Capitulo 3 Tu vida en la mía: parte 2
Pasaron algunas semanas desde entonces, luego de su viaje de varios días había parado en el lugar indicado, había entrado por sin en el país de Italia.
—Por fin...
se quejo Kanon ya cansado, no había descansado mucho y ya la fatiga era evidente.
Paró en un lugar donde comprar algo para beber, se llevó una lata de coca cola y se puso unos audífonos, si, traía consigo un MP3 que le había regalado el juez del Inframundo, a lo mejor se lo había robado a alguien de los que había emboscado para traerlo hasta allí.
Aún tenía algo de batería, y lo conservaba como si de algo demasiado valioso se tratara, vaya casualidad, conservaba un regalo de la persona que se le había declarado y que probablemente lo metería en problemas.
—Habrá que tomarse esto como unas pequeñas vacaciones.
Buscó una canción cualquiera dentro de todas las que habían almacenadas allí dentro de esa pequeña caja de metal con circuitos.
Al final se acostumbró a escuchar música.
Luego de colocar alguna que le llamase la atención continuó su camino, terminando de beber la lata de refresco y desechando la en un bote de basura.
Luego de un rato encontró una posada donde pasar la noche, lo agradeció, necesitaba descansar.
—Estoy a salvo.
Claro que debía de mencionar que desde hace ya varios días había estado siendo acechado por Wyvern.
Nunca lo dejaría en paz desde entonces.
Una vez dentro del lugar tomó lo que serían las llaves de su nueva habitación y subió a ella, dejo la caja de su armadura en el suelo y se estiró un poco dejándose caer en la mullida cama que había.
—Lo necesitaba.... Uff.
Aunque no se sentía del todo bien, se iría a dar un baño antes para caer rendido hasta la noche, que sería una molestia si al despertar se encontrará al rubio sentado al lado de la cama.
Tardó un largo rato para entonces, ahora con mejor cara ya estaba fresco y se terminaba de retocar frente al espejo del baño.
—Cada día estás más bueno, Kanon de Géminis.
Alimentando su egoísmo se dijo aquello, aún con la edad que tenía no parecía ser tan mayor de lo que aparentaba.
Después de los alagos personales volvió a vestirse con algo de ropa limpia, intentó secar su largo cabello lo mejor que podía, para de últimas rendirse en la cama de espaldas abrazando la almohada.
—Buenas noches...~
Una vez llegada la noche a la habitación entró un "intruso" por la ventana.
Radamanthys interrumpió allí viendo dormido al peliazul, frunció el entrecejo por un momento, pero no diría que se dejaba muy indefenso a simple vista.
Le antojaba un poco, pero mantenía todo a raya.
Se acercó a la cama y se sentó a un lado, simplemente para oír como roncaba levemente.
—Esta muerto del sueño, quien lo diría.
Murmuró para si mientras se acomodó para recostarse un poco en el espaldar de la cama y mirarlo de vez en cuando.
—Kanon, Kanon, Kanon...
—¿Que...?
Respondió entredormido el géminis, tal vez en medio de algún sueño no tan profundo pero suficientemente descansado.
—Vaya... Y yo pensando que estabas dormido.
—¿Mmm...?, ¿Que dices?
El Wyvern lo miró poco convencido, creyendo que se trataba de algún juego de este.
Pero vio que no era así cuando intentó identificarlo aún somnoliento con una de sus manos.
Había puesto a propósito una de sus piernas encima de la cama, para ver qué hacia si lo tocaba.
Por obvias razones la mano llegó hasta ahí, sintiendo el contrario algo frío.
—¿Mmh?
—Cuidado dónde tocas.
Fue suficiente como para que entre abriera los ojos viendo de que se trataba.
—¡Mierda, Mierda, Mierda!
Se levantó de golpe creyendo haber tocado algo raro, tal fue el susto que cayó de la cama con visible asco en su rostro y frotando su mano en la alfombra.
—No me jodas, ¡maldita sea rata con alas!
—No es para tanto, solo me tocaste la pierna, idiota.
—¡Lo dices como si no te importará!
—Es normal, supongo, viniendo de un dormido como tu.
—¿¡Disculpa!?
—retiro lo dicho.
