el rostro, jamás imaginé que estaría metido en está jugarreta.
—eres igual a tu tío... Por cierto, ¿que hay de el?
—llevi casi un año sin verlo o hablar con el desde que se fue con su pareja de la casa.
—ah, ya veo ... ¿Y tu padre?, ¿lo has ido a visitar?
—Aspros se puede ir al infierno.
Eso causó risa en en sisifo, no lo culpaba, defteros tambien decia lo mismo.
—Sisifo, vamonos... no deberiamos quedarnos demasiado tiempor por aqui.
La voz de pelinegro parecia inquieta, kanon concordaba con que ese lugar era un sitio de mala muerte.
sin decir nada más el de cabello castaño claro se despidio de forma amable para retirarse, dejando solo de nueva cuenta al peli azul que ya estaba aburrido de estar alli, solo deseaba irse.
—Rada...
Lo mejor que podria hacer para que ese sujeto lo dejara en paz seria ir a verlo de una buena vez.
ya que para el dia siguiente no tenia ningun pendiente y tampoco tenia clases lo aprovecharia para ir a verlo, pero se odiaria si mismo si se quedaba viendo como un estupido en ese lugar.
fue buscar al rubio, pero este ya no se encontraba cerca del auto, penso que se habia metido a la fiesta a buscarlo, tampoco tenia muchas esperanzas de que lo estuviera haciendo aun con lo poco que se conocian.
volvió al salón, el bullicio era bastante junto a la musica, ingreso con cautela mientras buscaba con la mirada a su hermano o al "guardaespaldas" que tenia por acompañante y amigo.
Pero termino encontrandose a este ultimo al fondo, bebiendo mientras otras dos personas lo acompañaban, reconoció al de cabello violeta oscuro, lo cual se le hizo extraño, pero habia un hombre de cabello albino que tambien estaba junto a ellos.
— oh dios...
no tenia oportunidad alguna de acercarse en medio de toda la gente, por lo que decidio irse solo a casa con el dinero que traia, afortunadamente, se agradecia internamente haber sido inteligente por septima vez en su vida.
al salir buscó una calle transitada, donde poder tomar un taxi.
Para Saga:
"Volvi a casa, te dije que no me gustaban ese tipo de fiestas, y mentiste con que milo estaria alli, se que te andas con aioros, para eso me hubieras dejado en casa, como sea, nos veremos despues."
después de enviar el mensaje y tomar transporte apagó su telefono mientras daba un suspiro pesado, ya era hora de hacer esas cosas.
no iba a estar siempre evitando ir a verle la cara a alguien que detestaba.
al llegar a casa solo abrió la puerta, la cerró y subio a su habitación con desgano, dejando lo que traia tirado en el suelo al entrar a su cuerto y cerrar coon seguro, luego solo se tiró a la cama para dormir.
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Para el dia siguiente no hizo demasiado aparte de ayudarle a su madre con la casa y luego prepararse para irse.
Radamanthys no le cuestionó nada por irse la noche anterior solo, ya que saga le habia mostrado el mensaje que el habia enviado, por lo que sin tampoco preguntar nada del por que iba a visitar a "aquella" persona lo llevó hasta alla.
no hubo demasiada charla en el camino, aun kanon pensaba en lo que se venia encima de el, solo tenia que ser valiente.
al llegar tuvieron que revisarlo con recelo, no traia nada para el, pero los guardias en las carceles de mas seguridad hacian eso por protocolo, y pensar que con un aspecto tan inocente tuviera una mente inteligente y maquiavelica.
entró a la sala de visitas con un poco de nervios, junto a el estaba el de ojos ambar quien se mantenia en silencio.
luego lo vió entrar, su cabello más largo que la ultima vez que lo habia visto en su vida, se veia bastante bien arreglado, su mirada rasgada y un par de esposas con cadenas en sus manos.
— oh, vaya... es raro verte por aqui, Kanon.
su tono sarcastico le decia que era una desgracia verlo de nuevo; despues de todo el favorito era saga.
—si... tampoco me hace gracia estar aquí.
Mencionó tranquilo mientras veía como el mayor se sentaba en la silla y miraba a todos lados, más que todo a las ventanas.
—y... ¿A qué se debe esta visita?
— ¿de que se trata este juego?
—¿Cual juego?
— No se haga... Tener a alguien como niñero es fastidioso, más cuando se trata de la "sombra" del que tiene mejor habilidad.
Eso de niñero hizo que Radamanthys frunciera el ceño, el no era niñero de nadie, solo hacia lo que le pedían.
Unos segundos después Aspros dirigió su mirada al rubio, para extenderle la mano.
—Gracias por tomar el trabajo, Radamanthys ¿No es así?
— si señor...
Correspondió al saludo para luego seguir manteniendo su distancia.
Luego de eso el de cabello añil azabache volvió a la conversación de su hijo.
— ¿dijiste algo?
— que molesto eres...
Luego de un silencio incómodo Kanon decidió continuar.
— ¿por qué tan de repente te preocupas por nosotros?, desde que estás preso lo unico que has hecho es salvarte el pellejo.
El cuestionado lo pensó por un momento, luego recordó lo último que le había dicho su hermano menor, ya recordaba por qué había tomado esa decisión.
— Consideralo como un favor que le debía a tu tío.
No era una respuesta que lo convenciera del todo pero la aceptó.
—dejanos en paz a mi y a mi madre, no sabes el daño que le haces...
Una ligera sonrisa se formó en el rostro del mayor, luego cerró los ojos para soltar una risilla.
— Suenas como Defteros, pero no puedo hacer eso, piensa lo que quieras pero yo aún amo a tu madre, y no la dejaría ir tan sencillo como pides.
El peliazul sabía que sería en vano pedirle aquello, pero valía la pena intentarlo.
Dió un suspiro, esa actitud sarcástica y despreocupada que tenía en ese momento solo ocultaba su molestia.
— ayer me encontré con tu amigo Sísifo.
— ¿Con Sísifo?, cielos llevo años sin verlo.
— deja la ironía, se que recibes visitas de tus anteriores amigos, incluso se que saga viene con frecuencia.
Aspros movió un poco la cabeza, había recordado una vieja historia de algo que había pasado cuando estaba en la universidad así como la edad que tenía su hijo, era una situación algo graciosa de la fiesta de graduación.
—¿Quieres que te cuente algo?
—desde que no sea de que tan mal está de la cabeza está bien.
— Cuando tenía más o menos tu edad me habían invitado a la fiesta del padre de Milo, allí estuvimos todo el grupo... De hecho fue un fiesta bastante agradable...
Flashback.
— Kardia no bebas tanto que no le dejaras nada a los invitados..
Recuerdo que había sido el primero en llegar con mi hermano, cuando llegamos vimos a Degel y kardia persiguiendose el uno al otro, pues el cumpleañero no dejaba de comerse todo lo que tenían para los invitados, con la miseria excusa de que estaba nervioso y quería ver a su novia, ese par eran el uno al otro llevaban siendo amigos desde la infancia.
—Yo me irse a sentar, solo estoy aquí por respeto no por qué me hayas obligado...
— Como quieras Defteros, solo no te pierdas después.
Cómo aún era muy temprano decidí colaborarle a Degel a terminar de organizar, calmando al idiota que estaba nervioso y reponiendo lo que el se habia comido.
La fiesta había sido personalmente organizada por el, que aún joven había logrado heredar la fortuna de sus padres para continuar con la empresa de diamantes y joyería que poseían, decidió que como regalo le daría una fiesta de cumpleaños, pues se lo debía.
Luego empezaron a llegar los demás, de la gran fiesta que podría haber sido para más de cien personas solo asistimos doce, contando al cumpleañero y al que había organizado todo.
No miento, fueron dos chicas más luego de una media hora de comenzar la fiesta, una tan Seraphina y una tal Calavera, ya ni recuerdo su nombre, también allí conocí a tu madre, Chris.
Yo tuve que recibirlas por qué los demás estaban idiotas en medio de alcohol y comida.
—Buenas noches señoritas... Sigan, perdonen a mis amigos, son un desastre ahora.
—¿Donde esta Kardia?, necesito darle su regalo.
Aquella mujer, la novia de kardia era alguien de carácter fuerte y bastante enojona, pero a su vez bastante agradable.
—Disculpala, le avisaron tarde y está molesta con Kardia por no avisarle con anterioridad.
La otra chica, Seraphina, era más educada, un poco tímida pero bastante dulce, ella venia acompañando a la gruñona intentando calmarla.
— ¿Tu eres uno de los amigos de Degel?, ¿sabes dónde está?
— está al fondo intentando manejar la fiesta.
— muchas gracias...
La última, tu madre, miraba a todos lados nerviosa, pues ella no habia sido invitada pero solo venia de dama de compañía para Seraphina.
— ¿Ocurre algo señorita?
— y~ yo seguiré a la señorita Seraphina...
Luego de eso entró apurada, para no perder de vista a su amiga.
La fiesta fue bastante animada, yo solo me limité a estar con Defteros por qué no me gustan las fiestas, y bueno, mi hermano no conocía a nadie de la fiesta, solamente a Degel.
Todos allí éramos amigos, y eramos buenos estudiantes, pero siempre fuimos rebeldes en algún momento, como ese día, que la fiesta siguió hasta el día siguiente con la cantidad de bebida que había y también comida, nadie se fue hasta que el dolor de cabeza fue horrible para todos.
El primero en vomitarse como siempre fue el cumpleañero, esa era nuestra tradición cuando alguno de nosotros cumplía años, si el cumpleañero no era el primero en caer entonces los demás lo forzabamos a que fuera asi.
Ya cuando yo y mi hermano nos íbamos nos ofrecimos a llevar a las chicas a sus casas, sin embargo la novia de kardia y la señorita Seraphina se negaron, siendo así que a la unica que llevamos fue a Chris.
— Muchas gracias muchachos, nos vemos.
—Hasta luego.
— Nos vemos señorita.
Cuando fuimos a casa recibimos una llamada de que el uno de nosotros había terminado terriblemente enfermo luego de la fiesta, si, se trataba de Shion, no paraba de comer y de paso su mejor amigo no le ayudaba en nada.
Fue gracioso ver las fotos que tomaron cuando todos estaban completamente ebrios, incluso había una donde estaba desmayado ese sujeto de cabello verde amarillento.
Sigo recordando a Shion así y me sigue dando gracia.
Fin del flashback.
Se le hacia muy parecido a lo que había pasado en el cumpleaños de Camus, solo por lo de esta tradición, fue el primero en caer y vomitarse por lo que Milo le había dicho.
Y bueno por esa relación entre su padre y los de sus amigos era que los conocía de niños.
Tenía sentido.
Pero era una historia un poco tonta a decir verdad.
— ¿Tu grupo también es un grupo de rebeldes?
— no los conozco demasiado pero diría que si.
— entonces disfruta de ese grupo, no lo tendrás por siempre cuando te gradues de la patética carrera que escogiste en la universidad.
—gracias por lo ánimos... Ugh~
Contestó con ironía por aquello que Aspros le había dicho, pero sabía que lo había dicho con la intención de enfadarlo.
— Saluda a tu madre de mi parte, y antes de irme ... Cuando quieras escuchar otra patética historia puedes venir a visitarme.
—ni loco volveré a escuchar lo que sea que te imagines.
Eso causó una risa en el mayor para que luego se levantará y aplaudiera avisando a los guardias que ya quería irse.
Pero antes de hacerlo miró a Radamanthys.
— oye, cejon, más te vale hacer tu trabajo o creeme que no seré el único que quiera matarte a parte de tu jefe
El rubio se sintió intimidado por la advertencia, asintiendo.
—si, no se arrepentirá...
Luego de eso el y Kanon salieron de aquel lugar para volver a casa, el peliazul sentía que jamás se había entendido con su padre por las estupideces que decía de la nada.
—¿Estás bien?
— si, solo que pienso que el es una pesadilla...
Pero aún así esa historia que le había contado tenía bastante sentido, quizás los mismos que se reunían en los cumpleaños ajenos se trataban de los hijos de los amigos de su padre.
Vaya lío.
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