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Capítulo 14

¡ADVERTENCIA!

(¡ESTE CAPÍTULO PUEDE CONTENER ESCENAS NO APTAS PARA TODO PÚBLICO, HABRÁ CONTENIDO SEXUAL, ASÍ QUE PARA AQUELLOS QUE NO TOLEREN ESTE TIPO DE LECTURAS FAVOR DE SALTARSE ESTA PARTE!)


-Las estrellas son hermosas...- Chuuya estiró su mano hasta que las puntas de sus dedos chocaron con el vidrio de la ventana que se interponía entre él y el exterior.

-Yo sé de otra cosa que es más hermosa que las estrellas.- Dazai también estiró su mano y la entrelazó con la de su pareja. 

-¿Ah sí?- Chuuya observó a Dazai a través de su reflejo en el ventanal. -¿Y qué podría ser más hermoso que las estrellas?-

El castaño esbozó una sonrisa e hizo que Chuuya girase para que quedaran frente a frente.

-Tus ojos...- Dazai pasó su otra mano por la mejilla de Chuuya. -Tus labios...- Con la punta de los dedos Dazai rozó los labios de su pareja. -Tu cuerpo... Tú forma de ser...- Lentamente Dazai acercó su rostro al de Chuuya hasta que pudo sentir la respiración de este sobre sus labios. -Tú.-

Chuuya se sonrojó un poco ante las palabras de su esposo y de forma cariñosa y lenta unió sus labios con los de Dazai para dar inicio a un beso rítmico y tranquilo.

Poco a poco las manos de Dazai comenzaron a deslizar los guantes de Chuuya hasta que estos cayeron sobre los azulejos del piso del hotel en el que se encontraban.

Las manos hábiles del pelinaranja no se quedaron atrás y con movimientos diestros se dehicieron del saco y el chaleco color perla de Dazai.

Cuando ambos se separaron para tomar un poco de aire sus miradas se cruzaron lo suficiente como para que ambos se percataron de que todo apenas acababa de comenzar.

-Sabes que después de estoy soy hombre muerto, ¿Verdad?- Preguntó divertido Dazai.

-Yo que tú no me preocuparía demasiado.- Respondió Chuuya a la par que pasaba sus manos por detrás del cuello de su esposo y comenzaba a juguetear con los mechones de este. -Tienes más vidas que un gato después de todo, si fuera tan fácil matarte ya lo habría hecho hace mucho.-

-No serías capaz.- Dijo Dazai mientras movía la cabeza permitiendo que los dedos de Chuuya se entrelazacen con su pelo. 

Chuuya sonrió ante las palabras de Dazai y con una sonrisa de superioridad en el rostro respondió en tono retador.

-Pruébame.-

Dazai volvió a besar a su esposo, esta vez con mayor intensidad, lo que antes había sido una pieza lenta y suave ahora está una melodía feroz y apasionada que rugía a gritos ser tocada.

El beso simplemente logró liberar esa melodía del cuerpo de sus portadores dando comienzo a una danza de pasión descontrolada.

Consiente de lo que tenía que hacer, Dazai fue quitando una a una las prendas de su pareja con toda la calma y tranquilidad del mundo. Cuando el saco y la camisa de Chuuya cayeron Dazai repartió pequeños y fugaces besos sobre la piel del hombro de su  correo haciéndolo soltar leves gemidos. Chuuya tampoco se quedó atrás y comenzó a recorrer deseoso el cuerpo de Dazai por encima de las vendas.

-Malditos vendajes...- Protestó el pelinaranja. -No me permiten sentirte por completo.-

Dazai rio un poco y luego de forma sensual y juguetona susurró al oído de su esposo.

-Entonces, ¿Por qué no te dezases de ellos?-

-Eso es lo que pensaba hacer.-

-Pues adelante petit... Puedes tomarte tu tiempo, realmente no tengo prisa alguna por precipitar esto.- Susurró Dazai con tono lento, realmente él pensaba que tenían todo el tiempo del mundo.

Ante las palabras de Dazai, Chuuya comenzó a desenredar las vendas de algodón que envolvían todo el cuerpo del castaño. Mientras él hacía esto Dazai repartía besos juguetones por todo su pecho y cuello.

