Capítulo 09
-Chuuyaaa... Estoy en casa.- Dazai empujó la puerta de la entrada e ingresó al apartamento que ahora compartían ambos. -¿Chuuya?-
El castaño no obtuvo respuesta lo cual le indicó que su pareja ya no estaba descansando como le habían recetado y en vez de eso se encontraba haciendo alguna labor en el lugar. Dejó las bolsas de la despensa en la entrada y recorrió el lugar en busca de Chuuya, sin embargo el olor a mariscos que salía de la cocina le facilitó el trabajo revelando la ubicación del pelinaranja.
Con cuidado de no hacer ruido Dazai entró a la cocina y se acercó a Chuuya quién revolvía un guiso en la estufa, al ver lo que estaba cocinando Dazai explotó de felicidad y no pudo contenerse de rodear la cintura de su pareja con sus brazos sobresaltándolo.
-Oh petit... ¿Hiciste cangrejo?-
Chuuya sonrió, giró un poco la cabeza y depositó un beso en la mejilla del castaño.
-Sé que a alguien le gusta demasiado y decidí prepararlo.-
-Joder... No sabes cuanto te amo.-
-Puedo hacerme una idea.- Chuuya hizo uso de su poder para sacar unos platos de la alacena y luego llenarlos de sopa, así mismo acomodó la mesa en cuestión de segundos antes de girar para ver de frente a Dazai y sonreírle. -La comida está lista.-
Ambos se sentaron a la mesa y tuvieron una alegre conversación sobre el trabajo de Dazai en la Port Mafia y sobre otros temas como por ejemplo...
-Se supone que aún debes de estar descansando amor mío.- Dijo Dazai una vez que hubo acabado de masticar.
-Ya me tiene harto esto de descansar.- Se quejó Chuuya. -Llevo un mes así desde que salí del hospital y aún no puedo trabajar... Es injusto.
-Yo conozco a mucha gente que daría lo que fuese por tener las vacaciones que tú estás gozando.-
-No son vacaciones, es una tortura.-
Dazai rio, hasta cierto punto la forma de pensar de Chuuya era algo divertida.
-Y bien petit...-
-No me digas así.-
Como siempre Dazai ignoró a su pareja y siguió hablando a la par que alzaba su plato ya vacío.
-¿No hay más?-
-Dazai...- Chuuya se sobó la frente. -Ya te acabaste toda la olla, ¿aún quieres más?-
-Sí.-
-Realmente por como comes me sorprende que estés tan delgado.-
-No sé si tomármelo como alago o como insulto.- Dijo Dazai aún con su plato en el aire.
-Tómalo como quieras.- Chuuya bebió un sorbo de su copa de vino. -Y ya deja de hacer esa carita de perro rogón, ya no hay más, o bueno si hay pero es para la cena...-
-Chuuuyaaa....-
-No, luego te cae pesado y pones eso de excusa para no trabajar.-
-Chuuuyaaaaa...-
-Que no.-
-Pero Chuuuyaaaaa....-
-Tsk, pareces un bebé malcriado ¿sabías?-
-Chuuyaaaa...-
El pelinaranja iba a responder con otra negativa cuando unos golpes en la puerta le impidieron hablar y pusieron fin definitivo a los pucheros de Dazai.
-¿Invitaste a alguien?- Preguntó Chuuya consiente de que su pareja luego traía a sus amigos a pasar el rato.
-No.- Dazai se puso de pie. -¿Quizá en Anne-San?-
Chuuya negó con la cabeza.
-Si fuera ella me hubiese llamado avisando que vendría.-
-¿Entonces?- Dazai se apresuró a recoger los platos y llevarlos a fregadero.
-No tengo ni idea.- Chuuya permaneció en su lugar sin intenciones de levantarse.
Nuevamente los golpes en la puerta resonaron.
-Bueno, voy a abrir.- Dazai caminó hasta la entrada y una vez allí abrió quedándose quieto al contemplar a la persona que solicitaba acceso para entrar.
-Dazai.-
-Tachichara.-
-¿Qué haces aquí?-
-Podría preguntarte lo mismo.- Dazai se cruzó de brazos, realmente había esperado encontrarse a todos menos a aquel tipo.
-Vengo a hablar con Chuuya.-
-¿Ah sí? ¿De qué?- El buen humor de Dazai se había esfumado completamente, desde que se había mudado con Chuuya su alfa interior se había vuelto más posesivo aunque no quisiera admitirlo, y sumándole a eso que el celo de su Chuuya había sido hacía poco y sus feromonas aún estaban libres por el departamento lo hacía peor, ya que el hecho de que otro alfa ingresara y oliera la esencia de su pareja no le agradaba para nada.
-Creo que no te incumbe.- Respondió Tachichara quién tampoco estaba de un buen humor que digamos.
-Me incumbe más de lo que quisieras.-
-¿Dazai, amor?- La voz de Chuuya se escuchó detrás del castaño haciendo que los ojos de Tachichara se iluminaran. -¿Quién es?- Chuuya llegó hasta el umbral de la entrada y rodeó a Dazai por la cintura hasta que se percató del joven parado frente a ellos.
-Chuuya...- Tachichara estaba intentando controlarse ante el hecho de que Chuuya hubiese abrazado a Dazai.
-Tú...- Chuuya hizo una mueca. -¿Qué quieres?-
-Yo...- Tachichara mostró el ramo de rosas rojas que traía detrás de su espalda. -Quería disculparme... Por todo... Sé que no fue correcto haberte querido marcar sin tu consentimiento y aún peor sin ser nada más que amigos, realmente estoy muy apenado y...-
-Está bien.- Chuuya comenzó a sentir que el estómago se le revolvía. -No debes preocuparte por tus errores del pasado, ya fueron.-
Dazai notó un leve temblor en el cuerpo de su pareja por lo cual también lo rodeó con sus brazos y de forma sutil liberó unas cuantas feromonas para intentar tranquilizarlo.
-Eso es genial.- Tachichara sonrió. -Entonces, ya que todo está perdonado... Quería ver si tú y yo podríamos...-
-No dije que todo estaba perdonado.- Chuuya entrelazó sus manos con las de Dazai, sentía que iba a vomitar en cualquier momento. -Simplemente dije que estaba bien.-
-¿Entonces no me perdonas?-
-¿Esperas que lo haga después de que casi lo marcas a la fuerza?- Preguntó Dazai en tono irónico.
-No hablo contigo.- El tono de Tachichara se había vuelto peligroso. -Estoy hablando con Chuuya.-
-Yo...- Chuuya tragó saliva, sentía que no iba a aguantar la compostura durante mucho tiempo más. -Yo no puedo perdonar eso pero... Podemos seguir siendo amigos, aunque no esperes recibir el mismo trato que antes.-
-Chuuya yo ya no quiero ser tu amigo.- Tachichara bajó el ramo de rosas. -Yo te amo, te adoro... Y lo sabes... Quiero que seas mío...-
Dazai arrugó la nariz.
-Chuuya jamás será tuyo ni de nadie, él podrá tener pareja pero nunca va a pertenecerle a nadie más que a sí mismo, ten eso en cuenta.-
-¿Quién te crees que eres para decirme eso?-
-¡Es el amor de mi vida Tachichara!- Exclamó Chuuya. -Y está en condiciones de decirte eso y más, así que por favor te pido que dejemos esto de lado. Yo no te quiero, quizá solo como un amigo pero más allá de eso no, me es imposible verte con los mismos ojos con los que miro a él, me es imposible considerarte lo mismo que considero a Dazai, entiende eso por favor.-
Dazai se sintió el hombre más feliz de la galaxia al escuchar las palabras de Chuuya, realmente sabía que él lo amaba pero no había notado la magnitud de esos sentimientos.
-Es solo porque te mordió, ¿no es así?- Tachichara observó furioso a Dazai. -Tienes miedo Chuuya, lo sé... Tienes miedo de que alguien te juzgue por tu mala decisión de haberle permitido hacerte eso y por tal motivo permaneces a su lado, sé que no lo amas, no realmente.-
-¿Qué tonterías dices?- Chuuya también comenzaba a molestarse. -Yo lo amo, lo adoro y no es porque me haya mordido... Eso solo se lo permití porque desde antes yo ya estaba loco por él, lo amo Tachichara... No sé que te hace pensar lo contrario.-
-Eso es mentira... Tú... Me amas a mí.-
-No.- El tono de Chuuya fue firme. -Y ahora márchate, realmente no quiero seguir discutiendo.-
-¡No me voy a ir hasta que admitas lo que sientes por mi!- Exclamó Tachichara mientras agitaba el ramo haciéndo que los pétalos de las flores fueran desprendiéndose uno a uno hasta caer sobre el suelo del pasillo.
-¡Que no siento nada por ti!-
-Yo sé que mientes Chuuya, tú, en el fondo estás desesperado por mi, por sentir mi mordida sobre tu cuello, por tenerme a tu lado...-
-Creo que es al revés.- Chuuya se sobó la frente. -Realmente el que está loco, hasta llegar a tal punto de ser obsesivo eres tú.-
-¡Eso no es...!-
-Mi pareja te a pedido amablemente que te marches de aquí.- Dazai inclinó la cabeza. -Por favor vete, ni él ni yo queremos seguir con esto.-
-¡YO NO..!-
Dazai dio un paso atrás junto a Chuuya y cerró la puerta con seguro haciendo caso omiso a los golpes y gritos de Tachichara.
-Petit.- Dazai tomó a Chuuya en brazos y lo llevó hasta la sala, donde lo sentó sobre uno de los sofás. -¿Te encuentras bien?-
Chuuya se recostó en el hombro de su pareja y negó con la cabeza.
-Las rosas... Eran rojas.-
Dazai comenzó a hacerle suaves cariñitos en el cabello a Chuuya intentando relajarlo, sabía que su pareja tenía un pequeño trauma con esas flores ya que, en una de sus primeras misiones su escuadrón había sido erradicado y mutilado, el enemigo había arrancado los ojos y corazones de todos los cuerpos y en su lugar había dejado un relleno de rosas blancas que por la sangre habían adquirido un grotesco tono carmín.
-Ya... Ya pasó...-
Chuuya mantuvo los ojos cerrados por unos minutos hasta que su respiración y pulso se normalizaron. Cuando volvió a abrirlos Dazai aún seguía haciéndole mimos y cariñitos en la cabeza.
Ambos se mantuvieron en silencio un largo rato hasta que finalmente Chuuya rompió esa burbuja de tranquilidad que se había creado.
-Dazai...-
-¿Mmm?-
-Quiero hacerlo.-
Dazai lo pensó un momento.
-¿Hacer qué?-
-Quiero que me marques.-
El castaño abrió los ojos de par en par.
-Chu-chu... Eso es... No, simplemente no, Anne-San me matará.- Dijo Dazai imaginando la que le esperaría si Koyo llegase a enterarse en algún momento de que él había marcado y profanado todo el hermoso cuerpo de Chuuya.
-No lo hará.-
-Oooo claro que sí.- Dazai negaba repetidas veces con la cabeza. -Créeme que va no solo a matarme, sino que una vez que haga eso se encargará de que arda por toda la eternidad en el infierno.-
-No lo permitiré.- Chuuya tomó una de las manos de Dazai y la entrelazó con la suya. -Anne-San no te hará nada si yo estuve de acuerdo.-
-¿Y por qué lo estarías? ¿Por qué quieres que una persona como yo te marque?-
-¿Y por qué no?-
-Pues...- Dazai desvió la mirada. -No soy exactamente el tipo con el que querrías pasar el resto de tu vida, quizá te deje viudo.-
-No lo harás.- Habló Chuuya con toda tranquilidad.
-¿Quién dice que no?-
-Yo, yo digo que no, porque llegado el momento nos iremos juntos.-
-Bueno pues... Podría ser alguien con quien pases más días lluvioso que soleados.-
-Si hay un paraguas para resguardarnos de las gotas todo estará bien.-
-Pero podría...-
-¡Deja de hacer eso imbécil!- Gritó Chuuya.
-¿Hacer qué?-
Chuuya tomó por el mentón a su compañero obligándolo a mirarlo.
-Deja de hacerte ver como la peor persona del mundo porque te conozco Dazai y no lo eres, simplemente tienes miedo, miedo a que yo esté equivocado respecto a ti, lo cual no es así. Tienes miedo a que yo me arrepienta de esta decisión que estoy tomando, tienes miedo de que en un futuro yo me aleje de ti y aunque esté marcado inicie una nueva vida, tienes miedo pero entiende que no sucederá nada de eso. Yo te amo, llevo años haciéndolo, y así seguiré, cada día, cada estación... Siempre. Puede que tengas razón, puede que tangamos más días lluviosos que soleados pero al menos estaremos juntos afrontando la tempestad. Puede que haya problemas como en todas las parejas pero... Seguiremos adelante, así que por favor deja de buscarle tres pies al gato y por una jodida vez hazme caso y confía en mi.-
Dazai se quedó en blanco por unos segundos asimilando todo lo que su pareja acababa de decirle, luego sonrió con los ojos cristalizados y besó la mano de Chuuya.
-Chu-chu, yo siempre he confiado en ti.-
-Bien.- Chuuya juntó su frente con la de Dazai. -Entonces no hay nada más que discutir.-
Ambos cerraron sus ojos y despacio fueron acercándose hasta que sus labios chocaron y luego se unieron en un apasionado beso, luego Dazai tomó por la cintura a Chuuya elevándolo para así poder llevarlo hasta la recámara donde lo recostó con suma delicadeza sobre la cama como si fuera hecho de porcelana.
En el momento que el cuerpo de Chuuya tocó con la suavidad del colchón ambos pusieron fin al beso para tomar aire, fue allí cuando sus ojos se encontraron y ambos se regalaron una sonrisa que transmitía todo aquello que en ese momento querían decirse.
Luego de unos segundos que parecieron eternos ambos volvieron a unirse en un beso, esta vez más lento y rítmico, Dazai se separó de la boca de su pareja después de unos instantes y comenzó a repartir pequeños besos y chupetones por todo el cuello de Chuuya haciendo que este soltase leves gemidos.
-Dazai...- Gimió el pelirrojo cuando sintió los labios de Dazai rozar la base de su cuello.
Las feromonas que Chuuya comenzaba a soltar le indicaban al castaño que estaba yendo por buen camino. Aún con movimientos suaves y cuidadosos Dazai comenzó a retirar las prendas superiores del pecho de Chuuya dejando al descubierto su tez.
-Eres perfecto.-Dijo Dazai al ver el busto de su pareja el cual parecía haber sido tallado por los mismos dioses, si es que existía alguno.
-Solo cógeme, ¿quieres?-
Ante ese comentario Dazai no pudo contener la risa.
-Diablos jovencito, pero que boca tan sucia tiene usted...-
-¡Daaaazaiiiii!- Chuuya estiró sus brazos pidiendo más. -¡Apúrateeeee!-
Nuevamente Dazai rio pero no se opuso y siguió con lo que estaba haciendo. No paso mucho para que ambos ya estuviesen libres de cualquier prenda y con un montón de marcas de besos, chupetones y rasguños por todo el cuerpo.
Los gemidos de placer de ambos llenaban la estancia y las feromonas que liberaban se mezclaban en una danza que volvía aún más perfecto el ambiente.
Las manos de Chuuya recorrían deseosas el cuerpo de Dazai, sus labios besaban cada una de todas las cicatrices que el castaño tenía y sus ojos se deleitaban observando la escena de su pareja sumida en el más grande placer. Por su parte, Dazai recorría las caderas de Chuuya sintiendo la piel suave y sedosa, sus labios se estremecían y soltaban gemidos y maldiciones, y sus ojos se mantenían al tanto de los movimientos del pelirrojo quién había sacado su parte felina a relucir.
Después de unos momentos Dazai volvió a retomar el control de la situación colocando a Chuuya debajo de él permitiéndose así una vista perfecta del cuerpo de este. Los ojos azules de su compañero brillaban por la excitación y sus labios sonrosados no hacían más que emitir leves jadeos en busca de más.
-Osamu...- El nombre en boca del pelinaranja no fue más que una súplica, una súplica que pedía seguir. -Hazlo...-
Dazai asintió y con movimientos diestros y rápidos retiró la gargantilla que cubría la glándula del omega, lentamente bajó hasta ese punto y comenzó a repartir besos húmedos por la zona provocando que Chuuya alcanzase cierto límite de placer.
-Dazai...-
-¿Mmm?- El castaño se entretenía con dicha en aquel punto haciendo a Chuuya perder el control.
-¡Por la puta madre solo hazlo!-
El suicida sonrió junto a la piel de su pareja y dio un último beso en la zona antes de abrir la boca y morder.
[...]
Más tarde, esa misma noche ambos se encontraban recostados el uno junto al otro, observándose mientras sonreían como unos bobos enamorados. Sus piernas se encontraban entrelazadas y Chuuya disfrutaba de la sensación de tener la mano de Dazai sobre su cintura desnuda, y Dazai disfrutaba de las caricias que Chuuya hacía sobre la palma de su mano y en su cabeza.
Los dos se encontraban felices de una manera que les era imposible demostrar, ambos se sentían completos y tranquilos.
-Lo hicimos...- Chuuya pasó su dedo meñique sobre la nariz de Dazai.
-Lo hicimos...- Dazai observó la mordida que ahora se encontraba marcada sobre la piel color nieve de su pareja. -Lo hicimos y Anne-San va a matarme.-
-Estoy seguro de que sobrevivirás.- Dijo Chuuya en un susurro.
-Por ti...- Dazai se pegó más a su compañero. -Sobreviviré por ti.-
-Por nosotros.- Corrigió Chuuya.
-Por nosotros.- Concordó Dazai.
Con forme las horas fueron pasando el sueño los fue consumiendo poco a poco hasta que el único sonido que se escuchó fue el de sus respiraciones.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro