El sonido de la música, las luces destellantes y las personas que gritaban eufóricas hicieron que por poco no escuchara lo que le preguntaba su mejor amigo.

—Y, ¿cómo te fue ayer con NamJoon?

—Fue…bueno.—Admitió, encogiéndose de hombros, restándole importancia al tema.

—¿Sólo bueno?—Le miró con una ceja alzada,  cuestionadose de la actitud de su tan conocido mejor amigo.

—¡Ahg! Joder. Bien lo acepto, ¡Fue increíble, Suga! Me besó como hace años no lo hacía y me folló tan duro que juro que no podía levantarme de la cama esta mañana.

—JAJAJA.—El peliazul rió a carcajadas, llamando la atención de aquellos que pasaban cerca de ese par, pero desinteresadose en la plática que mantenían.—¿Follaron en el salón 30?—Preguntó incrédulo, provocando un gran sonrojo en las mejillas del atrapado.

—A-ah, no, no, nos fuimos a su casa.

—Ja, ja, sí, ajá. Eso es lo que hago cuando quiero darle duro a JiMin y me espero hasta que lleguemos en su habitación.—Habló con burla, mientras seguía riendo. Entonces Jin aprovechó para golpear su brazo con su puño.

—Si sigues burlandote iré a decirle a JiMin que te deje sin nada de nada por toda una semana.—Amenazó.

—No te atreverías.—Lo fulminó con la mirada, más SeokJin sonrió victorioso.

—Sabes que sí.

—Agh, bien, pero sólo te digo que en mi vida vuelvo a entrar al salón 30. Igh.—Terminó haciendo una mueca de asco.—Pero ya enserio, ¿no dijiste que ya no sentías nada por NamJoon?

—¡Yo nunca dije eso!

—Bueno, pero dijiste que no querías terminarlo porque no querías herirlo.

—Pues no, pero tampoco estoy seguro si quiero terminar con él, y menos con lo que pasó ayer.

—Pues no quiero desilucionarte amigo, pero yo te recomendaría que no te apresures a sacar conclusiones, mejor pon más atención en si realmente ambos están enamorándose nuevamente o si solamente eres tú el único ilusionado.

—Sí, tienes razón, tal vez debería buscarlo mañana.

—O hablar con él ahora.—Señaló con su cabeza en dirección a la puerta, donde un NamJoon muy imponente y apuesto se bajaba de su motocicleta.

—Maldición, creo que mejor me voy a encerrar al baño.—Sintió sus mejillas arder furiosamente cuando lo miró de arriba hacia abajo.

Su hombre era tan masculino y tan malditamente sexy. Por eso entendía que la mayoría de las chicas de la universidad se encontrarán babeando por él. Aunque si se ponían a hacer una gráfica, los chicos de la universidad se mantenían babeando por Kim SeokJin y su cinturita de avispa.

Y no por nada habían ganado el título de rey y reina el año pasado.

Caminó en dirección hacia donde creía que estaba el baño, pero YoonGi lo detuvo.

—No, mejor sígueme, tengo una idea.

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—¡Vaya! No pensé que realmente llegarías tan rápido.—En cuanto llegó, su amiga Soyeon lo recibió en la entrada de la casa.

Estaba vestida como todo una fucking girl, con su pantalón de cuero, botines altos y chaqueta de cuero negra. Gracias a su estilo, su sonrisa y actitud despreocupada, Soyeon era blanco de muchas miradas, tanto de hombres como mujeres y eso sólo alimentaba su ego.

—¿Qué pasa si te digo que SeokJin realmente no vino y sólo fue una mentira piadosa para que me acompañes en esta fiesta?—Preguntó con curiosidad, ganándose una mirada fulminante del pelinegro.

—Te golpearía, no me importa que seas mujer o mi mejor amiga. Con eso no se juega Soyeon.—Advirtió, aunque Soyeon simplemente reía divertida ante la actitud de su amigo.

—Ja, ja, ja, bueno, ya entendí. SeokJin está allá adentro.—Apuntó con aquella cerveza que cargaba en su mano derecha.—Ve por él tigre.—Lo animó con unas palmaditas en su espalda al tiempo que pasó a su lado para ingresar a la casa.

Los olores entremezclados de la casa llegaron rápidamente a sus fosas nasales, permitiéndole percibir el olor a tabaco, alcohol, y una que otra sustancia ilegal que juró no volver a probar. Pero no todo era perdición, había chicos y chicas platicando tranquilamente en el jardín trasero o bailando en la sala, la cual tomaban como una pista de baile.

Una mueca de desagrado y aburrimiento se formó en el pelinegro. Lentamente se giró, con intensiones de volver por donde vino, pero una cabellera rubia en la pista de baile obtuvo su completa atención.

Kim SeokJin bailandole a un tipo que definitivamente estaría muerto en un par de segundos, de eso se encargaría NamJoon.

Su novio, se encontraba meneando sus caderas de un lado a otro, mientras el tipo muy descarado trataba de acercarse lo más posible a este. NamJoon no sabía si SeokJin ya se encontraba borracho o simplemente no había notado la descarada presencia que tenía a sus espaldas.

Pensó en quedarse quieto en su lugar con sus brazos cruzados, para esperar a que su novio se diera cuenta de su presencia, entonces podría hacerse el ofendido y salir de la casa, con suerte Jin lo seguiría y le rogaría. Inclusive en un arranque podría terminar con la relación y ninguno tendría que volver a preocuparse por unos celos como esos.

Pero simplemente no pudo, y lo supo cuando automáticamente se encontraba dirigiéndose hacia ellos hecho una furia, empujando aquellos que se le cruzaban en su camino, importandole poco si se encontraban bailando.

Y en un abrir y cerrar de ojos ya se encontraba encima de aquel atrevido, golpeándolo con los puños, una y otra vez hasta provocar que sus nudillos se pintarán de color carmesí gracias a la sangre del sujeto.

—¡NamJoon! ¡Detente!—Gritaba SeokJin desesperado y asustado.

La idea de YoonGi no había salido del todo bien, a pesar de que aquello era la intención. Porque es imposible sentir celos si la persona realmente no te importa, a menos que quiera que seas alguien infeliz.

Nadie era capaz de despegar a NamJoon de aquél chico irreconocible por los golpes. NamJoon se negaba a dejar de golpearlo y repetir que Jin era suyo.

YoonGi, al ver que nadie podía quitárselo de encima del chico, decidió ir y alejar a NamJoon y aunque claramente fue su idea no se esperó lo que vino después. NamJoon impacto un puñetazo contra su pómulo mientras trataba de alejarlo.

El efecto del alcohol hizo efecto en su sistema rápidamente, logrando hervirle la sangre en cuestión de segundos y en automático regresó el golpe, volviéndose así una pelea donde nadie conseguía mantenerlos alejados.

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—Yo…lo siento.—Después de un largo silencio, por fin habló, llamando la atención de YoonGi, a quien iba dirigida la disculpa, al novio de YoonGi y a Jin, este último mantenía un poco de hielo sobre su rostro, el cual estaba llenó de hematomas.— Estaba muy molesto y no medí mi ira.—El peliazul lo volteó a ver con una mirada que no reflejaba mucho, entonces NamJoon sintió que su cuerpo se estremeció.—Y-yo…—Su voz tembló al saber que tenía la atención de los presentes.—Si hay algo que pueda hacer en disculpa no dudes en decírmelo.

—Mira NamJoon.—Le llamó la atención YoonGi, y el mencionado rápidamente se giró hacia él.—Puede que sea más bajo que tú y que entrenes para ser una puta máquina asesina en el campus de la universidad, pero eso no quita el hecho de que soy peleador callejero profesional y pude haberte dejado peor de como ya estás ahora. Y sino lo hice es por este idiota que tienes a tu lado.—Apuntó a SeokJin, el cual rápidamente contestó indignado.

—¡Idiota tú!—YoonGi rodó los ojos y prosiguió.

—Tienen un vínculo que realmente nunca acabo por entender, pero te quiere y tú lo quieres, sino no hubieras reaccionado de esa manera. Además de que tengo que admitir que el tipo actuaba bastante bien.

—¿Actuar?—Preguntó NamJoon confundido, con su ceño fruncido.

—Todo fue idea de YoonGi. El quería saber si realmente sigues queriendo a Jin Hyung, o si nuevamente ibas a ignorar todo como el día anterior en los pasillos de la universidad.

—¡JiMin!—Se quejaron YoonGi y Jin al unísono, al haber sido atrapados.

—Ups.—Se encogió de hombros el pelirosa.

—Así que todo fue planeado, ¿eh?…—Acarició su mentón, como si estuviera atando todos los cabos sueltos, inclusive hasta Soyeon podría haber participado.

—Sí, bueno, ya quedamos a mano. Diviértanse.—Sin más, YoonGi prefirió alejarse antes de recibir otra golpiza, otra vez no, esta vez sólo disfrutaría la fiesta a lado de su novio, por eso mismo tomó a su novio y se alejaron hasta adentrarse nuevamente a la casa, dejando solos a la pareja.

—NamJoon yo…—La voz de SeokJin sonaba nerviosa y por eso NamJoon aprovechó y jugó con aquel nerviosismo.

—Ven conmigo.—Dijo en un tono demandante, sin alguna expresión en su rostro, solamente caminando hasta su motocicleta.

Jin quería reusarse, pero algo en su interior lo obligaba a ir con él, a no separarse de él y a estar cerca lo más que fuera posible. Se apresuró a llegar hasta la motocicleta de NamJoon, para después recibir el casco de parte de este.

Lo peor fue que NamJoon no lo miró cuando le entregó el casco, ni cuando se subió a la motocicleta en la parte de atrás. Pero entonces supo que las cosas no estaban tan mal cuando una vez los dos arriba NamJoon aceleró, para después frenar al instante y los reflejos de SeokJin lo llevaron a agarrarse fuertemente de la cintura de NamJoon, entonces escuchó una risa ronca de parte de aquel hombre tan varonil.

—Eso también estaba planeado.—Mencionó el pelinegro con burla. SeokJin rodó sus ojos y entonces la motocicleta se dispuso a correr bajó la luz de la luna y en medio de la agradable noche.