Después de una danza de movimientos y caricias ambos se encontraban tendidos sobre la cama totalmente expuestos piel con piel. 

Dazai besaba cada parte del cuerpo de su pareja, primero comenzó por la frente, párpados, nariz, mejillas, boca, cuello... 

Un ligero gemido salió de los labios de Chuuya indicándole al castaño que estaba llendo por buen camino, así que siguió trazando su sendero de besos.

Hombros, brazos, manos, dedos...

-Chuuya, ¿Te he dicho ya que tienes las manos más delicadas y hermosas que he visto? No entiendo porque insistes en cubrirlas con esos horribles guantes.-

-Cállate Dazai.- Chuuya quería de todo en ese momento menos hablar. - Solo calla y continúa...-

-Oh mon amour.- Dazai tomó una de las manos de su pareja y volvió a depositar un beso en la palma. -Pero que pervertido eres...-

-Dazai...-

El castaño sonrió y dejó de poner objeciones para seguir adelante con lo que estaba haciendo.

Poco a poco la cadena de besos fue descendiendo hasta llegar a los muslos de Chuuya. 

Fue allí cuando la cosa comenzó a aumentar de intensidad. El pelinaranja adoraba los besos pero necesitaba más, necesitaba sentir que no solo él estaba disfrutando del momento sino que también lo hacía su compañero.

Invirtiendo los roles Chuuya logró hacer que Dazai fuera esta vez quien se encontrase debajo y con la misma paciencia que el castaño comenzó a besar todas las cicatrices expuestas sobre la piel pálida de su esposo.

-Chuuya.... Tus labios van a volverme loco.-

En respuesta Chuuya mordió suavemente el cuello de su pareja haciéndolo soltar un gemido.

-¡Chuuya!- Dazai tomó por las caderas a su esposo, adoraba sentir las curvas de estas y la suavidad de la piel en esa zona. -Ya es hora...-

Chuuya se sonrojó aún más pero comprendiendo a su pareja se posicionó sobre él y de un solo movimiento hizo que ambos cuerpos quedaran unidos por algo más que simples besos.

Ambos gimieron al momento que sus cuerpos encajaron como piezas de rompecabezas, sus respiraciones se releentizaron por unos segundos y Dazai esperó paciente a que el cuerpo de Chuuya se adaptase al suyo, aunque no era la primera vez, sabía que dolía y que tomaba un tiempo para que ese dolor disminuyese siendo reemplazado por placer.

La señal de que podía seguir fue un pequeño movimiento de cadera de Chuuya quién se mordía el labio intentando no gemir, cosa que le fue imposible después de unos minutos.

Los movimientos empezaron siendo tranquilos, Dazai no quería hacer algo que lastimace a su pareja por lo cual primero tenía que ir despacio para que esté se adaptara. No pasó mucho para que Chuuya reclamase más y así los movimientos comenzaron a tornarse más veloces y profundos.

-Dazai....- Chuuya gemía el nombre de su esposo mientras se aferraba a las sábanas de la cama, con cada diferente posición sentía que poco a poco se comenzaba a acercar al límite. -Dazai...-

El castaño por su parte estaba casi igual que su pareja, tenía el cabello alborotado y las mejillas sonrojadas, si seguía así, escuchando a Chuuya gemir cada cinco segundos su nombre y pidiendo más, acabaría dentro de muy poco.

Conforme ambos se fueron acercando al clímax todo se hizo más profundo y apasionado. Chuuya soltaba feromonas al igual que Dazai, y la habitación no era más que un ambiente lleno de ruidos y gemidos por parte de la recién casada pareja.

-Chuuya... Yo voy a.... Voy...-

-Lo sé... Yo igual...-

Finalmente todo terminó, ambos sintieron un último atisbo de placer antes de caer rendidos.

-¡Dazai!- El último gemido abandonó los labios de Chuuya indicando que todo había acabado.

Después de eso ambos se miraron sonrientes y compartieron un beso antes de recostarse juntos y rodearse en un abrazo que dejaba en claro todo el amor que sentían el uno por el otro.










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