𓍢ִ໋🌷͙֒ 21.
minji era consciente de que la diferencia de clases sociales y económicas en el fondo no significaban nada, sobre todo para ella, la que siempre estuvo en contra de ese concepto, pero saber que junggoo estaba intentando romper con ese círculo de abuso hacia gente de su propio lugar, como persona perteneciente a esa clase social ‘más baja’, se sentía algo orgullosa. como si realmente fuera su subordinada, y le correspondiera hacerse cargo de ella.
por su parte, jungoo hacía un buen trabajo. al parecer era así, su personalidad, desde el principio. y sucedió algo entre medio que la hizo cambiar completamente. hablaba sobre pensamientos de una orden, de una organización de alumnos que logró convencerla con muchísima manipulación que las cosas eran tal como ellos querían que fueran; con una subordinación total de las personas que se hubieran ganado la lotería. minji y nami no conocían en absoluto la existencia de esta orden de la que hablaba junggoo, y encima la condesa hablaba acelerada y nerviosa sobre el tema. como si le tuviera miedo a las consecuencias de estar cambiando a mejor. sin embargo, quienes sí sabían de ésta orden eran las amigas más cercanas de la condesa: las princesas herederas al trono.
a pesar de que a nami no le agradase tanto ese grupo, aceptó juntarse con minji y ellas esa tarde en la que, luego de salir de la evaluación de modales generales y tener la aprobación de los profesores, estaban dispuestas a hablar sobre la orden para informarle las sospechas que tenían a las dos muchachas.
─── ayer me diste a exponer en twitter, rosie. ─── se quejaba junggoo, nerviosa, porque sabía a lo que venían y eso al parecer la dejaba con los pelos de punta. jennie y lalisa se reían de la pobre condesa que, últimamente, hacía muchas más cosas graciosas e impredecibles que antes.
eso daba pie a que se llevasen mejor ella y minji, estando cada vez más cercanas y dándose permiso de bromear entre las dos con el tema anterior, aunque a la rubia le doliera un poco todavía el cómo junggoo se propuso a tratarla apenas entró.
─── merecido. ─── le sacó la lengua roseanne, haciendo que todas rieran. todas menos nami, la que se acomodaba en su sitio y jugueteaba con sus dedos de piel tostada, como incómoda con la situación. roseanne sonreía sin parar cuando se acercó a ella, y le apretó las mejillas de su rostro redondo.─── ¡tú! ánimo, princesita de hielo.
algo azorada bajo el maquillaje, nami sonrío de vuelta, mostrando sus hoyuelos.─── disculpa, ando pensativa.
─── o celosa. ─── le sacó la lengua roseanne, intentando hacerla reír. pero fue extraño, porque la de cabellos blancos no hizo más que sonrojarse y negar con la cabeza de inmediato. casi como si fuera en serio y no se esforzase en no hacerlo obvio. la princesa de aotearoa alzó las manos para dejarla tranquila y retrocedió, aunque se le notaban los ojos apagados detrás de la faceta de pasarla bien y ser simpática.
no hubo momento de silencio, sólo risotadas. estaban sentadas bajo la intemperie de inicios de otoño, esa época del año en que empieza a estar fresco y el sol aún alumbra con todo el candor que puede. era hora de la merienda, un momento muy preciado del día para los alumnos de las academias reales, así que se hallaban tomando té y comiendo pasteles de azúcar flor y frutas bajo un enorme árbol, sentadas alrededor de una mesa de mármol y oro que se habían apropiado a usar al parecer desde que se formó el grupo. la luz dorada y naranja del atardecer iluminaba la tez brillante y sana de minji, la que intentaba no marearse por la cantidad de conversaciones a su alrededor.
casi de repente, la princesa jisoo tomó su taza de cerámica delicadamente y, con el dorso de su cuchara de plata, golpeteó suave contra la cerámica. todas la observaron de inmediato, y a minji le asombró un poco el cambio en su mirada, como si se le hubiera metido el espíritu de un mandatario feroz y serio, de semblante oscurecido por la frialdad. jisoo no era así, por supuesto, pero la manera en que se mantenía con ess faceta y observaba a todas las chicas del grupo no hacía posible que minji pensara otra cosa. jennie y lalisa aún estaban risueñas pero se callaron de inmediato, mientras que junggoo, roseanne y nami mantuvieron sus ojos fijos en la próxima reina de athelcia, calladas y con sus rostros serios.
con un tono solemne, la joven mujer carraspeó y comenzó a hablar;─── con mis amigas, hemos querido reunir también a minji y nami en ésta junta porque éste tema también les compete. no queremos alarmarles, pero definitivamente estamos ante una organización que existe y que no hemos podido detener del todo. la discriminación que provoca la orden en el alumnado, al fin y al cabo, es sistemática. viene de un estilo de vida muy diferente al que vivimos hoy en día, pero permanece.
minji observó a junggoo, la que la miraba de vuelta con una expresión algo triste. y jisoo le estaba dando la palabra, así que le costó un poco desprenderse de lo que pensaba pero lo logró.
