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Capitulo 10: en otra vida.

-Lord Hypnos, por favor, hay que detener está locura, o toda la tierra será destruida.

Radamanthys estaba en los aposentos del Dios del sueño, quien con su armadura se preparaba para acompañar a su hermano para destruir la cubierta que no les permitía subir al Olimpo y no dejaba que el curso del eclipse continuará.

-Es una gran oportunidad de derrocar a athena de su reino terrenal y a Zeus de los cielos.

-¿No entienden que todo se acabará cuando Poseidón inunde el mundo con el mar?, ¿con que se van a divertir cuando los humanos se extingan?

Con una postura seria el de cabellos dorados lo volteo a mirar.

-¿Que propones?

-Selle bajo su poder a Hades y a Poseidón.

-¿Estas loco?

-O al menos a Poseidón, es lo único que pido.

-¿Te crees en poder de pedirme semejante cosa?, ¿acaso se te subió a la cabeza el hecho que tú armadura alguna vez tuvo la sangre de Lord Hades y se convirtió en la Sapuri ancestral?

-Estamos hablando de la destrucción del mundo, no de mi, por favor... Esto no significaría solo la destrucción del mundo humano, si no también del Inframundo, la Atlántida y El Olimpo.

Aún de sus esfuerzos en vano por convencer a uno de los dioses gemelos tenía que lograr algo de todo aquello, no podía permitir que Kanon se sacrificara por la paz total entre los dioses.

Aún con la culpa encima de sus hombros no quería pensar en que sería la última vez que se verían en vida.

Luego de escuchar un suspiro resignado del Dios lo miró con atención.

-Para lograr sellarlos bajo el mundo de los sueños tengo que estar muy... Cerca de ellos, con Hades no habrá problema pero con Poseidón será más dificil.

-Yo me encargaré de mantenerlo quieto, junto a Kanon.

Con un asentimiento hizo que cambiara un poco el semblante del rubio, se conformaba con tener la ayuda de uno de los de su bando.

Ahora solo tenían que dar con el Emperador de los mares.

Era sencillo, su reino se elevó a la superficie, dejando a la Atlántida a simple vista.

Solo debía pensar en un plan para mantenerlo quieto mientras Hypnos lo encerraba en el mundo de los sueños, dónde dormirían eternamente, hasta que el decidiera dejarlos libres.

Hizo una reverencia para luego irse, al volver a la cabaña vio como ya no había nadie, solo estaba Kanon, y se le veía algo... Mal.

-¿Kanon?

-Tuvieron que irse ...

-¿Tus compañeros?

Se acercó a el, poniendo ambas manos en sus hombros.

-Los vinieron a buscar... Yo los envié a otro lado para que su cosmos no fuera reconocido aqui cerca.

-¿Quienes?

El peliazul se relajó, tomando un poco de aire para continuar.

-Los demás... Caballeros dorados, ví a mi hermano, le dieron órdenes de matarnos.

Volteo a mirar al Wyvern, para luego abrazarlo con algo de fuerza, no se sentía con miedo, la preocupación que tenía por todo lo que había causado lo tenía alterado.

-No me vieron, pero seguramente siguieron algún rastro de mi cosmos o del tuyo.

-agh...~

Que mal le caía pensar que eran manipulados para que hicieran lo que esa mujer quisiera.

Pero... Tenían la muerte cerca de ellos, persiguiendolos.

-Kanon...

El nombrado le miró, para escuchar lo que le diría.

-Tenemos que buscar a Poseidón.

-¿A Poseidón?

-Encontré una forma de detener esto, con ayuda de Hypnos, el dios del sueño.

-no jodas.

-Así es, tenemos que hallarlo, y someterlo para que el lo encierre en su mundo de los sueños.

-Bien... Si eso expia mi pecado de jugar a ser dios por segunda vez, lo haré, aunque no sea sencillo por qué sabrá lo que haremos.

-Solo será retenerlo lo suficiente como para que caiga ante la invocación de pesadilla.

-¿Cuando lo haremos?

-Primero hay que hacer un plan para emboscarlo y que Hypnos aparezca.

Ambos asintieron con la cabeza, luego estuvieron un rato en la habitación meditando sobre el plan, estuvieron algunas horas allí adentro, mientras la lluvia caía como cascadas desde los cielos.

Se mantuvieron ocultos durante varios días, para que ningún santo de Athena fuera a buscarlos de nuevo, no querían más problemas, estaban lidiando ya con el más pesado y que era muy complicado.

