Capítulo 11
*El día en el que Dazai dejó la Port Mafia
Edad de Chuuya y Dazai: 18 años
Dazai ingresó a la casa que ahora compartía con su compañero, entró y observó todo por última vez, sabía que no debía dejarlo pero... No quería ver la tristeza en los ojos de su pareja cuando le dijera que ya no estarían juntos todos los días, no quería ver la expresión de Chuuya cuando le dijera que todo había acabado para él... Que de una vez por todas pensaba dejar la Port Mafia.
Unas lágrimas silenciosas rodaron por las mejillas del castaño hasta caer sobre el suelo. El destino era cruel, hacía que las cosas que amaba se perdieran poco a poco alargando su vida de sufrimiento y miseria, hoy no tenía pensado perder nada y sin embargo había perdido a una de las personas más importantes de su vida y estaba por perder a la segunda.
Con paso tranquilo y silencioso Dazai entró al dormitorio donde Chuuya ya hacía profundamente dormido, era obvio que había intentado esperarlo despierto pero finalmente el cansancio lo había vencido sumiéndolo en un largo y placido sueño.
Dazai esbozó una sonrisa al contemplar a su pareja, con cuidado de no despertarlo lo tapó con la sábana y depositó un beso sobre su cabeza, ante esta acción Chuuya se removió entre sueños aún sin llegar a despertarse. El castaño sonrió tristemente ante la escena y antes de marcharse susurró unas palabras al oído de su compañero.
-Te amo Chuuya... Perdóname, al final de cuentas la corazonada de Anne-San no estuvo en lo correcto, lamento herirte... Yo... Te amo mi vida, cuídate... Lindos sueños.-
[...]
A la mañana siguiente Chuuya despertó solo en aquella habitación donde siempre había estado acompañado, despertó y lo primero con lo que se topó fue con el abrigo de su pareja y una carta, al leerla su corazón se hizo mil pedazos, sin poder evitarlo se abrazó a si mismo intentando contener el dolor que sentía y gritó...
Gritó tan fuerte que su garganta comenzó a doler, gritó tan fuerte que Dazai llegó a escucharlo a tan solo unas cuadras de allí, gritó... Chuuya gritó por todo, por lo que había perdido y por lo que sentía... Gritó hasta que no pudo más y lo único que salieron de sus ojos fueron lágrimas.
Desde ese momento y durante los siguientes tres días Chuuya buscó desesperadamente a su pareja, lo buscó con la esperanza de encontrarlo, lo buscó hasta que el destino se apiadó de él y los hizo unirse de nuevo en aquel bar que tanto frecuentaba el castaño.
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