─── la orden es una especie de organización de ‘limpieza’ del alumnado. ─── empezó la condesa con esa misma expresión triste en su rostro.─── son estudiantes de acá que creen en la división de clases, y que la lotería anual es un fraude, que no debería permitirse, porque son clasistas. son clasistas, elitistas, burócratas, y sobre todo tienen el mismo privilegio en general. se dedican a espiar y sacar información de las estudiantes de la lotería para dañarles la reputación a toda costa. ustedes saben que la reputación es un factor importante en el mundillo de la realeza, incluyendo a la academia. o sea, por algo nos enseñan a maquillarnos, a vestirnos, a tener modales y postura.
─── la víctima de éste año es minji. ─── asentía ahora seria jennie, mirando a la rubia con ojos brillantes de preocupación.─── por eso queríamos hablar con nami. estás cerca de ella cuando nosotras no, porque eres amiga. y por eso mismo es que puedes protegerla.
─── puedo protegerme sola.
recordó a su amiga sana, la que trabajaba en la cafetería. la que le decía que se cuidara, porque era un sueño por estar estudiando ahí y, a pesar de todo, también debía cuidar su integridad física. que la gente a su alrededor podía hacer cualquier cosa y, por muy loco que fuera, los daños físicos no eran algo tan descabellado de imaginar. en ésta situación minji se mantenía alerta por recordar otra situación en la que, completamente apartada de cualquier persona conocida, se sintió observada.
se sintió observada aquel día que salió con las chicas, y no lo había comentado por ese mismo impulso tan terco y desatinado de protegerse sola y ser independiente. en un mundo ideal sería lo que podría hacer, pero en esa situación, en ése mundo... no podría ser capaz de hacerlo. no cuando existía al parecer una organización dispuesta a hacerle daño (aunque fuera psicosocial) y arruinarle la vida, sacarla de ahí.
─── sé realista, no puedes simplemente estar protegiéndote con patadas ninja, tú versus el mundo.
─── tú sé realista, uso la espada de esgrima y ya. ─── bromeó minji, y el grupo se rió nervioso con sus palabras, aunque seguía la duda.
junggoo suspiró con las mejillas pálidas, y estirándose hacia la mesa de mármol, miró a los ojos a jisoo y luego a minji. habló en un tono solemne y más profundo del habitual, como si se dejara por fin de rodeos y estuviera siendo lo más sincera posible.─── hablando en serio, me gustaría ofrecerme para proteger a minji: siento que estoy en deuda con ella luego de molestarla tanto, es lo que me corresponde después de todo.
─── no. ─── se adelantó a responder nami con el ceño fruncido.─── no, es decir, no siento que sería lo adecuado por eso mismo. bueno, eso debe decidirlo minji, claro, pero mi opinión es que la condesa junggoo acaba de salir de un conflicto grande contra minji, ¿no sería mejor que ella decida?
─── yo decido que ninguna de ustedes dos me proteja. ─── interrumpió la rubia, haciendo que el grupo entero la mirase con sorpresa.
parpadeando aceleradamente, lalisa no pudo evitar meterse en la conversación.─── minji, estás en peligro. esto no se toma a la ligera, ¿qué tal si usan todo lo que haces en tu contra, desde hoy en adelante? estamos intentando evitar eso como las amigas que somos.
─── lo sé, y lo agradezco, pero no confío en que algo suceda en primer lugar. de verdad gracias por todo, pero no necesito ayuda.
─── te vas a arrepentir.
la voz de junggoo era cada vez más demandante, más seria, y a minji le dió escalofríos mirarla a los ojos, darse cuenta de que la expresión preocupada iba muy, muy en serio. se sentaba con autoridad, señorialmente, y sus labios vueltos una perfecta línea a pesar de ello se lucían atractivos. le temblaron las piernas por un momento, pero carraspeó:─── ¿disculpa?
─── algo va a pasar; tenemos que ayudarte. tengo que ayudarte.
Tiene lore tiene loreeee
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