Finalmente llegó aquel día, luego de tomar rumbo hacia donde se encontraba la Atlántida tenían que ir directamente hacia el pilar principal, sin antes derrumbar los otros 5 pilares de cada mar al que corresponderían.

Radamanthys se encargó de ello sin mucho problema, pero aún faltaba el que custodiaba Sorrento de Sirena.

-Sorrento...

-Ya me preguntaba cuándo te ibas a retractar de tu idiotez.

-Dejanos destruir ese último pilar.

-Olvidenlo.

-Sorrento, no seas oídos sordos, no podemos permitir que la tierra sea destruida por completo con una guerra entre los dioses.

-Eso debiste pensarlo cuando rompiste el sello del tridente y del cántaro.

-Lo mataré ...

-Radamanthys no... Espera, déjame hablar con el.

Luego de hacerlo retroceder fue hacia el de cabellos lilas, quien lo miraba molesto y no dudaría en atacarlo con su melodía.

-Sorrento... Perdóname por esto.

Un triángulo dorado apareció para arrastrar a siren hacia una dimensión olvidada, el cual no logró agarrarse y evitar su exilió.

-Crei que hablaras con el...

-No Tenemos tiempo, destruye el pilar.

El rubio asintió, quien como un torpedo cubierto de las alas de su armadura se estrelló con una fuerza descomunal contra el pilar que se rompió como si nada.

-Listo... Vamos, Hypnos ya nos debe de estar esperando en el templo de Poseidón.

El Wyvern asintió para luego volver a su lado, sin antes tomarle de la mano, comenzando a correr para ir hacia su destino final, dónde detendrían toda la locura que el ex caballero de géminis había causado.

Si lograban hacerlo, podrían vivir tranquilos, y pensar más allá a futuro de lo que pensaban ahora.

Eso era lo que Radamanthys deseaba, lo que jamás había visto.

Luego de un largo camino llegaron, estaban preparados para reparar sus errores.

-¿Listo?

-Solo... No te mueras, ¿Si?

-¿Por quien me tomas?, Hierba mala nunca muere.

Kanon sonrió de forma burlona, para luego ambos adentrarse en aquel oscuro templo del Emperador de los mares: Poseidón.

-Veo que tengo visitantes... Mejor dicho, ratas que vienen a interrumpir en mis aposentos.

Con una mirada seria y una expresión tranquila se levantó de su trono, previendo un ataque directo, el cual detuvo con su tridente.

El Wyvern había intentado un ataque directo sin mucha estrategia para distraerlo y que Kanon pudiera darle la señal al dios del sueño para que hiciera su magia.

-Un espectro... No eres cualquier espectro, ¿eres el que acompañaba a Kanon aquel día no?, Radamanthys de Wyvern, uno de los tres jueces del Inframundo.

-Oh vaya me conoces demasiado bien...

-¿Donde está el por cierto?, acaso intentan...

habia estrellado al peliazul contra la pared con su cosmos, al parecer intentaba acercarse para algo.

-luego de que querían una guerra entre nosotros... ¿Ahora vienen a detenerme?

-Kanon...

-Estoy bien, agh...~

Ambos invasores miraron al dios de los mares quien seguía con una postura seria y algo molesta por la impertinencia.

-Ademas... Creí que tú, Kanon de Dragón Marino, estabas muerto.

-Pues estoy vivo y coleando, tus juegos no te sirvieron.

Volvió a intentar acercarse junto a el rubio de ojos ámbar pero está vez con otra ola del poderoso cosmos de Poseidón fueron repelidos.

La Sapuri de Wyvern comenzaba a sufrir daños con aquel terrorífico cosmos.

Ni hablar del ex caballero de géminis que había tomado prestada a la fuerza la escama de dragón Marino.

Su antigua armadura.

-Lo que sea que intenten es inútil, sufran las consecuencias de sus errores.

Hizo chocar su tridente contra el suelo retumbando los mares, comenzaría la destrucción total de la humanidad.

-agh...~

-Kanon... Agh~

-"Intenta retenerlo, yo lo atacaré para que se centre en mi... El solo quiere acabar conmigo será más fácil que tú lo sometas para que Hypnos lo encierre."

Le dijo por telequinesis, a lo cual ambos asintieron, luego se levantaron de nuevo.

-¿ahora que piensan hacer en mi contra?

-¡Poseidón!, ¿yo sé que te mueres por matarme, así que por qué no lo haces ahora?

Detrás del ex caballero de géminis venía el Dios del sueño con una mirada tranquila, que luego se tornó sería al verse no tan cerca de el Emperador de los mares, y ver que aún no lo habían sometido para el encargarse.

-Uno de los consejeros de Hades... ¿Qué vienes a ayudar tu también a estos pobres idiotas?

Con molestia fue a lanzarle su tridente al de cabellos dorados quien cerró los ojos, pero Radamanthys lo detuvo haciéndole una llave en el cuello.

-¡Fuera de mi vista!

Volvió a repelerlo de su lado está vez con más fuerza, destrozando parte de su armadura e hiriendolo gravemente.

-¡Radamanthys!

-¡Pagaran sus pecados, Insolentes!

Esta vez logró lanzar su arma hacia Hypnos quien iba a detener el impacto pero Kanon se atravesó para que no le hiriera, pues las armas de los dioses podían matar a otros sin ningún problema.

Sabía que el Dios del sueño no era un dios de alto rango como Hades o como uno de los olímpicos, por lo tanto si le daba estarían acabados.

Hypnos se sorprendió por aquel acto, era completamente estúpido, pero valiente a su vez, hasta el dudaba de lograr detener el impacto del arma contra el.

Si moría el mundo de los sueños desaparecería, dejando libre a Hades quién se enfureceria con su impertinencia y traición.

- Géminis Kanon... Eres un idiota, pero conciente de tus errores e intentaste solucionarlos.

Apenas logró levantar un poco la mirada el rubio de ojos ámbar quién se llevó la escena de ver cómo el tridente de Poseidón había herido de muerte a Kanon, clavándose en su pecho.

Aquello lo molesto tanto que sin importar sus heridas volvió a someter al Dios que se había atrevido a hacerle tal daño, con sentimientos humanos y lágrimas en sus ojos le hizo una herida en el cuello al recipiente del emperador, a Julián.

-¡Tu, Maldito infeliz!, ¡Tu muerte no será suficiente como para pagar el daño que has hecho!

Aún con el intento que quitárselo de encima no fue capaz, dándole el suficiente tiempo como para que Hypnos se acercara y lo metiera bajo su pesadilla, extrayendo su alma y encerrandola en una burbuja la cual fue confinada en el mundo de los sueños.

-Radamanthys...~

No solo fue suficiente destruir a Julián, al magnate pesquero que se había dado como recipiente de un mounstro, se había quedado con las ganas de matar a aquel dios egocéntrico que se había atrevido a siquiera herir a la persona que amaba como si de un castigo divino se tratara, pero ahora...

-No te preocupes por Kanon, el estará bien, solo que necesitará un tiempo para recuperarse.

El Wyvern lo miró, sintiendo remordimiento en cada lugar de su ser.

-¿Que...?

-Lo único que puedo decir de esto es que no estoy con ninguno de los dos bandos, ni con el cielo o la tierra, solo vine a arreglar el desastre que un miserable humano causó.

-¿como te atreves...?

-pero eso no significa que por detener lo que pudiera haber Sido mi muerte y el fin del plan de detener está guerra que se daría lo dejaría morir.

Radamanthys no lo comprendió, ¿A qué se debía lo que hablaba?

¿Estaba diciendo que Kanon no estaba muerto?

Cuando lo miró con más atención vio que en la palma de su mano tenía la alma del peliazul.

-la escencia de una persona siempre está en su alma, no importa que tipo de apariencia tenga, Radamanthys de Wyvern, creo que esto... Te pertenece.

Se acercó para recibir aquella pequeña esfera de las manos del dios del sueño, tan frágil como una flor pero a su vez tan fuerte como un árbol.

-Si quieres tenerlo de vuelta búscale un cuerpo, solo no esperes que de un día para el otro te reconozca.

-G~Gracias...

-Deberia agradecerle yo a él por detener la lanza.

El de cabellos dorados desapareció de la vista del Wyvern, luego todo el lugar comenzó a desmoronarse y volver al fondo del mar, a lo cual solo decidió quedarse ahí junto al cuerpo de su amado, que luego de quitarle el tridente toda la armadura de dragón Marino se rompió en mil pedazos.

-Kanon...

"En otra vida será"






Continuará...

[¡Hola!, Gracias a todos por leer esta historia, de ahora en adelante ya no podré subir un capítulo al día, pero me alegro haber podido subir los ocho capitulos aquí en Wattpad y no en Word que fue de dónde salieron los primeros dos, espero que esta obra haya Sido de su agrado, continuaré con ella pero no con la misma regularidad que la de los días anteriores, se le agradecen mucho los comentarios, hacen que me inspire a continuar escribiendo, al igual que sus votaciones, vamos de tercer puesto en el ranking de RadaKanon, ni yo creía eso posible, eso es todo, ¡muchas gracias a todos!]

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