VI
Las pequeñas luces del sol habían llegado, eras las 6 de la mañana y Zzio despertó a Tadeo para llevarlo a su escuela. Preparó un bento, uno adorable porque el pequeño amaba ver cosas lindas.
El desayuno era simple, un pan tostado con mermelada y un té en bolsa. Tadeo hablaba alegremente sobre su héroe favorito y esperaba con ansias que su hermana lo llevara a la academia para ver a Present Mic.
Corría gozaba de alegría, su hermana prometió llevarlo al día siguiente ya que ese día ella debía patrullar en plan de práctica con Todoroki y un héroe que reemplazaría a Endeavor ese día, ya que tenía algo realmente importante que hacer ese día.
Zzio amaba su traje de héroe, era simple como cualquier otro. Pero tenía las letras Ta y Ta en cada pierna, porque Tadeo la ayudó a diseñarlo, como firma puso su apodo, le parecía lindo que su hermana lo llevara a todos lados incluso cuando batallara, porque Ta-Ta era su amuleto de buena suerte.
Tadeo esperaba con ansias poder manifestar una particularidad y su sueño era tener una como VOICE o HELL FLAME.
En el jardín, comenzó a jugar con sus pequeños amigos, hasta que al chocar sus palmas liberó un sonido desastroso. Juraba, emocionado, que era su particularidad. Corrió hasta su tutora, hablando felizmente sobre su nuevo descubrimiento.
Aplaudió liberando ondas sonoras que por poco y quebraron un cristal de las ventanas. Uno de sus sueños se cumplió, era similar al de Present Mic pero a base de chocar sus palmas.
Quería que llegara el final del día, para mostrarle a su hermana que tenía por fin una particularidad, así podría protegerla y darle una buena vida, tal vez podría casarse con Fuyumi ahora que era grande y fuerte —según él—.
Su felicidad se vio interrumpida cuando sus amiguitos comenzaron a llorar y las tutoras se asustaron, él no fue la excepción, lloraba asustado porque habían escuchado como un villano atacaba en la calle donde ellos estaban.
Esperaba bajo una mesa que Zzio llegara a salvarlo, incluso creyó que si aplaudía podría llamar su atención, pero les ordenaron a todos guardar silencio. La escuela tembló y escuchó como algo caía.
Lo último que pasó por su cabeza fue que no le había dicho a Zzio cuanto la amaba ese día.
El aroma a cigarro inundó las fosas nasales de Zzio, miró con desagradó al sujeto que fumaba mientras hablaba por teléfono, siendo desconsiderado con aquellos que lloraban por sus seres queridos. Se levantó, sacudió su ropa —luego de haber estado sentada acariciando la tumba de Ta-ta— se acercó al hombre quien hablaba con fuerza, reía, insultaba y no respetaba a los difuntos.
—Disculpe... señor... ¿podría hablar más despacio? —se veía demacrado, pálido y casi sin vida. La miró con ojos de muerte, como si quisiera asesinarla ahí mismo, reconoció a la joven por las noticias y haberla visto en el mismo funeral de los niños que habían perdido su vida, incluyendo a las jovencitas que daban clases.
—Tú... —dijo hirviendo en cólera—, ¡por tu culpa mi amada prometida está muerta! —gritó con rabia, propinándole un golpe a la adolescente. Cayó al piso adolorida, no esperaba que volviera a ocurrir algo así después de esas semanas que logro obtener paz —hablando de personas que intentaban herirla por la calle—.
Sollozó mientras cubría su estómago y rostro, el hombre la había pateado y golpeado al punto que ya no sentía ningún dolor. Los espectadores, sorprendidos y sin saber qué hacer interfirieron cuando notaron que la joven apenas y podía respirar debido a la gran cantidad de sangre que salía por su pequeña nariz.
Zzio deseó morir, esperaba que él acabara con su vida, pero antes de que llevaran al sujeto detenido escuchó: "No estás muerta, porque tu muerte será un premio comparado al infierno que tendrás en vida, vive y sufre, hija de puta". Sus ojos se cerraron en ese momento, quedando inconsciente.
Lloró, lloró hasta que ya no podía más cuando despertó en una sala de hospital, una mujer estaba a su lado, no la conocía, pero ella la miró con tristeza y compasión.
—Fui testigo en el accidente del Nomu y sé fue no fue culpa tuya. —Zzio no pudo sonreír ante ello, le dolía recordarlo y saber que alguien podía mentirle a la cara diciendo que ella no era culpable de lo ocurrido.
Fuyumi entró, abrazándola con cuidado, disculpándose una y otra vez por dejarla ir sola al cementerio. La mujer se marchó luego de hablar con Fuyumi, le había pedido que hablara con su padre que estaba fuera del hospital, la estaría esperando para entrevistarla.
Los exámenes de Zzio le dieron pésimas noticias para ella, se recuperaría pronto y ese ser indeseable que habitaba dentro de su cuerpo inservible no había sufrido altercados. Le dieron de alta ese mismo día, tenía vendajes y parches por doquier pero dejó de importarle.
Quiso ir a casa, Fuyumi la dejó tranquila, quería estar sola y ella le dio su espacio. Con pocos deseos de hacer algo, se recostó en la cama de Tadeo, tapó su cuerpo por completo y se sintió relajada al percibir el aroma del niño.
Bakugō vaciló, no tocó la puerta pero se quedó por casi una hora en la entrada, haciendo guardia pues creía que alguien podría llegar a hacerle más daño a la joven. Se extrañó al no ver a Shouto, creyó que vendría a verla pero Zzio había llegado con la hermana del chico y Fuyumi salió sola. Katsuki comenzó a atar cabos sueltos.
Desde que Tadeo había fallecido esa pareja que solía ser unida y amorosa comenzó a formar una barrera. No entendía por completo, jamás había salido con alguien en su vida, por lo que tratar de entender una relación le era algo complicado, pero tenía el conocimiento básico como para entender que aquella relación iba de mal en peor.
Si algo tenía claro, era que Zzio no debía estar sola, pero al mismo tiempo, no le gustaba saber que podría ser considerado como la tercera rueda o la segunda opción de alguien. Había escuchado por otros lugares que para Zzio él era el reemplazo de Todoroki.
Katsuki estaba hecho un lío de teorías al respecto, odiaba eso, creyó que se parecía a Todoroki y eso lo repugnaba por completo.
Yaoyorozu colgó el teléfono, había hablado con Jirō sobre el incidente de Zzio, notó que los rumores avanzaban más rápido de lo que podría parecer. Se sintió aliviada cuando supo que estaba en casa descansando, creyó que ella necesitaría espacio, pues tantos acontecimientos negativos en tan poco tiempo destruirían completamente su estabilidad emocional.
Tomó el periódico de la mesa, uno que había estado leyendo su padre. Frunció el ceño y suspiró agotada al ver que luego de tanto aún había gente denunciando a la adolescente Zzio, alegando que no merecía estar en la academia ni era digna de ser aspirante a heroína. Le dolía, porque Zzio para ella era un ser humano angelical, uno que sufría por culpa de personas incompetentes y villanos frustrados con ellos mismos.
Indignada dejó el periódico, camino hasta la oficina de su padre, al cual le rogó que la ayudase a intentar eliminar todo rumor que se esparciera en los periódicos, pues sacarlo de ahí, según Momo, podría ser más fácil que eliminarlo de la televisión. Tenia miedo de que ver tantas denuncias y malas palabras causaran que Zzio cayera en el mal camino, las especulaciones sobre que ella era una villana infiltrada en la academia poco a poco eran más constantes.
Entró al edificio de la academia, atrayendo miradas despectivas y curiosas. Algunos la vieron con tristeza, pues se ponían en sus zapatos y sentían el dolor de perder a su hermano y ser constantemente culpada por ello. Veían desde lejos el constante acoso que recibía, porque para muchos estudiantes que postularon y no lograron entrar al departamento de héroes les parecía injusto y poco ético que un "monstruo" como Zzio estuviera ahí.
Cayó un balde de agua fría en su cabeza, era la típica broma de mal gusto que tenían los japoneses. Ignoró aquello y fue a buscar a Bakugō, era la única persona que quería ver en ese momento.
Lo buscó, pero no lograba contactarlo. Vio a Todoroki Shōto, era su única oportunidad de hablar con él para arreglar sus problemas. Cuando empezó a caminar hacia él, en un impulso de angustia, estrés y desesperación generada con solo ver a su pareja se dio un golpe contra la pared, fue duro ya que de su frente corrió un poco de sangre, antes de darse otro golpe una mano la detuvo. Logró identificarlo como Togata Mirio, uno de los tres grandes, ese que había perdido su particularidad en una misión de rescate.
—¡Detente, por favor! —pidió preocupado, la llevó a la enfermería. Insistiendo en tratar de sacar un tema de conversación y contando anécdotas o chistes sin gracia.
Zzio estaba cómoda con Mirio, la hizo sentir como si no fuese culpable de absolutamente nada y como si su vida valiera algo. Ese mismo sentimiento que Fuyumi, Yaoyorozu y Bakugō le daban, pero totalmente contrario al que Shouto le estaba transmitiendo.
Cerró los ojos, el beso de Recovery Girl le había sanado las demás heridas de paso y tenía sueño. Recostó su cabeza en el hombro del mayor, quien al ver a Tamaki buscarlo le hizo señas para que se uniera a ellos.
No dijeron, ya la conocían por los rumores, pero conocían —gracias a Fatgum— toda la realidad. Tamaki lo había escuchado del héroe cuando patrullaban, —quien lo sabía gracias al símbolo de la paz, Endeavor— un día que estuvieron sin Eijiro Kirishima.
Sintieron compasión, Togata Mirio estaba molesto con aquellos que habían estado haciéndole daño, su cabello estaba húmedo y mal cortado, porque un par de niñas en el baño de la academia lo cortaron sin su consentimiento. Mirio lo sabía, porque Zzio se sintió cómoda y le comentó sobre ello, incluso recordaba haberla visto con su cabello hasta la cintura, ahora estaba sobre sus hombros.
La dejaron dormir, porque creyeron que lo necesitaba, Tamaki compró un postre y algunas galletas para darle a la niña, aparte de unos dulces para Mirio. Hablaron en silencio, buscando alguna solución para calmar el acoso que recibía Zzio —el cual era por parte de un grupo de 10 personas en total de toda la academia, por ello, solo ahora 2 de los 3 grandes lo sabían gracias a una casualidad—.
—Si esto continúa —habló Mirio—, me preocupa que Zzio no pueda aguantarlo por más tiempo. Parece estar llegando a su límite de tolerancia...
—...
Tamaki miró a la joven y sintió ganas de llorar, le rompía el corazón ver a alguien pasar por malos momentos, más aún si eran tan injustificados.
Habían pasado un par de días, la pareja había discutido el día anterior como de costumbre, pero Zzio decidió dejar de pensar en ello porque le parecía completamente innecesarios seguir acumulando estrés. Todoroki parecía ignorarla como se había hecho costumbre para su fortuna, le era menos agotador haberlo entendido. Planeaba romper con él al día siguiente, porque ese día estaba muy cansada y no necesitaba más problemas.
Las náuseas matutinas habían empezado una vez más durante el receso del almuerzo, para su suerte era el más largo y necesitaba relajarse un poco. Trató de aguantar un poco el mareo, pero su cabeza comenzó a dar vueltas mientras sentía que lo poco y nada que había comido volvía pasando a través de su garganta. Momo notó aquello al verla poner su mano en la boca y caminar tambaleándose en dirección al baño.
Tiró de Jirō y esta última de Ashido quien hablaba con ellas alegremente. Notaron el estado de la jovencita y se apresuraron con Yaomomo para llevarla a toda prisa.
Yaoyorozu acariciaba la espalda de Zzio mientras Jirō afirmaba su cabello cuando ella estaba vomitando. Mina buscaba por internet algo que pudieran darle de comer o algún medicamento recomendable para una persona que no podía mantener algo en su estómago por mucho tiempo. Llamó a Kirishima angustiada, pidiéndole que comprara una gelatina de piña o algo suave para darle a su compañera.
Cuando Zzio se detuvo, las jovencitas la acompañaron a la cafetería, donde el grupo de Bakugō estaba esperándola con todo tipo de postres y almuerzos que Yaoyorozu fue a pagar en ese instante. Hizo una mala cara al ver tanta comida junta, pensó que no podría comer y sería un desperdicio por completo.
La veían fijamente esperanzados, Yaoyorozu tomó asiento a su lado y, con un poco de nerviosismo, afirmó su mano.
—Tranquila —dijo—, tómate tu tiempo, pero intenta comer lo que puedas. —Los demás la apoyaron, dándole halagos y apoyo moral. Relamió sus labios y tomó una gelatina, tomó la cucharita y comió un poco, algo avergonzada porque Yaoyorozu aún sostenía su mano.
Después de tanto tiempo, Zzio sintió satisfacción al comer. Devoró todo lo que le daban, haciéndolos sentir realizados, Yaomomo le dio de comer en la boca de vez en cuando y, ahora, el grupo podía comer con alegría.
Estaba feliz, luego de mucho. Quería ir a ver a Tadeo aquél día, pero tenía miedo de ir sola.
Las horas pasaron, el grupo selecto de seres humanos que acosaban a Zzio la llenaron de insultos haciéndola olvidar que ese día había estado tan feliz, su nariz picaba y sus ojos estaban llorosos.
Caminó hasta Todoroki para preguntarle si podía acompañarla, pues ese sería el último día que serían pareja. Fue rechazada, tanto por él como por Bakugō. Yaoyorozu estaba ocupada, pero su corazón y los malos comentarios la hicieron sentir como si ellos realmente odiaran tener que convivir con ella.
El comentario de Monoma llenó el vaso, pero la amable actitud del joven que acababa de conocer la alivió por completo.
Shinsō miró la hora, Zzio había dicho que llegaría en cinco minutos pero ya había pasado más de media hora y, teniendo en cuenta la actitud despectiva de algunos en su contra creyó que algo le habían hecho. Se sintió nervioso al hablarle a Aretha y que ella le dijese que cuidase de Zzio, porque ella creía que era una persona frágil que necesitaba cuidados.
La buscó en los baños, llamándola desde la puerta, siguió por la enfermería y preguntó a algunos sobre el paradero de su amiga.
TetsuTetsu le dijo: "Fue al salón, podrías buscarla ahí". Caminó entre los pasillos hasta llegar al salón, se sintió algo angustiado y con una presión en el pecho. No entendía pero significaba que algo malo podría haberle ocurrido. Entró como si se tratara de su propio salón. Las curiosas miradas cayeron sobre él y preguntó—: ¿Vieron a Zzio?
Todoroki Shouto salió, cerrando la puerta con brusquedad no sin antes chocar su hombro con fuerza. Bakugō explotó al escucharlo.
—¿Es una maldita broma? —preguntó con rabia.
Él no entendía nada, por lo que se dirigió a Kaminari Denki, quien esperaba que lo ayudaran a hablar.
—Ella dijo que volvería en cinco minutos, ¿por qué tardan tanto en responder?
—Shinsō —habló Kaminari—, Zzio se... suicidó hace 3 semanas. —Hitoshi tomó asiento sobre la mesa de Kaminari negando con la cabeza.
—Eso es imposible, nos hemos visto en la azotea desde hace 3 semanas.
—Ese día ella había comido bien, estaba feliz pero ninguno fue con ella a ver a Ta-Ta... —sollozó Yaomomo, sintiéndose culpable por el desenlace—, s-si hubiera pospuesto... si la hubiera acompañado... ella estaría con nosotros aún. —Jirō abrazó a su amiga, Shinsō no quería preguntar, pero lo hizo por impulso.
—¿Cómo?
—Se tiró a las vías del tren. —Bakugō habló—, ella odiaba estar sola, pero el último día, al final la dejamos sola.
Todoroki estaba viendo por internet el discurso de su padre frente a la televisión nacional. Se sintió una mierda en ese momento, porque culpó a su difunta novia de algo que jamás fue su culpa.
«"El día xx de xx, un Nomu atacó en las calles. En ese lugar había un jardín infantil donde la cantidad exacta de 20 niños de entre 2 y 5 años junto a 3 tutoras de entre 20 y 30 años perdieron la vida gracias al mal servicio se 4 héroes.
El líder de ellos fue víctima por accidente de la particularidad de la aspirante a heroína Soul debido a haberse cruzado entre ella y el Nomu. La particularidad de la estudiante consistía en abrir portales de almas usándolo a su vez para almacenar objetos o personas durante una cantidad corta de tiempo.
El hermano menor de la joven Zzio estudiaba ahí, Tadeo de 4 años de edad quien también fue víctima del ataque del Nomu. Los héroes que ven a mis costados son aquellos que participaron en la misión de derrotar a ese nomu, pero, gracias a grabaciones que quedaron guardadas y pasaron a mis manos, podemos revelar las mentiras de estos hombres.
Un héroe debe tener la capacidad de pensar en rápido y tener más de un plan en marcha, Zzio se tropezó debido a que ellos mismos lanzaron una piedra a sus pies, Zzio fue acusada de intervenir en la operación y arruinarla. Pero, como lograrán ver en las grabaciones, fue quien estuvo haciendo el trabajo de unos villanos disfrazados de héroes, quienes no tuvieron nada mejor que hacer, que burlarse de ella mientras la joven ponía su vida en riesgo para salvarle los traseros a todos los que vivían ahí, incluyendo a su hermano y estos héroes, quienes quedarán destituidos de sus cargos y llevados a prisión, por haberle arruinando la vida a unos niños por su incompetencia y haber asesinado a 24 personas en total, pues cabe recalcar, que gracias a ellos, la joven Zzio terminó con su propia vida hace ya más de 3 semanas. Estos hombres jamás fueron ni serán héroes"». Concluyó Endeavor, bajando del escenario. Nadenka corrió hasta él, para darle apoyo moral, pues sabía lo importante que eran ellos para su familia.
El menor de los Todoroki quería morir en ese momento, se sentía culpable por haberla despreciado y haberle dado malos tratos cuando ella solo necesitaba a alguien que le diera apoyo. Se maldecía asimismo porque desde que ella falleció, solo una vez pudo sentir que ella estaba cerca de él. Odiaba que tanto Yaoyorozu como Bakugou pudieran verla, odiaba que fuera amiga de Shinsou incluso cuando ella ya no existía, odiaba tanto que poco a poco comenzaba a olvidar lo que sentía.
Extra:
Zzio estaba yendo a la estación de trenes, no quería ir pronto a casa por lo que esperó el último de esa noche. Frente a ella la silueta de su hermano se presentó, creyó que la estaba llamando pero era lo contrario, quería que su hermana se alejara porque sabía lo que ocurriría.
Zzio caminó con lentitud sin escuchar a su alrededor, las otras personas trataron de detenerla cuando vieron que el tren llegaba a toda velocidad, no sintió nada. Porque no estaba pensando en ese momento, aún así, ella fue lo último que apareció en su cabeza. Escuchó su nombre, era la voz de Endeavor pero no lograba verlo, quería decirle que Tadeo lo consideraba un padre porque no lo había visto desde hacía un par de semanas.
Creyó que había subido al tren, pero sentía como si hubiera dormido mucho. Zzio no lo sabía, pero desde ese momento no ella ya no respiraba.
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