Luego de una disculpa por parte de ambos Kanon volvió a sentarse en la cama, pegó un suspiro y lo miró de forma fastidiada.
—Te gusta hacerme bromas, ¿eh?
—Es una forma divertida de molestarte, de hecho esto me lo enseñaste.
—No me digas que haces lo que yo hago para... Desgraciado.
—¿Que no puedo?
—Que poco original eres.
—Gracias, creo.
Radamanthys recibió un puñetazo en la cara luego de eso.
—auch...
—Deja de seguirme así, que ya se me trajiste aquí a propósito con la carta, pareces un pervertido.
—¿que no te gusta?
—Si mi hermano se hubiera enterado estaría muerto y encerrado en el templo haciendo su papeleo toda la noche.
El rubio lo miró un poco culpable, hizo lo que pudo para evitar eso, y aunque lo logró ahora el griego estaba molesto con el.
—Entiendo.
—Eres pesado con tus bromas de ese estilo, y te pasas.
Kanon estaba realmente molesto, no lo dejaba en paz parecía que no le bastaba con jugarle bromas tan sucias como esa.
—Puedes volver entonces al santuario, si no quieres estar aquí realmente.
Respondió el Wyvern, de una forma bastante tranquila y sería, tal vez debió pensarlo un poco mejor al intentar eso.
El peliazul frunció el seño, lo habían hecho venir para nada, y eso también lo molestaba.
—Bien.
—Bien.
No hubo nada más después de ello, el rubio de ojos ámbar se fue de allí, y el géminis no hizo nada más que sentarse en la cama y pedir una cerveza a la recepción, no estaba de buen humor y no quería saber nada de Radamanthys.
Tantas cosas que cruzaban por su cabeza y seguía preguntándose el por qué de aquello.
https://youtu.be/HqtaUhcVZLw
[Se recomienda escuchar la canción junto a la lectura]
Mientras tanto el rubio dió a parar a una playa donde se sentó y se desprendió de su armadura, de alguna forma le dolía, tal vez no pensó bien las cosas.
Su armadura ahora frente a el parecía juzgarlo.
—Tal vez debí pensarlo dos veces.
Sacó de esta última una botella de whisky, la cual no dudó en abrir y beber un poco de su contenido, mientras miraba al mar con una mirada algo afligida.
—Soy tan... Estúpido.
Luego desvío la mirada a Wyvern que seguía mirándolo de la misma forma.
—¿Que?
Las armaduras tenían vida por si solas, y la suya tenia un gran vínculo junto a el.
—si, tal vez, ¿como me aseguro que no me odie por el resto de su existencia?
Luego de meditarlo por su cuenta dió con la solución.
—Supongo que tienes razón.
Volvió a portar su armadura, volviendo al mismo lugar luego de algunas horas, ya era pasada la media noche.
Al dar en la ventana vio dormido al peliazul quien sostenía una botella en su mano, con cuidado se la quitó y recogió el resto que habían allí en el suelo, las devolvió a la mujer de la recepción y volvió a la habitación,dónde se sentó en una silla al lado de la cama donde Kanon dormía de nuevo, el día que le esperaba con la resaca iba a estar fea.
Estuvo a su lado durante toda la noche, y al ver que amanecería pronto se fue, así hizo durante el resto de tiempo el que el griego se quedaría.
Por supuesto a kanon se le extrañó no volver a verle, luego de la discusión, se arrepintió de lo que le había dicho, aún seguía con la creencia de que los espectros no tenían sentimientos.
—lo siento, Radamanthys.
El wyvern solía por la noche pasar por una tienda, había conocido a una nueva amiga, si lo podía llamar así.
—Pasas por aquí seguido ¿No?
—Si...
Hubo un leve silencio, el rubio sacó una moneda de oro y se la dió como paga.
—es oro puro, quédate con el cambio.
La mujer un poco incrédula le dió lo que estaba comprando en una bolsa para luego que de fuera.
Cruzaba a menudo comprando algo de comida para si mismo aunque no lo necesitar al ser un inmortal.
Aunque la chica le preguntaba por su pareja al verlobcon una sonrisa tonta despues de recordar alguna cosa, no dudaba en responder con algo sencillo.
—Kanon me buscará cuando esté listo, confío en eso.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro