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Capítulo 07


Lo primero que Dazai sintió al entrar al hospital fueron las feromonas activas de Chuuya, eran débiles pero sin duda alguna eran de él... 

Este nuevo y casi sutil cambio no hizo más que darle impulso para apurarse a llegar a la habitación donde se suponía estaba su compañero. Cuando Dazai llegó abrió la puerta de un empujón y al ver la escena frente a sus ojos no pudo evitar dar gracias a cualquier ser que hubiese permitido que esos hermosos ojos azules volvieran a ver el mundo.

Chuuya estaba despierto, se encontraba sentado en aquella cama de la cual no se había movido durante seis meses y sonreía... Aunque estaba débil y aún habían diversos cables conectados a su cuerpo sonreía, Chuuya sonreía... Esa hermosa sonrisa le llegó al corazón a Dazai e hizo que sus ojos comenzaran a llenarse de lágrimas.

-Dazai...- Chuuya pronunció el nombre del castaño al verlo parado en el umbral, estaba tan pálido que pareciera que hubiese visto un fantasma. -Dazai...- Repitió Chuuya. -¿Estás bien?-

Fue cuestión de segundos antes de que Dazai perdiese la compostura y sin importarle que Koyo lo estuviese observando corrió hasta donde se encontraba su compañero y lo abrazó, Chuuya se sorprendió por la repentina acción pero correspondió sin dudarlo. Los brazos de Dazai rodearon la cintura de Chuuya y los de este se envolvieron en el cuello del castaño quien había escondido su rostro entre el cuello y el mentón de Chuuya.

Koyo al ver la escena sonrió y sin decir una palabra salió del lugar dándoles un poco de privacidad a los jóvenes.

-Dazai...- Chuuya enredó sus dedos en el cabello de su compañero y se alegró de tenerlo allí junto a él. -Dazai...- Chuuya se quedó quieto un momento al notar que el castaño estaba sollozando, cosa que era muy inusual en él. -Osamu... ¿Por qué lloras?-

Dazai apretó aún más a Chuuya al escucharlo mencionar su nombre, realmente estaba demasiado feliz de verlo activo nuevamente.

-Chuuya... Chuuya... No vuelvas a hacer eso... Por favor.-

Chuuya sonrió de medio lado y comenzó a acariciar suavemente la cabeza del suicida intentando calmarlo.

-Tranquilo, ya estoy bien ahora.-

-No es qué ya estés bien, es que no quiero pasar por eso de nuevo.- Dazai se separó lo suficiente para ver el rostro de Chuuya, en ese momento no le importó verse vulnerable, no le importó que lo viese llorar. -¿Sabes cuanto temor sentí? ¿Sabes cuantas noches lloré porque tenía miedo a que no despertaras? Tenía miedo Chuuya, miedo a que tus ojos no volvieran a verme justo como ahora lo estás haciendo, tenía miedo de que ya no pudieras enojarte conmigo, tenía miedo de que no volvieras a escucharme decir lo que aún tengo que decirte...-

Chuuya sintió un peso en el pecho, había visto a Dazai de muchas maneras, lo había conocido de diferentes formas pero nunca así de vulnerable, normalmente Dazai era una persona bromista y alegre, sin embargo ahora no era nada de eso...

-¿Y qué tienes que decirme?- Preguntó Chuuya, quién también estaba por comenzar a llorar por el momento.

-Que te amo.- Dazai soltó una de sus manos de la cadera de Chuuya y la unió con una de las manos de este. -¡Joder, te amo enano, con tu mal carácter y todo te amo!- Dazai observó con amor, cariño y ternura los ojos de aquel ser que lo traía loco. -¡Te amo tanto que podría besarte en este mismo momento!-

Chuuya sentía que iba a colapsar de felicidad, con cariño rozó los nudillos del castaño y le sonrió.

-Hazlo, Osamu... Bésame...-

Ante tal permiso Dazai no puso oposición y al igual que aquel día en el que lo encontró al borde de la muerte volvió a unir sus labios con los de Chuuya.

El pelirrojo soltó un gemido al sentir la boca de Dazai sobre la suya, poco a poco comenzó a dejarse llevar por el momento y a disfrutarlo, permitió que sus manos recorrieran el cuerpo de su compañero por encima de sus vendas y trajes. Dazai no se quedó atrás y con el mismo cuidado con el que se trata a una flor recostó nuevamente a Chuuya sobre la camilla sin dejar de besarlo, sus manos apresaron las de el pelinaranja y comenzaron a trazar círculos en las palmas. 

Después de unos segundos ambos tuvieron que separarse por falta de aire, sin embargo sus miradas se mantuvieron unidas. Chuuya le sonrió a Dazai y Dazai le sonrió a Chuuya antes de que nuevamente volvieran a besarse, esta vez con más intensidad y pasión que antes.

-Mierda Chuuya...- Susurró Dazai sobre los labios de su compañero. -Besas increíble.-

-Mmm, tú tampoco lo haces tan mal.- Chuuya tenía el pelo alborotado y las mejillas sonrosadas lo cual lo hacía ver aún más tierno. -Diría que te doy un ocho de diez.-

-Eso es muy poco.- Dazai rozó la punta de su nariz con la de Chuuya. 

-Tendrás que practicar.-

-Tendrás que enseñarme...- Nuevamente Dazai reclamó los labios de Chuuya dando inicio a otro beso.

Ambos hubiesen seguido con su ronda de pasión de no haber sido por los golpes en la puerta que anunciaban la llegada de la cena.

Dazai le sonrió a Chuuya y se bajó de la cama para intentar recuperar la compostura.

-Buenas noches.- La enfermera entró llevando un carrito con dos bandejas de comida. -La de la izquierda es para el señor Dazai, para el joven Nakahara el doctor a ordenado una dieta ligera, además después de la cena deberá tomar la pastilla que se encuentra en el vaso de la charola, ahora si me disculpan, con permiso, habrá una enfermera afuera en caso de que la requieran.- Y sin más la joven se retiró dejando a la pareja sola nuevamente.

-Bueno es hora de cenar...- Anunció el suicida feliz al ver lo que le habían mandado.

-¿Por qué para ti hay pizza?- Se quejó Chuuya comenzando un puchero. -Yo soy el que estuvo en coma, YO... No tú, al que deberían mimar es a mí...-

Dazai negó con la cabeza divertido ante la reacción de su compañero, luego tomó la charola que era para Chuuya y la llevó con cuidado hasta donde este se encontraba.

-Vamos Chu-chu... Abre la boca...- Dazai intentó hacer un avioncito para que Chuuya comiese pero esto dio el resultado contrario a lo que planeaba.

-No soy un niño Dazai.- Chuuya se cruzó de brazos, se negaba a ser alimentado como a un bebé.

-Oh vamos... Solo di AAAAA...- Intentó nuevamente Dazai sin éxito, Chuuya no era una persona fácil.

-No Dazai.-

-Chu-chu, abre la boca... Vamos amor, no es tan complicado.-

Chuuya se quedó en blanco al escuchar las palabras del castaño y como si fuese un resorte giró la cabeza para verlo de frente.

-¿Cómo me llamaste?-

Dazai le apartó un mechón de la cara a Chuuya y luego le puso en frente la cuchara con la comida.

-AMOR... Así te llamé, ahora... ¿Vas a abrir la boca si o no mi vida?-

En respuesta Chuuya obedeció y Dazai sonrió triunfante.

-¿Ves que no era difícil chu-chu?-

-Bastardo...- Gruñó Chuuya, quería actuar como siempre pero sus mejillas sonrosadas eran la prueba de que realmente le había gustado la nueva forma en la que Dazai se dirigía a él.

-Chuuya, mi corazón no se habla con la boca llena.- Reprendió Dazai mientras jugueteaba con los mechones de Chuuya.

-¿Tú no vas a comer?- Cuestionó como respuesta Chuuya una vez que hubo terminado de masticar.

Dazai suspiró, se acercó a su compañero y le dio un rápido beso en los labios.

-Listo, ya comí.-

Chuuya comenzó a sonrojarse nuevamente.

-No idiota, eso no... Yo digo que si vas a comer tu comida.-

-¿Me vas a dar tú?-

-Ya no eres un bebé.-

-Entonces no quiello.-

-No hables como bebé Dazai.-

-Toy un bebé tuuda....-

-Okey, tú ganas amor, te daré de comer pero deja de hablar así, realmente eres irritante.-

Esta vez fue Dazai quién se quedó perplejo y observó a Chuuya como si no lo hubiera visto nunca.

-¿Cómo me llamaste?-

Las mejillas de Chuuya no hacían más que aumentar su color carmín hasta tal punto de hacerlo parecer un tomate.

-AMOR, así te llamé, ahora... Trae tu bandeja, un trato es un trato... Amor.-

Dazai sonrió y obedeció la demanda de su pareja quien lo hizo comer todo lo que le habían mandado.

-Chuuuyaaa... Eso fue demasiado...- Se quejó Dazai una vez que terminó su cena.

-Tú querías que te diera de comer, ¿no?- Se excusó Chuuya de forma inocente.

Dazai hizo un leve puchero y se acurrucó en su sillón.

-Bueno ya, es hora de que duermas, acabas de despertar y tu cuerpo aún necesita descansar.-

Chuuya asintió.

-¿Tú... Vas a irte?- Había un poco de tenor en la voz de Chuuya a la hora de formular su pregunta.

-¿Qué?- Dazai acomodó su nido de almohadas. -No, no me he alejado de este lugar desde que caíste en coma, así que duerme tranquilo, yo estaré aquí.-

-Bueno...- Chuuya se acomodó en la camilla pero por más que lo intentaba no pudo conciliar el sueño una vez que su compañero apagó la luz, así que optó por lanzarle una almohada para despertarlo.

-¡Auch!- Dazai se levantó y encendió las lámparas para ver el porqué del ataque nocturno por parte de Chuuya. -¿Sucede algo?-

Chuuya asintió.

-No puedo dormir.-

-Ya veo...- Dazai se frotó los ojos y bostezó. -¿Quieres un cuento?-

-¡No soy un niño!-

-¡No lo dije con mala intención!- Se defendió Dazai.

Chuuya sabía que había sido así pero... Él no quería un cuento, él lo que quería era...

-¿Dazai?-

-¿Mmm?-

-¿Puedes dormir conmigo?-

-¡¿Eh?!-

-Sí, ¿puedes?-

-Chuuya, no vamos a caber en el sillón y si yo me acuesto contigo en la camilla podría lastimarte.-

-Por favor...- Para hacer más efectiva su plegaría el pelinaranja soltó unas cuantas feromonas haciendo que Dazai no tuviese más remedio que aceptar.

-Tendrás que abrazarme.- Fue lo único que dijo Dazai antes de ir a la camilla y acurrucarse a un lado de Chuuya, quien no puso objeción alguna y envolvió a su compañero en un abrazo.

-Osamu...-

-Es mi nombre.-

Chuuya sonrió un poco.

-Te amo...-

Dazai besó la cabeza de su compañero y también liberó unas cuantas feromonas para entre mezclarlas con las de Chuuya.

-Yo igual te amo.-

-Osamu...- Repitió Chuuya.

-¿Si Chu-chu?-

-¿Qué somos?-

Dazai sonrió un poco ante esa pregunta y luego le lazó el mentón a Chuuya para que este lo viese a los ojos.

-¿Te gustaría ser mi pareja y mi todo?-

Chuuya asintió.

-Sí, creo que sí me gustaría...-

-Bien.- Dazai abrazó aún más a su ahora pareja y compañero. -Ahí tienes tu respuesta, somos pareja... Y eres mi mundo, mi todo, mi razón de ser y vivir.-

Chuuya se aferró más a Dazai y escondió la cabeza en su pecho aspirando el olor del alfa.

-Tú también eres mi mundo y mi todo...-

Dazai soltó una silenciosa lágrima de felicidad antes de acariciar la cabeza de Chuuya.

-Es bueno escucharlo amor, es bueno escucharlo...-

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